onarquía y Monacato en
la Edad Media Peninsular:
Alfonso VI y Sahagún
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La edición de esta obra, que obtuvo el VI Premio "Mariano Rodríguez
para jóvenes investigadores" en la convocatoria de 2001, ha sido
financiada íntegramente por la "Fundación Carolina Rodríguez"
Javier Pérez Gil
Juan José Sánchez Badiola
MONARQUÍA Y MONACATO
EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR:
ALFONSO
VI
y SAHAGÚN
UNIVERSIDAD DE LEON
Secretariado de Publicaciones
y Medios Audiovisuales
2002
PÉREZ GIL, Javier
Monarquía y monacato en la Edad Media peninsular : Alfonso V y
Sahagún 1 Javier Pérez Gil, Juan José Sánchez Badiola. - León :
Universidad, Secretariado de Publicaciones y Medios Audiovisuales. 2002
238 P.: il.; 21 cm.
VI Premio "Mariano Rodríguez para Jóvenes Investigadores" 2001,
de la "Fundación Carolina Rodríguez". - Bibliogr.
ISBN 84-7719-811-X
l. Monasterio de San Benito el Real de Sahagún-Historia. 2.
Sahagún-Historia. l. Sánchez Badiola, Juan José. 11. Universidad de
León. Secretariado de Publicaciones y Medios Audiovisuales. 111. Título
726.75(460.181Sahagún)San Benito el Real(091)
946.018.1Sahagún
©Universidad de León
Edita: UNIVERSIDAD DE LEÓN
Secretariado de Publicaciones
y Medios Audiovisuales
ISBN: 84-7719-811-X
Depósito Legal: LE-1429-2002
Impresión y Realización Editorial: Gráficas Alse- León (España)
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
セ castrL@
VI Y SAHAGÚN
7
AMODO DE
INTRODUCCIÓN:
VILLAE, MARTYRIA
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
9
A MODO DE INTRODUCCIÓN:
CASTRA, VILLAE, MARTYRIA
En el extremo suroriental de la actual provincia de León, en la intersección
que forman el río Cea y el Camino Francés, se encuentra la villa de Sahagún. Su
historia, ab urbe condita, su misma etimología1, están íntimamente ligadas a la de
la poderosa abadía benedictina de los mártires Facundo y Primitivo, los Domnos
Sanctas en cuyo honor se levantó en fecha remota. Y están ligadas, por ello, a una
dialéctica compleja y duradera entre el monasterio y su entorno, cuya final síntesis
ha sido una forma de organizar el paisaje, el poblamento y las relaciones entre los
hombres que perfectamente sirve hoy de modelo y ejemplo inmejorable del
devenir de la España, y aun la Europa del Medievo. Una dialéctica secular que se
inicia, en cierto modo, con el propio martirio de los titulares, allá por el siglo III,
cuyo escenario era ya entonces un privilegiado y estratégico enclave a la vera de
la calzada y el Cea, en lo más fértil y ameno de su vega.
***
Durante la romanidad tardía, en esos siglos previos a las invasiones bárbaras
2
en que se desarrolla el mito fundacional, el solar facundino, in finibus Galecie ,
aparece como un entorno próspero y bien comunicado, eminentemente Estratense
o Calceatense, como lo califican las fuentes medievales 3 • Ese carácter viario y
liminar, de entrada y de salida del noroeste hispánico, de límite entre páramos y
campiñas, entre astures y vacceos, entre Galicia y la Cartaginiense, ha
condicionado su devenir histórico a lo largo de los siglos y aún hoy lo sigue
haciendo en buena medida4 • Por ella discurría la vía de Legio VII a Italia, no 1 del
Itinerario de Antonino, la cual partía de León y continuaba por Lance y CamaZa,
1
La voz "Sahagún" deriva de Sanctus Facundus > Sant Fagunt > San Fagund > Safagún > Sahagún , en
alusión al santo ceano, si bien su denominación primera fue la de Domnos Sanctos (R. MENÉNDEZ
PIDAL, Orígenes del Español. Estado lingüístico de la Península Ibérica hasta el siglo XI, Madrid, 1956,
pp. 213-232. M.• F. CARRERA DE LA RED, Toponimia de los valles del Cea, Valderaduey y Sequillo,
León, 1988, p. 50 y n. 67).
J. M." MÍNGUEZ FERNÁNDEZ, Colección diplomática del Monasterio de Sahagún (siglos IX y X), León,
1976, (=CDS), no 7.
3 Se le denomina a menudo Cegense o Ceionense, y también Estratense, Calcedense o Calceatense, en
alusión al Cea y a la calzada (A. YEPES, Crónica de la orden de San Benito, !rache, 1612-1621, edición
de la BAE, 1959, vol I (=COSB), p. 264).
' Acerca de la diferenciación entre Páramo y Tierra de Campos, vid. J. GONZÁLEZ GARRIDO, La Tierra
de Campos, Región Natural, Valladolid, 1941. P. PLANS , La Tierra de Campos, Madrid, 1970. A. VACA
LORENZO, "La Tierra de Campos y sus Bases Ecológicas en el Siglo XIV", Studia Histórica. Historia
Medieval, X (1992), pp. 149-186.
2
JAVIER PÉREZ GIL- JuAN JosÉ SÁNCHEZ BADIOLA
10
pasando luego a Lacobriga (área de Carrión). Algo más al sur iba la vía de Astorga
a Tarragona, no 32 y 34 del Itinerario de Antonino, que entraba en el Páramo
oriental por lnteramnio, acaso en los alrededores de Ardón, y Palantia,
posiblemente en el área de Villamarco, para seguir hacia el este por Viminacio
(Calzadilla de la Cueza). Siguiendo el Anónimo de Rávena, hay que señalar otra
posible calzada que se dirigiría a Ocelodorum (cerca de Zamora), a través de
Viminacio, Gela, Antia (quizá Palantia), Comeniaca (Coyanza), Brigicon (zona
de Villabrázaro) y Preterion (BretóY. También se han descrito otras dos vías de
carácter secundario, una, la llamada posteriormente "Carrera Ceana", discurría
por la margen izquierda del Cea , hasta Codomillos, donde pasaba a la margen
derecha, volvía a la izquierda cerca de Villamol, por donde seguía hasta Cea y
Villaverde de Arcayos, para cruzar nuevamente el río y continuar hacia la
Montaña. La otra iría sobre la margen derecha del Araduey, coincidiendo con la
6
"Carrera Zamorana" medieval •
La identificación de la vía principal con el Camino Francés llevó a reducir
a Sahagún la mansio viaria de CamaZa, tesis que han mantenido hasta la fecha
algunos autores7 • Otros plantean diversas posiblidades en relación con alguno de
los yacimientos romanos de la época en la comarca: "los Castros" (Villamol), "el
Lagunal'' (Sahagún), y otro más hallado entre Grajal y Escobar. Este último, sin
embargo, se ha propuesto como ubicación de la mansio llamada Gela en el
Anónimo de Rávena, aunque cabe la posilidad de que sea otra forma de referirse
a CamaZa, y no una localidad diferente8 • En cualquier caso, su cercanía a Sahagún
parece indiscutible.
El poblamiento comarcal parte de una importante presencia castreña, que se
alinea a lo largo del Cea y el alto Valderaduey, a caballo de la divisoria entre
páramo y campiña, en lo que va a ser una constante histórica. Así, tenemos castros
en Prioro, Morgovejo, Cea, Villamol, El Burgo Ranero, Grajal, Melgar de Arriba,
9
Melgar de Abajo, Mayorga, Valderas, Fuentes de Ropel , además del topónimo
J. RODRÍGUEZ, "Las vías militares romanas en la actual provincia de León" , Legio VII Gemina, León,
1970, pp. 401-439 . M . A. RABANAL, Vías romanas de la Provincia de León, León, 1988, pp. 30-32 y 51.
M. PASTOR MUÑOZ, Los astures durante el Imperio Romano (contribució n a su historia social y
5
económica), Oviedo, 1977, pp. 285-286.
M . A. RABANAL, op. cit., pp. 32-33 y 51.
"Sahagún, Camala de los romanos [...]" (R. BECERRO DE BENGOA, De Palencia a La Coruña, Palencia,
7
1883, pp. 40-47). Vid. J. RODRÍGUEZ, "Las vías militares romanas en la actual provincia de León" , Legio
VII Gemina, León, 1970, pp . 401-439 . M . A. RABANAL ALONSO, op. cit., y Los constructores de
catedrales, León, 1993, I, pp. 15 y 23 . M . A. RABANAL ALONSO (coord.) , La Historia de León. l,
6
Prehistoria. Edad Antigua, León, 1999, p. 223.
VV. AA., Historia de León, l, León, 1997, pp. 232-233 .
J. L. AVELLO ÁLVAREZ (coord.), Carta arqueológica de la provincia de León, León, 1987. J. CELIS
9
SÁNCHEZ, "Origen, desarrollo y cambio en la Edad del Hierro de las tierras leonesas", ArqueoLeón.
Historia de León a través de la Arqueología, León, 1996, pp. 41-68. J. A. GUTIÉRREZ GONZÁLEZ,
Fortificaciones y feudalismo en el origen y formación del reino leonés (siglos IX-Xlll), Valladolid, 1995.
8
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI
Y
SAHAGÚN
11
"Valdecastro", en la zona de Villamuñío. Pese a los cambios experimentados en la
región tras la ocupación romana, siguen habitados algunos de estos castros
durante las primeras etapas, aunque, en general, tiende a admitirse su
despoblación a lo largo del siglo II, concentrándose sus habitantes en las zonas
llanas, en tomo a las villas, más propicias para la agricultura. El florecimiento de
las villas romanas en las inmediaciones de Sahagún está atestiguado por una
amplia relación de hallazgos, lo que parece confirmar la intensa ocupación del
territorio, aun sin haberse desarrollado una exploración arqueológica amplia en la
zona. A lo largo de la ribera se localizan la "Finca Polanco", en Puente Almuhey;
"las Quintanas", en Bustillo de Cea; "Valdelaguna", en Calzada del Coto; "el
Laguna!''; en Sahagún; "el Santo", en Galleguillos; "las Quintanas", en
Villacalabuey; "el Quintanar", en Melgar de Arriba; "Santa Olalla", en Melgar de
Abajo; "la Ermita", en Monasterio de Vega; "Castilleja", en Mayorga; "la
Cebollona", en Castrobol 10 • A ellos quizá debiéramos sumar algunos topónimos de
posible prosapia romana: Aracayos (<Arcadius ), Trianos (<Adrianus ), Ledigos
(<Letificus) ...
Sin embargo, no todos estos centros tuvieron que ser villas. Frente a la
mayor calidad y superficie de éstas, se encuentran en la zona paramesa otros
yacimientos en los que aparecen cerámicas bastas o comunes, tejas, útiles ... , pero
sin huella de estructuras constructivas o siendo éstas elementales, lo que parece
indicar su condición de pequeñas explotaciones inestables o no permanentes,
quizá relacionadas con grupos de campesinos autónomos, posiblemente
integrados en elfundus principal, en dependencia de las villas o asociados a ellas,
definiéndose así una cierta jerarquía en el poblamiento 11 • Las villas de la
Antigüedad Tardía, por otro lado, no sólo fueron latifundios esclavistas o
parcelarios, concepto hoy día muy cuestionado, sino también centros y mercados
de áreas de control y unidades fiscales y religiosas, bajo dirección de los
possesores, en una jerarquía que incluía fundi, vici, loci y otros asentamientos,
especialmente los castra o castella, que constituirían aglomeraciones intermedias
entre las ciudades y las villas, provistas de unas funciones administrativas
superiores a éstas e inferiores a la ciudades 12 •
10
F. REGUERAS GRANDE, "Villas romanas leonesas: una ordenación" , ArqueoLeón. Historia de León a
través de la Arqueología, León, 1996, pp. 91-106. J. L. AVELLO, op. cit., J. M. NOVO GÜISÁN, Los
pueblos vasco-cantábricos y galaicos en la Antigüedad tardía. Siglos Ill-/X, Madrid, 1992.
11
J. A. GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, C. BENÉITEZ GONZÁLEZ, "Los tiempos oscuros: la transición a la
Edad Media en tierras leonesas", ArqueoLeón. Historia de León a través de la Arqueología, León, 1996,
pp. 107-122, p. 109. E. PASTOR DÍAZ DE GARAYO, Castilla en el tránsito de la Antigüedad al
feudalismo. Poblamiento, poder político y estructura social del Arlanza al Duero (siglos VII-XI),
Valladolid, 1996, pp. 28-31 y 64.
12
J. DURLIAT, Lesfinances publiques de Diocletien aux Carolingiens (284-889), Sigmaringen, 1990, pp. 7074, 122, 147, 156.
Las prospecciones arqueológicas parecen confirmar en la comarca un
proceso de desfase de los castros, no registrándose indicios claros de reocupación
en el siglo IV, como sucediera en la mayor parte del Noroeste, y sí estratos de
JAVIER y
PÉREZ
GIL - JuAN JosÉ
SÁNCHEZse
BADIOLA
12 entre las épocas antigua
abandono
altomedieval,
cuando
rehabilitan de nuevo
por razones de tipo
El entorno de Sahagún se sitúa durante estas etapas entre los territorios de
dos de estos castros, Saldaña y Coyanza, el primero documentado como ceca
13
visigoda, y el segundo como mansión en el Anónimo de Rávena , como
Couiacense castrum en 456 1\ y como parroquia de la Astorga sueva en el Liber
fidei de Braga15 • Sin embargo, en el concreto caso de la comarca facundina,
desconocemos la existencia de núcleos de este tipo, al igual que su posible
adscripción a un marco superior urbano, acaso la ciudad de León, si admitimos su
pertenencia a la Prouincia Gallaecia. Quizá tuvieran una función similar
emplazamientos como Cea o Melgar, aunque no hay datos que lo prueben, y poco
cabe añadir de momento a las propuestas de algunos autores, señalando esta zona
como asentamiento de la ciudad de Nardinium, capital de la tribu astur de los
saelini 16 •
estratégico 17 • De todas formas, atribuir el hecho de que más
del 93% de los castros de la zona meseteña tengan antecedentes prerromanos o
romanos a una reocupación altomedieval, que respetaría en lo fundamental las
estructuras defensivas preexistentes, nos parece excesivo, aun reconociendo que
dichos emplazamientos serían los mejor dispuestos a tal efecto 18 • Por otra parte,
no todos los castra se hallaban a un mismo nivel jerárquico y funcional, e incluso
es posible que los términos castrum y castellum no significasen siempre
exactamente lo mismo, correspondiendo este último más bien a lo que hoy
entendemos por "castro" o poblado en alto y con ciertas defensas, mientras que
castrum se referiría a centros de alguna importancia, también denominados
oppida, si bien la distinción no siempre resulta diáfana 19 • Probablemente los
asentamientos castreños comarcanos sufrieron a lo largo de la Antigüedad Tardía
13
M . A. RABANAL, La romanización de León, León, 1990, p. 96.
14
M. RISCO, España Sagrada, tomo XXXIV, Madrid, 1758, p. 104.
15
F. DIEGO SANTOS, "De la Asturias sueva y visigoda", Asturiensia Medievalia, 3 (1979), pp. 17-73, pp
16
M . PASTOR MUÑOZ, op. cit., pp. 59-60.
17
A. GUTIÉRREZ, op. cit. , p. 28.
18
F. BENITO MARTÍN, La formación de la ciudad medieval, Valladolid, 2000, p. 65 .
67-68.
19
S. Isidoro, en sus Etymologice , XV, 11, 13, dice: "Castrum antiqui dicebant oppidum loco altissimo situm,
quasi casam altam; cujus pluralis numerus castra, diminutivum castellum est, sive quod castrabatur
licentia inibi habitantium, ne passim vaga hostis pateret'' (R. PUERTAS TRICAS, Iglesias hispánicas
(siglos IV al VIII). Testimonios literarios, Madrid, 1975, p. 214). En XV, 11, 11, define los castella del
siguiente modo : " ... ii sunt quae nulla dignitate civitatis omantur, sed vulgari homunum conventu
incoluntur, et propter parvitatem sui majoribus civitatibus attribuuntur" (Id. /bid. p. 213).
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
13
un proceso de transformación funcional, pasando a convertirse en centros
referenciales para las comunidades rurales, que podemos definir como
protoaldeanas, vinculadas a un poblamiento disperso sobre espacios amplios 20 , de
las que los castros vendrían a formar el núcleo y lugar de reunión para sus
conventus, como, en otros casos, una aldea, villa, iglesia o, simplemente, un
frondoso y vetusto árbol o una obra pública relevante 21 • Además, muy bien
pudieron desempeñar tareas defensivas con carácter ocasional, albergar silos o
almacenes comunitarios, o también servir a cometidos relacionados con las
actividades ganaderas.
***
Los orígenes de Sahagún, como hemos señalado, no se entienden sin la
heroica pasión de sus dos santos epónimos, cuyo punto de partida historiográfico
encontramos en las actas martiriales de Facundo y Primitivo. Estas actas, en sus
diferentes versiones, relacionan con toda suerte de detalles los innumerables
tormentos y vejámenes que los mártires ceanos hubieron soportar, echando mano
de un estilo que hace pensar en una refundición de otros textos martiriales,
bastante posterior al periodo en que presuntamente se desarrollaron los hechos.
Según las redacciones más conocidas, Facundo y Primitivo serían dos jóvenes
hermanos seguidores de la fe cristiana, que habrían sufrido la pasión en un periodo
que, dependiendo de las opiniones más arraigadas, oscilaría entre mediados del
siglo 11 y el segundo cuarto del siglo IIP. Todo este trágico episodio se habría
desarrollado en un mismo escenario, las riberas del Cea, cerca de la calzada y en
plenos confines de Galicia. Allí se habían congregado las gentes de aquella
20
R. FOSSIER, La sociedad medieval, Barcelona, 1996. E. PASTOR, op. cit. C. DE AYALA MARTÍNEZ,
"Relaciones de propiedad y estructura económica del Reino de León: los marcos de producción agraria y
el trabajo campesino (850-1230)", El reino de León en la Alta Edad Media, VI, León, 1994, pp. 135-410.
21
J. J. SÁNCHEZ BADIOLA, "La sociedad leonesa en la transición a la Edad Media", Estudios
Humanísticos, 21 (1999), pp. 35-61.
22
Coincidiendo todas en fijar el día 27 de noviembre (V kalendas decembris) como tradicional fecha de su
conmemoración (A. QUINTANA PRIETO, "Primeros siglos de Cristianismo en el convento jurídico
asturicense", Legio VII Gemina, León, 1970, pp. 441-474, especialmente n. 67). Se ha especulado incluso
con que los santos fueran orensanos, ya que el preámbulo de las actas martiriales ubican el río Cea "in
finibus Gallecie", lo que se registra ya en 1411 (E. MARTÍNEZ LIÉBANA, "Milagros y propaganda en el
Sahagún medieval", Tierras de León (=TL), 95-96 (1994), pp. 29-47). R. ESCALONA, Historia del Real
Monasterio de Sahagún, sacada de la que dexó escrita el Padre Maestro Fr. Joseph Pérez, Madrid, 1782,
pp. 9-11 (=HS) rebate firmemente esta suposición (A. BALOIRA BERTOLO, "Gallaecia romana", XII
Ruta c. del románico internacional, Pontevedra, 1994, pp. 113-116). Respecto a la fecha del martirio, A.
de Morales la ubica bajo el mandato del emperador Marco Aurelio Antonino, el cual se prolongó hasta el
año 180 (Viage de Ambrosio de Morales por orden del rey D. Phelipe II a los reynos de León, y Galicia y
Principado de Asturias para reconocer las reliquias de los santos, sepulcros reales, y libros manuscritos
de las Cathedrales y Monasterios , Madrid, 1765, edición facsímil Oviedo, 1977, p. 34). Según la
documentación estudiada por J . M.• FERNÁNDEZ CATÓN, "Datos para la historia del martirio y del culto
de las reliquias de los mártires leoneses Facundo y Primitivo", Bivium, (1983), pp. 67-79, la fecha se
adelantaría al 222. R. Escalona, por su parte, cree más probable el año de 242.
JAVIER PÉREZ GIL - JuAN JosÉ SÁNCHEZ BADIOLA
14
comarca, por orden del iudex o praeses Atticus, para ofrecer sacrificio a un ídolo
muy adorado por los gentiles, cuya imagen se hallaba situada en aquel mismo
lugar23 • Un sofista denuncia ante Atticus que, non longe ab eo loco, habitaban dos
varones cristianos que habían manifestado su desprecio por aquella idolatría,
llamados Facundo y Primitivo. Este hecho nos demuestra la oriundez ceana de
ambos mártires, confirmada por la declaración que ellos mismos hacen ante el
enfurecido praeses, cuando ordena que sean detenidos y conducidos ante su
presencia, y les interroga acerca de su origen: "hujus sumus Patriae
habitatores " 24 •
Tentadoras lisonjas y crudelísimas torturas, artísticamente recogidas en las
miniaturas del leccionario del siglo XII de la biblioteca de la Real Academia de la
Historia o en los versos del León de España de Pedro de la Vezilla Castellanos,
publicado en Salamanca en 158625, no fueron suficientes para que los jóvenes
campeones del cristianismo renegasen de sus creencias, lo que motivó que las
autoridades romanas, ante lo que consideraban una flagrante muestra de
subversión, ordenasen decapitados. Acto seguido, sus cuerpos son arrojados a las
aguas del Cea, que los arrastran hasta cierto lugar en que quedaron varados, el
mismo junto al que, tiempo más tarde, se habría de ubicar el monasterio de
Sahagún26 •
Hasta aquí, el relato hagiográfico. Pero ¿cabe atribuirle algo de verdad a
esta narración plena de convencionalismos legendarios? Las dudas que lo han
rodeado se derivan, fundamentalmente, del tono hiperbólico y fantástico propio
del género, especialmente cuando, a partir de la plenitud medieval, se va
extendiendo una nueva mentalidad siempre ávida de portentos y hechos
insólitos 27 • El estilo y la mentalidad de los autores remiten a los siglos XI y XII,
tiempos para la Chanson de Geste y la épica cruzada, para los martirologios
23
"Tune omnes gentes audientes tam immane praeceptum, congregati sunt super ripamfluminis, cui nomen
est Ceia secus strata in locum" (HS, lib. I, cap. I, pp. 3-7). M. RISCO, España Sagrada, XXXIV, pp. 390-
400.
Id. lbíd.
P. DE LA VECILLA CASTELLANOS, El León de España, Salamanca, 1586, vol. I, canto X, fol. 105v a
25
115v. S. SILVA Y VERASTEGUI, "Un ciclo inédito del martirio de los santos Facundo y Primitivo,
patronos del monasterio de Sahagún, en un leccionario del siglo XII", Archivos Leoneses (=AL), 91-92
24
26
27
(1992), pp. 391-398.
La translatio Facundi et Primitivi es, como la del apóstol Santiago o la pseudomártir Antonina, por vía
náutica (L. V ÁZQUEZ DE PARGA, J. M." LACARRA, J. URÍA RÍU, Las peregrinaciones a Santiago de
Compostela, tomo I, parte 11, cap. I, Madrid, 1949, edición facsímil de 1992, pp. 171-200).
J. M. CUENCA COLOMA, Sahagún. Monasterio y villa (/085-1985) , Valladolid, 1983, p. 4, llega a la
conclusión de que "las actas martiriales o la Pasión de San Facundo y Primitivo tienen un carácter
legendario, estando redactadas hacia la mitad del siglo X, dependiendo de las narradas en la muerte de los
santos Justo y Pastor, de los hermanos Emeterio, Celedonio y Vicente, y especialmente de la de San Félix
de Gerona".
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
15
atiborrados de carnicerías y prodigios y la invención y comercio de reliquias de
santos imposibles, para el Codex Calixtinus y las novelas de Chrétien de Troyes,
para la heráldica y la crónística milagrera. Pero nada impide pensar que la
primitiva hagiografía hispánica, algo más moderada en esto que la europea, e
incluso una tradición local fuesen víctimas de reelaboraciones y refundiciones por
parte del nuevo clero transpirenaico.
Parte del problema tiene que ver con la inserción del martmo en un
elaborado ciclo legendario-hagiográfico que protagoniza la saga familiar
encabezada por los santos legionenses Marcelo y Nonia28 • Facundo y Primitivo
pasaban así a convertise en hijos de aquéllos, al igual que Claudia, Lupercio,
Victorico y otros siete mártires de la España romana. La falsedad de esta filiación
parece hoy fuera de toda cuestión, pero, aunque son serias las dudas acerca de la
autoctonía leonesa de San Marcelo, los estudios más recientes parecen admitir
que, pese a tantas y tan groseras manipulaciones, Facundo y Primitivo tuvieron
culto en España desde época remota, al igual que los santos Claudia, Lupercio y
Victorico en la ciudad de León, bien que sin relación alguna entre sí29 • Y acaso
tenga un poso de verdad también el curioso relato de la mártir ceana Antonina,
muerta en siglo III y arrojada a un lago cercano a la villa de Cea30 • Formarían parte
de la nutrida relación de grupos de mártires, especialmente en número de dos y
hermanos, venerados en la Antigüedad Tardía y el Alto Medievo, quizá, como
quieren algunos, herencia de los dioscuros y otros cultos duales de raíz pagana31 •
28
29
30
31
Se trata de otro debate hagiográfico de cierta recurrencia. A este respecto, el P. M. RISCO, España Sagrada,
t. XXXIV, Madrid, 1784, edición facsímil de León, 1980, trat. 70, cap. 17, pp. 314-336 (=ES),
corroborando las opiniones de Ambrosio de MORALES, op. cit., lib. 9, cap. 40, y del P. José Pérez, que
afirma que, aunque "los autores más graves y antiguos, las escrituras, lo.s retablos, las pinturas, los
Breviarios de toda España y los Martyrologios afirman que los santos Facundo y Primitivo fueron hijos del
glorioso centurión S. Marcelo y de Santa Nona Legionenses[ ... ] de qualquiera modo siempre se colige que
según los testimonios más antiguos conservados en León y Cardeña, los santos mártires no fueron hijos de
San Marcelo; pues así el Imperio de Marco Aurelio Antonino como el Consulado de Attico y Pretextato
fueron muy anteriores a la edad del santo centurión legionense". Esa es la misma opinión de J. M.
CUENCA COLOMA, op. cit., 3-5 y de J. M.• FERNÁNDEZ CATÓN, "Datos para la historia del martirio
Y del culto de las reliquias de los mártires leoneses Facundo y Primitivo", pp. 67-79.
Así lo reconoce la minuciosa obra de C. GARCÍA RODRÍGUEZ, El culto a los santos en la España romana
Y visigoda, Madrid, 1966. La primera mención al culto de los hermanos mártires es de 652, en que se
señalan la presencia de reliquias de los Santos Facundo y Primitivo en la iglesia de Santa Cruz de Guadix
(J. VIVES, Inscripciones cristianas de la España romana y visigoda, Madrid, 1941, n° 309, p. 104, Cf A.
VIÑAYO GONZÁLEZ, ''Las tumbas del ábside de la iglesia de Marialba y el martirologio leonés", Legio
VII Gemina, León, 1970, pp. 549-568. A. QUINTANA PRIETO, Op. cit) .
AHPL, fondo M. Bravo, caja 11598, leg. 85.
Recordemos los a Emetrio y Celedonio, Justa y Rufina, Centola _y Elena, Cosme y Damián, Gervasio y
Protasio ... El actual topónimo Santervás, antigup priorato de Sahagún, proviene de la contracción del
nombre del primero de sus patronos, San Gervasio.
16
Si admitimos, pues, la veracidad y antigüedad del culto, la siguiente
cuestión es, inevitablemente, cuándo aparece el primer santuario o basílica sobre
el túmulo de los mártires. Para Escalona, hacia el primer cuarto del siglo IV
recibieron sepultura Facundo y Primitivo, y poco después, se erigiría allí mismo
una capilla que pronto comenzó a recibir el nombre de Domnos Sanctas, germen
material y etimológico del futuro monasterio32 • Esta capilla y su "iglesia
pequeñuela", en opinión del Anónimo de Sahagún y Escalona, sería previa al
33
monasterio como tal, fundado en los tiempos de Alfonso III (866-910) • De dar
crédito a esta hipótesis, pudo tratarse de una estructura funeraria tipo martyrium
o celia memoriae que con el paso del tiempo adquiriría una importancia mayor
34
como centro de peregrinación •
Ahora bien, ¿qué indicios hay de todo ello? Pocos, a decir verdad, pero muy
a tener en cuenta. Por una parte, ya lo hemos apuntado, su devoción antigua. Por
otro, el hecho de que el monasterio leonés de San Claudio, de trayectoria hasta
cierto punto paralela al de Sahagún, se edificase sobre una necrópolis
tardorromana35 , siendo muy posiblemente el mismo a que se refiere san Valerio, al
relatamos las andanzas del monje Bonello36 • También se ha sugerido la posible
reutilización en la fábrica mozárabe de elementos pr:ocedentes de anteriores
edificaciones, concretamente capiteles labrados en talleres de influencia
bizantina, quizá en el siglo VP 7 • Finalmente, hay que contar con lo que afirma un
documento fechado en 945, según el cual, Alfonso III habría dado a los
fundadores cordobeses del monastertio facundino una villa con su eglesia
38
parrocitana, tras haberla comprado a propiis Dominis • Aunque Mínguez ha
A pesar de la cautela con que hemos de considerar las descripciones históricas, redactadas siempre muy a
posteriori, parece que pudo tratarse de un martyrium: "los fieles comenzaron con mucha piedad y devoción
a frecuentar y venerar su sepulcro, y dentro de poco fabricaron sobre él una capilla para su mayor culto"
32
33
(HS, lib. 1, cap. 11, p. 12).
A. UBIETO ARTETA, Crónicas anónimas de Sahagún, Zaragoza, 1987, Primera Crónica, cap. 1 (=1' CAS,
34
1' CAS , cap . 11: "E andando el tienpo e todavía 」イ・セゥョ、ッ@
u• CAS para la Segunda Crónica) .
35
36
37
38
la 、・カッセゥョ@
de piadosas personas, sobre los sus
dichos cuerpos fue fundada una capilla e yglesia pequeñuela, e ansí por muchos セ・イ」ッウ@
de años a su
a y, en la dicha capilla, a nuestro señor era frequentado mucho loable e religioso
memoria e 、・カッセゥョ@
ウ・イカゥセッB@
(J . PÉREZ GIL, "Incidencia de las peregrinaciones en el urbanismo del Monasterio y Villa de
Sahagún", Actas de las IIl Jornadas de Estudio y Debate Urbano, León, 1999, pp. 144-152).
M. L. GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, "Necrópolis tardorromanas en el solar del monasterio de San Claudio
de León", Numantia, 5 (1994), pp. 107-126.
El cual, dice, " ... perrexit ad Legionem ... retrusit se lterum ad corpora sanctorum martirum. Et usque hodie
lbidem perseuerat" (R. FERNÁNDEZ POUSA, San Valerio. Obras, Madrid, 1944, p. 118).
E. DOMÍNGUEZ PERELA, "Capiteles hispánicos altomedievales. Las contradicciones de la cultura mozárabe
y el núcleo bizantino del Noroeste", Archivo Español de Arqueología (=AEA), 65 (1992), pp. 223-262.
CDS, no 98. 1' CAS , cap . IV, al referirse a la fundación de Alfonso III, afirma: "[ ...] un abad fuyendo de
del dicho rey, e luego procuró que allí asentase,
Córdova, llamado Alfonso, el cual fue bien イ・セカゥ、ッ@
ヲ。セゥ・ョ、ッ@
イ・ウゥ、ョセ。@
e teniendo ーイ・ウゥ、ョセ。@
en la dicha capilla" , con lo que deja entrever que hasta entonces
no había más que una simple capilla.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
17
denunciado con sólidos argumentos que se trata de una escritura totalmente
rehecha, y la mención a una eglesia parrocitana un completo anacronismo, la
noticia puede contener alguna verdad. No es, además, el único caso en la comarca:
en 909 y 910 se cita una villa de los Santos Justo y Pastor, o, más probablemente,
de una villa con su iglesia dedicada a estos santos, situada cerca de Sahagún, la
cual es objeto de presura por hallarse abandonada39 •
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No debemos oldvidar que, pese al inicial carácter urbano y castrense del
temprano cristianismo leonés, su florecimiento llegó durante una segunda etapa,
la tardorromana, en relación con las elites locales y regionales y con sus villas, de
las que surgirían personajes de cierta relevancia. De esta expansión cristiana son
fruto también las basílicas de Marialba y Camarzana de Tera, la posible
dedicación cultual de ciertas dependencias de la villa de Navatejera, construida a
partir del siglo V40 , o el magnífico sarcófago de San Justo de la Vega, del siglo IV.
La vinculación de las villas con el proceso cristianizador ha sido destacada por
algunos autores 41 , aunque el carácter un tanto "burgués" de este proceso hizo que
su desarrollo fuese bastante lento42 , pese a la institución en las mismas de iglesias
propias, e incluso la transformación de algunas en monasterios vinculados a la
aristocracia fundiaria ya cristianizada, fenómeno que alcanza su máximo
esplendor durante el siglo VII en los monasterios dúplices del noroeste hispano,
sirviendo en ocasiones para disfrazar de comunidad monástica un dominio
particular, por motivos fiscales: "Acostumbran algunos ... convertir sus domicilios
en monasterios y con sus mujeres, hijos, siervos y vecinos, comprometerse a vivir
en común, erigir en ellos capillas en honor de los mártires y darles el pseudo título
de monasterios"43 •
in
)"
S,
us
su
so
de
39
CDS, no 9-10.
40
F. MIGUEL HERNÁNDEZ, C. BENÉITEZ GONZÁLEZ, "Relectura arqueológica de la villa romana de
Navatejera (León)", Nvmantia, arqueología de Castilla y León, I993-I994 , Valladolid, 1993, pp. 103-126,
pp. 123-124.
41
F. REGUERAS, J. DEL OLMO, "Villa romana/basílica cristiana: propuestas de lectura y nuevas hipótesis
a la luz de la arqueología aérea", Brigecio, 7 (1997), pp. 47-63. Yendo aún más lejos, en los últimos años
se ha desatado una interesante polémica en tomo a la posibilidad de que algunas villas romanas fuesen
monasterios paganos. Esa es la opinión de autores como D. FERNÁNDEZ-GALIANO, "Monasterios
paganos: una propuesta", AEA, 65 (1992), pp. 331-334, aferrados a textos como De vita contemplativa de
Filón de Alejandría. En el extremo contrario estudiosos como el profesor J. ARCE, "Las villae romanas no
son monasterios", ibíd., pp. 323-330, que rechazan esa teoría por "indemostrable e imposible".
lio
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42
de
ISe,
ces
43
J. GONZÁLEZ ECHEGARAY, Cantabria en la transición al Medievo. Los siglos oscuros: IV-IX,
Santander, 1998, p . 60.
Regula Communis, 1, ed. de J. CAMPOS RUIZ e l. ROCA MELIÁ, Santos padres españoles, II. San
Leandro, San Isidoro, San Fructuoso, Madrid, 1971 , pp. 137-162.
18
JAVIER PÉREZ
taumatúrgico45 • También ellos se asientan para su penitencia en
estas ecclesiae de las villas y grandes fundos, como el predio de Ebronauto,
propiedad del poderoso Riccimiro, en cuyo templo instala san Valerio su humilde
ergastulum46 • Pero igualmente en templos rurales, aislados en los montes como los
fana británicos y galos, e incluso algunos alzados sobre aras paganas, como la
iglesia de San Félix, en los Montes de León, donde hizo vida retirada algún
tiempo el citado anacoreta47 •
"Sea lo que fuere el origen, lo cierto es que en el siglo IV se constata un profundo y vibrante despertar del
culto a los mártires en sus sepulcros. Éstos se convierten no sólo en lugares desde los que actúa el "poder"
del santo allí enterrado, sino también en mina riquísima de amuletos contra toda clase de males." (A.
BLANCO GONZÁLEZ, "El poblamiento en La Rioja en la Antigüedad tardía", VII Semana de Estudios
Medievales de Nájera, Logroño, 1997, pp. 265-280, p. 274).
45 "Los líderes son fundamentalmente personas sacrales. De modo similar a como se había considerado al rey
en las civilizaciones primitivas, se mira ahora a los obispos y a aquellos personajes cuya vida atestigua un
poder extraordinario ya sea por su capacidad de hacer milagros y por su poder en algún ámbito de la vida
humana, en la palabra, en la oración, en la penitencia, o en cualquier modo que tal se manifestara. El
"hombre santo" es otro de los puntos cardinales de la nueva estructuración social." (A. BLANCO, "El
poblamiento en La Rioja en la Antigüedad tardía", p. 274).
44
46
47
FERNÁNDEZ POUSA, San Valerio, p. 160-162.
C. M. AHERNE, Valerio of Bierzo, an ascetic ofthe late visigothic period, Washington, 1949, pp. 7-13.
Había sido fundado por ciertos fieles cristianos, y lo atendía el presbítero Flaíno, pronto enemistado con
Valerio.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
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MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
21
l. EL LOCUM CALZATA Y
LA BASÍLICA MIRAE MAGNITUD IN/S
Nos referíamos al principio a esa compleja y prolongada dialéctica que se
ha dado a lo largo de los siglos entre el monasterio facundino y su entorno
inmediato. Pues bien, a partir de los años finales del siglo IX y primeros del X,
tras una larga etapa sacudida por la efímera ocupación musulmana, las campañas
de Alfonso el Católico y la ocupación del territorio por Ordoño I y su hijo Alfonso
III, será cuando este proceso se vaya haciendo más evidente, a medida que nuestra
comarca comience a asomarse a los registros escritos. El panorama que éstos nos
ofrecen entonces es el de un territorio y una sociedad en plena transformación,
dominados por una serie de rasgos fundamentales que no pueden ser sino
consecuencia de sus antecedentes tardoantiguos.
