El presente trabajo estudia la visita y reforma que sufre la Universidad de Salamanca en 1575, a raíz de la visita de Pedro Velarde, del Consejo de la Santa Inquisición, enviado por Felipe II. El fruto de esta visita fue la confección de un borrador de nuevos estatutos hechos por una comisión de profesores. Estos estatutos fueron estudiados, corregidos y aprobados por la Universidad. Posteriormente se enviaron al monarca, pero demuestro que nunca los llegó a aprobar. A pesar de ello, tienen su importancia por servir de anteproyecto para los estatutos de Juan de Zúñiga de 1594, que sí que gozaron de la aprobación real, y que fueron de los más importantes del siglo XVI.