En torno a 1900, la ciudad de Zamora contó con la presencia de arquitectos de talento, preparados en las Escuelas de Arquitectura de Madrid y Barcelona. Estos técnicos dejaron sus señas de identidad, no sólo de sus estilos arquitectónicos, sino de sus maneras personales de representar, de dibujar y de redactar las memorias de sus proyectos. La documentación y la representación de los trabajos estuvieron condicionados por unas normas reguladoras de la construcción, que dictaminaban los requisitos que tenían cumplir los proyectos, así como la documentación que era preciso presentar en el Ayuntamiento con el fin de solicitar la licencia de obras. En este trabajo valoraremos las tendencias gráficas de los arquitectos más relevantes, las peculiaridades de sus proyectos y su evolución.