La reorganización de los páramos leoneses (ss. IX y X)
En los albores de la Edad Media, los páramos leoneses parecen distribuidos
entre un elevado número de unidades de poblamiento amplias 48 , sean éstas matas,
oteros, riberas, territoria, loci ... , y sobre todo, valles: Valdearcos, Valdeasneros,
Valdegorrón, Valle de Gontini, Valmayor, Valle de Materno, Valdemorilla,
Valdepueblo, Valdemora, Valdespino, Morilla (Valle de Morella), Cubillas (ualle
de Cobellas ), Oteros de Rey, Matadeón, Valmadrigal, Val verde, Valdefilar, Valle
de Iuvara, Valle de Fuentes, Valfartiel, Valderratario, Valle de Lorenzo, Valle de
Bercianos, Valle de Olmos, Valdavida, Valdescapa, Valle de Andrino, Valle de
Céspedes, Valle Lebaniego, Melgar, Otero Morisco, Calzada, Valle de Lupone,
Val de Tolo, Valdunquillo, Valdefuentes ...
Un análisis detenido de las fuentes permite observar cómo el valle se ha
convertido para la sociedad leonesa del Alto Medievo en la auténtica unidad
socioespacial claramente definida, un marco tanto físico como económico
mediante el cual poder distribuir y delimitar la propiedad y articular el
poblamiento. Por ello, es frecuentemente el valle el único entorno que aparece en
los documentos más antiguos para ubicar o encuadrar las propiedades familiares
que son vendidas o donadas. Valles o espacios amplios que agrupan un
poblamiento relativamente disperso, valles menores que operan como unidades de
48
C. DE AYALA, "Relaciones de propiedad", pp. 140-141. J. A. GARCÍA DE CORTÁZAR, La sociedad
rural en la España medieval, Madrid, 1988, pp. 14-15.
22
JAVIER PÉREZ GIL- JuAN JosÉ SÁNCHEZ BADIOLA
propiedad familiar, similares a la villa, aunque en un estadio menos desarrollado.
Es el caso de Valle de Ratario, Valle de Lorenzo, Valle de Avita... En ellos, aunque
no en todos, dependiendo de su extensión, aparecen ya en el siglo X diversas
villas con nombres de posesores, como Uilla Uelasco o Uilla de Egas, lo que
parece demostrar que el valle correspondería a una fase de ocupación anterior a
éstas, fruto de un proceso de colonización que ha demandado un período de
tiempo prolongado.
Dentro de estos marcos primitivos, por tanto, se desenvuelven la vida y
actividad de una población en crecimiento, cuyos asentamientos agrícolas son
denominados comúnmente "villas". Éstas suelen conocerse por el nombre de su
propietario, aunque también adoptan el nombre del valle, con lo que no es algo
inusual que aparezcan varias donaciones o compraventas de villas distintas con
idéntica denominación, induciendo a menudo a confusión, si bien es frecuente el
recurso a elementos nominativos que las distinga: lvara-Iuvarella (Joarilla),
Cascaras-Cascarellas, Villa Mayor, Villa Mediana. .. En 943 se habla de
Graniera, en singular"9 , pero poco después, en 971, encontramos ya la forma
plural: villas que vocidant Grannarias... qum suo valle 50 • Lo mismo sucede en
otros lugares: Valle de Asneros, denominado en 978 uillas de Asinos51 , y en 985
Ualle de Asnarios cum suas uillas52 ; villas de Fontes 53 , etc. En cierto modo, este
proceso estaría detrás de la configuración del poblamiento más típicamente
medieval, el aldeano, que ha llegado en buena medidas hasta nuestros días. El
punto de partida fue este poblamiento inestable y cambiante, aunque siempre con
la referencia de unos determinados marcos espaciales amplios, debido tanto a la
inseguridad como al arcaísmo de las estructuras productivas, muy ligadas a una
siempre manejable ganadería y una agricultura extensiva. La creciente estabilidad
de los establecimientos familiares, el crecimiento demográfico y colonizador y el
avance hacia una agricultura más intensiva y un menor papel de la ganadería
propician el desarrollo de verdaderas aldeas, y esta evolución se evidencia en las
ventas de grandes fincas y villas completas a las entidades monásticas, las cuales,
más que efecto de una cierta despoblación comarcal motivada por la demanda de
pobladores para las ciudades y plazas meseteñas 5\ se debieron a la transformación
de las pautas económicas, con un mayor interés por la agricultura y una ganadería
49
CDS, no 87. Sucede algo parecido en otro documento de 961 (CDS, no 87).
° CDS, no 261.
5
" E. SÁEZ, C. SÁEZ SÁNCHEZ, Colección documental del Archivo de la Catedral de León (775-1230).
Tomo I1 (953 -985), León, 1990, no 453 (=CCL).
" CDS, no 508.
53
54
CDS, no 289.
J. M." MÍNGUEZ FERNÁNDEZ, El dominio del monasterio de Sahagún en el siglo X, Salamanca, 1980,
p. 126.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI
Y SAHAGÚN
23
más controlada, lo que dejaría en un segundo plano muchas de las explotaciones
extensivas anteriores, que tienen, por contra, gran valor para los monasterios, cuya
dedicación económica es preferentemente pecuaria. Asimismo, en las abundantes
noticias que tenemos acerca de conflictos entre comunidades monásticas y
campesinos cuando, éstos ocupan los montes y pastizales para cultivarlos.
Se inicia así un proceso de configuración del poblamiento aldeano a partir
de, por un lado, la fragmentación progresiva de las grandes villas familiares, y por
otro, la concentración en tomo a un elemento aglutinador del poblamiento,
especialmente las iglesias-monasterios rurales 55 , de las villas o cortes más
modestas. Los viejos concilia territoriales o de valle dejan lugar a concejos
aldeanos vinculados a una determinada colación parroquial, y el caserío compacto
se suma definitivamente a un término local distribuido entre los bienes comunales
y los particulares, con una progresiva especialización de los pagos de labor. La
aldea, como sus precedentes protoaldeanos y vilicarios, constituye un espacio
habitado y una unidad social y jurídica, y por ello cuenta con un término propio
distribuido entre el intus, donde se asientan las casas y sus dependencias más
inmediatas (huertos, corrales, eras), formando un conjunto diferenciado,
individualizado, dentro del marco aldeano; y elforas, donde se hallan los viñedos,
pastizales y grandes áreas de labor, además de los baldíos y montes.
Como comunidad, la aldea se gobierna por una vieja institución, el
concilium o concejo, y forma un grupo en el que existen diferentes clases sociales,
no debidas, creemos, a una novedosa concepción "liberal" de la propiedad,
surgida de la repoblación, que permitiría la apropiación de la tierra comunitaria y
la fragmentación del terrazgo para su venta o donación a terceros 56 , sino a que la
sociedad de la que proceden estas comunidades no era tampoco igualitaria,
aunque es probable que la ausencia de estructuras señoriales o su relajamiento
55
56
Las fundaciones de esta clase debieron de ser numerosísimas en todo el territorio durante la Alta Edad
Media, y su papel en el desarrollo de las redes de poblamiento se ha destacado especialmente en el área
cantábrica, donde se concibe como una fórmula de ocupación anterior a la villa y menos desarrollada que
ésta. De hecho, se trata, durante la Alta Edad Media, de casi la única forma de mantener la atención
religiosa y la tarea evangelizadora a lo largo del territorio leonés. Son lo que podríamos denominar iglesias
propias, fundadas en sus heredades por particulares procedentes de lo que hemos dado en llamar "elites
locales", los cuales mantienen sobre ellas derechos de patronato que pasan a sus descendientes como bienes
indivisos, cada uno de los cuales conserva su correspondiente "porcione". Es muy frecuente, no obstante,
que sean donadas a los abades y comunidades monásticas que las habitan, a veces por completo, a veces
sólo de forma parcial, lo que, como veremos, desemboca ocasionalmente en conflictos con los demás
heredes. La asociación de muchos de estos monasterios a los valles, de los que terminan tomando nombre,
guarda alguna semejanza con la que se describe en el área cantábrica. Los ejemplos son abundantes en los
páramos: Santos Justo y Pastor en Valle de Mahamute, Santiago en Valdevimbre, San Cipriano en Valdesaz,
San Juan en Valdemora, San Martín en Valdepueblo, Santiago en Valdavida, San Cipriano en Valfartiel,
Santa María en Valdetolo ...
J. M.• MÍNGUEZ, "Ruptura social e implantación del feudalismo en el noroeste peninsular (siglos VIIIX)", Studia Histórica. Historia Medieval, III/2 (1985), pp. 7-30.
24
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
durante largos espacios de tiempo penrutlesen un cierto afianzamiento de la
solidaridad vecinal. Los linajes más relevantes se vinculan desde temprano al
control de los castros y centros territoriales, las grandes presuras y villas amplias,
que darán origen incluso a aldeas, de las que sus descendientes se dirán heredes.
Y sobre todo, los pequeños centros religiosos, a la par iglesias y monasterios, que
refuerzan la identidad familiar y su preeminencia social. Características comunes
son, en primer lugar, su fundación a partir de bienes propios y por iniciativa
particular, muy frecuentemente un presbítero; su vinculación con las comunidades
rurales en que se instalan; su práctica equivalencia a las villas o explotaciones
agropecuarias, que cabe relacionar con las abundantes villas donadas por
presbíteros a monasterios; y su modestia material, siendo en ocasiones difícil
distinguirlas de los eremitorios. Son, en definitiva, una expresión más de la
consolidación de esa "mesocracia" hondamente arraigada en las comunidades
rurales, de las que procede, sirviendo de enlace entre las mismas y la Corona y la
aristocracia nacional, para la que a menudo desempeñan funciones de gobierno o,
cuando menos, dirigen la acción de los concilia como minoría de maiores,
maximi, boni homines, en contraposición a la masa de minores, iuniores, piures...
Muchos de los antiguos valles estuvieron vinculados al otro gran elemento
ordenador del paisaje rural, los castros, como Valmadrigal, con sus castros de
Castrotierra y Castro Havoz; Melgar, con los de Castro Forcasas y Castro de
a「、オコ・[
セ@ Iuvara; Valle de Olmos, con Castroañe ... Castros que, por otro lado,
constituían una verdadera pléyade alineada, como en tiempos pretéritos, a lo largo
del Cea, en lo que se ha interpretado tradicionalmente como una línea defensiva
organizada por los reyes asturleoneses 57 : Castronuño, Castroañe, Cea, Grajal,
Castro Foracasas (Melgar de Arriba), Castro de Abduz (Melgar de Abajo), Castro
Froila, Castro Medio de Villalogán (Mayorga), Castrobol, Castro Mazarefe
(Valderas), Castrogonzalo, Castropepe ... Ahora bien, la vinculación de estos
castros a la Corona y la aristocracia militar tuvo frecuentemente un carácter
episódico, siendo su concentración notable en algunas zonas, como la ribera del
Esla y esta del Cea, muchos de ellos apartados de las vías de comunicación
principales: Castronuño (entre Castromudarra y Llamas de Rueda),
Castromudarra, Castrillo de Valderaduey, Castrotierra, Castrovega, Castro de
Iuvara (entre Joarilla y Vallecillo), Castilfalé ... Por otro lado, la mayor parte de
ellas han formado su nombre a partir de un antropónimo o posesor que, al menos
aparentemente, no guarda relación alguna con la Corona. Podría pensarse en
condes o tenentes regios de procedencia norteña, como Castronuño, ligado a la
familia condal de Cea58 , y quizá Castro Froila, aunque no nos consta su relación
57
J. RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Los reyes de León Ordoño III, León, 1982.
" CDS , no 279.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
25
con los condes así llamados. Pero esto no demuestra que tales lugares fuesen
creados o fortificados por los citados personajes, ya que no es extraño el cambio
de denominación de un lugar en función de quien ejerza sobre él algún tipo de
dominio, fenómeno que podemos observar en Vega de Femán Vermúdez, en
Tierra de Campos, que debía su nombre a un noble repoblador, mudándolo más
tarde por el de Vega de Ruiponce, en atención a su nuevo posesor. Más se debería,
creemos, a linajes autóctonos de cierta relevancia, vinculados a los castros y a la
posesión de iglesias o monasterios 59 •
Los escasos medios técnicos y la poca disponibilidad de efectivos humanos
imposibilitaban el mantenimiento de un número elevado de centros militares a lo
largo de toda la geografía leonesa, por lo que las responsabilidades defensivas y
de sostenimiento de los castros recaían en sus propios habitantes o los de sus
valles. De este modo, el castro vinculado a la población local y a unas
determinadas condiciones económicas, se insertaría en los esquemas defensivos y
administrativos regios, que se aprovecharían de las propias estructuras de
poblamiento y organización social como útiles instrumentos para su absorción y
asimilación. En una segunda fase, a partir del siglo X, muchos de estos
emplazamientos habían perdido ya su razón de ser para las comunidades rurales y
la Corona. Esta pérdida de funcionalidad puede comprobarse en su frecuente
cesión en favor de las instituciones religiosas, su abandono, o la ausencia de todo
elemento identificativo en los nombres, apareciendo simplemente como
apelativos, o bien como castellum anticuum60 , castrum anticum de Melgar de
Abduze6 1••• Pero otros, como Cea y Grajal, mantendrán su cometido al frente de
extensos distritos, adaptándose a la fuerte tendencia del hábitat a desplazarse
hacia las vegas y vías de comunicación, mediante su especialización militar y
administrativa.
El entorno primitivo del monasterio
Dentro de este panorama, las primeras noticias que poseemos acerca del
monasterio de Sahagún coinciden en situarlo " ... in loco Ca/zata que est sita super
ripam .fluminis cui nomen est Zeia finibus Gallecie ... " 62 , una zona de especial
interés, a la vera de la calzada y en pleno límite entre los territorios políticomilitares vecinos. Este hecho se ha interpretado como una referencia a la cercanía
59
60
61
62
C: ESTEPA DÍEZ, Estructura social de la ciudad de León, León (siglos XI-XIII), 1977, p. 72. J. J.
SANCHEZ BADIOLA, "La sociedad leonesa en la transición a la Edad Media", pp. 35-61.
V. VIGNAU, Cartulario del Monasterio de Eslonza, Madrid, 1885, no XXV (=CME).
L. SERRANO, Cartulario del Monasterio de Vega, Madrid, 1948 (=CMV), no 14.
CDS, no 29, 32.
26
JAVIER PÉREZ GIL- J UAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
del cenobio a la vieja calzada romana, como efectivamente sucedía, pero de la
documentación parece desprenderse más bien la existencia de un ámbito
impreciso de poblamiento, cuya denominación se debe a la calzada, que sería el
elemento referencial más destacado. En 904 aparece Calzata como loco en el que
se asienta Villa de Zacarías 63, una explotación familiar que Alfonso III concede
ese año, con inmunidad, a Sahagún, de forma que sus habitantes sirvan en
adelante al monasterio cual antes al rey, de lo que cabe deducir su evolución hacia
una comunidad aldeana. Acaso fue el germen de la aldea de Calzada, que se quedó
con el nombre genérico del antiguo locum, fenómeno harto frecuente en el León
medieval, y así aparece en 929, como "locum predictum in uilla que uocitant
Calzata " 64, figurando en 946 como confirmantes de un documento catorce
vecinos de la misma65 • Posiblemente no fue la única que adoptó dicha
denominación, si contamos con la presencia de Calzadilla66 • En Calzada y la vega
de Domnos Sanctos aparecen también Villa Nannin, seguramente cercana al
monasterid7 , Ranero 68, y la villa de los Santos Justo y Pastor, mencionada en 909
y 91069 •
El entorno del locum Calzata y el primitivo monasterio facundino se
completaba con otros espacios similares, fundamentalmente el Valle de Ratario y
el Valle de Lorenzo. Aquél, citado por vez primera en una permuta de 945 70 , lo
formaba el valle del arroyo del Coso, y se extendía más o menos entre Calzadilla
63
CDS , no 6.
64
CME, no XXVII.
65
M. HERRERO DE LA FUENTE, Colección diplomática del monasterio de Sahagún (857-1230) , vol. II
(1000-1073) y II1 (1073-1109), León, 1988 (=CDS), n° 949.
66
En este sentido son de sumo interés las apreciaciones de J. M." ANGUITA JAÉN , "[. ..] qui Calciatamfecit,
ubi ipse requiescit (LSJ-CCV V, VIII, f. 207)", lacobvs. Revista de estudios jacobeos y medievales, 5-6
(1998), pp. 19-30, al destacar su similitud con la riojana Calciata (Santo Domingo de la Calzada), y
considerar ambas como topónimos o, en cualquier caso, hodónimos, rechazando su carácter meramente
apelativo. Sin embargo, no creemos que se tratase de un locus mayor coincidente con la Via Traiana, el
cual tendría entidad como territorio o subcomarca geofísica, pese a no alcanzar rango administrativo ni
consolidarse como hodónimo, extendiéndose, a modo de franja, entre Carrión y Mansilla, inclinándonos
más por la existencia de diferentes loca minicomarcales con la coincidente circunstancia de su cercanía a
la calzada, y a ello se debería la homonimia presente en Calzada, Calzadilla de la Cueza, Calzadilla de los
Hermanillos ... Este fenómeno, además, no se circunscribe al tramo referido, sino a otros muchos, donde
también originó topónimos.
67
CDS, no 14. La documentación lo sitúa " ... in veiga de Domnos Sanctos iuxtajlumine Ceia ... ", lo que nos
lleva a desechar su identificación con la villa homónima en la zona del Payuelo.
68
En una donación de 959 aparece un testigo procedente de este lugar, Fronimio de Raneiro, lo que parece
dar idea de su condición de aldea (CDS, no 164). Debe de tratarse del pago homónimo, entre Sahagún,
Grajal y San Pedro de las Dueñas (M." F. CARRERA, op. cit., p. 60).
69
CDS, no 9-10. Ambos coinciden en que se trata de una propiedad fundada in termino de Domnos Sanctos,
en la vega del Cea.
° CDS, n° 102.
7
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
27
y Galleguillos 71 • Una donación regia de 916, pese a su falsedad, sirve para
confirmar la extensión del término, en el que se integran Villa Velasco, Villa
Reuel, Sancta Maria, Villa Egas, Perales, ambas Mahamudes con su iglesia, y
Galleguellos de Caits 72 , a las que añade una de las nóminas catedralicias
Calzadilla y Villa Justa, Ribella, Villa Alafia y Cordouella, diferenciando
Galleguillos y Caidos 73 , y citando dos barrios distintos en Perales74 • La
confirmación que hace el rey de estas villas a la sede leonesa, en 985, solamente
cita Villa Velasco, Villa de Egas, Sancta Maria, Kah;adella, Villa Rebelle,
71
Cf MÍNGUEZ, Colección diplomática del monasterio de Sahagún, p. 500. M .• F. CARRERA, op. cit., p.
78. Justiniano J. RODRÍGUEZ, Ordoño Il/, p. 116 y 121, lo sitúa en el curso del río denominado en el
Medioevo Taratoy, actual arroyo Valdeduey, o de Navajos. La documentación consultada, sin embargo,
parece inclinar la balanza hacia las inmediaciones del coto de Sahagún, concretamente el valle del arroyo
del Coso. Así, un falso de 955 se refiere a " ... alío comisso in ualle de-Ratario, de Quintanella de Be/asco
usque in aqua de Zeia, omnia integritate ... " (CCL, n° 287).
72
E. SÁEZ, Colección documental del Archivo de la Catedral de León (775-1230). Tomo I (775 -952), León,
1987, n° 39 (=CCL). Mahudes es hoy un pago de labor y un caserío dentro del término de Calzada del Coto.
Villa de Egas o Villa de Egicas, como se la llama en 946 (CDS, no 197), debió de estar no lejos de Perales,
ya que en se cita una carrera que unía ambos lugares (CDS, n° 197). También limitaba con Riba Rubia, por
el oeste, como se ve en el citado documento de 946, el cual se refiere, en realidad, al termino de omines de
Billa de Egicas, los cuales aparecen al final como confirmantes (CDS, no 364). Villavelasco, quizá sea el
Quintanella de Be lasco citado en 955 (CCL, n° 287), que muy bien pediera ser el Quintanella de Paramo
que vemos en 1140, sito entre Calzadilla, Villacintor, El Burgo Ranero y Villamuñío (MG, p. 164. CME,
no III. CCL, no 301 y 508. CDS, no 197. J. M. RUIZ ASENCIO, Colección documental del Archivo de la
Catedral de León (775-1230). Tomo III (986-1031), León, 1987; y tomo IV (1032-1109), León, 1989
(=CCL), n° 829. Villa Revelle, en "Villarriviel", entre Calzadilla y Bercianos, y allí mismo Sancta María,
pues la zona en que se halla el citado pago también se conoce como "Valle de Nuestra Señora" (J. A.
ferNエセ
ndez@
FLÓREZ, "El Becerro de Presentaciones, Códice 13 del Archivo de la Catedral de León.
Un parroquial leonés de los siglos XIII-XIV", León y su historia, volumen V. Miscelánea histórica de temas
leoneses, León, 1984, p. 499). Seguramente sea el llamado en 960 Autero, donde se sitúa la iglesia de Santa
María, cerca de Perales (CDS, no 174). VillaAlafio, cerca del Cea y la carrera a Melgar (CDS, no 149). Otro
documento de 1059 lo ubica junto a las carreras de Galleguillos a Valfartiel, y de Muño lbáñez a
Galleguillos (CDS, no 603), y uno de 1123 al sur de San Pedro de las Dueñas, pero sobre la margen derecha
del Cea (CDS, no 1214). Villa Motarrafse menciona ya en 913, y lindaba con Uilla Reuelle, San Alejandro,
Santa María, Fontes y Villa de Anuitos (CME, n° III). En el año 962 aparece esta villa como limítrofe de
la iglesia de Santa María, y cercana a Perales, Villa de Egas, Villa de Justa y Villa Revelle, citándose una
carrera de Villa Motarraf a Cea (CDS, n° 197). Cuatro años más tarde vuelve a aparecer en la
documentación como límite de Bercianos (CDS, no 245), y como lindero de heredades en Villa Lilla en 967
(CDS, no 247-248), lo que parece situarla entre Bercianos y Vallecillo, y no cerca de Villavicencio de los
Caballeros (J. RODRÍGUEZ, Ordoño Il/, pp. 117-121) ni en San Miguel de Montañán (P. MARTÍNEZ
SOPENA, La Tierra de Campos occidental. Poblamiento, poder y comunidad del siglo X al XIII,
Valladolid, 1985, p. 122, n. 175). Perales se sitúa en 966 y 988 junto a Bercianos, Lacuna, Villa Lilla, Villa
Revelle, Villa Motarrafy Papella (CDS 245, 339), en la ermita de Perales, al este de Bercianos. Ribella, a
juzgar por algunas noticias, pudo estar cercana a Mahudes (CCL, n° 301 y 508). Cordouella pudo estar
cerca de Villa Alafia.
73
74
Los documentos de 962 y 964, y otro fechado en 987 mencionan la presencia de testigos procedentes de
este lugar, lo que indicia su condición de aldea (CDS, no 200, 337, 364).
CCL, no 301.
28
JAVIER PÉREZ GIL - JuAN JosÉ SÁNCHEZ BADIOLA
Perales, Villa Mahamudi, Galleguillos y Caidos 75 • En 963 se afirma que el lugar
de Bercianos pertenecía también a este territorio, hallándose por entonces
desierto76 •
Al norte del Valle de Ratario se hallaba el Valle de Lorenzo, extendido a lo
largo de los arroyos de Parazuelo y el Valle de Calzada, que corren casi en
paralelo. Se le cita por primera vez en varias compraventas de 947, 948 y 950, por
las que Muño Flaínez adquiere tierras en esa comarca, una de las cuales llega
" ... usque in termino de Valle de Ratario ... " 77 • La villa más importante parece
haber sido Riba Rubia, que aparece en escrituras de 943 y 94678, este último año
como halle que vocitant Ripa Rubia. Sin embargo, aunque en 960 se utilice el más
impreciso término loco79, lo cierto es que se mantiene la alternancia en cuanto a la
denominación de este lugar, apareciendo incluso en la forma Villa Rubea en un
documento de 987 80 • Lo más usual, no obstante, es que lo haga como Ripa
Rubea 81 , cuya condición aldeana final parece demostrada por la frecuente mención
de testigos procedentes de ese lugar82 •
Aparte de Ripa Rubia se citan otros establecimientos, como Palazuelo,
vecino de Sancta Columba, en 985 83 , surgido a partir de algún palatium señorial,
aunque ya en 1003 se cita su concilio locaP\ Villa Pascual, también en 985 85 ; Villa
75
CCL, no 508.
76
CDS, n° 216. Conocemos todavía otras varias referencias que ayudan a esclarecer los límites del territorio
y conocer qué villas se encuadraban dentro del mismo durante el siglo X: en 961 se habla de la presa de
Uilla Saliti cerca de Grajal y Melgar en el Cea, cuyo puerto estaba entre Valderratario y Forakasas (Melgar
de Arriba) (CDS, no 188).
77
CDS, no 107-108, 124.
78
CDS, no 89 y 364.
79
CDS, no 180.
°CDS, no 337.
8
81
CDS, n° 185, 202, 296, 446.
82
CDS, no 202, 241, 364. La localización de esta villa viene indicada por algunos escasos datos. En 961 se
habla como lindero de la " ... carrera que discurrit de Legione ad Ceia .. . " (CDS, n° 185), y ya vimos que
en una donación de 955 se la situaba sobre el río Cea (CDS, n° 146-147). La donación que hace Rmairo
III a Sahagún de esta villa, aunque falsa, nos informa de la propiedad regia de la misma y, además, de
que limitaba con Palazuelo, la carrera que unía este lugar y Bercianos, y las que iban de Villa de Egas,
Va/paraíso y Valle de Lorenzo (CDS, no 307). Otra de 987 pone Riba Rubea como linderos de una villa
en Valle de Lorenzo (CDS, n° 337). A la luz de estos datos, nos inclinamos por situarla cerca de la
llamada "Fuente de Villarrubia", a medio camino entre Calzada y Calzadilla, junto al arroyo del Valle de
Calzada.
83
CDS, no 328.
84
CDS, no 382. Estuvieron situadas en el actual pago de "Parazuelo", al norte de Codornillos (CDS, n° 107108, 124, 328), Sancta Columba entre dicho valle y Villamol (CDS, no 1229).
85
CDS, n° 328. Poco después, en 987, la villa se incluye expresamente en el Valle de Lorenzo (CDS, n°
337).
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI
Y SAHAGÚN
29
Sesoldo 86, Villa Sindla, cuya población aparece en 946 como termino de omines de
Villa Sindila 87 ; Ferrerolos, lindero de Villa Sesoldo 88 ; Vadello 89, y Castellanos, que
incluimos en el Valle de Lorenzo, dada su localización geográfica, aunque no
consta documentalmente su pertenencia al mismo.
En la comarca situada al este de Sahagún tenemos noticia del locus
denominado Quintanella-Santa Eulalia, en 100290 , quizá el mismo en el que
Elvira dona unas viñas a Sahagún en 98691 • En ese lugar se hallaba el de Fonte de
illa Petra, y en él un monasterio de San Martín, origen del actual San Martín de
la Fuente. Ese mismo año se vende una villa en este lugar92 • Muy cerca se
menciona la villa de Moratinos, a partir de 955 93 , identificada prácticamente con
el lugar de Pradelione en 1025, aunque en épocas posteriores se citan como
diferentes 94 • También se hallarían en esta zona Villa Mozerore 95 , la iglesia de Santa
Engracia96 y Lama Tremula 97 •
86
Citada en 987 como parte del valle, en la donación que de sus heredades allí hace Vicente a la abadía del Cea
(CDS, no 337). Limitaba con los términos del monasterio de Sahagún, Villa Rubia, Ferrerolos, Villa Sindla y
doña Jimena, lo que parece situarla al norte del Calzada del Coto, entre este lugar y la fuente de Villarrubia.
87
CDS, no 364. Igualmente citada en 987, como lindero de Villa Seso/do (CDS, n° 337), cabe ubicarla entre
Calzada del Coto y la zona de "Villarrubia". También limitaba con Riba Rubia, por el norte, como se ve en
una venta de 946 (CDS, n° 364).
88
CDS, no 337. Topónimo de interés por su posible relación con un asentamiento artesanal
89
Aparece en una venta de 960 (CDS, n° 172). Posiblemente estuviese este lugar entre Castellanos y Villarrubia.
90
CDS, no 379.
91
CDS, n° 334. Existe un pago de "Quintanilla", entre San Martín, Terradillos y Ledigos.
92
CDS, no 334.
93
CDS, no 147.
94
CDS, no 677. AHDL, F. M. Bravo, Otero, no 22.
95
La homonimia entre este lugar y otro situado junto al río Cea, unida a la escasez de datos acerca del mismo,
hacen extremadamente difícil decidir si existió o no una villa así denominada junto a las aguas del Sequillo,
distinta de la Villa Mozerore perteneciente a Sahagún. Uno de los documentos que nos sirven de base para
admitir esta distinción es el testamento efectuado por doña El vira en 986, quien, entre otros bienes, deja a
la abadía de Sahagún la iglesia de Santa Engracia, en el Sequillo, con todos sus bienes, que delimita por
Villa Mozro usque in rivo Sico, añadiendo ocho viñas en Quintanella (CDS, n° 334). Podría pensarse en
que el término de la iglesia en cuestión iba desde Villa Mezerore, en el Cea, hasta el Sequillo, pero parece
poco creíble, máxime cuando en 990 Diego Scekariz, que figura como testigo en la anterior donación, dona
a Sahagún sus bienes en San Andrés y en Villa Mozerore, en el Sequillo (CDS, no 343).
96
97
Donada a Sahagún en 986 por doña El vira, precisándose que se encontraba junto al Sequillo y cerca de Villa
de Mozro (CDS, no 334). Es denominada casa por el documento, lo que parece indicar que se trata de un
pequeño monasterio-granja familiar, integrado por algunas cortes con sus casas lagar, cubas y fincas de
labor. Estos escasos datos, unidos a su supuesta cercanía a un lugar denominado Quintanella (M." F.
CARRERA, op. cit., p. 338), seguramente el que se cita en esa misma donación, nos inclinan a situarlo en
la zona de San Martín de la Fuente.
Aparece únicamente, como villa, en una extensa donación efectuada por Vermudo Núñez en favor de
Sahagún, en el año 955 (CDS, n° 145, 147 y 427), sin que quede claro cuál era su emplazamiento concreto.
El orden seguido por la relación de lugares en que se realizan donaciones parece indicar su cercanía a
Panninos y Moratinos. Debió de tratarse un poblamiento efímero, quizá motivado por lo insalubre de su
lugar de ubicación, a jugar por el nombre.
30
JAVIER PÉREZ GIL - JuAN JosÉ
SÁNcHEz BADIOLA
La expansión demográfica altomedieval parece demostrada en la comarca
por la multiplicación de granjas familiares y monasterios o iglesias rurales que se
han transformado ya en aldeas en el siglo X, la mayor parte las cuales se
localizan a la vera del Cea y la calzada ceana, las más de ellas, por cierto, con
nombres que remiten a sus orígenes familiares: Villaselán98 , Villa Mezero/ 99,
Villamol, donde se hallan el locum denominado Vi/lar y su iglesia de Santa
Marina 100, Trianos 101 , Codornillos 102 , Villanueva 103, la iglesia de San Emiliano 104 , el
" CDS, no 142.
99
Aunque algunos autores han reducido este lugar al actual Villamol, la documentación demuestra que se trata
de otro diferente, como ha señalado M.' F. Carrera, basándose en serios argumentos lingüísticos e históricos
(op. cit. , pp. 57-58). En 1095 se produce la concordia entre varias villas pertenecientes al Infantado, Uilla
Noua, Villamol (Uilla Mofo/) y Trianos, y otras dos pertenecientes al coto de Sahagún, llamadas Villapeceñil
y Uilla Mezeroh, lo que definitivamente invalida la identificación entre este lugar y el cercano Villamol
(CDS, no 949). La situación de esta villa viene determinada por la propia documentación. El falso facundino
de 905 la cita como una de las villas integrantes del coto monástico (CDS, n° 8), mientras que en 984 son
vendidas diversas heredades en este lugar que iban a lindar con Trianos y el río Cea (CDS, n° 327). En una
donación de 946 figuran seis confirmantes de este lugar (CDS, no 364), y en otra de 950 se cuentan
veinticinco (CDS, no 128), lo que indica que se trataba por entonces de una aldea suficientemente poblada.
También en una venta de 962 aparacen algunos vecinos de la villa como testigos (CDS, no 200), y durante
984 nada menos que treinta y dos habitantes de la misma venden a Sahagún sus bienes (CDS, no 327).
100
セ@
10 1
Villamol se menciona en documentos de los años 946, 994 y 1001 (CDS, no 349, 364 y 374). En 950 aparece
citado e! loco de Villar, junto al río Cea (CDS, n° 128), mientras que en 980 se afirma que se halla inmediato
al monasterio de Sahagún, y que su iglesia estaba dedicada a Santa Marina (CDS, n° 306). Una donación de
994 precisa algo más y señala como límite superior de una heredad el lugar de Villamol, y como límite
inferior Villar; al que califica de casa vestra, refiriéndose a Sahagún, mientras que el brevete simplifica
diciendo que se trata de una donación in Villa Mohore in Villar (CDS, n° 349), lo que parece indicar la
proximidad entre ambos. Villar debió de hallarse en el pago homónimo, cerca ya de Codornillos. Vuelve a
mencionarse en cartas de los años 1001 y 1002 (CDS, n° 374 y 377). A juzgar por el nombre del lugar, así
como a las menciones que se hacen del mismo como loco o casa, parece tratarse más bien de una antigua
villa abandonada, con su iglesia de Santa Marina, o bien una pequeña instalación agropecuaria dependiente
de Villamol (M.' F. CARRERA, op. cit., p. 727), convertida en explotación dependiente de Sahagún,
posiblemente a raíz de la permuta que este cenobio hace con el de San Andrés de León en 980 (CDS, n° 306).
Solamente tenemos una mención de este lugar en 984 (CDS, no 327).
102
Se le cita en 1001 como Cornutellos (CDS, no 374), término que parece deberse a su situación en un lugar
relativamente elevado sobre la ribera del Cea. El documento es la donación de Terencia a Sahagún, de una
viña en esta aldea, que denomina "pago".
103
Aparece en varios documentos de la abadía de Sahagún, el primero de ellos fechado en 946, figurando al
pie del mismo una relación de confirmantes procedentes de esta aldea (CDS, n° 364). Su nombre parece
indicar que el origen de la villa se produjo como resultado de la expansión colonizadora de la vega del Cea
a partir de algún otro núcleo cercano. Es posible también que constituyese alguna suerte de lugar inmune,
pues se cita en 959 a su sayón propio, Juan (CDS, n° 164). La ubicación de esta villa no se ha podido
precisar completamente. Sabemos. sin embargo, que no se trata de la Villanueva que se vincula en 1095
con dos lugares pertenecientes al Infantado: Villamol y Trianos, los cuales litigan con otros dos
dependientes de Sahagún: Villapeceñil y Villa Mezerore (J. RODRÍGUEZ, Los fueros del reino de León,
León, 1981, II, no 8). En 955 se citan varios bienes lindantes con la carrera a Graja! (CDS, no 366), y en
otra de 962 se sitúa la villa " ... de karraria qui discurrit ad Graliare et iusta ribulum Zeia ... " (CDS, n° 200).
En 979, por último, son donados " ...solare iuxta carrera que discurrit de Legione a Graliare ... corte iuxta
carrale que discurrit de Mahmute a Graliare ... " (CDS, no 297). Estos últimos datos parecen acercar su
ubicación al área entre Sahagún y San Pedro de las Dueñas.
104
Perteneciente a un amplio conjunto de heredes, quienes la donan a Sahagún en 922 y 925, salvo el
presbítero Domnino, que entrega su parte a San Salvador, suponemos que de Cea, aclarando que la iglesia
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
31
monasterio de Saelices de Cea 10S, Bustillo 106 , el monasterio de San Pedro
de las Dueñas 107 , Vascones 108, Bovatella 109, Villa Abolfeta 110, Panninos 111 ,
Santa María del Río 112 , Barriales 113 , Farauellos 114, Villazán 115 ,
había sido de su abuela Gotecia y su tío Galindo, presbítero, que habían decidido que fuera él quien la
poseyese a su muerte (CDS, n° 29-30, 32). Todos estos documentos coinciden en situar este templo de San
Emiliano por encima de Saelices y de Faravellos, aunque presumiblemente cerca de ellos.
105
106
107
Se cita por primera vez en 922 y 925, simplemente como punto de referencia para situar cuatro agros
donados a Sahagún en esos años, sin que se precise de qué tipo de institución se trataba (CDS, no 29-30,
32). Su condición de monasterio, sin embargo, parece clara a la luz de algunas donaciones efectuadas en
937 y 974, al igual que su dependencia de Sahagún (CDS, n° 68 y 275). En qué condiciones se produjo ésta
es algo difícil de averiguar, habida cuenta de la falsedad del documento de donación fechado en 904 y
atribuido a Alfonso III (CDS, n° 7), pero, en cualquier caso, queda clara su pertenencia a la abadía del Cea
desde el siglo X. Quizá deba relacionarse con la iglesia de San Félix que dona el presbíter Elca a sus
sobrinos Julián y Olimundo en 921 , con la condición de que luego pase a Sahagún (CDS, n° 25).
