Desde el 18 de julio de 1936 los militares sublevados tenían un objetivo principal que era acabar con los disidentes de la ideología que intentaban imponer. Para conseguirlo la represión fue su principal herramienta. Violencia, sumisión, manipulación, y miedo fueron las estrategias de dominación que pusieron en marcha para controlar a la sociedad y al Estado durante casi cuarenta años.