Este artículo analiza las estrechas conexiones entre los políticos salmantinos y las compañías ferroviarias que operaron en la provincia durante el último cuarto del siglo XIX, así como algunos de los efectos negativos derivados de esa relación. El estudio de esta cuestión particular permite comprender cómo en la España de la Restauración, al igual que en otros regímenes políticos europeos instalados en la transición del liberalismo a la democracia, la corrupción no era un ejemplo ocasional de inmoralidad, sino un elemento clave en el funcionamiento del sistema.