En 1050 (CDS , no 538).
Se cita en 1047 (CDS, n° 505).
108
También de tardía aparición en los cartularios altomedievales, esta villa estaba situada supra Ceia, esto es,
cerca de Barriales, en 1025 (CDS, no 415).
109
La villa así denominada estuvo situada al este de Sahagún, en el pago homónimo, junto al Valderaduey
(CDS, n° 391. M.' F. CARRERA, op. cit., p. 196-197). El origen ganadero de este lugar parece demostrado
por la propia etimología de su nombre, el latín bovata, "manada de bueyes" (M.' F. CARRERA, op. cit., p.
563), aunque en el momento en comienza a figurar en la documentación es ya una aldea con diversas
explotaciones agrarias. Aparece en tres documentos del monasterio de Sahagún, fechados, respectivamente,
en 1007, 1019 y 1032 (CDS , no 391, 406 y 430).
0
Aunque el copista del Tumbo identificó este lugar cercano al monasterio de Saelices del Río con Villa
Olfeta, vecino del de Saelices de Mayorga, se trata de dos villas totalmente distintas. La que nos ocupa se
cita en una venta de 949 en favor de un monasterio de San Félix, entregándole una tierra " .. .secus flumen
Ceia, de occidente carrera que discurrit a Ceia ... " (CDS, n° 119). Este dato, además del hecho de que el
abad de dicho cenobio se llama Flaino, y no Gómez, que era quien regentaba el de Mayorga, hacen pensar
en una villa cercana a Cea, sin duda la Villa Olfeta que algunos documentos posteriores sitúan junto a
Bustillo de Cea, y la Villalfeta mencionada en esa zona en un documento de 1234: uilla que uocatur
Uillacerfan, iuxta opidum Ceye, et in Uillalfeta, iuxta eundem opidum Ceye (CDS, no 1678).
1
Lugar que cabe reducir al actual pago denominado "Pañinos", cercano al arroyo del mismo nombre, en
término de Sahagún, a la vera de la calzada que une esta villa con la de San Nicolás del Real Camino, y
casi en la linde entre ambas. Se cita como villa en dos documentos de 955 , y otros de 1007 y 1030 (CDS,
n° 145 , 147, 391 y 427).
2
Citada como iglesia en las anteriores donaciones a Sahagún, por la que pasa a depender de la abadía con
su agro, tres casas y un hórreo con su suelo (CDS, no 29-30 y 32).
"
"
"
"' Y su monasterio dedicado a San Salvador. Barriales se cita en 1020, concretamente sus homines como
propietarios de la mitad de un molino en la villa de Santa María, junto al Araduey (CDS , no 407). Vuelve
a citarse diez años después, en una donación de viñas situadas junto a San Pedro (CDS, no 427). En 1050,
Vita Farnítez dona a Sahagún la población que había hecho junto a Barriales, en una viña del monasterio,
con sus habitantes y bienes (CDS, n° 538). Estuvo situado en el pago homónimo, al sur de Saelices del Río,
ya cerca del término de Cea. En cuanto a San Salvador, aparece como lindero en 1030 (CDS, no 427).
Pensamos que debe de ser el mismo monasterio dedicado a San Salvador, San Martín y San Esteban que
se cita en Barriales en el año 1075, propiedad de la familia de Oria (CDS, n° 743).
4
"
La documentación coincide en situar este lugar cerca de Otero Morisco y Saelices, por encima de este
último (CDS, no 29-30, 32, 711, 722) .
"' Con su iglesia de los santos Cosme y Damián, citados en 1047 (CDS, no 506). Existe un caserío con este
nombre, aliado de Joara (MTN, p. 196).
32
J AVIER PÉREZ GIL- J UAN JOSÉ S ÁNCHEZ BADIOLA
120
Villacelambre 116, Villalebrín 117 , Villa de Esau 11 8, Arenillas 119 ; Villa Vellaco ,
124
Olleros y Godosi21, Villa de Saliti 122, Talaveruela 123, Fontoria y San Clemente ,
125
Villa de Claudia o de San Claudio •
116
Despoblado en término de Villalebrín, en el pago de este nombre, al noroeste del caserío y no lejos del
Araduey (M.' F. CARRERA, op. cit., p. 191 y 702). Se le cita en 955 como Villa Azram (CDS, no 147 y
427), y en 987 en la forma Villa Zeram, junto al Araduey (CDS, no 336). La localización de la villa in rivulo
Aratoie nos ha permitido identificarla con Villacelambre y no con la aldea de Villacerán, ubicada, como es
117
sabido, a la vera del río Cea.
Mencionada en un documento de 946, en el que aparecen dos testigos procedentes de esta aldea (CDS, no
364). En 1046 se cita su iglesia de Santa María (CDS, no 494-495).
11 8
Se cita en 1046 (CDS, no 494-495), y al parecer estuvo en Villalebrín.
11 9
En dos documentos de esta época, fechados en 985 y 989 (CDS, no 328 y 342).
120
Y su iglesia de San Pedro, En 954 se sitúa en término de Melgar de Foracasas, sin mayores precisiones
(CDS, no 94). La la iglesia de San Pedfo de esta villa se cita en 1049, como propiedad de varias familias
locales (CDS, n° 536). Se ha localizado en el pago de "Villalaco", al este de Arenillas (G. MARTÍNEZ
DÍEZ, Libro Becerro de las behetrías, León, 1981, 1, p. 354).
121
CDS, no 310. El nombre de la primera villa parece aludir a algún asentamiento de artesanos ceramistas; el
de la segunda, posiblemente de raíz gentilicia. Godos estuvo sin duda en el pago llamado "Carragodos", en
término de Melgar de Arriba, en su límite con Galleguillos (MTN, p. 234) . En 1047, Fernando 1 confirma
la villa al obispo de León, acotándola y deslindándola, por oriente por la calzada de Melgar a Cea; por
occidente, la de Valfartiel a Cabañas ; al norte, por el término de Talavera; y al sur, el monasterio de San
Miguel, y por San Pedro de Dueñas y San Andrés (CDS, no 505).
122
En 961, Saliti vende a Cellariolo una séptima parte de de los derechos de riego que tenía en esta villa con
sus numerosos heredes (CDS, n° 188). Se trata, sin duda, de Saliti Álvarez, que se cita como propietario en
diversas escrituras de Sahagún (CDS, no 162, 164, 188, 192), y que, por lo que puede verse en el primer
documento, descendería de otro Saliti, fundador de la villa. Se sitúa su puerto en el Cea, entre los términos
de Valle de Ratario y Melgar de Arriba, lo que facilita la localización de este lugar. Un documento de 981
lo cita como lindero oriental de la villa de Teodomiro (CDS, no 310). Todo ello permite localizarlo en la
zona limítrofe entre Galleguillos y Melgar de Arriba.
123
124
125
Citada en 1041(CDS, no 462) . Parece que estuvo en Villa Saliti. Sin duda será la misma Talavera de Fratres
que se cita en 1047, al norte de Godos (CDS, no 505), y que un documento de 1123 sitúa al sur de San Pedro
de las Dueñas, pero sobre la margen derecha del Cea (CDS, no 1214).
Iglesia de Fontoria, junto a Galleguillos, citados en 950, 967 y 973 (CDS, no 126, 246 y 270).
Para M.' F. Carrera se trata de dos formas de denominar un mismo lugar (op. cit., p. 209-210). Por nuestra
parte, teniendo en cuenta que la diferencia puede deberse a un error, nos inclinamos a admitir esta
identificación, precisando, eso sí, que la forma más frecuente es San Claudia, y así se cita por primera vez,
hacia el 960, cuando aparece como propiedad del obispo Ilderedo de Segovia y sus parientes, quienes la
ceden a la sede de León, aclarando que se trata de una villa con sus habitantes e iglesia, fundada sobre el
Araduey, entre el río, la pennella y el molino antiguo (CCL, no 333). Esta iglesia de San Claudia debe de
ser en la que dona dos porciones a Sahagún el obispo Teodisclo de Simancas en 969, que la tenía de
herencia de su tío don Albura y de compra al presbítero Abraham (CDS, n° 253). Como Villa de Claudia
aparece en 979 (CDS, n° 298). Por último, en 993 Ozmano da al citado monasterio una viña y una tierra en
San Claudia, junto al Araduey, aparte de otros bienes en Villa Saliti (CDS, n° 347). Estos datos parecen
indicar que esta villa se hallaba en el área de Melgar, cerca de Villa Vellaco y Villa Saliti. En esa zona estaba
la pennella tantas veces citada en documentos de Sahagún y unos molinos propiedad de Iscam (CDS, no
164).
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
33
La economía altomedieval y la organización social y espacial
Esta notable prosperidad de villas y aldeas deriva, sin duda, de un proceso
colonizador enormemente exitoso, aunque con diferentes resultados en el Páramo
y las campiñas. Quien mejor se ha ocupado de todo ello es el profesor Mínguez,
que dedicó su tesis doctoral al dominio del monasterio de Sahagún en el siglo X 126 •
El panorama que describe se caracteriza por un claro predominio de la ganadería
en los páramos, en sintonía con el aprovechamiento del bosque y una agricultura
poco intensiva y de largas barbecheras, que aprovecha las zonas más fértiles, o
bien se desarrolla a costa del monte. Por el contrario, en las comarcas campesinas,
de mejores suelos, se daría un desarrollo muy superior de la agricultura, hasta
convertirse en la actividad predominante. Las zonas del Páramo se caracterizan
por la presencia de un elevado número de villas que, dadas las condiciones, no
pueden ser sino explotaciones pequeñas, seguramente pioneros que han ocupado
esas regiones poco antes de su aparición en los documentos. Por ello, los bienes
se delimitan usualmente por los de las villas vecinas, y son menos concretos,
amorfos, sin una gran especialización, con frecuencia limitada a tierras o
heredades que incluyen tanto do mi tus quam indomitus, cultum et incultum...
Tampoco abundan las referencias a herramientas de labor, ni a bueyes u otros
animales de tiro, y sí, en cambio, a villas en las que no se menciona la existencia
de habitantes. Además, analizando los pagos que se hacen por las fincas vendidas,
predominan los efectuados en ganado, contrariamente a lo que sucede en el área
de Campos, donde hay mayor interés por el pago en simiente. En esta últim::t zona,
Mínguez constata la existencia de verdaderas aldeas, con una gran diversificación
del terrazgo, áreas especializadas, como eras, ejidos ... ; un claro predominio de la
agricultura y el deslinde de bienes por los de otros particulares, todo ello síntoma
de una conformación muy diferente.
Sin embargo, la colonización de las vegas y campiñas no parece tener, a
juzgar por la toponimia y la propia documentación, un origen muy anterior a la de
los páramos, ni seguir unas pautas demasiado diferentes: se trata de explotaciones
dispersas a lo largo de unidades espaciales relativamente amplias, cuya
configuración a partir de propiedades familiares puede comprobarse
retrocediendo en las diferentes líneas de reparto de las herencias, o bien a través
de los propios topónimos. En nuestra opinión, la distinta evolución de unas zonas
u otras estuvo muy determinada por las condiciones edáficas y los recursos
hídricos presentes en cada una de ellas, y, además, por su situación en épocas
126
MÍNGUEZ, El dominio del monasterio de Sahagún, pp. 58-59, 61 , 90-94, 107, 110 y 114-116. Vid.
también su reciente trabajo "Continuidad y ruptura en los orígenes de la sociedad asturleonesa. De la villa
a la comunidad campesina", Studia Histórica. Historia Medieval, 16 (1998), pp. 89-127.
34
JAVIER PÉREZ GIL - JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
anteriores. Ni que decir tiene que las áreas más fértiles de las vegas leonesas
fueron ya ocupadas por villas y explotaciones romanas y visigóticas, definiendo
un paisaje mucho más transformado por el hombre y deforestado que el Páramo.
A. Gutiérrez ha propuesto recientemente un modelo similar en la zona occidental
de esta región, distinguiendo entre las vegas, dedicadas a la agricultura, y los
páramos, con una dedicación fundamentalmente cinegética y silvícola, cuya
colonización podría haber comenzado, por iniciativa de los pequeños campesinos,
en una época de vacío de poder y decadencia de las villas, como la que iría de
finales de la etapa visigoda hasta el 850 127 •
Tales diferencias motivarán una distinta evolución entre las parameras,
donde la derivación hacia el modelo de aldeas será más dificultosa, y los límites
de Campos y las vegas de los ríos leoneses, en las que se producirá de forma más
rápida. Pero ello no se debería al carácter desértico del Páramo, sino a los
diferentes ritmos posibles en unas u otras áreas. El Páramo, creemos, siempre
estuvo poblado, con una economía pobre, básicamente ganadera, pero de
caracterísiticas nada inusuales en la prolongada etapa de transición entre la
Antigüedad y el Medievo. Una economía que, en los turbulentos años posteriores
a la ocupación musulmana, se ofrecía relativamente segura, al no ocupar zonas
accesibles ni demandar grandes aldeas, y con la ventaja de poder retirar las reses
con relativa agilidad, facilitando el repliegue hacia los montes y castros. Por ello,
más que hablar de una colonización desde las vegas hacia el interior del Páramo,
o a un proceso de sentido inverso, habría que referirse a la presencia de comunes
esquemas iniciales -la extensión de explotaciones preferentemente agrícolas y
más intensivas-, pero con resultados diferentes, puesto que la evolución hacia la
aldea germinaría mejor en aquellas zonas de siempre más propicias, lo que
permitiría un más rápido crecimiento demográfico.
En todas las zonas, la ocupación de nuevas tierras pasaba por el scalido y la
presura, un procedimiento tradicional, surgido de las necesidades campesinas para
dar salida a sus excedentes demográficos, y que implicaban la roturación de
baldíos y bosques y su apropiación particular128 • Ello no suponía necesariamente,
sin embargo, la deforestación de terrenos nunca explotados, sino que podía
127
128
GUTIÉRREZ, "El Páramo leonés", p. 67.
El sea/ido, se ha puesto en relación en la zona aragonesa con la ocupación de tierras vírgenes, de
consideración pública, que los campesinos se apropiaban mediante su desfonde y roturación, designando
tanto las rozas o roturas nuevas, sobre las que el rey tenía derecho a la percepción de rentas, como los propios
yermos roturables (P. BONNASSIE, Del esclavismo al feudalismo en la Europa occidental, Barcelona,
1992, pp. 109-110. C. LALIENA CORBERA, "La articulación del espacio aragonés y el Camino de
Santiago", El Camino de Santiago y la articulación del espacio hispánico. Actas de la XX Semana de
Estudios Medievales (Estella, 26 al 30 de julio de 1993), Pamplona, 1994, pp. 85-128, p. 121). Esta forma
de ocupación la explica precisamente un documento leonés de 923, por el que sabemos que Valemar y su
gente ocuparon el monte " ...cum suos boues arandum, arbores, atque accidendum... " (CCL, n° 58).
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
35
realizarse sobre viejas parcelas en barbecho o abandonadas, dentro del amplio
ciclo rotatorio de la época, conservándose memoria de su anterior cultivo 129 •
Detrás estarían también factores coyunturales, que explicarían la recurrente
despoblación y reocupación de ciertas zonas a lo largo del Medievo, sin el recurso
a las tesis despoblacionistas tradicionales. Éstas, tan tenazmente defendidas en
nuestra zona por J. Rodríguez 130 , se apoyan en topónimos que aluden a gentilicios
o a la procedencia foránea de sus fundadores, unos oriundos del Norte:
Bercianosm, Galleguillos, Vascones, Asturianos... ; otros, del Sur: Cordouella,
Talaveruela o Talavera, Cordobeses, posiblemente Godos ... Y, desde luego, todos
los formados a partir de nombres arabizados, tan abundantes en estas comarcas
del sureste leonés 132 •
En nuestra opinión, la clave del problema no está en el avance frontal
repoblador que estos autores proponen, sino en un crecimiento a partir de la
población existente, intravertido 133 • Ciertamente, hay alguna alusión documental a
cristianos procedentes del sur español, pero contadísimas, apenas algún epígrafe
o mención documental o cronística134 • La cuestión de la onomástica arabizada está
129
Lo demuestran las constantes alusiones a fincas ocupadas "sicut ab antiquis reluctas fuerant", "sicut ab
antiquis relictafuit". También explicaría la lejanía de los bienes diversos de de un determiando personaje
o grupo familiar, aunque se limite a sectores muy concretos de la población local. Así lo pensaba
Domínguez Guillarte (L. DOMÍNGUEZ GUILLARTE, "Notas sobre la adquisición de tierras y frutos en
nuestro derecho medieval. La presura o escalio", Anuario de Historia del Derecho Español (=AHDE), X
(1933), pp. 287-324, pp. 288-291), y, más recientemente, E. Pastor (PASTOR, Castilla en el tránsito de la
Antigüedad al feudalismo, pp. 92-95), quien ha vuelto a establecer algunas distinciones entre el adjetivo y
el verbo citados, ya que el primero procedería del latín squalidus, en su sentido de "inculto", aunque, al
menos en época goda, aplicado a tierras que fueron antes cultivos; mientras que el verbo podría derivar,
más que de excolo, "cultivar", de un término propio de la época formado a partir de ex- y de squalidus. Esto
explicaría en parte que se hable en 941 de una "pescaria ... sicuti illa uos de esqualido preendidistis" (CCL,
n° 149).
130
RODRÍGUEZ, Los reyes de León. Ordoño III.
131
Que aparece en la documentación por vez primera en el año 950, aunque en una donación de sospechosa
autenticidad (CDS, n° 123), y lo hace todavía como Valle de Bercianos. Ya como villa se menciona en 963,
cuando se nos informa de que todo un grupo familiar integrado por el presbítero Sisebuto y otros once
heredes donan a Fáfila y su esposa doña Palla su porción en la villa, una cuarta parte, por hallarse desierta
(CDS, n° 216). Tres años después, doña Palla, ya viuda y en compañía de sus cuatro hijos, hace donación
de estos bienes al monasterio de Sahagún (CDS, no 245).
132
M.• F. CARRERA, Op. cit.
133
SALRACH, "Europa en la transición de la Antigüedad al feudalismo", p. 20.
134
La Crónica Albeldense menciona a los llegados de "España" que pueblan en la ciudad de León durante el
reinado de Ordoño 1, y al presbítero Dulcidio, toledano, a quien Alfonso III envía como embajador a
Córdoba en 883 (J. E. CASARIEGO, Crónicas de los reinos de Asturias y León, León, 1985, p. 45). Un
Hakam cordobense se cita en la zona de Campos en 964 (CDS, no 221) ; y un Martinus, abba Cordouensis
confirma una carta en León a mediados del siglo X (CCL, n° 276) . Sin embargo, tanto este caso como en
los anteriores, es posible que los mozárabes actuasen como intermediarios entre el reino leonés y la España
musulmana, sin que ello implique necesariamente su asentamiento definitivo en tierras de aquél. La
predominancia de religiosos o personal cortesano parece, por otra parte, evidente.
36
JAVIER PÉREZ GIL- JuAN JosÉ SÁNCHEZ BADIOLA
hoy en pleno proceso de rev1s10n y aún demanda muchas precisiones 135 • Por
último, los topónimos gentilicios y afines representan, en realidad, un porcentaje
mínimo en toda la región 136 , sin contar con que existen algunos procedentes de la
propia comarca, como Ceanos (en Valladolid, ya despoblado), y acaso
Manganeses 137 • Por otra parte, tampoco parece seguro que se refieran
necesariamente a colectivos amplios, pudiendo haber surgido a partir de un
reducido grupo familiar, una corte o villa de características similares a las que
dieron origen a tantos antrotopónimos, pero en las cuales el nombre propio cedió
en favor de la procedencia del fundador, precisamente por su carácter alógeno. La
villa de Cordobeses, en el Páramo oriental, aparece en ocasiones como Cordovese
o Cordoves, en similar forma a como se cita a otros propietarios vecinos, cual si
se tratase de un nombre personal, lo que nos hace preguntamos si no será
realmente un antropónimo o apodo. Lo mismo cabría decir de Vascones respecto
de Vascone, nombre o apodo de persona de claro origen etnónimo.
Cuanto acabamos de señalar no supone un menosprecio del papel
desempeñado en el proceso de expansión por la aristocracia laica y eclesiástica y
la propia Corona. Un papel destacado por no pocos autores, que interpretan las
transformaciones económicas propias de la época, especialmente el abandono de
los bosques en favor de cultivos cerealísticos estables, o bien, en el caso asturiano,
de los castros en favor de las villas, como fruto del interés señorial por conseguir
explotaciones controladas que aseguren el excedente 138 • En nuestro caso concreto,
hay un hecho sin duda de una peculiaridad notable: entre 750 y 850, la región
leonesa constituye una especie de "tierra de nadie", sin adscripción política
alguna. Su incorporación al reino ovetense, a partir de mediados del siglo IX, tuvo
que suponer un cambio notable, toda vez que, como sociedad, va a tener que
responder a las necesidades económicas de unas estructuras "estatales"
relativamente complejas y en proceso de expansión, esto es, unos grupos sociales
135
Vid. R. HITCHCOCK, "Arabic proper names in the Becerro de Celanova", Cultures in contact in Medieval
Spain. Historical and literary essays pressented to L. P Harvey, Exeter 1990, 111-126. V. AGUILAR
SEBASTIÁN, "Onomástica de origen árabe en el reino de León (siglo X)", Al-Qantara, XV (1994), pp.
351-363. F. RODRÍGUEZ MEDIANO, "Acerca de la población arabizada del reino de León (siglos X y
XI)", lbíd., pp. 465-472. G. CAVERO, "Los mozárabes leoneses y los espacios fronterizos», La Península
Ibérica en torno al año 1000. Actas del VII Congreso de Estudios Medievales, León, 2001, pp. 229-254. J.
J. SÁNCHEZ BADIOLA, "Mozarabismo y poblamiento en León durante la Alta Edad Media: el Valle de
Ardón", lbíd., pp. 305-315.
136
R. MENÉNDEZ-PIDAL, "Repoblación y tradición en la Cuenca del Duero" , ELH, /, Madrid, 1960.
Calculamos que suponían en tomo al3 ' 5% de todos los núcleos de la zona llana leonesa oriental.
137
138
¿De Maganes o Manganes, entre los términos de Izagre y Monasterio de Vega?
M. BARCELÓ, "La Arquelogía extensiva", pp. 212 y ss . FERNÁNDEZ MIER, Génesis del territorio en
la Edad Media, pp. 184-185. G. Duby introduce la presión señorial sobre el campesinado dependiente
como factor de intensificación económica, a la vez que implicaría una cierta racionalización de las formas
de explotación (Cf W. ROSENER, Los campesinos en la historia europea, Barcelona, 1995, p. 57).
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI
Y SAHAGÚN
37
que no trabajan ni explotan directamente la tierra, pero que deben cubrir sus
gastos y financiar su comparativamente costoso modo de vida: los reyes, la
aristocracia condal, la iglesia ... Bien pudieron llegar de mano de estos sectores a
las nuevas tierras innovaciones técnicas de la Europa occidental, y también esas
mismas estructuras permitirían una mayor estabilidad. Pero todo ello debió de
afianzarse en una sociedad ya en crecimiento, debido tanto a factores climáticos
como a una posible relajación de los controles fiscales desde la etapa
tardoantigua, que habrían impulsado una expansión roturadora, aunque con
instrumentos todavía arcaicos, traducida en crecimiento demográfico, el cual, a su
vez, demandaría nuevas ocupaciones.
La intervención de los "poderes nacionales" tomó muy diferentes caminos
a lo largo de la Alta Edad Media en la comarca facundina. El primer paso fue lo
que podríamos denominar "repoblación", esto es, la ocupación por la Corona de
esos territorios, unida a instrumentos fundamentales como la recuperación o
institución de centros político-militares, la asimilación de las elites locales, las
fundaciones religiosas de patronato regio y la presura de bienes abandonados o de
dudosa propiedad. Todos ellos confluyen de forma muy directa en Sahagún y las
comarcas vecinas, cuya reorganización se inició con Alfonso III, personaje de
honda transcendencia en su devenir histórico, que abre, en palabras de Yepes, la
nómina de "reyes Alonsos favorecedores de esta casa" 139 • Dos hechos claves
enmarcan esta política repobladora: primero, la plaza de Cea, sin duda una de las
más destacadas del reino de León durante la Alta Edad Media, que Sampiro no
vacila en calificar de civitatem mirificam 140 • A partir de entonces, los años finales
del siglo IX, el castro aparece convertido en centro militar y político de un amplio
territorio sobre el que se proyecta la autoridad regia delegada en sus condes y
tenentes, así como la protección sobre algunas de las vías que se adentraban en el
territorio cristiano, y eran utilizadas por las huestes musulmanas en sus aceifas. El
segundo, la fundación del monasterio facundino, a la que nos referiremos en otro
lugar. El propio monarca aparece detrás de la compra de la eglesia parrocitana,
origen de Sahagún, de la donación en su favor de una villa particular, la de
Zacarías, que había sido adquirida por la Corona no sabemos en qué
circunstancias, y de la presura efectuada sobre cierta villa cercana, con su iglesia
de los Santos Justo y Pastor, por Sarracino, Dulquito y Falcón, per ordinacione
dominica, en 909 y 91 0' 4 '. Villa con la que, por cierto, se queda el rey, dándoles a
139
COSB , I, p. 295 .
140
"Exinde veniens Legionem, populavit Sublantium, quod nunc a populis Sublancia dicitur, & Ceiam,
civitatem mirificam" (ES, XVII, p. 289).
141
CDS, n° 9-1 O. Ambos documentos señalan que la villa había sido "abandonada por los antiguos" y ocupada de
squalido. Este abandono, quizá parcial, pudo muy bien producirse durante la campaña de Alrnundar, en 833.
38
JAVIER PÉREZ GIL - JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
los presores en compensación la de Alkamin, cercana a Tordesillas, que había
ocupado con sus pueri mediante presura.
La administración territorial se fundamentará en una serie de distritos
diversos que van a permitir una primera intervención en la comarca de la nobleza
territorial y la iglesia. El Valle de Ratario se convierte en comiso, cuyo gobierno
cede la Corona a los obispos leoneses, según consta en la confirmación de Ordoño
III a la sede 142 • Aparte de él, están los territoria, suburbia o suburbana 143 de las
principales plazas o castros: Cea es citada en 937 como oppido Ceia, y Ceia
ciuitate 144 , y sabemos que tenía su propio mercado comarcal, que se celebraba
junto al templo de San Verísimo 145 • Su distrito abarcaba aproximadamente los
actuales términos municipales de Villamartín de don Sancho, Villaselán,
Villazanzo de Valderaduey, Santa María del Monte, Cea, Villamol, Lagartos,
Bercianos del Real Camino, Sahagún y Moratinos, más los lugares de Arcayos,
Villaverde y Castromudarra, por el norte. La basílica de Sahagún también se cita
expresamente como parte del mismo 146 • Sin embargo, Villa Vellaco, en Arenillas,
San Clemente de Fontoria, junto a Galleguillos, y Villa de Claudia, cerca de ésta,
pertenecían ya al extenso territorio de Melgar 147 • San Andrés, a orillas del
Valderaduey y cerca de Sahagún, era, en cambio, del territorio de Grajal, al que
pertenecían en esa zona Villada, Villelga, Valle de Abuxoc, en Zorita, Villacreces,
Vilátima y Villemar 148 • Grajal aparece ya en época de Vermudo III como ciuitate
mea quam uocitant Graliare 149 , y tuvo también mercado. Al este, se hallaban los
territorios de Saldaña, Carrión y Monzón, que alcanzaba en 904 hasta Cisneros 150 •
142
"Ordinamus atque concedimus uobis, ad imperandum, comissum quod uocitant Valle de Ratario cum
omnis terminis suis, ab integro, ut obtineatis eo de nostro concesso, sicut eum obtinuerunt antecessores
uestri de dato genitoris mei ...ipse populus, qui ibídem habitant uel ad habitandum uenerint, ad uestram
concurrant hordinationem pro nostris utilitatibus peragendis" (CCL, n° 257).
143
Sobre estos términos, vid. C. ESTEPA DÍEZ, "Problemas de terminología en la vida urbana de León en la
Edad Media", AL, 52 (1972), pp. 99-124, y J. J. SÁNCHEZ BADIOLA, "Algunas cuestiones sobre
terminología territorial en el reino de León durante la Alta y Plena Edad Media", Estudios Humanísticos,
20 (1998), pp. 27-48.
144
CDS, no 64, 65, 97.
145
CDS, n° 130 y 315 . Desconocemos dónde pudo estar el mercado de Sile, de cuyo portazgo cede Sancho 1
en 957 la tercera parte a Sahagún (CDS, n° 155).
146
CDS, n° 97, 308, 330, 384, 407,452, 480, 502, 519, 543, 544, 633, 682, 710 y 746. Es frecuente el empleo
de la fórmula " ... secus amne uocitato Ceia... in suburbana idem castellum simili modo Ceia uocato", que
ya encontramos en una carta fechada en 945, aunque debe tratarse, presumiblemente, de una falsificación
algo posterior.
147
148
149
CDS, n° 94, 126, 164, 246 y 270.
CDS, no 164, 259, 427, 686, 767, 818, 1089, 1143. J. M.• FERNÁNDEZ CATÓN, Colección documental
del Archivo de la Catedral de León (775-1230). Tomo V ( 1109-1187), León, 1990; y tomo VI (1188-1230),
León, 1991, n° 1318 (=CCL).
CDS, no 436.
°CCL, no 17.
15
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
39
La evolución del territorio de Cea estuvo vinculada a uno de los linajes
condales más influyentes, el de los descendientes de Vermudo Núñez, claro
exponente del ascenso de una aristocracia muy preocupada por el continuo
incremento de sus propiedades y señoríos, y capaz de desarrollar sus propios
intereses y alianzas de tipo político y territorial, rivalizando incluso con los
monarcas. Sobre el origen de la familia se han propuesto diversas hipótesis que
interesan poco a nuestro objetivo 151 , pero posiblemente Vermudo no fuese el
primer conde de Cea, dada la significativa mención de Castro de Nunni, en
Castromudarra, con su propio concilio, en un documento de 975, residencia
temporal del conde Vermudo Núñez, y que sería un centro militar dependiente de
su padre 152 •
A lo largo de los siglos X y XI son frecuentes las referencias a los condes
de Cea: Vermudo Núñez, en 950, y su hijo Fernando Vermúdez; García Gómez,
perteneciente al poderoso linaje condal de Saldaña, en 971, 1005 y 1007; Muño
Muñoz, en 1021, 1024, 1028 y ya durante el reinado de Fernando 1; y Diego
Muñoz, en 1032 153 • Frecuentemente, los condes de Cea aparecen gobernando
también los distritos vecinos de Ceón, Grajal y Melgar, consolidando un poderoso
bloque territorial. Pero la acción de la aristocracia se encaminará igualmente hacia
el reforzamiento de su posición a través de un marcado proceso de concentración
de la propiedad, aprovechando los instrumentos proporcionados por su propia
función pública, como las multas o costas judiciales, satisfechas a menudo en
inmuebles, la ruptura de los lazos de dependencia por parte del campesinado ... , y
también por medio del préstamo o renouo, la compra, espontánea o condicionada;
o fórmulas tradicionales, como la perfiliación o profiliación: En La Riba, hacia
946, Vermudo Núñez recibe en donación parte de una heredad, que dona a
Sahagún en 955, junto con bienes en Lama Tremula, Villa Azram y Moratinos,
además de la propia villa de La Riba 154• En 949, el citado conde dona una serna a
Sahagún en Valle de Olmos, junto a Castroañe, que fuera de su padre 155 ; y en 953,
recibe de Ramiro 11 los bienes confiscados a Don Patre en Valdavida, luego de
ordenar su destierro 156 •
151
M. TORRES SEVILLA-QUIÑONES DE LEÓN, El reino de León en el siglo X: El condado de Cea, León,
1998.
152
CDS, n° 279
153
CDS, no 129, 263, 384, 392, 408, 413, 421 , 433 .
154
CDS, n° 104, 145, 146, 147 y 427. Cinco años después, el rey Sancho I afirmar que la villa en cuestión
pertenecía a la familia real desde tiempos de Alfonso III, y la concede a Sahagún (CDS, no 176).
155
CDS, no 114.
156
CDS, no 84.
40
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
Muño Flaínez, miembro de un destacado linaje condal de la Montaña
leonesa, aparece como propietario en el alto Cea, en Otero Morisco, donde recibe
diversos bienes por donación en 947 157 • Mayor número de menciones tenemos de
sus heredades en la vega baja de dicho río, donde se le cita en relación con varias
compraventas en 947, 948 y 950, por las que adquiere tierras en el Valle de
Lorenzo 158 • En 985, su hija doña Jimena dona a Sahagún la villa de Palazuelo 159 •
También tuvo bienes cerca de Mayorga, en Villa Cesán 160 • Fernando Flaínez,
hermano de Muño, poseía en 947 diversas propiedades en las inmediaciones de
Villamarco, y otras varias cerca de Melgar 161 • En el bajo Cea, Fernando Flaínez,
nieto de Muño, dona al monasterio de Pereda la villa de Castilleja, junto a
Mayorga 162 • De igual forma Nuño Miréliz, de la poderosa familia Beni-Mirel,
poseyó bienes en Castellanos, en 980, donándoselos a Sahagún 163 •
157
G. del SER QUIJANO, Colección diplomática de Santa María de Otero de las Dueñas (León) (854-1037),
Salamanca, 1993 (=CDO), no 3.
158
CDS, no 107-108, 124.
159
CDS, n° 328.
160
CCL, no 286.
161
CCL, n° 401. CDS, no 250.
162
CDB, no l.
163
CDS, no 303.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
Vl Y SAHAGÚN
41
II. EL PRIMER
MONASTERIO
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
43
11. EL PRIMER MONASTERIO
Nos referíamos en el anterior capítulo a la importancia del monasterio
facundino en la política pobladora de los reyes leoneses, y de ello es prueba su
temprana inclusión en el reducido elenco de centros religiosos que parecen contar
con un prestigio especial, debido sin duda a la protección de los reyes y,
posiblemente, a intereses de tipo político 164 , e incluso podría afirmarse que es éste
de Sahagún el más destacado de todos ellos, cuya proyección trasciende el marco
regional, distanciándose de los restantes cenobios.
La Corona y los monjes cordobeses
Pero ¿cuándo surge realmente esta comunidad, llamada no sólo a
transformar su entorno inmediato, sino a influir de tan decisiva forma en los
destinos del reino? Su fundación es atribuida en la Crónica del Silense a Alfonso
III (866-910) 165 , posiblemente en tomo a una basílica o capilla, la cual, con su
"iglesia pequeñuela" 166 , en opinión del Anónimo de Sahagún y Escalona, sería
previa al monasterio. Don Alfonso compró en la vega del Cea, en fecha
indeterminada, una villa con su eglesia Parrocitana " ... a propiis Dominis et dedit
eum sub manus Abbati Adefonso qui cum sociis de Spania advenerant huic regioni
abitantes ad construendum ibídem monasterium sanctimonialem sicuti est usque
in presenti" 167 • Sin embargo, otros autores, como Yepes -y en nuestros días Pérez
de Urbel-, son de la opinión de que esta primitiva construcción de época
visigoda incluía ya el monasterio, rechazando así la posibilidad de que fuese
Alfonso III el fundador del mismo después de más de cinco siglos venerándose
las reliquias 168 • Para ello Yepes se apoya en un documento de concordia entre los
monasterios de Eslonza y Sahagún por la posesión de la iglesia de San Mamés de
164
PEÑA, La atribución social del espacio, pp. 112-113.
165
CASARIEGO, Crónicas, p. 135.
166
1" CAS, cap. l.
167
CDS, no 98. El Anónimo, 1" CAS, cap. IV, al referirse a la fundación de Alfonso III dice: "[ ... ] un abad
fuyendo de Córdova, llamado Alfonso, el cual fue bien re9evido del dicho rey, e luego procuró que allí
asentase, fa9iendo residen9ia e teniendo presiden9ia en la dicha capilla", con lo que deja entrever que hasta
entonces no había más que una simple capilla.
16'
COSB, p. 257. La comunicación en los monasterios españoles, Madrid, 1980, p. 39. J. PÉREZ DE
URBEL, Los monjes españoles en la Edad Media, Madrid, 1945, vol. I, pp. 509-515. J. M. CUENCA
COLOMA, op. cit., pp. 6 y 8-10.
44
JAVIER PÉREZ
(1073), el historiador
benedictino considera evidente la existencia del monasterio al menos en la
segunda mitad del siglo octavo 169 • Un cuarto de siglo más tarde, en tomo al 753,
la basílica habría sido destruida por las tropas musulmanas, siendo restaurada
poco después por Alfonso 1 (739-757) 170 • Para los historiadores modernos,
empeñados en desarrollar la sucesión de reyes Alfonsos vinculados a la abadía, a
este ataque le sucedería otro acaecido durante el reinado de Mauregato (783-789),
que provocaría - según nos informa a finales del siglo XVI Fr. J. B. Guardiolala consiguiente restauración de Alfonso 11 (791-842) 171 • En tomo al año 791 el
monasterio padecería nuevas destrucciones, en este caso por las tropas de Hixem
1 (788-796), permaneciendo arruinado hasta su siguiente restauración, que sería ya
la de Alfonso el Magno, desechando, eso sí, otras noticias que la relacionan con
el mismo Carlomagno 172 • Se trata, por supuesto, de hechos que no recogen las
fuentes disponibles ni los historiadores posteriores, lo que empuja a pensar, más
que en el auxilio de unas fuentes de las que no pudieron disponer estos últimos,
en una recreación histórica sin fundamento, muy propia de la época.
