El convento de San Andrés, de la Orden del Carmen Calzado, fue construido extramuros de la puerta de San Pablo de Salamanca a lo largo de los siglos XVI y XVII y, sin duda, se trató de uno de los edificios más alabados de la ciudad hasta su destrucción a mediados del siglo XIX. De él tan solo han llegado hasta nuestros días la capilla de la Orden Tercera del Carmen y una pequeñas dependencias de servicio anejas al cuerpo prinipal, consistentes en una casa de oficios con tenadas y un notable pozo de nieve, construidos durante el siglo XVIII. El estudio de estas últimas, apenas finalizada su restauración y apertura al uso turístico, es el objeto del presente trabajo.