La noticia fiable más antigua que tenemos acerca del monasterio medieval
procede de uno de los pasajes finales de la Crónica Albeldense, concluida en 883,
que lo recoge todavía como iglesia, al referirse a su destrucción ad fundamenta
169
COSB, t. I, p. 257. HS, apén. III, escr. CVII, pp. 472-473. Otro argumento expuesto es el tomado de un
privilegio de Alfonso VI, del que se podría inferir que Alfonso III se limitó a reconstruir el monasterio, el
cual ya habría recibido donacionas de monarcas anteriores: a multis nanque temporibus premissit Deus in
corde Principis Adefonsi [...] ut restauraret hoc venerabile locum et ut redderet illi de omnibus bonis quod
illi Dominus dederat, quod habebatur in suis scriptionibus et tuebatur in membranis, quae fuerant scripta
ab antiquis pictoribus per praecepta regum priorum. José Pérez rechaza este razonamiento por la
tergiversación del término venerabile locum por monasterium y por la lejanía en el tiempo de esta escritura
en relación a los hechos históricos (HS, apén. III, escr. CXIII, y lib. I, cap. III, p. 16, respectivamente).
170
Este dato se corresponde con el texto de una inscripción del siglo XVII ubicada en la monumental portada
meridional que hoy se mantiene a modo de arco sobre la C-611 : "BASILICAM ISTAM REGIN MOLLE
INSIGNEM ALPHON-/ SUS I REX CATHOLICVS A MAIVRIS DIRVTAM PRIMVS INSTAIVRAT
AERA 792. ALPHONSUS 3 REX/MAGNVS ITERVM DESTRVCTAM/AEDIFICAT. ALFONSUS 6
REX MO/NACACHVS MAGNIFICENTISSIME/AMPLIAT. DOMINICVS 3 ABBAS/PERFICIT AERA
1221" (J. M." QUADRADO, op. cit., p. 152. J. M. CUENCA COLOMA, op. cit., pp. 11-12. La Crónica
Albeldense alude a la expansión de Alfonso I por León y Tierra de Campos (E. CASARIEGO, op. cit., p.
36).
171
172
J. B. GUARDIOLA, Breve Historia del Monasterio de Sahagún, B.N. , ms. 1519, pp. 96-97.
El Liber Sancti /acobi, lib. IV, cap. VIII, nos narra la confrontación de Carlomagno con el ejército de
Aigolando en Sahagún, "lugar en el que, por iniciativa y con asistencia de Carlomagno, se construyó
después la enorme y magnífica basílica de los santos mártires Facundo y Primitivo, en la que están
enterrados. En el mismo lugar se fundó una abadía de monjes y se levantó una gran villa de extraordinaria
riqueza". Para otras alusiones a Sahagún y Carlomagno, véase: LSI, lib. V, cap. III y VIII. G. P. BAKER,
Carlomagno y los estados unidos de Europa, Barcelona, 1944.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI
Y SAHAGÚN
45
por las tropas de Almundar y Abú Halid Haxín ese mismo año 173 • Esta noticia es,
sin embargo, suavizada prudentemente por Escalona, que considera que "las
desgracias siempre se ponderan, pero no se hace creíble que un ejército que se
retiraba de miedo de ser acometido por el rey don Alonso, que quedaba con sus
gentes en León a tan corta distancia, se detuviera a deshacer las paredes y arruinar
los cimientos de un monasterio". Añade: "robarían cuanto encontraron en él y a
este fin derribarían las puertas y, acaso con éstas, alguna o algunas paredes, y esta
destrucción era bastante para decir ponderativamente, usque ad fundamenta
diruerunt" 174 •
El primer documento alusivo a la abadía facundina presumiblemente
auténtico lleva fecha de 904, y es una donación ad imperandum que Alfonso III
hace en su favor - eglesia Sanctorum Facundi et Primitivi- de la Villa de
Zacarías. Sabemos por el documento que la iglesia estaba ya en manos del abad
Alfonso y sus monjes 175 , en coincidencia con la noticia que aporta el falso de
Ramiro II 176 • Esta empresa habría corrido, pues, a cargo de monjes cordobeses 177
" ... per castrum Coyanka ad Cegia iterum reversi sunt, Domum Sanctorum Facundi, et Primitivi, quam
Christianissimus Rex perfecerat, & in qua me indignum Abatem suffecerat usque ad fundamenta
diruerunt", nos cuenta el abad Alfonso o Pseudo-Alfonso (HS, I, II, p. 14), cuyo testimonio se identifica
con el de otras crónicas, como la Albeldense o la Silense (Ibidem y J. M. CUENCA COLOMA, op. cit., p.
14. J. E. CASARIEGO (e), op. cit., pp. 44-45 y 134). A finales del siglo XVIT Mabillon dio pie a una reñida
controversia en tomo al origen en España de la Orden Benedictina, siendo José Pérez de las Rozas precursor de la Historia de Sahagún- el primer autor europeo que salió en defensa del francés. En el primer
cuarto del siglo xvm Juan de Ferreras avivará esta polémica enfrentándose con los benitos al cuestionar
el origen benedictino de monasterios como Arlanza, San Millán de la Cogolla, Cardeña, Oña ... En el caso
de Cardeña el bañezano Ferreras puso en duda la veracidad del martirio de sus 200 monjes, lo que motivó
el reproche de Berganza por no sospechar sin embargo de una leyenda similar del también benedictino
monasterio de Sahagún (HS, I, m, 18, menciona un cuadro del siglo XVII con la representación del
"martirio que padecieron los monjes"). Obviamente se le acusaba de ser parcial, ya que Ferreras era leonés
como el monasterio de Sahagún (A. VALDERAS ALONSO, Bibliografía histórica leonesa. Juan de
Ferreras García (1653-1735) , León, 1998, pp. 573-578).
173
m, p.
174
HS, I,
175
CDS, no 6.
18.
176
HS, apén. m, escr. XXII, pp. 391-393. Índice ... , p. 6, n° 15. MÍNGUEZ (CDS, no 98) advierte que se trata
de un documento totalmente rehecho.
177
Véase n. 13. M. GÓMEZ MORENO, Iglesias mozárabes, Madrid, 1919, p. 143, refiriéndose a San Miguel
de Escalada, añade que "respecto a sus fundadores , nótese que andaluz era también, y Alfonso de nombre,
el abad primero de Sahagún, citado en las escrituras de 904 y 916, sin que pueda asegurarse por ningún
indicio tratarse de una misma persona, ni aparecen relaciones entre los monjes de San Miguel y Sahagún:
y aún hay más, puesto que Recesvindo se llamó el segundo abad de Sahagún, cuyas memorias alcanzan
hasta 947, e igual nombre llevaba en 940 el abad de San Miguel". HS, lib. I, cap. TI, p. 13 y 17, cita como
ejemplos de este proceso de inmigración los de Samos, San Martín de Castañeda y San Miguel de
Escalada:. El papel de la mozarabía en el arte cristiano de los siglos IX-XI ha sido sin embargo relativizado
en los últimos años (l. G. BANGO TORVISO, estudio preliminar a la edición facsímil, Granada, 1998, de
la obra citada de M. GÓMEZ MORENO, pp. XII-XXV).
46
JAVIER PÉREZ GIL- JuAN JosÉ SÁNCHEZ BADIOLA
bajo la tutela de Alfonso Ill 178 , el cual-en opinión de Yepes- se vería obligado
a ello por la fama de los Santos titulares, "el haber alcanzado (Alfonso el Magno)
en este lugar una ilustre victoria [... ]", pues "es cosa muy ordinaria en los
capitanes cristianos [... ] fundar monasterios en el lugar donde han alcanzado
victorias", y "el fértil y agradable sitio en donde está fundado" 179 • A este respecto
conviene recordar, empero, que en la carta de dotación del coto por parte de
Alfonso III, fechada en el año 905, el supuesto fundador -Alfonso III- sólo se
refiere a la labor de hanc Bassilicam restaurare, ampliare et ditare, quam ab
ismaelita aste dinoscitur fuisse dirutd 80 , lo que ha hecho pensar en una ulterior
identificación del restaurador con el fundador, algo relativamente frecuente en la
Alta Edad Media 181 • Se podría alegar a este razonamiento, no obstante, la nula
fiabilidad del documento o que esa misma restauratio alude a la basílica, lo que
no conlleva necesariamente la existencia de dependencias monacales. Escalona,
en todo caso, sostiene que, si bien fue Alfonso III el fundador de la comunidad
monástica, éste llevó a cabo su patrocinio con anterioridad al año 883 182 • Se apoya
para ello en las informaciones del cronicón del Pseudo-Alfonso y en otras
crónicas, que fijan el de 872 como año de la fundación del monasterio, el cual
sería poco después destruido por el ejército de Abú Halid Haxín y posteriormente
restaurado por Alfonso el Magno 183 •
La falsedad de la cesión a Sahagún del monasterio de Sahelices, en 904, y
de la citada donación de 905 184 dificultan la reconstrucción de los primeros años
HS, I, 11, pp. 13-14. El Liber Sancti /acobi, edición de M. BRAVO LOZANO, Sahagún, 1989, cap. III, p.
23 y cap. VIII, p. 66, recogió el legado de la épica carolingia en su narración de la batalla del Cea y
fundación del monasterio por orden de Carlomagno, hecho que J. URÍA RÍU, L. V ÁZQUEZ DE PARGA
y J. M.' LACARRA, op. cit., tomo 11, parte IV, cap. XI, pp. 223-232, relacionan con alguna tradición oral
del XII en relación a las depredaciones de Almanzor. Esta leyenda tiene una doble repercusión sobre el arte
y la literatura. En relación al primer aspecto hemos de mencionar su representación artística en obras como
el relicario de Carlomagno (Aquisgrán), del primer cuarto del siglo XIII; en relación al segundo
recordamos que A. DE MANDACH ha llegado a especular con que el Karolus del Pseudo-Turpin fuese en
realidad Alfonso VI (Naissance et développement de la Chanson de Geste en Europe, vol I, 1961, pp. 6072; Cf K. HERBERS, Política y veneración de santos en la Península Ibérica. Desarrollo del "Santiago
político", Pontevedra, 1999, pp. 57-58 y n. 264).
178
179
COSB, t. I, pp. 263-264. Cita como ejemplos de fundaciones pías Nuestra Señora de Covadonga y la
abadía de Roncesvalles. De la ubicación del monasterio de Sahagún dice: "[ ... ] porque el terreno es muy
fértil y abundante, así de diferentes granos como de frutos de árboles, y el río Cea riega toda aquella vega
y la fertiliza y la hace vistosa, de manera que la vega de Sahagún puede competir con la de Granada , así
en la amenidad y frescura como en los provechos y frutos que produce la tierra".
° CDS, no 8.
18
181
J. M. CUENCACOLOMA, op. cit., pp. 9-10.
182
HS, lib. I, cap. 11, pp. 14-15.
183
lbidem. Crónica albeldense, edición de J.E. CASARIEGO, op. cit.; p. 45.
184
CDS, no 7-8.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
47
de vida del cenobio. Ambos documentos emplean el anacrónico término "coto", e
incluso se fabricó una supuesta confirmación del mismo por Alfonso V, fechada
en 1018 185 • La inserción del monasterio en la jurisdicción de Cea aparece de forma
clara en diversos documentos de la época, que coindiden en situarlo in suburbana
idem castellum simili modo Ceia uocato 186 • Sí debió de existir, no obstante, un
término o propiedad relativamente amplia en manos de los monjes, a su vez centro
de un ámbito mayor en tomo al monasterio, convertido ya en referente
imprescindible para la ordenación del paisaje comarcal. Villa Nannin es situada en
916 in veiga de Domnos Sanctos 187 , y la propia villa de los Santos Justo y Pastor,
mencionada en 909 y 910, se ubica in termino de Domnos Sanctos 188 •
Pocos datos más se pueden aportar acerca del proceso fundacional del
monasterio de Sahagún. En cualquier caso, y gracias a la intervención de Alfonso
111, la primitiva "capilla e yglesia pequeñuela" -destruida a raíz de la invasión
musulmana- será sustituida por otra iglesia de reducidas dimensiones 189 , a partir
de la cual se organizará el monasterio, ya plenamente constituido, en 883, quizá
conforme a la Regla de San Benito: monasticam vitam secundum docet Sancti
Benedicti regulam 190 •
El desarrollo del monasterio
Esta primera colaboración entre la monarquía y Sahagún muestra a las
claras el calado de la acción monástica sobre su entorno y el interés regio en
potenciar el cenobio como centro poblador y organizador de la economía
comarcal. La concentración de propiedades, debida tanto a las donaciones regias,
185
CDS, no 404.
186
CDS, n° 97, 308, 330, 384, 407, 452, 480, 502, 519, 543, 544, 633, 682, 710 y 746.
187
CDS, no 14.
188
CDS, n° 9-10.
189
¡• CAS, cap. III: "Mas mere¡;;iéndolo los grandes pecados de la gente gótica e permitiéndolo la justa
senten¡;;ia del muy alto señor, España fue ferida e metida al cuchillo[ ...] por lo cual el dicho lugar e capilla,
en la cual los mienbros de los dichos santos folgavan, fasta el suelo fue derrivada [...]E enton¡;;es, como de
cavo, la devo¡;;ión de la religión cristiana con gran cuidado e diligen¡;;ia puso las manos a prestamente
refa¡;;er el sobresicho lugar, allí hedifica[n]do una pequeñuela ygle¡;;uela".
190 La cita pertenece a la carta de dotación del Coto, la cual, como quedó dicho, es falsa; podría tratarse,
pues, de un anacronismo. A. LINAGE CONDE, Los orígenes del monacato benedictino en la Península
Ibérica, 3 vol., León, 1975, III, pp. 150-154, ha examinado la documentación facundina referente al
ejercicio de la Regla benedictina y ha llegado a la conclusión de que la primera escritura fiable en relación
al mismo es del año 985, pese a que ya desde principios de ese mismo siglo aparecen referencias similares.
El documento citado es la carta de donación de Jimena Muñiz y su hijo Gonzalo "ad locum sanctum iam
suprataxato et ad servis Dei qui regulam Benedicti patris meditabant'' (CDS, no 328).
48
JAVIER PÉREZ GIL - JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
eclesiásticas y privadas 19 1, como a compras y otros medios de adquisición 192 , es
importante ya en el siglo X, y provee al monasterio de una serie de ingresos nada
desdeñables a través de muy diversas fórmulas, entre las que se van extendiendo
el prestimonio y la tenencia campesina, a cambio del pago del correspondiente
seruitium u offercione, proceso acelerado por la donación de villas enteras cum
homines, esto es, con la propiedad eminente de la tierra y los correspondientes
vasallaje y rentas de sus habitantes: cuando doña Jimena dona a Sahagún sus
heredades, incluye sus propios homines populatos 193 • El Valle de Fontes, en el
Payuelo, le era donado en 971 por Ramiro III, estableciendo que todas sus villas
y heredades sirvieran al monasterio 194 • Seis años más tarde, el concilio de los
"homines de villas de Fontes ... totos sub uno a maximo usque a minimo", hacen
placitum con el abad Félix, reconociéndose sus vasallos e imponiéndose una
multa cuantiosa en caso de abandonarle por otro señor 195 • En otros casos, las
concesiones regias se referían a los derechos fiscales y jurisdiccionales del rey,
como en Villa de Zacarías, o bien a exenciones, como la que, en 943, concede
Ramiro II a la abadía, quitándole el portazgo de la sal en sus posesiones de la
Lampreana, aunque el documento en cuestión parece falso 196 , mientras que en 957,
Sancho I le entregaba la tercera parte del que percibe en el mercado de Sile 197 •
Una fórmula de concentración de la propiedad bastante extendida a partir de
ahora es la adquisición de monasterios rurales fundados y dotados por las familias
relevantes de las comunidades aldeanas. Bastante significativo es el caso de la
iglesia de San Esteban: el monasterio de Santa Colomba, regido por el abad
Vislamundo y otros once monjes, recibe su parte en la división de los bienes del
191
M. RISCO, España Sagrada, XXXIV, p. 333, cita el trato favorable de los obispos Frunimio, Oveco,
Gonzalo y Froilán. Alfonso IV llegó a ingresar como monje en Sahagún (HS, lib. I, cap. V, pp. 31-32).
192
M. GONZÁLEZ GARCÍA, "El monasterio de Sahagún hasta el año 1100", AL, 42 (1967), pp. 249-351,
comenta en la página 261 de su artículo: "En sus primeros momentos el monasterio debía de tener bastantes
riquezas, ya que en la primera mitad del siglo X realiza el mayor volumen de compras". Véase también al
respecto la monografía de J. M• MÍNGUEZ FERNÁNDEZ, El dominio del Monasterio de Sahagún en el
siglo X, Salamanca, 1980.
193
CDS , no 345.
194
CDS, n° 262.
195
CDS, n° 289. Ver también los casos de Arcello (Villanueva de San Mancio), Valdavida, Boadilla (en
Saelices de Mayorga), Galleguillos, Matella (en Bretó), Pozolos, San Andrés (en Graja!), San Andrés,
glesias Albas, San Martín, Villa Travesa (Lampreana), San Miguel (en Boadilla de Rioseco), Santa María
(en el Araduey), Veneros, Villa de Foracasas (Melgar), villa de Issam iben Recaredi (en Melgar), Villa en
Valle de Aboscoque, Villafruela, Villa Mutarraf, en Villavicencio, Villaesper (CDS, no 6, 24, 26, 92, 97-99,
132, 167, 255 , 265 , 293, 328, 330, 334, 352, 407, 430, 444).
1
CDS , no 99. No obstante, en 1049, la abadía se quejaba al rey de que los escurrones del tenente regio en
Toro y los de San Pelayo se repartían los portazgos de la sal de Lampreana, correspondientes al monasterio,
y entraban en las posesiones y villas que tenía en quella comarca (CDS, n° 534)
%
197
CDS, no 155.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
49
de San Clemente de Fontoria, fundado por monjes llegados desde Melgar,
correspondiéndole concretamente la citada iglesia de San Esteban 198 • En 973,
Vislamundo y los demás monjes deciden donar su monasterio, junto con San
Esteban, a Sahagún 199 • Sin embargo, el grupo familiar encabezado por Tajón iben
Abdella recurre la decisión ante los tribunales, por considerar que aquellos bienes
pertenecían pro indiviso a todos los hermanos, hijos de Abdella, seguramente el
fundador de los citados templos, y reclama su divisa200 •
Uno de los aspectos más significativos de la economía monástica facundina
es el desarrollo de una ganadería ovina trashumante que enlazaría las posesiones
de la abadía en Tronisco, Fontasquera, Maraña, Pinzón, Cofiñal... con las tierras
bajas, a través de una cañada que discurriría por un rosario de posesiones
intermedias a lo largo de las riberas del Porma y el Esla, pasando luego al Cea y
descendiendo finalmente hasta la abadía201 • La amplia política monástica de
adquisiciones abarcó, pues, desde puertos cantábricos a extensas propiedades en
el Páramo, donde eran abundantes los pastos y las aguas, procedentes de arroyos,
fuentes y lagunas, y heredades diversas en las comarcas campesinas, que
aportaban rastrojeras y salinas, muy especialmente en Lampreana, comarca en la
que Sahagún se irá haciendo con un buen número de pausatas, privadas o regias,
a lo largo de esta etapa202 • Por todo ello, y también por la importancia de los
recursos forestales, el mantenimiento y control de los montes fue defendido
tenazmente por el monasterio frente a las comunidades rurales, que procuraban la
expansión de sus roturaciones a costa de ellos. En 920, el abad llegaba a un
acuerdo con el presbítero Liberio y sus sodalibus, de forma que éstos pagarían
cien sueldos a la abadía del Cea si osaban invadir las herbas que poseía entre
Fontasquera y Maraña, a cambio de lo cual se respetarían las tierras que Liberio
y los suyos tenían dentro del expresado término ad laborandum 203 • Un nuevo
conflicto se produce en 978, cuando cierto Magito es acusado por la abadía de
apropiarse de los montes y tierras que llevaba en préstamo en ese lugar, en los
cuales había cortado madera y arado 204 • Pocos años antes, el monasterio adquiría
en el Páramo oriental la mitad de un monte acotado o defeso, sito junto al
monasterio de Fuentes 205 •
"' CDS, no 77, 246.
199
CDS , n° 270.
200
CDS , no 270 y 276.
201
MÍNGUEZ, El dominio del monasterio de Sahagún, pp. 180-185.
202
C. CABERO, "Las salinas de Lampreana en la Edad Media", Astórica, 8 (1989), pp. 11-81.
203
CDS, no 21.
204
CDS, no 295.
205
CDS, no 82.
50
JAVIER PÉREZ GIL- J UAN JOSÉ S ÁNCHEZ BADIOLA
La basílica de Alfonso 111 y la capilla de San Mancio
"Había en el reino de León un monasterio más ilustre en antigüedad y fama,
y superior en opulencia [... ] y que hasta a los de S. Claudio y S. Isidoro de la
propia capital eclipsaba en importancia y nombradía [... ]. Este monasterio,
cimentado con sangre de mártires, habitado con frecuencia por reyes, señor de
vastos dominios y de innumerables vasallos, semillero de obispos y de varones
insignes en santidad y doctrina, y principio de una populosa villa crecida a su
sombra, no es otro que el de Sahagún" 206 •
Con estas palabras iniciaba don José María Quadrado el capítulo cuarto del
volumen que el erudito viajero mallorquín, en colaboración con su compañero F.
J. Parcerisa, dedicase a León y Asturias en la monumental colección Recuerdos y
Bellezas de España. Ambos tuvieron la oportunidad de visitar los restos del
monasterio pocos años después de su desamortización, los justos, sin embargo,
como para ver reducido el impresionante conjunto monástico de cuatro claustros
que describiese el monje historiador Romualdo Escalona a finales del siglo XVIII
a un montón de escombros. Por desgracia, nuestro monasterio, tantas veces
comparado con el borgoñón de Cluny, padeció, al igual que éste, una serie atroz
de expolias y destrucciones que, lejos de conformarse con su aniquilación, le
condenó, ante la ausencia de un referente activo o de un objeto de análisis digno
de su memoria, al olvido histórico. Esta realidad obliga al investigador que se
propone abordar el estudio de su historia y su arquitectura a conformarse con una
aproximación que ha de ser forzosamente sesgada y que dificulta seriamente, no
sólo el estudio del arte del monasterio, sino también el capítulo de influencias y
relaciones que pudieron generarse con respecto a otras obras.
Antes de iniciar el estudio de esta basílica de finales del siglo IX o inicios
del X, conviene aclarar algunos malentendidos arraigados en la Historiografía
sobre la ubicación de la misma. Estos equívocos tienen su raíz en una mala lectura
de las fuentes históricas, que ha llevado a numerosos estudiosos de contrastada
solvencia científica a identificar el templo de Alfonso III, cuyas estructuras
quedaron a los pies del románico, con la capilla de San Benito, ubicada entre el
brazo septentrional del crucero y el exterior del muro de la nave colateral Norte.
A partir del último cuarto del siglo XI, con la construcción de la iglesia
románica, el primitivo templo de Alfonso III pasó a ocupar un lugar secundario,
supeditado a las necesidades del nuevo proyecto. Fue entonces cuando sus
206
J. M.• QUADRADO, Recuerdos y bellezas de España. Asturias y León, Madrid, 1855, edición facsímil de
Valladolid, 1989, p. 143.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
51
dependencias se redujeron a una capilla aneja a los pies de la iglesia románica,
capilla que recibiría la advocación de San Mancio por acoger inicialmente las
reliquias de este santo portugués 207 •
San Mancio. La opinión de estos autores es, en este caso
particular y también en la generalidad de las fases artísticas del monasterio de
Sahagún, un importante documento de cara a conocer el arte del mismo, pues no
debemos olvidar que son ellos los únicos que alcanzaron a ver el monasterio en
pie. Cualquier descripción posterior a la primera mitad del siglo XIX no puede
más que ofrecer una visión sesgada del mismo, y su correcta reconstrucción
virtual supone siempre una dificultad añadida de la que no todos han salido
triunfantes.
Ya en la segunda mitad del siglo XVI Ambrosio de Morales identificó la
antigua capilla de San Mancio con la iglesia de Alfonso III, explicando que "más
antiguo que todo esto es el llamarse de San Mancio la iglesia antiquísima que está
en Sahagún al cabo del gran templo que hay agora, como allí se dijo: y aunque no
hay escritura que muestre quán antigua es aquella iglesia, ninguno que la viere
dejará de entender, si algo sabe de antigüedades de España, cómo por lo menos es
fábrica de más de quinientos años, pues la iglesia de agora es de más de
quatrocientos ... " 208 • Fray Antonio de Yepes, a principios del siglo XVII, reiteraría
este parecer con la siguiente argumentación:
"Yo estoy muy persuadido que ya que la capilla de San Mancio no sea la
iglesia del rey D. Alfonso el Magno, porque el epíteto de mirae magnitudinis no
viene bien con iglesia tan pequeña, pero a lo menos, es parte de ella, la cual se
derribaría para hacer la iglesia principal que hay ahora. Muévome a creer que
aquella capilla es de tiempos del rey Alfonso el Magno, porque vi en ella
grandísimos restos de antigüedad, así en los materiales como en la fábrica,
parecida a las antiquísimas de la ciudad de Oviedo. Hay también muchos
sepulcros de personas principales de aquellos primeros tiempos ... " 209 •
207
En relación a la figura de este santo aconsejamos la consulta de la obra de J. M." FERNÁNDEZ CATÓN,
San Mancio. Culto, leyenda y reliquias. Ensayo de crítica hagiográfica, León, 1983.
208
A. DE MORALES , op. cit., p. 193.
209
COSB , t. ID, pp. 265-266. A fines del siglo XVI el P. Guardiola, Breve Historia del Monasterio de
Sahagún, B.N ., ms. 1519, ya había escrito: "Dióse luego principio a la obra, y se edificó un templo que los
privilegios llaman mire magnitudinis, el cual, según la conjetura más verosímil, es la Capilla que hoy
llaman de San Mancio, sita a los pies del templo principal y dividida en tres naves que, aunque pequeñas,
comparadas con otros templos de aquel siglo, se podía llamar de mirífica grandeza".
52
JAVIER PÉREZ GIL- JuAN JosÉ SÁNCHEZ BADIOLA
La opinión del historiador benedictino viene a coincidir con la de otros
compañeros suyos, como es el caso del Anónimo de la Breve Historia de Sahagún,
el Padre Pérez y Romualdo Escalona210 • Este último afirma que, con motivo de
unas obras de acondicionamiento de la capilla a raíz del terremoto de 1755, tuvo
ocasión de ver la estructura de sus muros, a base de hormigón fajado por sillares
de piedra. Según sus comentarios, "sólo con mirar el todo grueso de las paredes,
se conoce claramente que lo que tienen de hormigón es muy anterior a lo que
tienen de piedra", por lo que deduce que "la iglesia es la misma que hizo fabricar
D. Alonso III, y que ésta era de hormigón, y que para mantener sus paredes, que
se comenzaban a desmoronar, se le pusieron mucho después las superficies
exteriores de piedra labrada" 211 • Asimismo niega Escalona que fuese el abad Diego
1 (1088-1111) el impulsor de la erección de la capilla, pues, aunque una
inscripción le citaba como el iniciador de los cimientos 212 , ésta es muy tardía y
referida a la obra del siglo XII, no a la capilla. Esta hipótesis quedaría corroborada
documentalmente o, mejor dicho, por la carencia de "memoria alguna ni indicio
de quién fundó esta capilla, ni cuando se fundó o para qué". Es más, Escalona
opina que este hecho viene a demostrar la pervi vencia de una iglesia antigua al
momento de trasladar las reliquias de ésta a la nueva románica en 1213 213 •
Respecto a su ubicación, no deja lugar a dudas cuando señala que se halla "a los
pies de la iglesia ... fuera de la iglesia aunque contigua a ella".
Así pues, resulta evidente que cuando los autores citados se refieren a la
Capilla de San Mancio, están designando a una dependencia situada "al cabo del
gran templo", es decir, a los pies de la iglesia románica. Asimismo, queda
meridianamente claro que cuando Escalona afirma desconocer "memoria alguna
ni indicio de quién fundó esta capilla, ni cuando se fundó o para qué", no puede
estar aludiendo a la capilla emplazada en el sector nordeste de la iglesia, ya que
ésta aún conserva hoy su consecratio empotrada en el muro meridional, la cual no
deja dudas acerca de su denominación y cronología, aunque algunos estudiosos la
710
211
Biblioteca Nacional Manuscritos, ms. 18659-35 (Cf J. M. CUENCA COLOMA, op. cit., p. 17. HS , lib. 1,
cap . III, pp. 20-21).
HS, lib. 1, cap. III, pp. 21-22.
212
J. M." QUADRADO, Op. cit, p. 395, nota 1: "Qui jacet in tumba fuit in serpente columba/ Ossa cubant
petra, transivit spiritus ethra/ Vir venerabilis, dux et monachorum pater, abbas Didacus primus. In ter caetera
pietatis opera ecclesiae fundamentum primus posuit [... ]".
213
Se refiere a la escritura conservada en el arca de los santos, que dice "translata sunt eorum corpora de veteri
ecclesia ad novam V. Idus Januarii. Era MCCLI" (HS, lib. 1, cap. IV, pp. 21-22.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
53
hayan interpretado como la dedicación de la iglesia214 • La obra fue consagrada, por
tanto, el 13 de abril de 1184215 , fecha que concuerda con la cronología que han
ofrecido la mayoría de autores para la ejecución artística de la capilla, y se dedicó
a San Benito; por lo tanto, no parece lógico relacionarla con la iglesia del siglo X.
Fue Sánchez Pérez la primera en corregir este malentendido en un interesante
estudio sobre el monasterio de Sahagún, donde esgrimió convincentes razones de
índole cronológica, estilística y de emplazamiento216 • Ahora bien, Sánchez Pérez,
aun apuntando este hecho, no repara en el proceso de los cambios de advocación
y supone que la Capilla de San Benito había sido también denominada en época
moderna "Capilla de San Manci o". Cierto es que menciona la existencia de la
consecratio alusiva a San Benito, pero opina que "esta advocación (la de San
Mancio) la adquiriría posteriormente, perdiendo la original" 217 • Continúa diciendo:
"No se sabe con exactitud cuándo se produjo este cambio de advocación, aunque
es de suponer que tendría lugar durante la segunda mitad del siglo XVIII, cuando
la antigua Capilla de San Mancio quedó en desuso tras la reforma realizada a
partir de los daños sufridos por el terremoto de 1755; el monasterio necesitaba una
capilla cuyo altar estuviera dedicado a San Mancio, cuya reliquia era una de las
más importantes que guardaba para su veneración" 21 8 •
En principio parece una explicación razonable, si no fuera porque no la
fundamenta documentalmente y porque diversas apreciaciones no hacen sino
poner en tela de juicio esta afirmación. Nadie ha aludido a este cambio de
advocación a raíz del traslado de las reliquias de San Manci o. El propio Romualdo
Escalona, testigo de excepción de toda la segunda mitad del siglo XVIII y
conocedor de los destrozos ocasionados por el terremoto de Lisboa en la capilla
de San Mancio, no menciona ningún movimiento de las reliquias 219 • Es más, este
2 14
Tal es el caso del P. Yepes (COSB, p. 267), del que tomaron ejemplo autores posteriores. El texto es como
sigue: t HVIVS ALTARIS CONSECRATIO FACTA EST A/DONNO FERNANDO BONE MEMORIE
ASTORICENSE EPISCOPO IN HONO/RE SANCTI BENEDICTI PRESENTIBUS EPISCOPIS PETRO
CIVITATENSI ET ADEFONSO/AURIENSI INFRA QUOD SUNT RELIQUIE DE SEPULCRO
SANCTE MA/RIE ET SANCTORUM MARTIRUM CLAUDII ET VICTORICI ET/SANCTI
PRUDENTII ADEFONSO REGE CATHOLICO REG/NANTE IN TOLETO ET IOANNE ABBATE
ECLESIAM
SANCTORUM
FACUNDI/ET
PRIMITIVI
GUVERNANTE
ANNO/AB
INCARNATIONE/DOMINI MCLXXXIIII IDIBUS APRILIS (J. M." QUADRADO, op. cit., p. 396, nota
2. M. VALDÉS FERNÁNDEZ, "La capilla de San Mancio en Sahagún", AL, 67 (1980), pp. 89-98, p. 94,
n. 17). Esta inscripción se encuentra grabada en los sillares de un pilar de la capilla, que es a su vez estribo
de la desaparecida iglesia.
2 15
M. GÓMEZ MORENO, Catálogo monumental de la provincia de León, Madrid, 1925, edición facsímil de
León, 1979, p. 347, se equivoca al fechar su data cronológica el día 15 de abril.
2 16
M." P. SÁNCHEZ PÉREZ, El monasterio de los Santos Facundo y Primitivo, Sahagún, 1993, pp. 24-31.
2 17
op. cit. , p. 27.
2 18
2 19
lbidem. M." V. HERRÁEZ ORTEGA (coord.), Esplendor y decadencia de un monasterio medieval. El
Patrimonio artístico de San Benito de Sahagún, León, 2000, p. 102, está de acuerdo con esta hipótesis.
HS, lib. VIII, cap. I, pp. 232-233 .
54
JAVIER PÉREZ
Gn.. - JuAN JosÉ SÁNCHEZ B ADIOLA
autor afirma que en el siglo XVIII la cabeza de San Mancio, traída a Sahagún en
1153 (en 1053, según Femández Catón220), se encontraba en el altar mayor junto
con las reliquias de los Santos Facundo y Primitivo, lo cual corrobora también
Morales en su Viaje 221 • Dice que el traslado de todas estas reliquias, contenidas en
una primitiva arca de roble, desde la iglesia antigua a la nueva, tuvo lugar en
1213 222 , pasando todas ellas en 1412 de este relicario a otro de ciprés y, en 1621,
al de plata que conociese Escalona y que actualmente se encuentra en el altar
mayor de la iglesia de San Juan de Sahagún223 • Estas noticias coinciden con los
testimonios notariales hallados en el arca de las reliquias donde se encuentran las
de los mártires Facundo, Primitivo y Mancio, por lo que no existen razones para
contradecirlas. Así pues, si en el siglo XVIII la cabeza de San Manci o llevaba más
de quinientos años en el altar mayor del templo, las alteraciones sufridas en la
capilla de San Mancio con motivo del terremoto de 1755 no tendrían ninguna
relevancia.
No obstante, desde que Sánchez Pérez ubicase con acierto la capilla de San
Mancio a los pies del templo, ha sido unánime la suposición de que, en un
momento indeterminado en el tiempo, hubo de cambiarse la advocación de la
capilla de San Benito -constatada en la inscripción del siglo XII- por la de San
Mancio. Este cambio de titularidad, que exigiría el traslado de las reliquias del
respectivo santo, explicaría el uso de la denominación moderna que tantos
equívocos había acarreado. De este modo, se trataría de "dos construcciones
distintas: la antigua iglesia de los siglos IX-X, situada a los pies de la basílica
grande, y la primitiva Capilla de San Benito, del siglo XII, situada entre el cuerpo
220
J. M." FERNÁNDEZ CATÓN, San Mancio ... , pp. 258 y 262-279.
221
A. DE MORALES, op. cit., p. 35 : " ... dentro (se refiere a la capilla mayor) está un arca de plata donde
están los Santos Cuerpos (de Facundo y Primitivo) juntamente con la Cabeza de S. Mancio".
222
" ••• translata sunt eorum corpora de veteri ecclesia ad novam V. Idus Januarii. Era MCCL/" (HS, lib. VIII,
cap. II, p. 234). Escalona tradujo malla fecha del traslado a la nueva iglesia, datándola en 1251 por no
restar los 38 años de la era hispánica.
223
J. B. GUARDIOLA, op. cit. ,ff. 73-75, afirma que en 1541 el abad Francisco de Valladolid celebró la fiesta
de la traslación de las reliquias de los Santos Patronos, devolviéndolas "en lo alto, cerca de la bóveda de la
capilla mayor, donde agora están". Esta noticia coincide con el documento número 4 del arca de los Santos
Mártires, estudiado por J, M." FERNÁNDEZ CATÓN, San Mancio ..., pp. 261 y 312-313, el cual no cita
Escalona, y que concreta la datación en el día 22 de abril de 1541, justificando el traslado de las reliquias
a "eminentiorem locum", tras una reja de hierro, con el fin de preservar su seguridad. Los documentos 5 y
6 de dicho arca constatan otros traslados al monasterio de Villanueva de San Mancio en los siglos XVIXVIII, en opinión de Femández Catón, con el fin de cumplir las ceremonias del Jubileo del Santo. Éste
habría tenido su primera conmemoración en 1566, merced a una bula otorgada por Pío IV en Roma el23
de diciembre de 1564 (L. FERNÁNDEZ, "Colección diplomática del monasterio de Villanueva de San
Mancio", AL, 51 (1972), pp. 58-60). Por último, el documento número 7, fechado en 1823, certifica el
solemne traslado del arca desde la iglesia de San Juan de Sahagún, donde se encontraba desde 1809, hasta
el monasterio. Actualmente se encuentra en el altar mayor de la iglesia de San Juan de Sahagún.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y
SAHAGÚN
55
de la iglesia y el crucero norte; ambas recibieron la denominación de Capilla de
San Mancio, en un momento determinado, pero diferente en el tiempo" 224 •
"Lo único entero y monumental que permanece es la capilla de San Manci o,
que algunos suponen ser la iglesia primitiva del monasterio o la parroquia
preexistente, pero que no remonta a juicio nuestro más allá del siglo XII, a
mediados del cual, en 1153, fue traída a Sahagún desde otro monasterio de su
advocación la cabeza de aquel santo ... Forma una nave de treinta pies de anchura
y cincuenta de longitud, compuesta de tres bóvedas de arcos cruzados, a
excepción de la última que cobija una cúpula moderna, y sostenida por haces de
columnas altas y delgadas con sencillos capiteles bizantinos. Dícese que yacen allí
los siete condes que perecieron en la batalla de Uclés: sólo una lápida retienen sus
muros, y es la de consagración de un altar de S. Benito en 13 de abril de 1183 ... " 225 •
El historiador se encuentra ante la capilla de San Benito, como demuestra la
descripción de los restos conservados a mediados del siglo XIX, el tipo de
elementos arquitectónicos o la inscripción que aún hoy se conserva. Sin embargo
la denomina "capilla de San Mancio". Ahora bien, Quadrado conocía la Historia
de Escalona, al que cita constantemente, y, de hecho, describe lo que ve en
función de los comentarios del historiador benedictino sobre la capilla de San
Mancio. Es por ello que manifiesta su sorpresa ante el parecer de algunos -léase:
Escalona- sobre su antigüedad, alude al enterramiento de los Siete Condes de
Uclés o da unas medidas de 14 metros de largo por 8'40 de ancho, las cuales se
corresponden con las ofrecidas por Escalona para la Capilla de San Mancio, pero
no con las de San Benito, puesto que su anchura es de 7 metros y la longitud de
lo conservado de 19 (señal de que no se molestó en medirla). Todo ello deja claro
224
M .• P. SÁNCHEZ PÉREZ,
225
J. M.• QUADRADO, op. cit., p. 156.
op. cit., p. 31.
56
JAVIER PÉREZ GIL- JuAN JosÉ S ÁNCHEZ BADIOLA
"una
capilla dedicada a San Mancio y primitivamente a San Benito, según atestigua la
inscripción allí mismo grabada, en los sillares del primer estribo correspondiente
a la iglesia, que ya publicó muy bien Quadrado"226 • Es evidente que el único
documento fehaciente del que dispone el historiador granadino es la lápida, pero
alude a su supuesta denominación moderna guiándose por Quadrado, como delata
su gentil cita. No es extraño, pues, que estudiosos posteriores, confiando en la
autoridad de investigadores como los referidos, no se preocupasen por la raíz de
la doble denominación 227 •
Por todo ello, creemos que no tiene sentido seguir distinguiendo entre una
"antigua capilla de San Manci o" y otra "moderna", porque sólo ha habido una con
esta advocación: la que estuvo situada a los pies de la iglesia románica. En el siglo
XX, y guiados por la obra de Quadrado, algunos investigadores la confundieron
con la Capilla de San Benito, generándose los consiguientes problemas de
interpretación. El equívoco se perpetuó hasta las oportunas aclaraciones de
Sánchez Pérez, aunque no acertó al opinar que la denominación de "Capilla de
San Mancio" tenía alguna tradición más allá de las tergiversaciones modernas.
Decidió por ello diferenciar la Antigua Capilla de San Mancio, localizada a los
pies, de la Moderna Capilla de San Mancio, entre el brazo septentrional del
crucero y la nave del Evangelio. Esperemos que con estas aclaraciones quede
definitivamente cerrado el capítulo de las advocaciones atribuidas
infundadamente al espacio comprendido entre el brazo norte del crucero y el
exterior del lienzo de la nave colateral. Esta capilla sólo debe ser denominada de
San Benito, y, en nuestra opinión, pudiera ser la misma dependencia que
Romualdo Escalona describe "como una nave de iglesia", la cual Sánchez Pérez
identifica con una "nave-pasillo" ubicada al Norte de la capilla de San Benito.
En efecto, en su riguroso estudio, Sánchez Pérez opina que el lienzo
septentrional de la capilla de San Benito era medianero de una "nave-pasillo" que
comunicaría el crucero, el claustro, la sacristía y otras capillas adyacentes 228 ,
sosteniendo su afirmación en las siguientes palabras de Escalona:
226
227
M. GÓMEZ MORENO, Catálogo, p. 347.
P. MINGOTE YTARAZONA, Guía del viajero en León y su provincia, León, 1879, p. 281 . La propia M."
P. SÁNCHEZ PÉREZ, op. cit., p. 64, n. 88, afirma que "a las dos advocaciones de la capilla, basándose en
la lectura de dicha inscripción, también aluden Manuel GÓMEZ MORENO (Catálogo .. .).. .".
"' op. cit. , pp. 31-32.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
57
"Al salir desde el crucero de la iglesia al claustro bajo hay como una nave
de iglesia, en la que a los dos lados hay una especie de alacenas muy anchas en
que se cierran los frontales de los altares. Desde esta nave, antes de llegar al
claustro se entra en la Capilla de San Miguel..." 229 •
De esta supuesta "nave-pasillo" conservamos hoy el susodicho muro
meridional, que debió cubrirse con bóveda de cañón sobre arcos fajones, a juzgar
por el arranque de la misma. Ahora bien, la descripción del historiador
benedictino no parece encajar con esta dependencia, aunque sí con nuestra Capilla
de San Benito. Esta última se encuentra ubicada a continuación del crucero, al
igual que la "nave-pasillo". Además se asemeja a una nave de iglesia, en tanto que
alargada, paralela al cuerpo de la iglesia y cubierta con bóvedas de crucería
idénticas a las del templo abacial. La especie de alacenas muy anchas bien
podrían ubicarse entre los espacios delimitados por sus gruesos pilares. ¿Quiere
esto decir que la dependencia descrita por Escalona no es una nave-pasillo? ¿Se
estaba refiriendo quizás a la Capilla de San Benito? Valga tan sólo como pista un
detalle: a pesar de que el monje historiador realiza una completa y detallada
descripción del monasterio, en ningún momento menciona la "Capilla de San
Benito". Este hecho no deja qe ser extraño, ya que es de suponer que, dada la
importancia de su ubicación y dimensiones en el conjunto monástico, la capilla
debió ser descrita o al menos citada. Creemos que Escalona no se olvidó de la
Capilla de San Benito, aunque no se refirió a ella por su nombre. La descripción
que hace de la nave de iglesia, identificada por Sánchez Pérez como una navepasillo contigua a la capilla de San Benito, concuerda totalmente con esta última.
Se podría pensar, pues, que se trata de la misma dependencia, posibilidad ésta ya
apuntada en el estudio dirigido por la Dra. Herráez230 • Esta reflexión no aporta
ningún dato nuevo sobre San Benito, pero sirve para rechazar la existencia de una
"nave-pasillo", al menos en virtud de las palabras de Escalona, y para modificar
una posible interpretación del resto de dependencias monásticas en función de las
partes conservadas. Es muy probable que, si el historiador se hubiese referido a
esta capilla por su nombre, nos habríamos ahorrado toda la serie de equívocos que
llevaron a identificarla con la iglesia de Alfonso 111.
La basílica mirae magnitudinis
En 883 el monasterio de Sahagún aparece ya constituido como tal, regido
por el abad Alfonso I (872-905). El citado año, como hemos tenido ya ocasión de
señalar, el monasterio sufrió un ataque musulmán, que, con independencia de que
229
HS, lib. VIII, cap. 11, p. 233.
230
M .• V. HERRÁEZ ORTEGA (coord.), op. cit., p. 113.
58
JAVIER PÉREZ GIL- JuAN JosÉ SÁNCHEZ B ADIOLA
se tratase de una destrucción ad fundamenta o de un simple saqueo, llevó a
Alfonso III a impulsar su "restauración, ampliación y enriquecimiento" 23 1 • El
enriquecimiento (di tare) al que alude Alfonso el Magno en la carta de dotación del
coto de 905, queda patente en la propia donación que dicho documento testimonia
y en el ingente conjunto de cesiones que se sucedieron, y de las que tenemos
constancia, desde el año 904. A estos favores regios hemos de sumar las compras,
cuyo enorme volumen evidencia el progresivo enriquecimiento del monasterio.
Gracias al impulso de Alfonso III, que fue generosamente continuado por sus
sucesores -monarcas, nobles y obispos legionenses-, Domnos Sanctas alcanza
ya en el año 1000 la misma extensión territorial que poseerá en 1100232 •
La restauración y ampliación de la basílica (hanc Bassilicam restaurare et
ampliare) debió prolongarse varios años. En tomo al 935 Ramiro II dona a
Sahagún el Puerto de Pinzón pro reparatione eglesie vestre 233 , tratándose
posiblemente de un último impulso económico a la fábrica, ya que la
consagración de la basílica tendrá lugar el 29 de junio de ese mismo año, tercero
del reinado de don Ramiro, con la presencia del propio monarca y de siete obispos
y ocho abades 234 • La nueva iglesia debió ser realmente majestuosa, a juzgar por las
referencias documentales y los escasos restos conservados. Su reiterada
denominación como templo dedicato mire magnitudinis ornato235 así parece
atestiguarlo, aun teniendo en cuenta que se trata de una fórmula no exenta de
cierto convencionalismo236 • Su fisonomía no debió variar mucho hasta el inicio de
231
232
233
234
" .. . hanc Bassilicam restaurare, ampliare et ditare, quam ab ismaelita oste dinoscitur fuisse diruta ... " (HS,
apén. III, escr. III. Índice ... , p. 2, no 5). "Ego Adefonsus gratia Dei Rex cum conjuge Scemena, qui
studuimus hanc Bassilicam restaurare , ampliare et ditare [...]" (CDS , n° 8). Mínguez apunta la falsedad de
este documento, si bien no compartimos la delimitación que establece para el coto. En relación a esta
última, y pese a la opinión tradicionalmente extendida, coincidimos con M." F. CARRERA, op. cit., pp. 5758, al no incluir Villamol de Cea en dicho término, pues se debe distinguir entre Villa de Mozrore
(despoblado), en el coto, y Villa Majal (Villamol), fuera de él. Esta afirmación queda ratificada por el
análisis etimológico de los topónimos y, documentalmente, por la existencia de numeras escrituras que
establecen esta diferenciación. Una de ellas describe un pleito entre los vecinos "et homines de illas
Infantes de Villa Majal, et Trianus" y Villanueva, por una parte, y los de "Villa Pezennin et Villa Mezeroh"
por otra (CDS , n° 949). Escalona, HS, lib. II, cap. VIII, p. 88 , dice que tres años más tarde, en 1098, el
monasterio veía "enzarzados en pleytos a sus vasallos del coto entre sí y con los vecinos de Villa Moho!,
Trianos y Villanueva".
M. A. GONZÁLEZ GARCÍA, op. cit., p. 262.
R. ESCALONA (HS, apén. III, escr. XVII, pp. 388-389), y V. VIGNAU, Índice de los documentos del
monasterio de Sahagún, de la orden de San Benito, y glosario y diccionario geográfico de voces sacadas
de los mismos, Madrid, 1874, no 17, p. 5, fechan la donación en el año 934, mientras que J. M." MÍNGUEZ
(CDS , n° 61), lo hace en el 937, seguramente por leer en el V de "DCCCCLXXV" una V y no dos II.
Asimismo este último autor no excluye posibles interpolaciones realizadas con posterioridad.
Biblioteca Nacional, Manuscritos, ms. 720, f. 236 (Cf M. GÓMEZ MORENO, Iglesias ... , p. 204).
235
M. GÓMEZ MORENO, op. cit., p. 204, ha localizado esta fórmula en los privilegios reales comprendidos
entre los años 944 y 1094. Nosotros, sólo en el siglo X, hemos contado más de diez.
236
M. SCHAPIRO, "On the aesthetic attitude in Romanesque art", 1947, Romanesque art. Selected Papers,
Londres, 1977, p. 15.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
59
la construcción de la iglesia románica en tomo a 1080, ya que el anommo
historiador de las ¡as Crónicas de Sahagún, que redactó su obra a principios del
siglo XII, relata cómo el rey Alfonso 111 "hi<;;o edificar la iglesia como fasta agora
pares9e, e aún edificó casas a los monjes para morar, e eso mesmo ordenó
hospicio para recibimiento de los peregrinos" 237 • Esta afirmación podría restar
importancia al célebre ataque que en 988 llevó a cabo Almanzor y que causaría la
destrucción del monasterio al decir de la Crónica Silense y de una escritura de
venta del monasterio de San Pedro de Eslonza: "Fuerat quaque et alía decania in
ripam amne vaciata Ceia... et dum sarrazeni pergunt ad Damnas Sanctas ut
destruerent eum sicut et destruxerunt tune ipsam decaniam destruxerunt " 238 • Es de
nuevo Romualdo Escalona quien, a este respecto, hace gala de un prudente
escepticismo al objetar que "no fue tanto el estrago que hizo este Moro famoso en
esta tierra... pues aún quedaron sus habitantes en estado de hacer tantas
donaciones a este Monasterio". Alega también que quizás el abad de Eslonza,
"afligido y aturdido con la total destrucción de su Monasterio, pensaba y creía que
había sucedido otro tanto en quantos lugares y monasterios habían tropezado los
moros en el camino"239 • Igualmente se debe hacer constar que el autor de la
Silense, probable monje de Damnas Sanctas, sólo se detiene a mencionar los
ataques a Santiago de Compostela y Sahagún.
Así pues, nos hallamos ante un templo cuya edificación -restauración y
ampliación- se inició probablemente en los primeros años del siglo X, y que se
consagró en el935. Esta construcción habría de mantenerse al menos hasta finales
del siglo XI, que es cuando se inician las obras de la iglesia románica. Su estudio
habrá de partir, pues, de las noticias ofrecidas por la documentación a lo largo de
este periodo, de las sucesivas que se refieran a su posible convivencia con las
estructuras posteriores, de las conclusiones a las que llegue la Arqueología y de
los elementos arquitectónicos conservados. Atendiendo a los comentarios de los
historiadores que conocieron el conjunto monástico en pie, habremos de centrar
nuestra atención en la parte que la mayoría de ellos consideraron de mayor
antigüedad: la capilla de San Mancio. Ubicada a los pies del templo románico,
237
238
I' CAS, 4.
HS , lib. I, cap. IX, p. 49. Índice .. ., pp. 173-174, n° 755. CDS, n° 340. J. E. CASARIEGO, op. cit., pp. 135
y 140. La noticia también se recoge en el Libro de lafundac;ión y rehedificac;ión desta casa de San Pedro
el Real de Exlonza, sacado todo por los papeles del archivo de otras dotac;iones de personas particulares
y de los aniversarios que cada año esta casa les tiene que dezir, redactado en 1590 por Fr. Gabriel
Rodríguez, y que se encuentra custodiado en el Archivo Histórico Diocesano de León, fondo Miguel Bravo,
n° n° 123, fol. 3 r0 •
239
240
HS, lib. I, cap. IX, pp. 49-50. "Las impetuosas algaradas de Almanzor, al envolver en el estrago a Sahagún,
no le causaron sino reparables y pasageros daños" (J. M .• QUADRADO, op. cit., p. 145).
HS, lib. VID, cap. I, pp. 232-233.
60
JAVIER PÉREZ GIL- JuAN JosÉ SÁNCHEZ BADIOLA
"fuera de la iglesia, aunque contigua a ella", es descrita por Escalona en el último
cuarto del siglo XVIII de la siguiente manera:
"La capilla de San Mancio es toda de piedra, muy hermosa, y
proporcionada, con tres naves casi iguales, que entre todas tienen como cincuenta
pies de largo, y treinta de ancho. Se ven en sus paredes varias columnas de piedra
pequeñas y delgadas, y llenas de molduras que indican mucha antigüedad. El coro
alto, que está sobre ella, es muy posterior, y cuando lo hicieron, por una notable
inadvertencia hicieron una de sus paredes sobre la bóveda de la capilla. El peso
de esta pared, que es bien gruesa, fue cansando la bóveda, y con el terremoto del
año 1755 llegó ésta a flaquear de modo, que para que no se arruinara el coro, fue
preciso casi destruir la capilla, pues se hizo en medio de ella debaxo de la pared
del coro otra pared maestra para sostenerla, y evitar que se hundiera el coro con
los monjes; y con todo esto quedó la capilla desfigurada y sin uso alguno" 240 •
Casi dos siglos antes de que Escalona publicase su Historia de Sahagún, Fr.
A. de Yepes se refería a la susodicha capilla mediante un texto que ya
reprodujimos con anterioridad. En él se hace eco de las especulaciones acerca de
la iglesia de Alfonso III, de la cual "algunos piensan que de todo punto pereció ...
otros creen que (era) la iglesia que se llamaba de la Magdalena, cuyas ruinas se
muestran dentro del monasterio ... otros afirman que la capilla de San Mancio, que
está a los pies de la iglesia principal"241 • Ante estas posibilidades, el historiador
benedictino se inclina por esta última, si bien apunta que sus dimensiones
presentes representarían sólo una parte del primitivo conjunto basilical, pues las
considera reducidas para una obra que mereció tantas alabanzas por su magnitud.
Ése era también el parecer de Ambrosio de Morales, que se atrevió a ofrecer una
cronología anterior a la de mediados del siglo XI, tomando como referencia la
fábrica del templo existente en el siglo XVI, la cual consideraba de una
antigüedad "de más de quatrocientos" años 242 • Por lo tanto, si tomamos como
referencia la descripción de Escalona, que es la más extensa, nos encontramos con
una capilla de "cincuenta pies de largo y treinta de ancho", esto es, 14 por 8 '40
metros 243 • Este dato sirve, en primer lugar, para poner de manifiesto, una vez más,
que no se trata de la capilla de San Benito, ya que sólo los tramos conservados de
ésta miden 19 metros de largo por 7 de ancho.
24 1
COSB, p. 265 .
242
A. DE MORALES, op. cit., pág, 193.
243
HS, lib. VIII, cap. I, p. 232.
244
M. GÓMEZ MORENO, op. cit., pp. 203-204. Citado también por V. LAMPÉREZ Y ROMEA, Historia
de la Arquitectura Cristiana Española en la Edad Media , Madrid, 1908, p. 174.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
61
Don Manuel Gómez Moreno, en su espléndida obra Iglesias mozárabes,
aceptó los planteamientos expuestos por sus predecesores, citando incluso un
comentario del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, quien aseguraba haber visto
arranques de un arco de herradura y columnas marmóreas 244 • Años más tarde,
empero, rectificaría lo anterior, tras contrastarlo con los planos realizados por
Alejandro Ferrant Vázquez con motivo de las prospecciones arqueológicas de
1932245 • Según éstos, la Capilla de San Mancio debió contar con una planta
cuadrangular de 14,10 m de largo por 13,35 m de ancho y un grosor de muros de
1'3 m, dividida en tres naves y con dos puertas, abocinada la occidental y
descentrada la orientaF46 • La sección de los pilares y la estructura de las puertas,
propias de una construcción románica, le llevaron a adelantar la datación de dicha
cronología casi dos siglos, identificando dicha capilla con la obra consagrada por
el abad Diego I en 1099247 • En su opinión, la iglesia de Alfonso III se encontraría
al oriente de este recinto, y habría sido derribada al ejecutarse los pies de la obra
del templo románico a partir de la segunda mitad del siglo XII.
Últimamente, Sánchez Pérez ha recuperado el parecer de los monjes
historiadores, afirmando que "es muy probable que la planta dibujada por Ferrant
pertenezca a la antigua iglesia mandada construir por el rey Alfonso III a finales
del siglo IX o principios del X" 248 • Posteriormente, en el siglo XII, esta capilla de
San Mancio sería restaurada para renovar su función dentro del conjunto
románico. Quedarían explicadas así las numerosas incoherencias estructurales que
presenta la planta si la consideramos ejecutada toda de una vez, tales como la
extrañeza de un testero plano en una construcción consagrada a fines del siglo XI
o la discordancia entre los soportes y los vanos practicados en el muro. Asimismo
quedarían más claras las afirmaciones de Velázquez Bosco en relación a los
vestigios de arcos de herradura, los cuales se podrían haber mantenido tras la
restauración románica, y del propio Gómez Moreno al citar "basas con garras,
figurando espirales, piñas y aun cabezas humanas o de lobo" 249 , elementos que
parecen corresponderse con el siglo XII más que con el XP50 •
245
M. GÓMEZ MORENO, El Arte Románico Español. Esquema de un libro, Madrid, 1934, pp. 157-158.
A la fecha de publicación de esta obra tenemos noticia del descubrimiento del archivo fotográfico de
Ferrant Vázquez. Esperamos poder consultar la nueva documentación, que podría aportar alguna novedad
de importancia a la cuestión y que será estudiada en sucesivos trabajos.
246
Suponiendo correctas las medidas de Alejandro Ferrant y de Escalona, quien las ofrece aproximadas,
hemos de confesar cierta sorpresa ante el hecho de que las primeras definan un espacio tendente al
cuadrado (Ferrant: 13'35 x 14'1 m.) y las segundas al rectángulo (Escalona: 14 x 8'4 m.).
247
Ibidem., pp. 157-158.
248
M .• P. SÁNCHEZ PÉREZ, op. cit., pp. 9-10.
249
250
M . GÓMEZ MORENO, El arte románico ... , p. 158.
J. L. SENRA, "Aproximación a los espacios litúrgico-funerarios en Castilla y León: pórticos y galileas",
Gesta, XXXVU2 (1977), pp. 122-144, p. 142, n. 72, inviertido la ubicación que M." P. SÁNCHEZ PÉREZ,
op. cit. , fig . 18, establece para esta capilla.
62
JAVIER PÉREZ GIL - JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
Ante tal cantidad de propuestas, contrapropuestas y argumentaciones
contradictorias, la mera ubicación de los restos de la iglesia de Alfonso III, si es
que sobrevivieron a la fábrica románica, se presenta como una empresa
ciertamente complicada. Sería por ello necesario el urgente inicio de un estudio
arqueológico que aportase más luz sobre la planta de la iglesia y dependencias
adyacentes. Sin embargo, hasta entonces, nos permitiremos apuntar ciertas
noticias cuyo desconocimiento pudo inducir a Gómez Moreno a identificar la
capilla susodicha con la fábrica de Alfonso III y a Sánchez Pérez a advertir ciertas
incoherencias. Esta última cree que los "arranques de un arco de herradura y
columnas marmóreas" que afirmase haber visto Velázquez Bosco, dada la
imposibilidad de correspondencia con las estructuras románicas que
posteriormente se descubriesen en la capilla cuadrangular, pudieron ser restos
anteriores que permanecieron en la misma, lo cual justificaría la irregularidad de
la planta251 • Ahora bien, también cabría la posibilidad de que los restos aludidos,
de los cuales Gómez Moreno sólo tuvo referencia indirecta, ya que afirma no
haberlos visto, no se encontrasen en las inmediaciones de los pies del templo
románico, sino al Norte del brazo septentrional del crucero. Así es; en el último
tercio del siglo XIX, miembros de la Comisión de Monumentos de León llevaron
a cabo una serie de estudios sobre los restos del monasterio de Sahagún. El
equipo, si bien contó con menos elementos de juicio que aquellos autores que
conocieron el cenobio en activo, disponía de un número de ellos sensiblemente
superior a lo que alcanzaron a ver los estudiosos del primer cuarto del siglo XX.
En un informe de la Comisión, redactado en 1880 por Demetrio de los Ríos, a la
sazón vicepresidente de la misma, se exponen algunas de las conclusiones de
dicho equipo sobre las ruinas 252 • Según éstas, en los restos del templo se apreciaría
la existencia de tres plantas, correspondientes a otras tantas iglesias de diferentes
épocas. La más antigua dataría de mediados del siglo XI y habría sido realizada
en ladrillo, ubicándose al Norte de la posterior iglesia románica y compartiendo
parte de la capilla de San Benito. Don José Solar, que estudió para la Comisión
las ruinas de Sahagún junto con Inocencia Redondo y Ramón Medina, apoyó el
parecer de De los Ríos asegurando que "la iglesia antigua es lo que Escalona
llama Capilla de Nuestra Señora de las Angustias y también de San Jerónimo ... la
iglesia nos parece la ocupada o construida por el abad Alonso hacia 880 y la
adición bien puede ser la obra que Alfonso III hizo poco después, por los años de
883" 253 • Cita Solar "dos puertas de arcos de herradura", elementos éstos que
251
Op. cit., p. 9.
252
D. DE LOS RÍOS, "Ruinas del exmonasterio de Sahagún", Boletín de la Real Academia de Bellas Artes
de San Fernando, 1880, pp. 79-89.
253
J. SOLAR, "La antigua iglesia del monasterio de Sahagún y sus bóvedas botareles", Boletín de la
Institución Libre de Enseñanza, n° 180 (1884), pp. 232-233 .
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
63
vendrían a ratificar el juicio de Escalona cuando expresaba que la capilla de San
Miguel, a la que el P. Pérez suponía coetánea de la San Jerónimo, era "bien
antigua, aunque parece no serlo tanto como la de San Mancio" 254 • Sus
aseveraciones quedarían reflejadas en el plano y alzado de los restos conservados
de la iglesia en 1883 y que años más tarde publicaron J. E. Díaz-Jímenez y E.
Gagozss.
El estado de la cuestión se presenta, pues, sumamente enrevesado, máxime
cuando las diversas posturas parecen rehuir cualquier viso de acercamiento;
recordamos, por ello, una vez más, la necesidad de una prospección arqueológica
que despeje las más notables de estas dudas. Los historiadores y arquitectos que
estudiaron las ruinas del monasterio a finales del siglo XIX y principios del XX
parecen inclinarse por las capillas del Nordeste del templo románico y Gómez
Moreno acude a las evidencias de las prospecciones arqueológicas realizadas en
1932 en la capilla de San Mancio para rechazar la posibilidad de que ésta formase
parte de la basílica mi rae magnitudinis. Sin embargo, no creemos prudente obviar
las opiniones de personas que, como Morales, Pérez, Yepes o Escalona, tuvieron
la oportunidad de conocer la integridad del conjunto monástico en todo su
esplendor, las cuales, aun apuntando el interés de las citadas dependencias, no
dudaron en describir la arquitectura de la capilla de San Mancio como la de mayor
antigüedad. Convendrá, pues, que dediquemos unas líneas a las últimas
interpretaciones publicadas en tomo al espacio románico de la capilla de San
Mancio.
José Luis Senra, en un interesante estudio sobre las estructuras funerarias
occidentales, ha aportado una serie de reflexiones que ayudan a comprender más
ampliamente el sentido y función de esta capilla. Relacionándola con otras
estructuras similares en templos como San Isidoro de León, San Zoilo de Carrión
de los Condes o San Isidro de Dueñas, ha sugerido su identificación como
galileas, características estructuras occidentales de raigambre carolingia, que
necen en respuesta a una necesidad funcional de carácter litúrgico, pero que serán
también aprovechadas para otros menesteres, como el de servir de privilegiado
254
255
HS , lib. VIII, cap. 11, p. 234.
J. E. DÍAZ-JIMÉNEZ, E. GAGO, "Autenticidad de los restos mortales de Alfonso VI y de sus cuatro
mujeres: Inés, Constanza, Zayda y Berta". Boletín de la R. Academia de la Historia (=en adelante) BRAH,
LVIII (1911), cuaderno I, pp. 40-55. A este plano, posiblemente realizado por Ramón Medina, hemos de
sumar otros existentes en el Archivo Municipal de León y en la Biblioteca Pública de la misma ciudad, los
cuales ya han sido comentados en alguna publicación anterior (J. PÉREZ GIL, "El monasterio románico
de los Santos Facundo y Primitivo de Sahagún", Congreso Internacional sobre Restauración del Ladrillo,
Sahagún, 1999, pp. 237-245).
64
JAVIER PÉREZ GIL- Ju AN JosÉ
SÁNcHEz BADIOLA
panteón256 • La cuestión es sumamente atractiva. No parece extraño que la larga
tradición hispánica de enterramientos en estructuras absidales contrapuestas,
como es el caso de Santiago de Peñalba o San Cebrián de Mazote, se adaptase sin
traumas a las nuevas imposiciones cluniacenses, más aún cuando ambas funciones
podían compatibilizarse. La capilla de San Mancio se presentaría en este aspecto
como un claro ejemplo. Es obvio que su condición de cabeza de la reforma
cluniacense en el noroeste peninsular debió provocar la planificación de una
arquitectura adecuada a la misma. Sin embargo, no por ello perdió su condición
de espacio funerario. En efecto, Yepes nos comenta que grandes personajes de los
tiempos más remotos del monasterio, como es el caso de los abades Recesvindo
o Alfonso, estaban allí sepultados 257 • Fue también esta capilla lugar de acogida de
los restos de Santa Lumbrosa, San Mancio y los Santos Patronos Facundo y
Primitivo, así como del gran benefactor del cenobio: Alfonso VF58 • Todo ello
indica, una vez más, la imposibilidad de que la Capilla de San Mancio se
encontrase en otro lugar que no fuese los pies del nuevo templo, ya que su
ubicación al oeste del brazo septentrional del crucero sería más difícil de explicar.
Decimos esto, no sólo por la carencia de referentes en otros edificios románicos,
sino también porque no vemos cómo pudieron disponerse los enterramientos de
los que nos hablan las fuentes; en la capilla de San Benito no conservamos restos
de arcosolia y su condición de espacio de comunicación entre el claustro y el
crucero, sumado a su estrechez, no se presta a la interposición de sepulcros
exentos. Respecto a los vestigios tardorrománicos que mostró la capilla de San
Mancio, Senra cree que ese espacio sufrió en algún momento una importante
transformación, tal y como evidencia el asimetrismo de su puerta oriental. La
cuestión radica en si estas reformas se llevaron a cabo sobre los restos de la iglesia
de Alfonso III -como opina Sánchez Pérez- o si se practicaron sobre una
estructura de finales del XI, anterior a la iglesia tardorrománica. Senra parece
decantarse por esta última opción, aunque no desdeña la posibilidad de que se
256
"En sentido estricto la galilea es, por lo tanto, un espacio con una función litúrgica preeminente, pero del
que no pueden desestimarse algunas otras, lo que lo convertía en un espacio polifuncional.
Arquitectónicamente se trataba de una estructura organizada con tres naves, frente a la puerta occidental
del templo. Sobre ella se levantaba un piso o santuario a modo de tribuna, al que daban acceso unas
escaleras laterales alojadas normalmente en husillos. Abierto visualmente a la iglesia mediante un vano, en
él se disponían altares. Completaban su imagen sendas torres, enlazando así con el iconograma conformado
en época carolingia" (J . L. SENRA, op. cit. , pp. 122-144. C. ABAD CASTRO, "Espacios y capillas
funerarias de carácter real", Maravillas de la España medieval. Tesoro sagrado y monarquía, León, 2000,
pp. 63-71). Algunos monasterios cistercienses, como los de aャ」ッ「。セ@
o Poblet, emplearon también su
galilea como lugar de enterramiento (1. G. BANGO TORVISO, "El ámbito de la muerte", Monjes y
Monasterios. El Cister en el medievo de Castilla y León, Valladolid, 1998, pp. 317-333).
257
" • •• a los personajes más antiguos que conocemos de esta casa los vemos en aquella capilla de San Mancio"
(COSB, III, pp. 265-266).
258
HS, lib. IV, cap. VII, p. 153.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA
EDAD
MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
65
asentase sobre la precedente, ·apuntando como posible vestigio de ésta la
existencia de un banco corrido, como en San Isidoro de León.
Recientemente, el equipo de historiadores del arte de la Universidad de
León coordinado por la profesora Herráez Ortega, ha publicado sus conclusiones
al respecto. Partiendo de las observaciones de Senra, admiten sus caracteres
románicos y su función como panteón, si bien van más allá y, ofreciendo una
visión integral del proceso constructivo del templo, datan su construcción a
finales del siglo XI, a continuación de los pies de la basílica de Alfonso III, siendo
muy probable la coincidencia de ambas en anchura; se suman sin divergencia
alguna, pues, a lo propuesto por Gómez Moreno en 1934. La puerta oriental del
recinto, que comunicaba la capilla con la basílica mire magnitudinis, habría sido
reformada en tomo al primer cuarto del siglo XIII, debido a que fue entonces
cuando la fábrica románica llegó a los pies y, consiguientemente, se hizo
necesario centrar este acceso con la nave centraF59 • En el muro occidental se abría
otra puerta enmarcada, al interior, entre dos pilas de sección cuadrada con
columnas adosadas en tres de sus frentes libres. Éstas contaban con "basas con
garras, figurando espirales, piñas y aun cabezas humanas o de lobo" 260 que se ven
en las fotografías tomadas en 1933 con motivo de las excavaciones arqueológicas
en la capilla261 , elementos éstos que parecen identificarse con un románico
avanzado. Se trata de unas piezas que, en nuestra opinión, bien pudieran
corresponderse con unas basas expuestas en el Museo de León (números de
inventario 2783, 2784, 2785, 2786 y 2815), de procedencia desconocida, y que
denotan cierta relación con las que permanecen en los pilares del lienzo Norte de
la capilla de San Benito, así como con las del arco de San Pedro de las Dueñas,
hoy en el Museo Arqueológico Nacional (números de inventario 57823, 57824, 57825 y 57826) 262 •
Resumiendo: con la excepción de los estudiosos de la Comisión de
Monumentos de León, parece haberse llegado a un consenso en cuanto al
emplazamiento de la primitiva iglesia de Alfonso III a los pies de la románica.
Algunos autores, como Morales, Yepes, Escalona o Sánchez Pérez, opinan que la
259
M." V. HERRÁEZ ORTEGA (coord.), op. cit. , pp. 58-62 e ilustraciones de las páginas 62 y 91.
260
M. GÓMEZ MORENO, Arte románico .. ., pp. 157-158.
La citada fotografía es propiedad del Museo de León. Agradecemos a Don Luis Grau Lobo la colaboración
prestada para el acceso a la misma y al resto de documentación de dicho Museo. W. FERNÁNDEZ LUNA,
Monografía histórica de Sahagún y breve noticia de sus hijos ilustres, León, 1921 , pp. 166-167, ya había
descrito en 1921 estos restos: "se ve también una columnita de lo que fue capilla de San Mancio; estaba
situada en parte de la casa de los herederos de D. Julio Font y, según se dice, éste fue el solar de la primitiva
iglesia".
26 1
262
Adquisiciones del Museo Arqueológico Nacional (1940-1945) , Madrid, 1947, p. 171. M." A. FRANCO
MATA, "Arte medieval cristiano leonés en el Museo Arqueológico Nacional", TL, 71 (1988), pp. 27-59 y
Museo Arqueológico Nacional. Edad Media, Madrid, 1991, pp. 84-85.
66
セM
------------
JAVIER PÉREZ GIL- JuAN JosÉ SÁNCHEZ BADIOLA
primitiva iglesia, o parte de ella, debió permanecer en la capilla de San Mancio.
Ésta, posteriormente, sufriría ciertas reformas que le habrían de dar una fisonomía
claramente románica, aunque aún persistirían ciertos elementos de la obra
primitiva que ·empujaron a los historiadores antiguos a identificarla como
prerrománica. A lo defendido por esta nómina de autores podríamos, igualmente,
。ァイ・@
las reflexiones de Fernández Catón, quien, partiendo del estudio
paleográfico de los documentos aparecidos en el arca de las reliquias de los Santos
Facundo, Primitivo y Mancio, llega a una conclusión análoga. A pesar de
confundir las capillas de San Benito y San Mancio, y de no ser el suyo un estudio
arquitectónico, sino hagiográfico, cree que la "baselica sua" del documento
número 1, datado en 1053, y que certifica la autenticidad de la cabeza de San
Mancio y su traslado desde Medina de Ríoseco a Sahagún, es la misma que la
denominada "veteri ecclesia" en 1213, con motivo del traspaso de los restos
sacros a la nueva iglesia, pudiéndose identificar por tanto con la de Alfonso
III263.
Por otra parte, Gómez Moreno y el equipo de Herráez Ortega creen más
lógica la total absorción de la iglesia de Alfonso III por la de los siglos XI-XIII;
la capilla de San Mancio sería entonces de fábrica románica de finales del siglo
XI, posteriormente remodelada a principios del XIII. A juzgar por los restos
arqueológicos, parece seguro que la capilla de San Mancio presentaba un aspecto
que no permitía duda alguna sobre su adscripción románica. Ahora bien, no es
menos cierto que los historiadores que la conocieron en pie también se
encontraron con estas muestras y, sin embargo, no dudaron en destacar su
antigüedad, teniendo en cuenta que pudieron contrastarla con la totalidad del
templo románico y demás dependencias monásticas. Habría que aclarar a qué se
estaban refiriendo cuando describían "grandísimos restos de antigüedad, así en los
materiales como en la fábrica, parecida a las antiquísimas de la ciudad de
Oviedo". Estos restos no podían ser únicamente los que nos dejan suponer la
planta y fotografías del siglo XX, pues románico era también el resto del templo ·
y, sin embargo, los comentarios parecen reflejar una clara diferenciación entre
ambos. La traza de la capilla parece que evidenciaba un mayor primitivismo, pero
no sabemos si éste se fundaba en uná fábrica del siglo X o de finales del XL
Creemos probable que mantuviese restos de la iglesia de Alfonso III, dado el
excesivo grosor de los muros, su tradicional función como panteón, la ausencia de
traslados de reliquias entre mediados del siglo XI y principios del XIII, y las
apreciaciones de los que la vieron en pie, siendo este último un argumento que, a ·
la espera de que aparezcan nuevas fuentes, se muestra difícilmente contrastable.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
67
El monasterio disperso
En comparación con el conjunto de piezas en paradero conocido
procedentes del templo románico de Sahagún, no son pocas las datables en tomo
al siglo X, y por lo tanto atribuibles al proyecto de Alfonso III o sus reformas, de
las que tenemos noticia. La carencia de datos que demuestren de manera
irrefutable dónde se localizaba esa primitiva iglesia, así como las escasas
aportaciones arqueológicas, nos impiden confirmar la presencia de restos
arquitectónicos in situ, si bien Valdés Femández señala dos capiteles ubicados en
uno de los pilares del muro Norte de la capilla de San Benito como procedentes
de la iglesia de Alfonso IIP64 , supuesto que no compartimos. Por ello, nos
ceñiremos aquí a las piezas dispersas procedentes del monasterio, obviando las
referencias a aquellas de cuya ubicación actual no tenemos constancia. Tal es el
caso de las alusiones de Ambrosio de Morales a "tres o quatro piezas de jaspe o
de pórfido morado" que vio en el claustro de Sahagún, las cuales bien pudieran
datar de épocas posteriores, ya que seguidamente alude a otras similares cuyos
fustes se acompañaban de "vultos labrados" 265 • Es más, el propio Morales,
describiendo el Panteón de los Reyes de San Isidoro de León, relacionará esos
elementos de pórfido morado con el sepulcro de Doña Urraca, el cual habremos
de datar en fechas más recientes que las que interesan a este estudio266 • Años más
tarde, Antonio de Yepes describirá las "columnas, mármoles y juspes" de la
capilla de San Mancio, que volverán a ser mencionados, como tuvimos ocasión de
detallar, por Romualdo Escalona en el siglo XVIIP 67 • Tras la desamortización del
monasterio, la Comisión de Monumentos de la Provincia de León se dispuso a
recuperar las piezas escultóricas dispersas, pero, a juzgar por las noticias que
recogen las actas de sus reuniones, parece evidente que sólo lograron hacerse con
un limitado número de ellas, y lo mismo habría que decir de las referencias de
Velázquez Bosco acerca de las columnas marmóreas facundinas, de pertenecer a
esta crOJ.?.Ología268 • Gómez Moreno aún pudo observar dos fustes de mármol en los
portales del Ayuntamiento de Sahagún y otros varios en una calle de la villa, en el
263
J. M.• FERNÁNDEZ CATÓN, San Mancio, p. 311.
264
M. VALDÉS FERNÁNDEZ, "La capilla de San Mancio", pp. 89-98.
265
266
267
268
A DE MORALES , op. cit., p. 39.
lbidem, p. 42: "su sepulcro es extrañamente rico. El arca de mármol blanco muy excelente. La cubierta, en
que está a la larga el epitafio, es tumbada, y de aquel pórfido morado que dige en Sahagún".
COSB , p. 265.
Biblioteca Pública de León, Comisión de Monumentos, leg. 614-615, libros de actas 27-V-1866/IV-1883
y 2-VII-188311898.
68
JAVIER PÉREZ G IL - JuAN JosÉ SÁNCHEZ BADIOLA
santuario de La Peregrina y en una huerta269 • Los primeros habrían de permanecer
allí hasta el derribo de la casa consistorial, haciéndose eco de su existencia el
matrimonio Bone en la década de 1930270 • El mismo Gómez Moreno cita, además,
"una pila para agua bendita, de mármol jaspeado rojizo como el de Cabra,
formando ocho gallones profundos, por dentro y por fuera, como las pilas árabes
andaluzas", en la iglesia de Santiago de Sahagún27 1• De esta iglesia nada queda
hoy, tan sólo algunos restos embutidos entre las modernas viviendas construidas
sobre su solar, habiendo desaparecido, por ende, también la pila272 • Por fortuna,
hoy podemos afirmar que la pieza descrita por Gómez Moreno se encuentra en la
iglesia de San Lorenzo de Sahagún, concretamente en el ábside de la Epístola. En
efecto, se trata de una pila de 68 cm de diámetro y 23 de altura, que presenta una
composición de ocho gallones convergentes de exquisito acabado.
Quizás sea el conjunto de capiteles mozárabes lo más espectacular del total
de piezas conservadas y lo que mejor evoque las características de una basílica tan
admirada. Se trata de una decena de capiteles de mármol blanco que, según
Gómez Moreno, constituyen la cumbre del clasicismo de la serie leonesabizantina del siglo X273 • Son piezas profusamente estudiadas y reproducidas en
diversos trabajos 274 • Nosotros nos limitaremos a enumerarlas, evitando entrar en
los debates cronológicos que los fechan, tanto en el siglo X -como opinan
Noack-Haley y la mayoría de expertos que los han estudiado275- , como en épocas
269
270
271
272
273
274
275
M . GÓMEZ MORENO, Iglesias ... , p. 206.
G. BONE, Days in old Spain, Londres, 1939, pp. 109-110. W. FERNÁNDEZ LUNA, Monografía
histórica de Sahagún, León, 1920, edición de F. PACHO REYERO, Sahagún, 1999, pp. 121 y 250, publica
fotografías inéditas del ayuntamiento, tomadas por el fotógrafo Loty con anterioridad a 1930.
lbidem.
J. M." QUADRADO, Recuerdos y Bellezas de España. León y Asturias, Madrid, 1855, edición facsímil de
Valladolid, 1989, pp. 398-399. V. LAMPÉREZ Y. ROMEA, Historia de la Arquitectura Cristiana Española
en la Edad Media , Madrid, 1908, pp. 708-711. M. GÓMEZ MORENO, Catálogo , pp. 350-355. J. M."
LUENGO, "La iglesia de Santiago de Sahagún", León, Madrid, 1978, pp . 7-10. M . VALDÉS
FERNÁNDEZ, Arquitectura mudéjar en León y Castilla, pp. 121-126. J. RIVERA y C. RODICIO,
"Reaparición de los restos de la antigua iglesia mudéjar de Santiago, de Sahagún de Campos", BSAA, XLIX
(1983), pp. 460-464. I. G. BANGO TORVISO, El arte románico en Castilla y León, Madrid, 1997, p. 131.
R. DOMÍNGUEZ CASAS, "Dos fotografías inéditas de la iglesia de Santiago de Sahagún: consideraciones
en tomo al mudéjar facundino", Iacobus , 5-6 (1998), pp. 117-138.
op. cit., pp. 205-206.
M. GÓMEZ MORENO, Iglesias ... , p. 205 y Catálogo monumental de la Provincia de León, pp. 142-143
S. NOACK-HALEY, "Capiteles mozárabes", Coloquio internacional de capiteles corintios prerrománicos
e islámicos (ss. VI-XII d. c.), Madrid, 1990, pp. 37-52 y Mozarabischer Baudekor /:Die Kapitelle, Mainz
am Rhein, 1991, pp. 135-139. J. W. WILLIAMS, The art of Medieval Spain (a. d. 500-1200), New York,
1993, pp. 133-134. J. F. ROLLÁN ORTIZ, Iglesias mozárabes leonesas, León, 1979. M." P. SÁNCHEZ
PÉREZ, op. cit.,. M. DEL AMO DE LA HERA, Catálogo de Las Edades del Hombre. Memorias y
Esplendores, Palencia, 1999, pp. 33-34. M." V. HERRÁEZ ORTEGA (coo,rd.), Op, cit., pp. 29-39.
S. NOACK-HALEY, op. cit.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI
Y SAHAGÚN
69
muy anteriores 276 • Cuatro de ellos se encuentran en posesión del Museo de León
(números de inventario 2796, 2797, 2798 y 2799), en la actualidad en diferentes
dependencias del mismo 277 • Cuentan todos con astrágalo sogueado y, dos de ellos,
con una banda perlada que circunda su parte superior. Sus medidas son 50x40x33,
55x55x40, 46x44x43 y 60x48x40 cm., poseyendo tres de ellos una cara lisa, lo
que indica que no funcionaron como exentos. En la iglesia de San Lorenzo de
Sahagún, superpuestos sobre sus astrágalos, se encuentran dos más, exentos e
iguales, de 42x40x40 cm278 • También en Sahagún, aunque en el museo de las
Madres Benedictinas, existe otro de 42 cm de altura279 • El Museo de Palencia
posee otro más de procedencia facundina (n° de inventario 229), con unas
dimensiones de 49x54x25 cm. Este capitel ingresó en dicha institución en 1899
gracias a una donación de don Francisco Simón Nieto, quien lo había encontrado
en la iglesia de San Lorenzo de Sahagún280 • También en el museo provincial
palentino se encuentra un segundo capitel, trabajado en tres de sus caras, de
34x30x26 cm (n° de inventario 234 ). Se desconoce su procedencia, pero Gómez
Moreno lo cita como originario del monasterio de Sahagún281 •
Conviene advertir que en esta relación de capiteles no debe considerarse el
que actualmente soporta una imagen de la Virgen en la capilla mayor de la iglesia
del monasterio de San Pedro de las Dueñas. La pieza es copia de uno de los
capiteles de San Miguel de Escalada, que mandó hacer Luis Menéndez Pidal a
finales de la década de 1960, momento en que se estaba desarrollando la
restauración de la iglesia282 • Su modernidad es bien apreciable tanto en su
apariencia y material como en la basa, fuste y cimacio que lo acompañan.
Sorprende, sin embargo, que los últimos estudios sobre el monasterio de Sahagún
276
E. DOMÍNGUEZ PERELA, "Capiteles hispánicos altomedievales. Las contradicciones de la cultura
mozárabe y el núcleo bizantino del Noroeste", AEA, 65 (1992) , pp. 223-262. R. CORZO SÁNCHEZ, "Los
capiteles bizantinos leoneses", ibíd., pp. 335-345.
277
M. GÓMEZ MORENO, Iglesias ..., p. 206. S. NOACK HALEY, Mozarabischer Baudekor, pp. 136-138.
M." P. SÁNCHEZ PÉREZ, op. cit., pp. 10, 57 y n. 30. M." V. HERRÁEZ ORTEGA (coord.), op. cit. , pp. 36.
278
M. GÓMEZ MORENO, op. cit., p. 205. S. NOACK HALEY, op. cit., pp. 135-136. M." P. SÁNCHEZ
PÉREZ, lbidem.
.
279
M. GÓMEZ MORENO, lbidem, p. 206. S. NOACK HALEY, op. cit. , p. 136. L. GRAU LOBO, Sahagún.
Museo de las Madres Benedictinas, León, 1993, p. 20. M." P. SÁNCHEZ PÉREZ, lbidem.
280
M. GÓMEZ MORENO, lbidem. S. NOACK HALEY, op. cit. , pp. 138-139. M. DEL AMO DE LA HERA,
op. cit., pp. 33-34.
281
M. GÓMEZ MORENO, lbidem. Agradecemos a Don Javier Pérez Rodríguez, conservador del Museo de
Palencia, su amabilidad al permitimos consultar los inventarios de dicho museo.
282
Agradecemos estos datos, así como su cortesía, a las MM. Benedictinas del monasterio de San Pedro de
las Dueñas.
70
J AVIER PÉREZ GIL - J UAN JOSÉ S ÁNCHEZ B ADIOLA
hayan incluido este evidente duplicado como auténtico 283 • El error podría haberse
visto favorecido por la existencia en el monasterio de San Pedro de un capitel
mozárabe, que Gómez Moreno llegó a conocer e incluso a dibujar, si bien
desaparecido desde hace décadas 284 • Últimamente, Noack Haley ha dado con su
actual paradero en el Museo Catedralicio-diocesano de León, donde lleva varias
décadas recogido 285 • Se trata de un capitel de reducidas dimensiones (26x27x25
cm) -la copia actual tiene 25 cm de altura- que Gómez Moreno suponía
procedente del monasterio de Sahagún. Los Sres. Julián Sanz y José María
Luengo, que también tuvieron la posibilidad de estudiarlo, sostenían, sin embargo,
que era originario de la propia iglesia monástica de San Pedro de las Dueñas,
teniendo en cuenta que pudo ser edificada en el siglo X, así como la labor más
tosca de este capitel, en comparación con los facundinos, y su material, de un
mármol de distinto color286 •
Recientemente se han descubierto otros dos capiteles en la ermita de San
Roque de Renedo de Valderaduey (León); se descarta, sin embargo, que
pudieran proceder de Sahagún287 • Igualmente hemos de referirnos a otro capitel
que hemos encontrado entre el mobiliario viejo hacinado en una de las capillas
del santuario de la Virgen Peregrina de Sahagún, antiguo convento de
franciscanos. Debido a su lamentable estado de deterioro, resulta muy difícil
reconocer incluso sus dimensiones originales. Mide aproximadamente 40 cm de
ancho por 37 de alto y 40 de profundidad. De él ha desaparecido cualquier resto
de decoración escultórica, conservándose tan sólo, en la parte superior de la
cesta, un fino tallo del que nacen hojas simétricas talladas a bisel. Estas
características -dimensiones y decoración-, junto a su más que probable
procedencia de San Benito, bien pudieran identificarlo con la serie de capiteles del
siglo X que hemos enumerado. Sin embargo, su material -arenisca y no
mármol-, así como la presencia de un resto de astrágalo liso, nos empujan a
283
284
285
Creemos improbable que las referencias aludan una pieza distinta de la copia, ya que las religiosas nos
aseguraron que no poseían ninguna otra (M.• P. SÁNCHEZ PÉREZ, op. cit., p. 57). M.• V. HERRÁEZ
ORTEGA (coord.), op. cit., pp. 33 y 36 cita el estudio de S. NOACK HALEY, pero señala su ubicación en
la iglesia de dicho monasterio.
M. GÓMEZ MORENO, op. cit., p. 206 y fig . 97.
S. NOACK HALEY, op. cit., p. 135 y láminas a y b de la tabla número 17.
286
J. SANZ MARTÍNEZ y J. M.' LUENGO, "Un nuevo cimacio de Sahagún", La Crónica de León, no 227,
31 de julio de 1926, pp. 1-2.
287
J. CORTÉS ÁLVAREZ y H. GARCÍA-ARÁEZ, "Nuevos hallazgos "mozárabes" en el Duero", Boletín del
Seminario de Arte y Arqueología de la Universidad de Valladolid, LXI (1995), pp. 277-290. Lo mismo
ocurre con los capiteles de la iglesia de Calaveras de Abajo, en tomo al valle del río Cea, al Norte de
Sahagún (M. VALDÉS FERNÁNDEZ (coord.), Historia del arte en León, León, 1990, p. 50) o con el
procedente de Villambroz (Palencia), integrado en la actualidad en los fondos del Instituto Valencia de Don
Juan de Madrid (S. NOACK HALEY, op. cit., p. 139).
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD M EDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
71
otorgarle una cronología más tardía. A juzgar por estos vestigios y el conjunto de
capiteles del monasterio conservados, podría relacionarse con algunos de los
capiteles vegetales de la capilla de San Benito.
Sobre los dos capiteles de la iglesia de San Lorenzo de Sahagún, y haciendo
las veces de pila para agua bendita, ·se encuentra un cimacio, también de mármol,
que mantiene una estrecha relación con los del pórtico de San Miguel de
Escalada288 • Posee una altura de 18 cm., siendo de 57x43 cm las dimensiones de
su base superior y de 34'5x32 las de la inferior. A este cimacio hemos de sumar
una pareja más, inédita hasta la publicación de este estudio, que sirve en la
actualidad de soporte al sepulcro de las esposas de Alfonso VI, en la iglesia de las
Madres Benedictinas de Sahagún289 • De ellos sólo el del lado derecho es original.
El izquierdo es una copia moderna realizada con motivo de la fractura de otro
idéntico con el que hacía pareja. Dadas sus dimensiones -18 ' 5 cm de anchura
por 16 de altura y 78' 5 de profundidad- y el hecho de que presente lisos los dos
lados mayores, no sería de extrañar que su aspecto de paralelepípedo alargado se
deba a un corte más tardío, lo que podría significar que las dos piezas citadas
habrían formado parte de una única obra. Responden al modelo típico de dos
nacelas escalonadas guarnecidas por contarios y con un tablero de coronación.
Estas características permiten relacionar la obra con el cimacio de San Lorenzo y
con un tercero que en 1926 apareció en la huerta de don Florentino Corral y del
que tomaron buena nota Julián Sanz y José María Luengo290 • Por último, hemos
de mencionar la existencia en el Museo de León de un modillón de rollos
procedente de Sahagún. Se trata de una pieza fragmentada que conserva dos
rosetas hexafolias talladas a bisel; su presencia nos habla de la existencia de un
alero de notable vuelo 29 1•
A tenor de todos los elementos expuestos, cabe extraer una serie de
conclusiones acerca de la basílica de Alfonso el Magno. En primer lugar, como ya
intuyó Gómez Moreno, es casi seguro que la iglesia poseería planta basilical
columnada, dada la presencia de los capiteles exentos enumerados, proponiendo
una planta hipotética de "tipo basilical, con dos columnas exentas a cada lado, por
lo menos, separando sus naves, ya que son dos las parejas de capiteles, una con
caulículos y otra sin ellos, que llevan labor en toda su periferia para ir exentos;
288
M. GÓMEZ MORENO, Catálogo, pp. 142-143. M.' P. SÁNCHEZ PÉREZ, op. cit., pp. 10, 57 y n. 30.
289
Agradecemos la noticia al profes or don Javier Rivera Blanco, de la Universidad de Valladolid, que es quien
se percató de su presencia.
290
J. SANZ MARTÍNEZ y J. M .' LUENGO, "Un nuevo cimacio de Sahagún", La Crónica de León, no 227,
31 de julio de 1926, pp. 1-2 y n° 228, 7 de agosto de 1926, pp. 1-2.
29
'
M .' V. HERRÁEZ ORTEGA (coord.), op. cit., p. 39.
72
JAVIER PÉREZ GIL - JuAN JosÉ SÁNCHEZ BADIOLA
otras dos parejas tienen una cuarta parte llana y vertical, para adherirse al muro,
quizás en los extremos de las arquerías divisorias; y respecto a los capiteles
sueltos, uno, con el cimacio, pudo corresponder al arco toral y el otro, menor que
todos, a una ventana tal vez" 292 • El modelo basilical con arquerías apeadas sobre
columnas es también apoyado por Rivera Blanco y Herráez Ortega, quienes creen
probable la presencia de cabecera tripartita, al modo de otras fábricas coetáneas,
como las de San Salvador de Valdedios o San Miguel de Escalada, apuntando la
segunda profesora la consonancia con las repetidas citas documentales a los
"sacris sanctis altaribus", que parecen indicar que hubo más de un altar293 •
Con esta escueta recreación de lo que debió ser la iglesia, consideramos
suficientemente aprovechados los indicios de que disponemos; proseguir más allá,
indagando sobre el resto de caracteres genéricos que pudo poseer o conjeturando
sobre su posible similitud con otros templos coetáneos conservados, es, a nuestro
entender, un ejercicio que poco aporta. Por otra parte, al socaire de esta
panorámica de lo que fue o pudo ser esa iglesia patrocinada por Alfonso III,
atendiendo a sus dimensiones y elementos, se impone la necesidad de admitir la
justicia de aquellos formulismos que realzaban su mirífica grandeza. El
monasterio de Sahagún alcanzó a lo largo del siglo X un potencial económico de
extraordinaria envergadura, como han puesto de manifiesto González García y
Mínguez294 • Junto a estas riquezas, el no menos importante apoyo regio situará a
Sahagún en una posición privilegiada de cara al siglo XI, y se convertirá en cabeza
de la reforma cluniacense en los reinos de León y Castilla.
Las turbulencias históricas acaecidas a lo largo del siglo XIX nos han
privado de conocer la realidad del monasterio facundino y, si es que llegó algo de
ella, también de la primitiva basílica de Alfonso III. Sin embargo, no sería justo
obviar las referencias arquitectónicas de una de las casas monásticas más
importantes, si no la más, del reino que ostentaba entonces la hegemonía política
de la Hispania cristiana, en el devenir histórico de un arte, este de los siglos IXXI, que quizás debamos empezar a denominar Imperialleonés 295 •
292
op. cit. , p. 205 .
293
J. J. RIVERA BLANCO, "La encrucijada de los caminos", Encrucijadas. Catálogo de la Exposición "Las
Edades del hombre", Astorga, 2000, pp. 49-73. M." V. HERRÁEZ ORTEGA (coord.), op. cit., p. 30.
294
M. GONZÁLEZ GARCÍA, "El monasterio de Sahagún hasta el año 1100" AL, 42 (1967), pp. 249-351. J.
M." MÍNGUEZ FERNÁNDEZ, El dominio del Monasterio de Sahagún en el siglo X, Salamanca, 1980.
295
J. J. RIVERA BLANCO, "La encrucijada de los caminos ... "
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
o
VI Y SAHAGÚN
o
Capilla de San Mancio (Según A. Ferrant)
Pilar de la Capilla de San Mancio (Fotografía Museo de León)
73
74
JAVIER PÉREZ GIL - JUAN JosÉ SÁNCHEZ BADIOLA
Capilla de San Benito a principios del siglo XX.
Capilla de San Benito.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA
EDAD
MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI
Y SAHAGÚN
75
Capilla de San Benito. Pilares sobre el contrafuerte de la nave septentrional.
Capitel mozárabe del Monasterio de Sahagún,
procedente de San Pedro de las Dueñas (S./. C.
Catedral de León).
Capitel mozárabe del Monasterio de Sahagún
(Museo de León).
76
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ S ÁNCHEZ BADIOL A
Pila mozárabe del Monasterio de Sahagún,
antiguamente en la Iglesia de Santiago (Sahagún) y hoy en la de San Lorenzo.
Sepulcro de las esposas de Alfonso VI (Iglesia de las MM. BB. de Sahagún) .
Bajo él, dos cimacios mozárabes procedentes del Monasterio de San Benito,
uno de ellos copia de otro anterior.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
77
111. EL MONASTERIO
CLUNIACIENSE
Y LA BONA UILLA
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
79
111. EL MONASTERIO CLUNIACIENSE
Y LA BONA VILLA
Aun coincidiendo con Escalona en la matización de los efectos devastadores
de las campañas amiríes y el tono milenarista de los textos que a ellas se refieren,
no cabe duda de que supusieron un duro golpe para la sociedad leonesa que, en
tomo al cambio de milenio, parecía despertar de su letargo y enfrentarse
bruscamente a una realidad nada agradable. De hecho, los ataques de Almanzor
fueron de algún modo el culmen de un largo proceso de crisis política e
institucional, tras el que se ocultaba otro mucho más complejo de desgaste de unas
estructuras socio-económicas e institucionales incapaces de dar salida a las nuevas
situaciones planteadas por su propia evolución.
Entre mediados del siglo X y mediados del XI, el reino leonés atravesó por
una larga serie de conflictos dinásticos y nobiliarios, en un estado de cosas
dominado ya por una manifiesta señorialización y un aumento notable de la
concentración de propiedad en manos de la nobleza y la Iglesia, y con ella, la
extensión de la dependencia campesina y las rentas derivadas de la tierra, a lo que
se suman las abundantes donaciones regias de villas, solares, cortes ... " ... cum
omnes habitantes... ", "omnes hauitantes in ea uel qui uenerint ad habitandum, ad
uestram concurrant iussionem... ", que suponían la entrada en dependencia como
vasallos de los campesinos respecto del beneficiario, al que deberían pagar en lo
sucesivo la correspondiente renta. Este fenómeno acerca, si no equipara en la
práctica, la situación de los habitantes de las villas cedidas a la de los tenentes
asentados en heredades ajenas y los campesinos encomendados a un patrono laico
o eclesiástico. Incluso los conceptos manejados a la hora de referise a sus deberes
-servitium, obsequium, patrocinium- son los mismos. En idéntico sentido van
las pueblas y concesiones ad populandum, concebidas como un incentivo a la
repoblación privada o eclesiástica, que consisten en la puesta en explotación de
una villa o solar por parte de una institución o particular, que termina generando
en favor del repoblador una serie de derechos de carácter señorial. A medida que
avanza la Alta Edad Media, la situación se va tomando paulatinamente más
compleja en las formas, y será frecuente encontrar en un mismo territorio
situaciones jurídicas diversas, ligadas a una notable fragmentación de la
propiedad señorial, que se vincula cada vez más a espacios reducidos, como
cortes, solares y heredades, que actúan como verdaderas unidades productivas y
fiscales. Las referencias a ingenuos, hombres de mandación, juniores, collazos,
hombres de behetría... van aumentando durante esta etapa, creando no pocos
conflictos entre los señores ante cualquier posible cambio de situación jurídica,
80
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
preparándose así el camino para la extensión por tierras leonesas del sistema foral
como respuesta a esta pluralidad.
La debilidad de los reyes leoneses favoreció el auge de la alta nobleza
territorial, que se beneficia de todo tipo de concesiones: villas y tierras, derechos
fiscales y jurisdiccionales... especialmente cuantiosos en momentos delicados
para la Corona. Por otro lado, y debido a las mismas causas, la concepción
beneficia! de los territorios leoneses parece clara ya a partir de mediados del siglo
X, y los linajes condales, que han convertido sus dominios en verdaderos estados
patrimoniales, se ven ahora dotados de fuerza suficiente como para desarrollar un
complejo juego político de alianzas cambiantes y enlaces con las propias familias
reales. A partir del reinado de Ordoño III (950-955) y de las guerras civiles entre
los partidos de Sancho I y Ordoño IV (958-960), el reino de León se debate entre
un califato especialmente expansivo y floreciente y un cada vez más pujante reino
de Navarra. Esta descomposición de las estructuras de poder y la organización
interna del reino va a tener dos consecuencias especialmente graves: de una parte,
el debilitamiento de las posiciones leonesas frente a Al-Andalus; de otra, la
pérdida del control leonés en las regiones orientales del reino, donde se va
consolidando un nuevo poder autónomo, el de los condes de Castilla, y donde se
hacen cada vez más evidentes los intereses políticos navarros. Las relaciones de
los reyes de León con los condes castellanos se hacen más difíciles, y también en
la región más propiamente leonesa la nobleza se muestra cada vez más levantisca,
siendo de sobra conocidos los episodios protagonizados por el conde saldañés
García Gómez y por Gonzalo Vermúdez de Luna en época de Vermudo 11 (984999), que se verá obligado a buscar refugio en Galicia.
Uno de los principales apoyos de los reyes leoneses durante este período
serán las instituciones eclesiásticas, a las que van a pasar muchos de los
distritos administrativos del reino, con similares competencias a los de los
condes y, por lo tanto, ejercerán como autoridades públicas. La Iglesia no
ofrecía los riesgos políticos de la nobleza altomedieval, y aportaba una
organización interna comparativamente desarrollada. En algunos casos se trató
de villas o pequeños comisos, como Villa de Zacarías o Perales, donado por
Ramiro 11 en favor de la comunidad de Monasterio de Vega en 946 296 • Pero
también aparecen términos relativamente amplios, como el comiso de
Valderratario, o el del castillo de Curueño, confirmados a los obispos leoneses
296
CMV, no 2.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
81
por Ordoño 111297 •
abad 299 •
La notable expansión de los señoríos eclesiásticos choca frontalmente con
los intereses de una aristocracia laica que pretende acaparar los beneficios del
crecimiento económico que se está produciendo, y que se ve limitada por
aquéllos. Esta fuerte competencia por el control de los medios productivos
desemboca, en los umbrales de la plenitud medieval, en el enfrentamiento mutuo
y la usurpación de bienes de la Iglesia o, más comúnmente, de sus vasallos, por
parte de los nobles, que los trasladan a sus propias pobladuras. Los ejemplos son
abundantes: las populaturas hechas en la heredad de Santa María de León durante
la alfatena o guerra civil, cuando el rey estaba fuera de León300 ; los homines
Maligni que despueblan Valdeasneros a mediados del siglo X 301 ; las andanzas de
Gómez Díaz y otros nobles, que se hacen con el control de las villas de la sede,
situación que deberá solucionar Vermudo 11 en 985 302 ; o las del conde Diego
Femández, que había detentado por algún tiempo Villa Revelle, que era de la sede,
despoblándola y llevándose a sus moradores a una populatione privada, efectuada
por cierto Vicente para Fáfila Oláliz, abuelo del citado Diego y conde como él.
Probablemente esta puebla se llevó a cabo antes de sede concedido a Santa María
de León el comiso de Valle de Ratario, a buen seguro mientras Fáfila Oláliz se
ocupaba del gobierno de éste. Finalmente, Diego Femández reconoce los
derechos episcopales y devuelve a la sede tanto Villa Revelle como la otra villa
vecina, aunque precisa que el monte que se halla junto a ambas debe servir a la
aldea de Bercianos 303 •
297
298
"Ordinamus atque concedimus uobis, ad imperandum, comissum quod uocitant Ualle de Ratario cum
omnis terminis suis, ab integro, ut obtineatis eo de nostro concesso, sicut eum obtinuerunt antecessores
uestri de dato genitoris mei.. .ipse populus, qui ibidem habitant uel ad habitandum uenerint, ad uestram
concurrant hordinationem pro nostris utilitatibus peragendis" (CCL, no 257). " ...ordinamus adque
concedimus uobis ad imperandum... castellum quos uocitant Sancti Saluatoris .. . qum mandationibus suis
uel homines ei deseruientes ... » (CCL, n° 300).
" •• • ipse populus qui in ipsas villas habitant vel potsmodum habitare videbuntur post partem monasterii
persistant pro cunctis utilitatibus fratrum peragendis et quicquid hab eis iniunctum vel ordinatum
acceperint inexcusabiliter adimpleant adque [peragant] absque u/la inquietatione regia aut alicuius
potestatis comitis vel episcopi ... " (CDS , no 97-98).
299
CDS, no 165, 200, 297.
300
CCL, no 301.
301
CCL, no 453 y 508.
302
CCL, no 508.
303
CCL, no 829.
82
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
La primera respuesta a tan compleja situación vendrá de la mano de un
monarca, Alfonso V, cuyo reinado no ha sido todavía valorado suficientemente, y
en especial de un hito legal, el Fuero de León, redactado hacia 1017 304 , que
intentará por primera vez el establecimiento de unas normas "nacionales" que
permitan ordenar en lo posible un estado de cosas insostenible. El fuero se
propone, por una parte, regular las relaciones de dependencia, impidiendo o
condicionando la transmisión de la tierra entre campesinos de diferente estatus
juódico, y la movilidad del propio campesinado, que podía modificar el suyo
trasladándose de una tierra, villa o distrito a otro diferente; de este modo, la
competencia entre señores disminuióa y seóa menor la conflictividad social. Pero,
por otra parte, supone también un proyecto de reorganización del realengo en
buena medida precursor del que acometerán posteriormente los reyes de la
dinastía navarra. Incorporando términos de posible procedencia castellana u
oriental, como alfoz o merino, los dota de un nuevo sentido al intentar
homogeneizar la administración regia y sus unidades territoriales, tomando quizá
como modelo el alfoz capitalino, y disponer que en cada una de ellas haya un juez
o autoridad delegada del monarca que juzgue las causas del pueblo.
La redacción foral corre en paralelo a la extensión de innovaciones léxicas
que acaso nos estén hablando de cambios más profundos. Los primeros merinos
leoneses conocidos son el presbítero Sampiro, destacado personaje de la corte y
posterior obispo de As torga, que es citado como tal en el año 1000; y Fromarigo
Sendíniz, de procedencia castellana, merino de rey en la ciudad de León, según
documentos de 1010 y 1015 305 , aunque en este último documento el propio rey
atribuye a su padre el nombramiento como merino de León de un tal Ennego,
quizá el Enneco García que ya en 968 defendía la inclusión de ciertas villas entre
los derechos condales de Oncina306 • En otra carta de 1O11, aparece el citado
Fromarigo como merino de Luna, identificándose este cargo con el de seniore de
Luna307 • Aunque el merino es una forma nueva de referirse al tradicional cargo de
mayordomo regio, como también se denomina al propio Fromarico308 , es muy
posible que estemos ante un intento de reforzar la posición de estos agentes regios.
La propia concepción beneficia! de las mandaciones y comisas parece anticipar el
304
J. RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Los fueros del reino de León, León, 1981, 11, n° 2. C. ÁLVAREZ, J. J.
SÁNCHEZ BADIOLA, «El fenómeno urbano en la Edad Media leonesa», El f enómeno urbano medieval
entre el Cantábrico y el Duero. Revisión historiográfica y propuestas de estudio, Santander, 2002, pp. 308348.
305
CCL, no 594, 689. CDO, no 76.
306
CCL, 11, n° 410.
307
CCL, no 695.
308
CCL, no 741.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
83
régimen tenencia! posterior, bjen
Pedro
1019 "teniente ... mandacione de dado de reie ... " 309 • También facilita
otra constante posterior, la existencia de amplios vínculos dependientes del
infantado, así como la cesión en beneficio de cargos y territorios a reinas viudas
e infantas solteras, que corroboran las menciones del reginatico como derechos o
partes de la renta territorial adscritos a la reina y comparable, por tanto, al
realengo y el comitato, y de los merinos de las infantas, en 1021 y 1038310 •
Será, sin embargo, la nueva dinastía iniciada por Fernando I en 1037 la que
propiciará un cambio profundo en las estructuras políticas del reino, reforzando el
papel de la Corona y desarrollando un concepto de nobleza de servicio más
vinculada a los intereses del rey que a una área geográfica concreta. Así pues,
desde Fernando I, "por las tenencias van a rotar unos personajes y otros, unas
ramas y otras de las viejas familias nobles, especialmente avanzado ya este
período" 311 • Lo que la Corona busca es el alejamiento de los linajes condales de
sus territorios tradicionales, pasando a desempeñar funciones de tenentes en otras
comarcas en las que no poseían el mismo arraigo político y patrimonial. Y aunque
algunas ramas de estos linajes van a mantenerse al frente de sus viejos territorios,
donde siguen siendo poderosas, siempre aparecerá como elemento legitimador la
concesión regia312 • Del mismo modo, se impulsa el desarrollo de la red de merinos
dependientes de la Corona, que actúan como delegados directos del rey en los
diversos territorios, y que tuvieron en principio un carácter más funcionarial y
cercano al monarca que los tenentes: éstos reciben territorios en beneficio a
condición de que los gobiernen y defiendan; aquéllos representan los intereses del
realengo no transferidos en dichos territorios, o bien administran otros que
dependen directamente del rey.
Esta situación ーイセカッ」。@
inicialmente en las grandes demarcaciones del reino
una cierta tendencia a la duplicación de las líneas administrativas, pero también
un fenómeno mucho más significativo, la práctica confusión entre ambas líneas.
Nos hallamos, pues, ante un modelo todavía poco desarrollado, en el que parece
predominar el interés porque el gobierno territorial se vincule lo más directamente
posible a la Corona, independientemente del nombre que se dé a quien lo ejerce.
En definitiva, que la "condición magnaticia o el título condal tienen un valor
309
CDO, no 87 .
310
BN, ms. 4357, fol. 37 r., n° 322. SINUÉS RUIZ, A. , El merino, Zaragoza, 1954, p. 156 y n. 480.
311
312
J. J. SÁNCHEZ BADIOLA, "Organización y jerarquización territorial en el エ・イゥ
XIII)", Astorica, 19 (2000), pp. 11-62.
J. M ." MÍNGUEZ, Alfonso VI, Hondarribia-Mad.rid, 2000, pp. 248-257.
ッ イゥ セ@ astorgano (siglos IX-
84
JAVIER PÉREZ GIL- JuAN JosÉ SÁNCHEZ BADIOLA
secundario, aunque éste se mantiene al principio pa{a la aristocracia territorial, y
la cesión de tenencias en beneficio a esta nobleza de servicio parece más ligada al
cursus honorum del beneficiario que a su arraigo territorial" 31 3 , lo que va a hacer
que las funciones del tenente deriven hacia contenidos meramente honoríficos o
beneficiales. Ello no debe llevarnos a pensar que la dimensión "territorial" de la
alta nobleza perdió importancia; bien al contrario, sigue considerándose
primordial, ya que el noble lo es, sobre todo, en relación a un territorio, de cuyas
rentas se nutre, y por ello, si algún notable carece eventualmente de tenencias, es
frecuente añadir en los documentos, al lado de su nombre, la expresión sine
terra 314 •
El régimen tenencia! va a facilitar la acumulación de territorios en manos de
un mismo tenente, lo que Jular denomina "asociación de tenencias", que se
definen por su notable movilidad y lo alejado de los distritos entre sí o su tan
dispar entidad315 • Todo esto puede interpretarse como una consecuencia del propio
carácter de las tenencias, cuya provisión dependía de la voluntad del rey, de modo
que en unas mismas manos pueden recaer varias de ellas, sin importar demasiado
dónde se encuentren. La concesión de tenencias no responde solamente a unos
intereses estratégicos o administrativos, sino que funciona como fuente de
ingresos y poder para la alta nobleza, de modo que ésta queda vinculada de forma
más directa al rey. Ello no obsta para que pueda hablarse de una cierta coherencia
administrativa. A menudo, la aristocracia "nacional" ocupará tenencias de gran
amplitud o relacionadas con las demarcaciones principales, lo que concentra en
sus manos un notable poder. A la par, el hecho de estar aquéllas divididas en
diferentes distritos que puedan encomendar a otros tenentes o subgobernadores, a
menudo miembros de la familia o de la "clientela" bajonobiliar del tenente
principal. Si no, siempre puede repartirse al efecto una unidad superior, y aparecer
el tenente subordinado gobernando en la "mitad" u otra fracción de un territorio.
La flexibilidad del sistema parece así demostrada, permitiendo una más cómoda
jerarquía tanto territorial como funcionarial, se trate del tenente principal y sus
tenentes y cargos subordinados, se trate de la red de merinos regios.
Todas estas transformaciones afectan de forma muy directa e intensa al
entorno facundino durante los años centrales del siglo XL El interés de la Corona
se centra de forma especial en la plaza de Cea, cuya relevancia se advierte en la
aparición tanto de condes tenentes propios como de merinos regios 316 • Más al este,
313
J. J. SÁNCHEZ BADIOLA, "Organización y jerarquización territorial...", pp. 11-62.
3 14
C. ESTEPA DÍEZ, El reinado de Alfonso VI, Madrid, 1985, p. 87.
315
C. ruLAR PÉREZ-ALFARO, Los adelantados y merinos mayores de León, León, 1990, p. 64.
3 16
CDS, no 384, 392, 413 , 421 , 732, 960. CME, no L-LII.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
85
Saldaña y Carrión siguen siendo dos de los territorios más extensos y pujantes. Al
sur de Sahagún, es de destacar la progresiva pérdida de importancia del viejo
castro de Melgar en favor de poderosos centros militares como Grajal, al que
pasan Villa Saliti y Villa Vellaco, y Castro Froila, fortaleza antes de escaso peso,
pero que ahora se queda con la mayor parte del distrito melgarense, extendiéndose
por el norte hasta Monasterio de Vega y Saelices317 •
Pero el reforzamiento del poder regio en la comarca pasaba también por el
aprovechamiento de otros instrumentos, algo que, si bien no era del todo
novedoso, sí que se vió fuertemente acentuado, posiblemente por la escasez de
propiedades directas de la nueva dinastía, que necesitaría compensdar con el
impulso de los derechos jurisdiccionales y fiscales regios. Ahora, como durante la
etapa anterior, los principales entre estos instrumentos van a ser dos: la cesión de
territorios a las instituciones eclesiásticas, si bien con una mayor concreción
jurídica y espacial, y un más claro contenido instrumental; y el incremento del
realengo, mediante la creación de grandes villas reales de población
enfranquecida o privilegiada, germen de la posterior burguesía, claramente
perceptible en las repoblaciones extremaduranas y en los fueros de Nájera y
Logroño, y cuyo antecedente más significativo es, como señalábamos antes, el
fuero leonés de 1O17. Ambos proporcionaban ·a la Corona el apoyo requerido
frente a los grandes dominios de la nobleza318 , acentuado mediante la creación de
cotos inmunes de patronato regio y el paulatino progreso de la institución concejil,
que no ofrecían los riesgos políticos de la aristocracia. Mas permitían también una
mayor diversificación y un creciente desarrollo de la economía, cuya repercusión
en el incremento de las rentas realengas era patente.
Alfonso VI y la sede regia de Sahagún
Veíamos en el capítulo anterior cómo el área de Sahagún continuaba
constituyendo a mediados del siglo XI un espacio fronterizo entre las diversas
áreas de control de los viejos castros. Pero esta situación iba a cambiar muy
rápidamente a partir de entonces, fundamentalmente por la notable revitalización
de la calzada, que termina orillando aquellos centros territoriales en favor de
nuevas formas de poblamiento. La trayectoria del monasterio va unida
indisolublemente a la memoria del que fue, sin duda, uno de los gobernantes de
mayor trascendencia en la historia de España, Alfonso VI. Un rey descrito en la I
3 17
CMV, no 14.
318
J. M." MÍNGUEZ, Alfonso VI, pp. 201-202.
86
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
Crónica Anónima como "muy noble guerrero en las cosas bélicas; en disponer
bien su reino, proveído y discreto; en el juicio, muy derecho; en los negocios
seglares, astuto y entendido; mas en las cosas eclesiásticas, religioso y piadoso; en
ensalzar y magnificar su reino, muy singular; a los enemigos y malhechores, muy
justiciero y espantoso; a los varones eclesiásticos o a otros sus allegados, muy
manso y benigno; en las cosas contrarias, prudente y fuerte; y en las prósperas y
bienandantes, templado y manso" 319 •
La importancia de don Alfonso resulta capital para entender el desarrollo de
los reinos cristianos del occidente hispano y del conjunto de la Península, incluida
el área andalusí. Sin embargo, hay que admitir que la historiografía tradicional no
ha venido prestándole la atención que merece. Por suerte, la reciente revisión de
los hechos y calibre de su gobierno están permitiendo adoptar una visión histórica
más rica y honesta320 • El personaje, desde luego, lo merece. Durante su tiempo se
rompen las barreras del Duero y la cristiandad hispana recupera la simbólica plaza
de Toledo, abriéndose paso hacia el Valle del Tajo, y lo que fue más importante
seguramente, la repoblación de las Extremaduras y el desarrollo de nuevos
modelos de organización, fundamentales para la ocupación posterior de otras
regiones más meridionales. Con él se rescata la idea de una monarquía leonesa
hegemónica, pero con una visión totalmente novedosa, más flexible, del Imperio
hispánico. La cultura, la mentalidad, la religión ... todo comienza a mudar en muy
breve tiempo, al paso que las parias o la ocupación militar reemplazan los viejos
esquemas de relaciones entre cristianos y musulmanes.
En este complejo y trascendental proceso, aparece precisamente Sahagún
como catalizador imprescindible, y por ello, la impronta dejada en Sahagún por
Alfonso VI es mucho más profunda que en cualquier otro lugar del reino: residió
casi de continuo en sus dependencias (prosiguiendo de esta manera la costumbre
de otros monarcas leoneses, como Alfonso IV o Fernando I321 ), utilizó Sahagún
como banco de pruebas para sus iniciativas políticas y religiosas y decidió ser
sepultado en su iglesia, aun cuando lo podía haber hecho en cualquier catedral de
319
1' CAS, 6, pp. 12-13.
320
Destacamos las monografías de C. ESTEPA DÍEZ, El Reinado de Alfonso VI, Madrid, 1985 . B. F. REILLY,
El reino de León y Castilla bajo el rey Alfonso VI (1065-l/09), Toledo, 1989 (1' edición inglesa de 1987).
A. LINAGE CONDE, Alfonso VI, el rey hispano y europeo de las tres religiones (1065-l/09), Burgos,
1994. J. L. MARTÍN, "La monarquía leonesa. Fernando 1 y Alfonso VI (1037-1109)", El reino de León en
la Alta Edad Media, III. Monarquía asturleonesa, León, 1995, p. 415-705 . J. M.• MÍNGUEZ, Alfonso VI,
Hondarribia-Madrid, 2000.
321
COSB, 11, p. 295 y III, pp. 130 y ss. F. CHUECA GOITIA, Casas reales en monasterios y conventos
españoles, Bilbao, 1982, pp. 59-60.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
87
su reino e incluso en Toledo 322 • El propio monarca, en el preámbulo del fuero que
concede a Sahagún en 1085, expresa esta íntima y preferente relación con todo lo
facundino, al afirmar que, si bien desde su ascenso al trono se preocupó del
cuidado de todas las iglesias, "super omnes Escclesiam Sanctorum Facundi et
Primitivi... amavi" 323 • Algunos años antes, en 1080, afirmaba que "elegi ut post
mortem meam ibi (Seto. Facundo) tumulatum requiescerem; quatinus quem in
uita nimio amare dilexi, etiam defunctus fouerem " 324 • A esto hemos de sumar sus
generosas donaciones, que convirtieron Domnos Sanctas en "el monasterio más
favorecido por los reyes de León" 325 , y a él se debió en buena medida el clima que
facultó su primitiva obra románica o, para ser más exactos, su arte románico, pues
no faltarían valiosas piezas musulmanas de carácter suntuario importadas a través
del cobro de parias, con lo que hasta la política exterior de Alfonso VI pudo
repercutir en el arte del monasterio.
Tan pronto como el joven Alfonso subió al trono leonés, en 1065, comenzó
a aficionarse a la vega facundina. Lo vemos allí ya en la primavera de 1066, y allí
pasará la mayoría de los inviernos hasta su muerte en 1109326 • Cierto es que la
corte leonesa, y más concretamente la curia regis 327 , era itinerante, pues en el siglo
XI, y con un territorio tan extenso, sólo una presencia más o menos periódica del
monarca podía garantizar la cohesión del Reino o, en todo caso, frenar las
tentaciones secesionistas de los distritos periféricos. Cierto también que la ciudad
de León ostentaba el privilegio de la capitalidad del imperio, y que Toledo
representaba, aun de forma simbólica, el apsado visigótico. Sin embargo, no lo es
322
Cuando hablamos de Sahagún como "banco de pruebas" también nos estamos refiriendo a otros contextos
como el legal, pues el temprano Fuero facundino sirvió de modelo para otras cartas puebla, especialmente
a raíz del importante avance de la Reconquista bajo el reinado de Alfonso VI. En relación a la repercusión
de los citados fueros de 1085 ver T. MUÑOZ Y ROMERO, Colección de fueros municipales y cartas
puebla. Madrid, 1847. Colección de Fueros y Cartas-Puebla de España. Madrid, 1852. A. M. BARRERO
GARCÍA, "Los Fueros de Sahagún", ARDE, XLII (1972), pp. 385-597. M. J . PELÁEZ, J. BANCHS DE
NAVA, "Notas sobre la influencia de la regla de San Benito y de la legislación monástica francesa en la
redacción y contextura jurídica del Fuero Breve de Sahagún de 1085", AL, 69 (1981), pp. 29-38 . León,
1981. J. RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Los fueros del Reino de León, 2 v. León, 1981; Fueros y cartas
pueblas de Castilla y León. El derecho de un pueblo, Salamanca, 1992.
323
J. RODRÍGUEZ, Los fueros del Reino de León, II, no 6.
324
CDS, n° 786.
325
B. F. REILLY, op. cit., p. 80.
326
B . F. REILLY, op. cit. , pp. 74 y ss. No hemos de olvidar que la ubicación geográfica de Sahagún, más
cercana a Castilla que la capital leonesa, podía también interesar al rey Alfonso a la hora de ejercer el
control sobre sus reinos.
327
Término de procedencia franca, introducido probablemente por la clerecía francesa en la corte de
AlfonsoVI, como propone C. Estepa (Cf GAMBRA, Alfonso VI. Chancillería, curia e Imperio, León,
1997, I, p. 505).
88
JAVIER PÉREZ GIL- JuAN JosÉ SÁNCHEZ BADIOLA
menos que "de haber tenido el reino de Alfonso VI capital, ésta habría sido
Sahagún" 328 • Ya hemos dicho que existía una larga tradición entre los reyes
leoneses de retirarse a sus claustros, por lo que no tiene nada de particular la
actitud del nuevo monarca329 • Pero don Alfonso dio un nuevo sentido a su
residencia, equiparándola a la ciudad de León en algunos aspectos y atribuyéndole
un papel activo en la política del Reino.
La simpatía del rey por Sahagún permitió a su monasterio acrecentar rentas
y privilegios merced al fabuloso torrente de donaciones y prebendas regias, que
fomentó la generosidad de otros promotores laicos y religiosos. Este trato
privilegiado, asegurado por el continuo contacto del monarca con los benedictinos
facundinos, tuvo a su vez otros beneficios derivados del ambiente cultural
desarrollado en tomo a una corte tan notable como lo podía ser la de un monarca
que se proclamaba emperador con la complaciente sumisión del resto de reinos y
condados peninsulares 330 • En este sentido, la prudencia parece aconsejar que
distingamos entre dos instituciones que a menudo compartirán unas mismas
dependencias: la corte y el monasterio. Bemard F. Reilly ha realizado un
inteligente análisis de lo que debió ser la corte alfonsí, la cual, en su opinión, no
guardaría muchas semejanzas con la refinada y erudita de Alfonso X331 • Ya hemos
señalado que la corte de Alfonso VI, siguiendo la tónica europea de estos
momentos, era itinerante, y de esta realidad se derivan su características más
propias. En lo referente a su composición nos encontramos acompañando a la
curia regis a un capellán, un bufón, un halconero, un perrero y unos quince
sirvientes encargados de atender a los diferentes notables. En total unas cuarenta
y dos personas a las que se sumarían otras ciento veinte de la escolta militar. Esta
composición y el cariz errante de la corte han hecho deducir a Reilly que su
ambiente cultural estaría basado en los valores físico y oral332 , lo que pudo quedar
en la memoria personal o colectiva, especialmente de su destreza en la equitación
y las actividades venatorias y bélicas, así como en los escasos alardes dialécticos
en materias legislativa y religiosa, únicos frutos culturales de la corte alfonsí.
328
A. LINAGE CONDE, op. cit. , p. 221.
329
Hemos de recordar las alusiones del Cantar de Mío Cid a Sahagún como morada del monarca (Cantar de
Mío Cid, Ed. de Enrique Rull, Barcelona, 1983, vv. 1312, 2922) .
330
En relación a la idea imperial leonesa en Alfonso VI ver A. LINAGE CONDE, op. cit., pp. 79-81 y 132.
L. ALONSO LUENGO, "La eucaristía en la idea imperial leonesa", TL, (1969), pp. 19-60. J. L. MARTÍN,
"Reconquista y cruzada", Studia Zamorensia, m (1996), pp. 215-242.
331
op. cit., pp. 174- 182.
332
B. F. REILLY, op. cit., p. 181.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
89
Ahora bien, ¿es seguro que esta afirmación pueda aplicarse a la "corte de Alfonso
VI" en un sentido lato, o tal vez debamos reducirla a la "corte itinerante" de
Alfonso VI?
Entra aquí el segundo concepto al que nos referíamos: el de monasterio.
Cierto es que una corte que se ve obligada a desplazarse con cierta frecuencia no
puede disponer de un aparato cultural muy desarrollado, pero no debe olvidarse
que Alfonso VI contó con un enclave en el que vivió gran parte de su vida, una
residencia principal y principalmente recurrida que no es otra que el monasterio
de Sahagún, al cual "amó mucho como propio ー。ャセゥッ@
suyo" 333 • Sabemos que
Doña Constanza mandó edificar un palacio cercano al monasterio, el cual contaba
con un rico mobiliario. Junto a él, la reina construyó también una iglesia, dedicada
a Santa María Magdalena, para la atención religiosa del palacio 334 • Tales
dependencias, que conjugaban, como era habitual, los servicios palatinos con los
religiosos, se completarían con otras instalaciones inmediatas a las mismas y
dedicadas al solaz de los monarcas, como el ameno entorno natural de los ríos Cea
y Valderaduey a su paso por Sahagún, o los baños de la reina. Poco más sabemos
del palacio de Doña Constanza, pues tras su muerte su esposo lo donó, junto con
un molino los restantes bienes, al monasterio, a fin de que se dedicase a la
atención de forasteros y peregrinos. En la segunda década del siglo XII habría de
sufrir, sin embargo, los graves destrozos que aragoneses y burgueses facundinos
le causaron durante los inestables días del reinado de Doña Urraca335 • Por otra
parte, hemos de suponer que las continuas estancias de los reyes en Sahagún
debieron servir como ejemplo a otros importantes cargos de su corte, que
acudirían a la Villa animados por la cercanía de los monarcas. Tal es el caso del
influyente conde Pedro Ansúrez y su mujer Doña Elo, que poseían algunas casas
junto a la puerta del monasterio336 •
En definitiva, aunque no parece que un contingente tan lento y pesado como
el de la corte alfonsina, en viaje desde Santiago hasta Zamora o desde León hasta
Á vila, estuviese en disposición de desenvolver un programa cultural complejo, sí
es posible que ello ocurriera en su sede por excelencia, allí donde planificó
empresas tan decisivas como la reforma cluniacense, allí donde pasaba sus
333
334
33
'
336
¡• CAS, 7, p. 16.
M .• V. HERRÁEZ ORTEGA (coord.), op. cit., pp. 77-78.
1' CAS , cap. 15, 20 y 21, pp. 23, 35 y 36 respectivamente. HS , lib. 11, cap. V, p. 72 y lib. 11, cap. VII, p.
83 . CDS, no 914.
CDS,
n° 1069.
90
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
temporadas más largas y decidió establecer su última morada. ¿Dónde, mejor que
en el monasterio de tantos magistri, de don Bernardo -arzobispo de Toledo, ab
infantia litteratus 337- , de don Giraldo -arzobispo de Braga-, de San Pedroobispo de Osma-, de don Bernardo -obispo de Sigüenza y arzobispo de
Santiago-, de San Pedro -obispo de Segovia-, de don Pedro -obispo de
Palencia-, de don Raimundo -obispo de Osma y arzobispo de Toledo-, de don
Jerónimo -obispo de Valencia-, de don Bernardo -obispo de Zamora- y de
otros tantos personajes que habrían de copar los cargos más relevantes del reino?
¿Dónde, sino en la Casa que tanto colaboró en tareas de notaría con la Cancillería
Regia y en la difusión de la letra carolina en los reinos occidentales de España?
Parece claro, pues, sin pretender evaluar a fondo el ambiente intelectual del
monasterio facundino y la corte de Alfonso VI, que debe calibrarse con mayor
benevolencia, o quizás justicia. Recordemos que es éste el contexto en que se
iniciará la crucial obra románica de Sahagún, tan influida por las corrientes
europeas hasta el punto de que probablemente fuese francés su arquitecto, como
veremos más adelante.
Otro aspecto relacionado con la residencia regia en Sahagún y que afecta
también a la construcción románica es la voluntad firme de Alfonso VI de ser
enterrado en su iglesia. En nuestra opinión, esta decisión conllevó varias
consecuencias. En primer lugar, debemos considerar su valor simbólico: el que el
conquistador de Toledo, el mayor hito de toda la Reconquista, optase por recibir
sepultura en otro lugar que no fuera éste, tal y como hará Fernando III en la
catedral sevillana, o el panteón real de San Isidoro, como su padre Fernando I, no
puede interpretarse sino como un privilegio realmente excepcional para con
Sahagún. La decisión había sido ya tomada en el año 1080, por las mismas fechas
en las que vinieron los primeros monjes cluniacenses, como si treinta años antes
de su muerte el monarca tuviese perfectamente claro el papel que iba a jugar el
monasterio en su política338 • Además, esa decisión animó a su vez a otros
personajes de alto rango a escoger el monasterio de los Santos Facundo y
Primitivo como panteón propio. Los casos más significativos los tenemos en don
Bernardo, arzobispo de Toledo, y Pedro Ansúrez, poderoso conde leonés y mano
derecha del monarca339.
337
R. XIMÉNEZ DE RADA, De Rebus Hispaniae , VI, 23, edición de M. D. CABANES PECOURT, en
Opera, 1, Valencia, 1968, 5-208.
338
"Cumque talia cogitandi miseratio divina fuisset, piamque mei cordis voluntatem compleri vidissem, elegi
ut post mortem meam ibi tumulatus requiescerem: quatinus quem in vita nimio amore dilexi, etiam
defunctus foverem" (CDS , no 786. 1" CAS, cap. 7 y 16. Crónica del obispo Don Pelayo, edición de
SÁNCHEZ ALONSO, p. 88. HS, lib. 11, cap. V, pp. 73 y 76. B. F. REILLY, The Kingdom of Lean-Castilla
under Queen Urraca: 1109-1126, pp. 55-57. Princeton, 1982).
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
91
Hemos asimismo de suponer que el interés mostrado hacia el monasterio de
Sahagún desde fechas muy tempranas invitaría al monarca a preocuparse de
manera especial por la obra de su iglesia. Aunque no es nuestra intención
adelantar la materia de los próximos capítulos, tan sólo diremos que la decisión
regia de recibir sepultura en la iglesia monástica debió de ser anterior al inicio de
la misma o, a lo sumo, coetánea. Esto quiere decir que Alfonso VI pudo
condicionar su construcción en aquel sentido o, más probablemente, concebirla
desde un principio como panteón. Las repercusiones que esta apreciación puede
tener son evidentes, si se compara con la iglesia de San Isidoro de León y las
intenciones de su promotor, Fernando P 40 • Habrá que preguntarse igualmente si el
conocimiento de la voluntad del rey por ser enterrado en la iglesia influyó de
alguna manera en la creación de algún programa iconográfico de tintes
monárquicos. A su debido tiempo nos detendremos a estudiar esta posibilidad.
El Camino de Santiago
Coincidiendo con el reinado de Alfonso VI, el Camino de Santiago -esa
renovada vía que bautizó al monasterio facundino como Calceatenseexperimentó un impulso sin precedentes. A don Alfonso atribuye el obispo don
Pelayo de Oviedo la erección de cuantos puentes había a lo largo del Camino,
entre la misma Compostela y la ciudad de Logroño, y añade que era tanta la
seguridad y tanto el orden en sus reinos, que una mujer sola y cargada de riquezas
podía atravesar la Península de un extremo a otro, cruzando incluso por
descampados y montes, sin verse molestada por nadie 341 • Pese al tono hiperbólico
del texto, tan propio de la época como del célebre obispo, la imagen que ofrece de
este auténtico pontifex que fue el monarca leonés dista mucho de la mera fábula.
En una de sus más conocidas disposiciones, la supresión del portazgo de Auctares,
en 1072, se manifiesta ya con claridad su favorable talante hacia los tres
elementos claves del proceso: los pereginaos a Santiago, los francos y los
mercaderes 342 • Acaso en su tiempo se iniciasen también las obras de los dos
339
CDS n° 1069. B. F. REILLY, Alfonso VI , p. 162. E. VALDEZ DEL ÁLAMO, C. S. PENDERGAST
(coord.), Memory and the medieval tomb, Broohfield, 2000.
340
A. VIÑAYO, La colegiata de San Isidoro . León, 1979; San Isidoro de León. Panteón de los Reyes. León,
1995. En relación a la noticia de la voluntad real por convertir Sahagún en panteón real, ver A. M.•
'
BARRERO GARCÍA, op. cit..
34
'
342
J. E. CASARIEGO, Crónicas, pp. 179-180.
CCL, no 1182.
92
JAVIER PÉREZ GIL- JuAN JosÉ
SÁNcHEz BADIOLA
principales puentes facundinos: uno, de piedra, cerca de la iglesia de Santiago,
que se documenta en 1113, y otro, en la calzada a Moratinos, citado en 116 P 43 •
Aunque desde la misma invención 344 del sepulcro de Santiago el Mayor, allá
por los inicios del siglo IX, el interés por peregrinar a su tumba se difundió
rápidamente por toda Europa -el relicario compostelano contenía los únicos
restos apostólicos conservados en el Occidente europeo, aparte de Roma, y
además, su proximidad al Finisterre, extremo del mundo conocido, hacía aún más
atractiva la empresa- , no cabe duda de que su apogeo se produjo, precisamente,
a partir del reinado de don Alfonso. Pero no sólo Santiago atraía el interés de los
peregrinos, sino que eran muchos los lugares que lo hacían a lo largo de la ruta
por muy diversas razones, desde los santuarios locales, como el nuestro de los
Santos Facundo y Primitivo, hasta las catedrales y basílicas urbanas, y el mismo
camino servía también para llevar a los naturales de estos reinos hasta destinos tan
lejanos como los Santos Lugares y Roma345 • El decidido apoyo de la Corona y la
Iglesia a las peregrinaciones está muy estrechamente ligado al interés por la
mejora de las infraestructuras viarias y hospitalarias, cuyo peso recaía
generalmente en alguna agrupación religiosa346 • En el caso particular de las
comunidades benedictinas podemos decir que, aunque "la hospitalidad no es parte
esencial de la vida monástica, sí que es parte integrante de la misma" 347 , tal y como
se infiere de la lectura de su propia Regula 348 •
343
CDS, no 1190 y 1338.
344
Entendamos el término en el doble sentido que refiere su etimología (inventio): descubrimiento o invención
(C. SÁNCHEZ ALBORNOZ, Santiago, hechura de España, Ávila, 1993, p. 27).
345
En relación a las peregrinaciones a los Santos Lugares conservamos dos documentos en los que se
menciona la disposición de dos grupos de personas de peregrinar a Jerusalén. El primero está fechado el 7
de junio de 1100 y recoge un préstamo del monasterio de Sahagún a Monio Pérez con destino a dicha
empresa (CDS, n° 1053); el segundo está datado el 24 de noviembre de ese mismo año y certifica una
donación de Pedro Gutiérrez y su mujer al monasterio de Sahagún a cambio de que ambos, de regresar con
vida de Jerusalén, pudiesen pasar sus últimos días en sus dependencias (CDS, no 1060).
346
Al margen de las múltiples citas bíblicas que exhortan a la hospitalidad, conviene recordar algunas
iniciativas ciertamente tempranas encaminadas a tal fin. Tal es el caso del 1 Concilio ecuménico de Nicea
(325), cuyo canon 75 apremia a los obispos a que levanten hospitales para peregrinos y enfermos, o la
decisión del emperador Justiniano de otorgar personalidad jurídica a esos hospitales, con el fin de mejorar
su patrimonio y autonomía funcional.
347
C. SERNA GONZÁLEZ, "Hospitalidad y espiritualidad en un camino de peregrinación", Camino de
Santiago; un milenio de historia. Palencia, 1998. H. SANTIAGO OTERO (coord.), El Camino de
Santiago, la hospitalidad monástica y las peregrinaciones, Salamanca, 1992.
348
"A todos los huéspedes que se presenten en el monasterio ha de acogérseles como a Cristo, porque él lo dirá
un día: Era peregrino, y me hospedasteis. A todos se les tributará el mismo honor, sobre todo a los hermanos
en la fe y a los extranjeros" (RB, 53, 1-2). Se añade más adelante: "La hospedería se le confiará a un hermano
cuya alma está poseída por el temor de Dios. En ella debe haber suficientes camas preparadas. Y esté siempre
administrada la casa de Dios prudentemente por personas prudentes" (RB, 53, 21-22).
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
93
En los siglos XI y XII, tanto la figura sacro-política del Apóstol como el
Camino de Santiago experimentaron un extraordinario auge, fruto de la inusual
convergencia de una serie de causas estructurales y coyunturales, endógenas y
exógenas, que llevaron el fenómeno jacobeo a cotas impensables en sus inicios.
Endógenas, por cuanto la sede episcopal compostelana comprendió pronto las
ventajas de la peregrinación, llegando a reivindicar cuantiosas donaciones y
prebendas y a disputarle la primacía ibérica a Toledo, rivalidad representada en las
respectivas advocaciones de Santiago y María, cuyas consecuencias trascendieron
el ámbito diocesano para implicar al papado, como se ve en el decidido apoyo de
Compostela al rito romano 349 • Y exógenas, en relación a la política del reino y a la
respuesta de las diferentes estructuras sociales hispanas y europeas en general,
que deben entenderse también en relación por su valor ecuménico e integrador de
las peregrinaciones, que oponía a la fragmentación anterior del espacio occidental
la unificación del orbe cristiano, facilitando una mayor homogeneidad religiosa y
cultural, contribuyendo a la difusión de los nuevos principios organizativos e,
incluso, mejorando la coordinación entre los diferentes poderes territoriales. Un
fenómeno, en cierto sentido, paralelo a las cruzadas y con idéntico cometido
político e ideológico. Compostela suponía un nuevo locum sanctum situado en el
extremo occidental del mundo conocido, con lo que venía a reforzar la centralidad
eclesiástica de Roma y política del núcleo occidental, equidistante como estaba de
Santiago y Jerusalén, en especial frente a Constantinopla y los emperadores
bizantinos 350 , tarea rematada al cabo con la ocupación cruzada, por un lado, de
aquella ciudad y la creación del reino latino, y, por otro, de los Santos Lugares.
No es preciso recordar la importancia de la figura de Santiago como protector,
liberator, patronus, intercessor de la monarquía asturiana y leonesa351 • Su figura
gozó en el periodo de Reconquista de una notable popularidad, quedando fijada
hasta nuestros días en sus rasgos fundamentales 352 • Esta veneración jacobea se vio
349
350
Este apoyo buscaba una alianza con el papado, si bien también se produjeron conflictos con Roma
valiéndose de una "apostolicidad exagerada" (K. HERBERS , Política y veneración de santos en la
Península Ibérica. Desarrollo del "Santiago político ", Pontevedra, 1999, pp. 47-48). De todas formas, tras
la posible rivalidad entre Compostela y Roma se hallaba un decidido apoyo papal a la sede compostelana
por razones de política eclesiástica, como veremos (J. L. BARREIRO RIVAS, La función política de los
caminos de peregrinación en la Europa medieval. Estudio del Camino de Santiago, Madrid, 1997, p. 307).
J. L. BARREIRO, op. cit., pp. 305-307 y 310.
351
Nos permitimos aconsejar al respecto los diferentes artículos de C. SÁNCHEZ-ALBORNOZ, reunidos en
Santiago, hechura de España, el trabajo citado de J. L. BARREIRO RIVAS, La función política de los
caminos de peregrinación... , y la reciente y acertada obra de K. HERBERS, Op. cit.
352
D. W. LOMAX, La Reconquista, Barcelona, 1990, pp. 45-46. La fijación del culto a la figura jacobea como
hispana aparece ya en los Comentarios de Beato de Liébana y quedará reflejada en numerosas crónicas y
documentos medievales. Así la Chronica Adefonsi Imperatoris aporta constantes citas sobre la invocación
al apóstol en el campo de batalla o sobre la devoción jacobea del monarca (L. G. FREEMAN et alii, Obras
completas de Beato de Liébana, Madrid, 1995, p. 20 y 40. Chronica Adefonsi Imperatoris, edición de M.
PÉREZ GONZÁLEZ, León, 1997, 1, 88; 11, 117, 121 , 164 y 173).
94
JAVIER PÉREZ GIL- JuAN JosÉ
SÁNcHEz BADIOLA
acentuada aún más en el solar leonés durante la segunda mitad del siglo XII, pues
la separación del reino de Castilla, con la consiguiente pérdida de Toledo,
fortaleció el patronazgo del apóstol frente al de la Virgen, de cariz toledano. Todos
estos factores permitieron, pues, el impulso de relaciones de todo tipo,
favoreciéndose entre ellas la expansión de los modelos artísticos. Para ello, eso sí,
las localidades jacobeas desarrollaron una infraestructura espontánea en algunos
casos, planificada en otros, como es el caso de los hospitales.
Volviendo a Sahagún, su carácter itinerario y monástico lo ligó desde los
tiempos de Alfonso VI al devenir de las peregrinaciones jacobeas. Nada tiene de
particular, por tanto, que el Liber Sancti Iacobi, primera guía de viajes para
peregrinos, lo cuente entre los tres únicos santuarios cuya visita recomienda,
aparte del compostelano353 • Tampoco que la que se viene considerando como
primera noticia documentada de un hospital destinado a peregrinos esté
relacionada con este monasterio 354 • A pesar de que la obligación de socorrer y
hospedar a peregrinos y viajeros ya la vemos mencionada en documentación
anterior del propio monasterio355 , será en el año 945 cuando se aluda por vez
primera a un edificio destinado a dicho fin. El documento, cuya autenticidad ha
sido cuestionada por algunos investigadores, es la célebre donación de Ramiro 11
al monasterio de Sahagún, en la que le entrega la villa de San Andrés para
mantenimiento de un hospicio de peregrinos 356 • Antes de que concluya este siglo
se firmarán otras varias donaciones pro susceptione ospitum vel Peregrinorum 357 •
El P. Yepes, empero, afirma que el origen del hospital tuvo lugar en
tiempos de Alfonso VI y del abad Julián, es decir, entre 1072-1079358 • Aunque no
menciona la fuente en que se basa, creemos identificarla con un privilegio de
353
LSI, V, VID, 207.
354
J. URÍA RÍU, J. M.• LACARRA y L. VÁZQUEZ DE PARGA, Las peregrinaciones a Santiago de
Compostela, Madrid, 1948, I, pp. 292-293 .
355
Nos estamos refiriendo a una donación concedida en el año 920 (llll nonas septembris, era DCCCCLV/Ilj
por Ordoño II al monasterio de Sahagún para que éste pudiese más cómodamente socorrer y dar hospedaje
a peregrinos, viajeros y cuantos implorasen su auxilio (CDS , n° 98).
356
CDS, n° 98. HS, apén. ill, escr. XXII, pp. 391 -393. En nuestra opinión, atendiendo a su formulario, el
documento debió de ser compuesto o rehecho a finales del siglo X. J. URÍA RÍU, op. cit., t. I, pp. 292-293,
señala que el hospital "pudo servir tanto a los peregrinos que se dirigían a Santiago -entonces escasos,
probablemente- como a los que acudían a venerar las reliquias de los santos Facundo y Primitivo, cuyo
culto florecía a la sazón con alguna importancia", juicio éste que nos parece más acertado. En relación con
este culto, véanse los comentarios en tomo a la capilla devocional de los santos mártires.
357
358
CDS, n° 167, 284, 333, 355.
COSB, I, pp. 292-293.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
95
Alfonso VI -citado ya por Vignau- en el que el monarca ofrece al abad fundar
una casa hospicio "cum LX lectulis coopertis et dispensetur in ea LX parsimancis
et LX poculis vini perhegrinis et egentibus" 359 • Esta albergaria se beneficia en
1104 de la generosa donación de Vita Cristóbaliz, que menciona expresamente a
los peregrinos 360 • Además, Sahagún tuvo al menos otro hospital en la villa, el
"hospital menor", citado en 1162361 , y algunos más fuera de ella, en lugares como
Santervás, que se menciona en 1126 junto al alberguero Juan, imperatore de illa
albercaria362 • Cerca de Sahagún, sin embargo, y también en pleno Camino
Francés, se asentó el hospital de San Nicolás del Real Camino, que surge como
una posesión templaria, a modo de iglesia-explotación, aunque, dadas su situación
y propiedad, probablemente tuviera ya alguna función hospitalaria. En 1183,
Alfonso VIII cambia con la orden esta iglesia por otros diversos bienes,
incluyendo heredades y collazos 363 , para donarlos a Trianos en 1187, al igual que
dos años antes hiciera Tello Pérez, dominante en Cea364 • Esta iglesia-villa figura
expresamente como hospital en 1198, dedicado a los leprosos 365 , aunque sabemos
que albergó también a peregrinos.
En cuanto a Sahagún, Yepes, que se guía por el tradicional plano
benedictino, describe a principios del siglo XVII un edificio cercano al
monasterio "en donde ha habido sesenta camas para recibir peregrinos y romeros
que pasan de Alemania y Francia y van camino de Santiago"366 • Respecto al
personal, comenta que "están siempre dos monjes en el hospital para hospedar y
recibir a los pobres, darles de comer, hacerles las camas y curarlos cuando caen
malos, en que se gasta muy gran cantidad y suma de dineros" 367 • Más adelante, en
la memoria del abadologio facundino, alabará a D. Julián por "haber dado
359
360
36
'
362
363
364
V. VIGNAU, Índice de los documentos del monasterio de Sahagún, de la orden de San Benito, y glosario
y diccionario geográfico de voces sacadas de los mismos, Madrid, 1874, n° 58, p. 18. CDS, no 765 . Se trata
de un traslado realizado el30 de diciembre de 1401, si bien Vignau lo adelanta a 1402.
CDS, no 1115.
CDS, no 1345.
CDS, n° 1225 .
G. CASTÁN LANASPA, "San Nicolás del Real Camino, un hospital de leprosos castellano-leonés en la
Edad media (siglos XII-XV)", Publicaciones de la Institución "Tello Téllez de Meneses" , 51 (1984), pp.
105-224, n° 2.
G. y J. CASTÁN LANASPA, Documentos del monasterio de Santa María de Trianos (siglos XII-XIII).
Salamanca, 1992, no 21 y 23 (=DMT).
365
G. CASTÁN, "San Nicolás del Real Camino", no 3.
366
COSB, t. III, p. 292.
367
COSB , t. III, pp. 292-293 .
96
JAVIER PÉREZ GIL - JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
principio al hospital, que aún hoy día persevera", si bien no llega a aclarar si se
estaba refiriendo a la institución o al edificio 368 • También del siglo XI,
concretamente del año 1093, es la conocida donación por la que Alfonso VI, de
los palacios que habían sido de su esposa Constanza, para dedicarlos a subsidio
de forasteros y peregrinos 369 •
En los siglos siguientes Sahagún proseguirá esta labor de hospitalidad
jacobea. En el primer tercio del XIII, las donaciones ad albergaria de Sancto
Facundo se repetirán continuamente, conservándose incluso dos citas al mismo de
1189370 • En 1231, Doña Beatriz, esposa de Fernando III, toma bajo su protección
el hospital "quod a Domno Abbate et conventu sancti Facundi de novo
construitur in saltu circa publicam stratam peregrinorum " 371 • Esta reconstrucción,
posiblemente debida a los desperfectos que pudieron causar las turbulencias que
venían sucediéndose desde 1230, acaso evidencie la discordancia entre el edificio
fundado por don Julián y el descrito por Yepes 372 • No lo afirmamos con
rotundidad, por cuanto sabemos que en este periodo histórico y en los siglos
siguientes Sahagún contó con más de un hospitaP73 •
En efecto, abundan las noticias referentes a ellas en la documentación
facundina de los siglos XIII-XVI, figurando incluso en los fueros nuevos de
Alfonso X (1255) 374 • Escalona nos habla del albergue de la cofradía de Nuestra
Señora del Puente, fundado en 1188 como dependencia del monasterio y ubicado
junto a la capilla homónima, a orillas del río Valderaduey 375 • Conservamos
368
COSB, t. I, p. 306. J. B . GUARDIOLA, Historia del Monasterio de San Benito de Sahagún, en B.N., ms.
1519, ff. 198v-199, nos comenta del abad Don Julián que "edificó el Hospital que está en el Camino
Francés".
369
CDS, no 914.
370
Se trata de dos ventas a Petro, monacho Hospitalis Sancti Facundi (CDS, no 1448 y 1451.
371
HS, lib. IV, cap
372
m, pp. 140-141 y apén. m, escr. CCXXXVI, p. 587.
"E quitáronse de su señorío (los burgueses) e fe9ieron conjura9ión e conspira9ión contra él (el abad),
firmemente entre sí estable9iendo, so 9ierta pena, que ninguno d'ellos fuese a la corte del abbad, nin le
CAS,
cono9iese señorío; andando armados de día e de noche, amena9ando que destroirían el hospital"
cap. LXXXII); "Pues como los dichos burg[u]eses nunca quisieron 9esar de su mala costunbre,
levantáronse contra el abbad don Guillelmo ter9io, según que avían fecho contra el otro abad de Cal9ada,
de9iendo [e] prometiendo que el suelo del hospital que pertenes9ía a ellos" (11• CAS, cap. LXXXIII).
en·
373
J. PÉREZ GIL, "Incidencia de las peregrinaciones en el urbanismo del Monasterio y Villa de Sahagún",
pp. 145-152.
374
T. MUÑOZ Y ROMERO, Colección de fueros municipales y cartas puebla, Madrid, 1847, pp. 313-320.
CDS, no 1752.
375
HS, lib. m, cap. IX, pp. 128-129. Creemos que es ésta la fuente utilizada por W. FERNÁNDEZ LUNA,
Mografía histórica de Sahagún, León, 1920. p. 59, y desconocida por URÍA RÍU, op. cit., t. 11, p. 221.
376
CDS, no 1618.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
97
asimismo una escritura de 1219 en la que un tal Aparicio y su mujer donan unas
casas al monasterio de Sahagún, con el fin de que éste destine sus beneficios al
socorro de los pobres del hospital y de los cofrades de Santa Cruz, si bien no
queda claro si esta cofradía dispuso también de hospital propio376 • Al igual que
otras muchas localidades, Sahagún contó con otro albergue, titulado de San
Lázaro, que se destinaba a la atención de enfermos especialmente contagiosos. Un
cuarto hospital, en funcionamiento ya en la primera mitad del siglo XVI, era el del
Nombre de Jesús, dependiente del abad del monasterio, aunque atendido por la
cofradía de Jesús Nazareno377 , el cual, en principio, no parecía estar destinado a
acoger a peregrinos, sino a enfermos y pobres 378 •
A mediados del siglo XVIII existían en Sahagún tres hospitales, dos
intramuros y otro fuera. Los dos primeros se corresponden con el del Dulce
Nombre de Jesús, ya mencionado, y con el de San Andrés. Este último estaba
destinado a la recogida de viajeros enfermos y se administraba a través de la
cofradía del mismo nombre de la parroquia de San Martín de Sahagún379 • Mayor
vocación jacobea tenía el conocido como Hospital de Afuera, extramuros, en el
Camino Francés y cerca del Puente Mayor o Puente Canto. En estos momentos,
en tomo al año 1750, servía de panadería al monasterio de Sahagún -titular del
mismo- aunque también se habilitaba para recoger "algunos pobres peregrinos
que vienen de Santiago, a quienes suelen dar alguna limosna de pan" 380 • Con
anterioridad sólo cumplía funciones jacobeas, disponiendo de algunas camas para
ello. Las rentas que lo mantenían, controladas por el abad del monasterio, eran
engrosadas por las generosas donaciones del obispo Froilán de León.
Respecto a su ubicación, Femández Luna lo sitúa en el enclave conocido
como las Huertas del Hospital, en la margen izquierda del río Cea, y lo identifica
con el edificio restaurado por Doña Beatriz en 1231 381 • Por su parte, Uría Ríu se
377
378
379
A. GARCÍAABAD, La cofradía de Jesús Nazareno de Sahagún, León, 1996, p. 21.
T. BURÓN, "Funciones asistencial y médica en los antiguos hospitales leoneses", TL, 50 (1983), pp. 5968, y El catastro del marqués de la Ensenada en León: inventario de los fondos del Archivo Histórico
Provincial, León, 1985, pp. 86, 171 y 314.
AHPL, Catastro de Ensenada, caja 8606-8609. T. BURÓN, op. cit. , pp. 59-68.
380
AHPL, Catastro de Ensenada, caja 8606. Se menciona también la existencia de una mujer asalariada por
el monasterio y encargada del mantenimiento del hospital. Podemos suponer que estaría empleada en el
Hospital de Afuera, ya que los del Dulce Nombre y San Andrés estaban administrados por sendas cofradías
(AHPL, Catastro de Ensenada, caja 8606, lib. 11 ecles.)
38 1
W. FERNÁNDEZ LUNA, op. cit. , reedición de Sahagún, 1999, pp. 112-113. En el siglo XVI el peregrino
alemán Herman Künig von Vach contó la existencia de cuatro hospitales en Sahagún, escribiendo que "fuera
del puente tomarás un legítimo vino y pan y llegarás a un hospital" (Die walfahrt und Strass zu Sant Jacob;
Cf C. CASADO LOBATO, A. CARREIRA VÉREZ, Viajeros por León, siglos XII-XIX, León, 1985).
98
JAVIER PÉREZ GIL - JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
pregunta si este último sería el mismo que la tradición popular ubica a un
kilómetro de la villa, en dirección a León, y que pudo servir de verdadero hospital
a sus monjes, aunque lo considera demasiado alejado del monasterio382 • Esta
hipótesis es aceptada por por J. L. Avello, J. A. Gutiérrez y C. Benéitez, que lo
identifican con un edificio situado a la salida de Sahagún, a la izquierda de la
carretera que lleva a Calzada del Coto383 • Al margen de su localización exacta,
parece que es éste el hospital frente al que se encontraba el crucero tardogótico
que a día de hoy se conserva en el cementerio de la villa y donde pudo ubicarse
un relieve, también del siglo XV, de San Pedro y San Pablo que se encuentra en
la actualidad en el museo de las Madres Benedictinas384 •
El Camino de Santiago, en fin, tan ligado a la Historia del Monasterio y
Villa de Sahagún, tiene en las tempranas fechas de Alfonso VI su punto de partida
como principal vía de difusión e intercambio de todo lo europeo, lo material y lo
espiritual, lo positivo y lo que no lo fue tanto. Por ella circularán toda suerte de
gentes que no sólo dirigen sus pasos hacia la tumba del Apóstol, sino que se
mueven por intereses diversos: peregrinos, mercaderes, monjes cluniacenses que
traen la renovación de las costumbres, comitivas regias, ejércitos ... Y, por
supuesto, aventureros, buscavidas y foragidos que se ocupan en "robar, e asechar,
e aguardar los caminos públicos, e despojar e aún matar a los peregrinos que yban
a Santiago, e qualesquiera otros caminantes" 385 • Y junto personas e ideas, van y
vienen por el Camino las muchas mercancías que, como veremos más adelante,
habrían de consolidar el marcado carácter comercial de la joven villa de Sahagún.
El primer paso: Sahagún y las reformas eclesiásticas
Para comprender en profundidad el papel desempeñado por Sahagún en la
política organizativa regia debemos señalar que contribuyó en buena medida a
cambiar el rumbo de los acontecimientos, lo que, en un período tan crucial, es
382
383
Op. cit., t. II, pp. 224-225. Posiblemente se corresponda con la ermita llamada del Santísimo Cristo del
Humilladero, sita "a la distancia de 500 pasos de la calzada de peregrinos" (P. MADOZ, Diccionario
geográfico-estadístico-histórico.. ., Provincia de León, Madrid, 1850, edición facsímil de Valladolid, 1991 ,
p. 263).
M. A. RABANAL ALONSO (coord.), El Camino de Santiago en León. Precedentes romanos y época
medieval, León, 1992, p. 59.
384
385
J. PÉREZ GIL, A. VALDERAS ALONSO, "Cruceros medievales sobre el Camino Francés (León y
Sahagún): documentación, aspectos artísticos y sucesivos traslados", Actas del V Congreso Internacional
de Asociacións Xacobeas, La Coruña, 2001 , pp. 117-136.
ra CAS , 40, p. 75 .
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
99
tanto como decir la historia de España, abriendo el paso, como ha afirmado Reilly,
a un "orden de cosas esencialmente nuevo" 386 • Sahagún encama la colaboración
entre la Corona y una institución monástica, Cluny, cuyo resultado es la aparición
de un poderosísimo cenobio y un burgo próspero y en expansión, aunque
fuertemente señorializado, en el que están de algún modo todos los elementos
presentes en el proceso poblador plenomedieval: la planificación regia, la
expansión urbana, la reforma cluniaciense, el auge de las rutas jacobeas, el
comercio y la inmigración de francos, judíos y moros, que dan a la villa nueva de
Sahagún una complejidad social sin precedentes, tal y como refieren las fuentes
coetáneas. Todo ello permite a Ana M.a Barrero, en opinión que compartimos,
interpretar esta de Sahagún como una puebla en cierto modo experimental, de
cuyo éxito depende su aplicación como modelo a otros lugares 387 •
El monasterio de Cluny, fundado en 91 O por Guillermo el Piadoso, duque
de Aquitania, en plena campiña borgoñona, se había consolidad a mediados del
siglo XI como el más influyente y poderoso de Europa. Su empuje se sostenía en
una concepción centralizada del estado monacal y en una serie de exenciones y
privilegios claramente favorables, comenzando por su dependencia directa de la
autoridad papal. A ellos se unió la hábil gestión de sus abades, que consiguieron
expandir las posesiones cluniacenses por gran parte de la geografía europea. En el
caso hispano, la reforma cluniacense, basada en una observancia más rígida de la
regla de san Benito, se comenzó a introducir a principios del siglo XI a través de
algunos monasterios catalanes, pero, sobre todo, navarros y aragoneses, gracias al
favor que Sancho el Mayor de Navarra mostró hacia ella.
En el reino de León, el acercamiento a la abadía de Cluny tuvo lugar a raíz
de la instauración de la dinastía navarra con Fernando I, hijo de Sancho el Mayor,
quien "statuit quoque per unumquemque annum vivens pro vinculis peccatorum
resolvendis, Cluniacensis cenobii monachis mille aureos ex proprio erario
dari" 388 , lo que suponía según Bishko el 2'5 % del total recibido por Fernando I
de los musulmanes en concepto de parias. Como vemos, Fernando I no se limitó
a seguir una política heredada de su padre, sino que la dotó de un nuevo y más
386
B. F. REILLY, Alfonso VI, p. 113. Un orden nuevo que supuso, para unos, la europeización de España y el
fin de su aislamiento secular, mas para otros, como el P. Montaner y A. Castro, la pérdida del espíritu más
propiamente español. Así lo interpreba G. Torrente Ballester en su prólogo a la obra de F. SÁNCHEZDRAGÓ, Gárgoris y Habidis. Una historia mágica de España, Madrid, 1979: "España es un país que
nunca pudo expresar su originalidad porque siempre le tocó habérselas con la invención ajena ... Europa fue
la gran aniquiladora de España, enviando sus ideas y sus formas desde París, desde Cluny, desde Roma .. .".
387
A. M." BARRERO, op. cit., p. 495.
388
Crónica Silense, edición de F. SANTOS COCO, p. 89. Madrid, 1921.
JAVIER PÉREZ GIL- JuAN JosÉ S ÁNCHEZ BADIOLA
100
trascendente sentido, incorporándola a lo que podríamos llamar su corpus
politicus389 • Las primeras actuaciones de esta praeparatio cluniacensis tuvieron
lugar en el espacio del interfluvio Cea-Pisuerga, desarrollándose a las órdenes de
monjes catalanes y franceses 390 • Sahagún tardará algunos años más en verse
imbuido de los nuevos aires borgoñones, hecho que se produjo ya bajo los
auspicios de Alfonso VI, a quien podemos considerar como el consolidador de la
reforma cluniacense en los reinos de la Hispania occidental, concluyendo así la
obra paterna.
No resulta tan claro, sin embargo, que su ambicioso proyecto tuviera origen,
como parece apuntar Bishko, en algunos de los acuerdos alcanzados en 391el
Concilio de Coyanza (1055), sino en los propios intereses políticos del monarca ,
ni el carácter que tenía entonces el censo y la amplitud del lazo vasallático que
conllevaba392 • Deuda o limosna, hay que advertir que Alfonso no reconoció la
obligatoriedad del mismo entre 1065 y 1072, es decir, durante el turbulento
periodo transcurrido entre su subida al trono leonés y el fin de su destierro
toledano393 • Fue en 1073 cuando, recuperada la potestas, comenzará donando
varios monasterios a Cluny en agradecimiento a sus plegarias, y seguramente a
más que eso, que tanto habían influido en la recuperación de su legítima
389
C. J. BISHKO, "Fernando I y los orígenes de la alianza castellano-leonesa con Cluny", CHE, XLVIIXLVIII (1968), pp. 31-135 y XLIX-L (1969), pp. 50-167. B. F. REILLY, Cristianos y musulmanes, Madrid,
390
391
1992, pp. 80-81.
S. MORALEJO ÁLVAREZ, "Cluny y los orígenes del Románico palentino: el contexto de San Martín de
Frómista" , Jornadas sobre el arte de las órdenes religiosas en Palencia, Palencia, 1990, pp. 8-27.
H. GRASSOTI, "La Iglesia y el Estado en León y Castilla de Tamarón a Zamora, 1037-1072", Estudios
medievales españoles, Madrid, 1981, pp. 397-401 y notas 163-172. Madrid, 1981. Bishko defiende el papel
activo del obispo Miró de Palencia, de origen catalán y asistente al concilio leonés, a la hora de anteponer
392
algunos cánones coyantinos a otras prácticas tradicionales hispanas.
De nuevo H. GRASSOTI, op. cit., p. 401 , se muestra a este respecto más escéptica que C. J. BISHKO, op.
cit., pp. 97-119. Este autor, citando a Kenneth J. Conant, se pregunta si el león heráldico esculpido en el
frontón del primer edificio monástico construido por Rugo el Grande con el oro de las parias leonesas no
querría simbolizar un vasallaje del Imperio hispano-leonés respecto de la abadía borgoñona (op. cit., p. 31).
En cuanto a dicho blasón, cabe señalar que, ciertamente, la introducción de la heráldica en España se
produjo desde Francia, y es posible que la adopción del león como emblema -heráldico o
protoheráldico- de los monarcas leoneses se verificase a partir de las relaciones de la dinastía femandina
con Cluny, pero más, pensamos, por su carácter simbólico de la dignidad imperial y, a la vez, parlante, que
393
por una verdadera sumisión vasallática.
R. XIMÉNEZ DE RADA, De Re bus Hispaniae , VI, 15, dice que Sancho obligó a Alfonso a vestir el hábito
monacal en Sahagún, aunque éste se escapó luego de allí para refugiarse en Toledo. Esta noticia no aparece
sin embargo en el resto de crónicas medievales hispanas.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENJNSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
1Ü 1
autoridad394 • Cuatro años más tarde, en 1077, retomó el generoso gesto de su
padre, convirtiéndose en el principal benefactor del cenobio francés, permitiendo
la construcción de su tercera fábrica 395 , y su relación con éste se acentuará aun más
mediate su matrimonio con doña Constanza, emparentada con san Rugo. Alfonso
VI no se limitó a mantener el censo paterno, sino que lo duplicó, alcanzando las
2.000 libras de oro, lo que ha sido evaluado de forma muy diversa por los
historiadores, pero parece probable que, más que fruto del mutuus amor, como
afirma la Najerense, lo fuese del interés del rey, como antes de su padre, por lograr
el favor de los monjes a la hora de disuadir al Papa de iniciar una cruzada la
Zaragoza musulmana, apoyándose primero en Ramiro I de Aragón, en 1064, y
luego en su hijo Sancho, vasallo de San Pedro desde 1068. Zaragoza era aliada
tributaria de León y a Alfonso VI le interesaba que lo continuase siendo. Además,
en tanto que vasalla del rey leonés, la taifa tenía derecho al auxilium de su
protector. Por esta razón el censo cluniacense provenía íntegramente de las parias
zaragozanas, para hacer ver a Cluny que sus ingentes donaciones estaban
supeditadas al mantenimiento de la fuente emisora. Pero, en el caso concreto de
Alfonso VI, detrás del complejo juego de estrategia que ambas partes, Monarquía
y Cluny, habían iniciado, se hallaba una cuestión fundamentalísima: la extensión
de la soberanía del Sumo Pontífice, cuyas pretensiones sobre España venían
siendo puestas de manifiesto desde 1073. La pugna entre el monarca leonés y el
papado se vio envuelta en la difícil cuestión del rito, donde venían a chocar los
afanes homogeneizadores de Roma y la tradición religiosa más genuinamente
española.
394
"El monje anónimo de Cluny, contemporáneo del rey Don Alonso, dice que D . Sancho le dio la libertad (a
Alfonso VI) y le volvió a su reino porque en virtud de las oraciones que San Hugo y sus monjes hicieron
a Dios por Don Alonso, tuvo Don Sancho entre sueños una visión en que se le amenazó con grandes
castigos si no daba libertad a su hermano" (HS, lib. II, cap. IV, p. 69). Mientras que la Crónica Silense
apunta la intercesión de Urraca, hermana de Alfonso, al que tenía mucha estima (fraterno amo re medulitus
dilexerat), la Najerense menciona también la mediación de Hugo de Cluny, así como una milagrosa
intervención de San Pedro: "Aldefonsus sutem Cluniacum misit, rogans et exorans Beatum Hugonem
abbatem eiusque sanctissimum conuentum ... pro eius liberatione Dei misericordiam inuocaret.. . Transactis
itaque paucis diebus, rursus idem celi clauiger regi Santio noctu terribiliter apparuit et mortem illi
grauissimam, nisi fratem dimitteret, intemptauit" (ed. de J. A. ESTÉVEZ SOLA, "Chronica Naierensis",
Corpus Christianorum. Continuatio Medievalis, LXXI A, lib. III, p. 12. Turnholt, 1995). REILLY, Alfonso
VI, p. 81 no descarta que el abad de Cluny intercediese a este respecto. Vid. también A . LINAGE CONDE,
op. cit., pp. 59-64.
395
J. WILLIAMS, "Cluny and Spain", Gesta, XXVII/1 y 2, pp. 93-101. J .K. CONANT, Arquitectura
carolingia y románica 800-1200 , Madrid, 1991 , pp. 199-237. O.K. WERCKMEISTER, "Cluny III and the
Pilgrimage to Santiago de Compostela", Gesta, XXVII/1 y 2, pp. 103-112.
102
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
La particular evolución de los reinos peninsulares permitió el
mantenimiento de una liturgia diferenciada con respecto a la oficial romana, la
denominada visigótica, mozárabe, toletana o isidoriana, que, originada en época
tardoimperial, había ido enriqueciéndose bajo la dominación visigoda y estaba
muy arraigada en todo el territorio cristiano en los inicios del siglo XP96 •
Pero la situación de
partida era complicada. De una parte nos encontramos con la postura del Papa
Gregorio VII (1 073-1 085), que no debía de ver con buenos ojos la heterogeneidad
litúrgica en el mundo católico. Con la peligrosa sombra de un eventual cisma
rondando la Cristiandad occidental, Roma decidió actuar con precaución y exigir
del monarca leonés la implantación de la liturgia oficial. Para ello Gregario VII,
que había sido cluniacense, se valdrá de los hombres de Cluny, y más
concretamente del abad Rugo, de quien había sido discípulo, y del arzobispo de
Toledo Bernardo, antiguo compañero de la misma congregación. Estos últimos, a
la vez íntimos colaboradores de Alfonso VI, debían apremiar al monarca para que
se decidiese a implantar el nuevo rito en todos sus reinos. Evidentemente, el papel
activo de los franceses les acarreó distinto tipo de presiones por ambas partes,
aunque también, y en eso hay que reconocerles su maestría, los importantes
beneficios que un buen intermediario siempre sabe sacar de los conflictos.
Por otra parte tenemos la postura de Alfonso VI, forzada por el desarrollo
histórico de sus reinos. La importancia del rito hispano sobrepasaba el ámbito
puramente religioso, afectando de manera muy directa a la propia institución
monárquica y al entramado político del reino, del que la Iglesia formaba parte
sustancial, habida cuenta de su dependencia de la Corona397 • El poder civil tenía
en el rito hispano uno de sus soportes, como parte del neogoticismo que venía
alimentando el ideario de los reyes asturleoneses desde Alfonso II, legitimando su
autoridad como continuadores del ordo gothorum que reunificaría España bajo el
3
%
J. M. PINELL, Diccionario de Historia Eclesiástica de España, II, coz Liturgia, pp. 1303-1320. Madrid,
1972. R. MENÉNDEZ PIDAL, Historia de España, JI, pp. 329-332. Madrid, 1980. A. VIÑAYO
GONZÁLEZ, El misterio eucarístico en la doctrina de San Isidoro de Sevilla y Santo Martina de León, pp.
41-43. Madrid, 1998. J. FERNÁNDEZARENAS, La arquitectura mozárabe, Barcelona, 1972, pp. 220-242.
"' El propio Concilio de Coyanza, celebrado en 1055, no era una reunión puramente eclesiástica; la
participación de Fernando 1 fue de dirección, según lo establecido en los fueros leoneses de 1017 y 1020.
Es más, los obispos eran muchas veces designados por los propios monarcas y éstos y no otros eran los
encargados de restaurar o crear diócesis (H. GRASSOTI, op. cit., pp. 377-431). Sí es cierto empero que con
Alfonso VI la concepción eclesiástica del concilium irá sacralizándose.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI
Y SAHAGÚN
1Ü3
signo de la cruz"'. La misma tradición, en fin, que llevaba siglos arraigada en la
Iglesia peninsular, tanto en territorio cristiano como entre la comunidad
mozárabe, y que era ahora puesta en entredicho por una liturgia -la romanaque no era considerada en puridad más ortodoxa. Así, en el Concilio de Coyanza
(1055), celebrado tan sólo diez años antes de la subida al trono de Alfonso VI, se
afirma la voluntad por restablecer las glorias del pasado de la Iglesia visigótica:
"pro corrigendis ac dirigendis regulis veZ tramitibus Ecclesie ut mos est
antiquorum patrum, ac sumendis tramitibus" 399 , lo que evidencia el desinterés por
cualquier tipo de reforma litúrgica. Respect9 a la mozarabía hemos de recordar
que fue precisamente Alfonso VI quien conquistó pocos años después la ciudad
de Toledo (1085), y es de suponer que la obligatoriedad del cambio litúrgico no
sentaría bien a una comunidad que había mantenido la versión toletana incluso
bajo el dominio musulmán. Fue la oposición mozárabe, de hecho, la que
determinó que Alfonso VI permitiese que el rito hispano se continuase celebrando
en las seis parroquias mozárabes tradicionales de Toledo, reduciéndose la práctica
romana a la catedral y las nuevas iglesias que se construyesen en adelante400 •
Así pues, la reforma se presentó como un asunto ciertamente espinoso, a
pesar de que Aragón ya la había institucionalizado a finales del tercer cuarto de
siglo y de que eran muchos los cluniacenses franceses llegados a los reinos de
Alfonso VI. Algunas crónicas medievales, como la del Obispo don Pe layo o la ¡a
Anónima de Sahagún, han dejado entrever una transición rápida y nada
traumática. Veremos, empero, cómo esta visión tan simplista no se corresponde
con la realidad, desacreditándola incluso otras crónicas coetáneas401 •
Los primeros contactos de la Santa Sede con el trono de León de cara a
favorecer el cambio pudieron producirse en los últimos meses del reinado de
Fernando 1, quien se habría visto con el cardenal Hugo el Blanco, a la sazón
398
La liturgia daba respuesta, además, a un elemento esencial en el ejercicio y representación del poder
religioso y político, lo que N. Evreinov definió corno "teatrocracia", esto es, la necesidad de una puesta en
escena adecuada (Cf. BALANDIER, G., El poder en escenas. De la representación del poder al poder de
la representación, Barcelona, 1994, p. 15-23).
9
A. GARCÍA GALLO, El Concilio de Coyanza. Contribución al estudio del Derecho Canónico español en
la Alta Edad Media, Madrid, 1951, separata de AHDE, XX (1950), p. 287.
"
400
Las seis iglesias eran las de San Marcos, San Lucas, San Sebastián, San Torcuato, Santa Eulalia y Santas
Justa y Rufina (J. MIRANDA CALVO, La reconquista de Toledo por Alfonso VI, Toledo, 1980, pp. 137172). Parece que la práctica del rito romano no llegó a exteriorizarse regularmente hasta 1131, con la
salvedad, claro está, de la Catedral (D.W. LOMAX, La Reconquista, Barcelona, 1990, pp. 87-91).
'" Quizás debamos atribuir esa simplificación al estilo conciso que se supone a dicho género.
104
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
legado pontificio402 • Tras la muerte de éste, iniciado el periodo de inestabilidad que
supuso la división del reino, estos contactos parece que se vieron interrumpidos
hasta el año 1073, que es cuando se comenzó a consolidar el gobierno alfonsí. Al
año siguiente, Alfonso VI recibió de Gregorio VII, con motivo de la notificación
de una resolución eclesiástica, un duro ataque contra la liturgia mozárabe, a la que
consideraba infectada de priscilianismo, arrianismo e islarnismo403 • En su lugar
exigía la implantación de los Romanae ecclesiae ordinum et officium y advertía
que ésa era la voluntad de sus obispos. Alfonso VI no dio su brazo a torcer
inmediatamente, a pesar de que algunas fuentes, como ya hemos dicho antes,
parecen atribuir el cambio de rito a la iniciativa regia. Nos encontramos así con
que la ¡a Crónica Anónima de Sahagún llega incluso a presentar a Alfonso como
el principal interesado en la sustitución litúrgica: "en el onceno anno de su reino
procuró suplicando al barón de muy onrrada vida Gregorio sétimo en la silla
apostolical, que en toda España fuese celebrado el divinal oficio segun que la
iglesia Romana acostumbraba"404 • Por su parte, la Crónica Najerense narra el
episodio legendario de una ordalía promovida por Alfonso VI para dirimir la
conveniencia de uno u otro rito. Para ello se arrojaron a una hoguera dos libros de
oficios, uno romano y otro toletano, estableciéndose que el que se salvase de las
llamas sería el válido. Aunque fue el toledano el único que saltó escapando de las
llamas, el monarca lo devolvió al fuego de una patada, haciendo buena la
expresión de "van leyes do quieren reyes" y confirmando la adopción de la nueva
liturgia40'.
En este contexto, el papel de los cluniacenses volvió a ser el de siempre.
Cluny es el único aliado posible de la Corona leonesa, capaz de equilibrar la
blanza frente al papado. Alfonso VI conseguía, mediante una sutil maniobra,
neutralizar las ambiciones romanas sin por ello enfrentarse a la Iglesia406 • Así,
':"Este último desempeñó su función entre 1065 y 1068. Por otra parte el Codex Emilianensis (Biblioteca de
El Escorial. D.l.1, fol. 395r-396v). obra casi contemporánea, describe una comisión de obispos
peninsulares enviados a Roma con libros litúrgicos de buscando la aprobación de los mismos por Alejandro
Il. Cf REILLY, Alfonso VI, p. 116 y notas ll-12.
"'E. CASPAR (e). Das Register Gregors VII, pp. 92-94. Berlín, 1955.
Cf REILLY. op.
cit.. p. 118.
""'I' CAS, 6, p. 13.
"' "Era MCXV in Dominica de ramis palmarum apud Burgis pugnaverunt duo milites, unus regís Aldefonsi
pro lege Romana et alter Castellanus, scilicet Lupus Martinez de Matanza, pro lege Toletana; et uictus est
miles regis. Super quo illis adhuc contendentibus, accenso magno igne in platee medio missi sunt in eum
duo libri, unus Romanum officium continens alter uero officium continens Toletanum, sub tali conditione:
ut cuius madi liber ignem illesus euaderet, eius officium teneretur. Set cum Toletanus magnum extra ignem
saltum dedisset, mox rex iratus illum in ignem pede reiciens dixit "ad libitum regum fletantur comua
legum" (Chronica Naierensis, 18, p. 77).
""'J. M.' MÍNGUEZ, Alfonso VI, pp. 219 y 223-224 y 228.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
105
comenzó las donaciones de monasterios hispanos a Cluny en 1073, el mismo año
en que Gregorio VII iniciaba su campaña de presiones en reclamación de la
soberanía pontificia sobre España, que, con mayor contundencia, reitera en 1077,
justificando sus pretensiones en su supuesta donación de Constantino al papa
Silvestre in ius et proprietatem, y a ello precisamente atribuye Mínguez la
adopción del título imperial a partir de esa fecha, afirmando su independencia
frente al papado407 • Ese mismo año, Alfonso VI renovaba y duplicaba el censo de
mil áureos de su padre, quien también lo había utilizado en su día para forzar a
Cluny a que mediase ante la Santa Sede para evitar la conquista aragonesa de
Zaragoza. En fin, que si Roma quiso hacer de Cluny una quinta columna en
España, también Alfonso VI pretendió hacer de ella su quinta columna en Roma.
Así, Hugo de Cluny utiliza su influencia para convencer a Gregorio VII de que
olvide su reclamación sobre los reinos españoles, y finalmente se llega a un
acuerdo por el que Alfonso accede a la reforma litúrgica y el Papa abandonaba sus
pretensiones hegemónicas en España. La reforma se convertía así en "una cesión
políticamente necesaria", aunque para ello el monarca hubiese de prescindir del
abad Roberto, al que estimaba, según él mismo afirma, "por encima de todas las
otras cosas"408 • La decisión se hizo oficial en el Concilio de Burgos, aunque hay
discrepancias sobre la fecha de su celebración. Mientras que algunos especialistas
lo datan en el año 1080, Reilly lo retrasa al 1076, apoyándose en la ¡a Crónica
Anónima de Sahagún y en la Crónica del Obispo Pe/ayo, a la vez que lo describe
como un conjunto de decisiones resueltas y más tarde aprobadas en concilio409 • Un
año más tarde, en 1077, Alfonso escribió al Papa solicitándole el envío de una
nueva legación que resolviese los problemas originados por la transición litúrgica
y la ostensible oposición generada entre los más tradicionalistas. El cambio no fue
fácil y las tensiones entre el rey y el papa continuarían produciéndose, si bien ya
no había vuelta atrás.
Pero ¿cuáles fueron las consecuencias de todo este proceso en la abadía
facundina? En principio hay que destacar que, dada su afinidad con el monarca,
saldría tangencialmente bien parada de toda esta maraña de presiones y pactos,
constituyendo una pieza fundamental de la política alfonsina frente al papado. El
acercamiento a Cluny supuso para Sahagún la adopción de la reforma
cluniacense, pero con caracteres extremadamente peculiares, que cabe interpretar
"''J. M.' MÍNGUEZ, Alfonso VI, pp. 215-217.
''"J. M.' MÍNGUEZ, Alfonso VI, pp. 219 y 223-224 y 228.
""op. cit.• p. 121.
106
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
como fruto de la protección regia, y que, precisamente por ello, resultó
especialmente beneficiosa, colocando a la abadía en situación de administrar otros
monasterios sin tener que depender de uno superior, lo que propició una bonanza
económica capaz de dotarla de la suficiente solvencia como para dar inicio a una
notable labor constructiva.
La reforma facundina se inició en 1079, cuando Alfonso VI manda venir de
Cluny al monje Roberto, que recibe el cargo de abad, y a su compañero
Marcelino. En el documento de la investidura del primero no se deja lugar a dudas
sobre el propósito de su llegada: "ut habeat ibi (Sahagún) regulam et monasticum
ordinem sicut docet beatus Benedictus et secundum quod fratres Sancti Petri
Cluniacensis obtinent. lgitur annuente Deo mitimus Dominum Robertum abbatem
ut teneat vitam suprascriptam cum fratribus qui modo ibi sunt" 410 • Pero el
proceso, pese al impulso inicial, no fue un camino de rosas. La nueva forma de
gobierno chocaba con el tradicional carácter electivo de los abades, y la
orientación cluniaciense se presentaba también excesivamente traumática para la
comunidad facundina. Además, la transigencia del abad Roberto con el rito
hispánico, el mismo que debía sustituir por el romano, motivó una iracunda
respuesta papal en la que se reprendía a Hugo de Cluny por el mal sesgo de sus
asuntos en España, se ordenaba a Roberto, "pseudomonje, imitador de Simón
Mago", su inmediato regreso a Cluny, y se llegaba a amenazar a Alfonso VI con
la excomunión411 • Así las cosas, el monarca leonés se vió obligado a solicitar de
san Hugo otro monje que mejor pudiese llevar adelante el proyecto de reforma412 •
Es entonces cuando entra en escena Bernardo de Sedirac, proveniente del
monasterio de San Orencio de Aux, aunque en esta ocasión el monarca leonés no
lo impuso a la comunidad facundina como abad, sino que lo presentó para que
fuesen los propios monjes los que decidiesen sobre su capacidad413 •
Como cabía esperar, don Bernardo resultó elegido abad, viéndose así
consumadas las aspiraciones regias414 • Es más, con posterioridad, Alfonso VI lo
nombrará arzobispo de Toledo, sede paradigmática del ideario imperial leonés, lo
'" CDS, no 782.
"'A. LINAGE CONDE, op. cit., pp. 100-103. J. M. CUENCA COLOMA, Sahagún, Monasterio y Villa
(1085-1985), Valladolid, 1984, pp. 26-28.
'" 1 CAS, 6, pp. 13-15. HS, lib. IL cap. V, pp. 74-75.
'
13
"Mandamus, etiam, ut abbas qui esse debuerit per electionem de congregacionem monasterii et per
preceptum regís fiat" (CDS, n° 782).
"' "Ego Adefonsus rex rationabili mente pertractans cum Deus et Dominus noster michi supeditavit ut in
Hispanie partibus dominio meo ab eodem commissis dignissimum romane institutionis officium celebrari"
(HS, apén. III, escr. CXIV, pp. 477-478. fndice ... , p. 19, n° 61. CDS, n° 781).
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
107
que ratifica la apuesta personal del monarca por el monje de Sedirac. Por su parte
el monasterio de Sahagún también salió beneficiado, pues se convirtió en la
cabeza de los benedictinos en los reinos de León y Castilla, lo que supuso un
importante estímulo para sus arcas. Ahora bien, no debemos pasar por alto que
Sahagún, pese a representar la vanguardia de la reforma cluniacense en la corona
leonesa y recibir directamente de Cluny los monjes encargados de iniciarla, en
ningún momento dependió de Cluny. Bernardo supo mantener la independencia
de su nuevo monasterio, aunque quizás no haya que desechar la influencia de
Alfonso VI en esta actitud. En efecto, el modelo cluniacense podía serie muy útil
al monarca en su política hegemónica, pero, precisamente por ello, es difícil que
le interesase que una autoridad extraña a sus reinos pudiese intervenir en la vida
de éstos. En un documento fechado en 1080, Alfonso VI se retracta ante los
monjes facundinos de haber impuesto a don Roberto como abad, prometiendo en
lo sucesivo una investidura electiva, en la que intervendrán el monasterio y el
propio rey, a la vez que garantiza la independencia del cenobio, si bien bajo la
autoridad de su abad y del rey: "mandamus atque constituimus ut nullus horno
habeat potestatem super eum, nisi solus rex, ad regendum et defendendum et
abbas monasterii ad gubernandum" 415 • Ese mismo año, exime al monasterio a
todas sus villas e iglesias del fisco regio416 • El abad Bernardo obtendrá en 1083, de
manos de Gregorio VII, la exención para Sahagún de toda jurisdicción civil y
episcopal, quedando tan sólo bajo la directa dependencia papal417 • Este hecho
permitió a Sahagún convertirse realmente en el paralelo de Cluny en España:
"sicut illut (Cluny) in Gallia ita istud in Ispania libertatis prerogativa clarescat
et quod opitulante Deo consimile erit in religione par etiam sit" 418 •
La influencia cluniaciense se unía de este modo a la del nuevo rito romano,
cuyas repercusiones fueron varias y de muy diversa índole. En primer lugar, y
como es obvio, se trastocó sustancialmente la liturgia que había venido
desarrollándose desde mucho tiempo atrás. Ello supuso, en el caso de la
monarquía, romper con uno de los lazos que la mantenían directamente unida al
'" CDS, n• 782.
'" CDS, n• 781.
"'CDS, n• 809. Gregorio VII (1073-1085) fue discípulo de San Hugo y de la misma congregación que Don
Bernardo. Escalona enfatiza el espacial trato del papa para con el abad de Sabagún: "siendo común estilo
de los papas llamar sus hermanos a los obispos e hijos a todos los demás fieles, a nuestro abad le llama
hermano querido: Dilecto in Christo fratri Bernardo abbati" (HS, lib. Il, cap. VI, p. 77).
"" CDS, n• 809. Parecidas son las palabras que empleó el arzobispo don Rodrigo Ximénez de Rada en su De
Rebus Híspaniae, op. cit., VI, 25: "Et sicut Galiis illud Monasterium praecellabat, et istud omnibus
monasteriis eiusdem ordinis in Hispaniis praesideret".
108
JAVIER l'ÉREZ ÜJL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADJOLA
pasado visigótico, aunque ya hemos señalado que, a cambio, el monarca leonés
obtuvo el reconocimiento de su supremacía sobre toda España por parte del Sumo
Pontífice. Hemos de suponer, igualmente, que la implantación de la nueva liturgia
impulsaría los proyectos de renovación arquitectónica que se estaban
desarrollando en estos momentos en un buen número de iglesias del reino.
Desgraciadamente, y a pesar de conocerse textos litúrgicos como el Liber
Commicus, que recoge las distintas formas del ceremonial mozárabe, las
informaciones que aportan acerca de este culto y su relación con el espacio
arquitectónico se caracterizan por su escasez.
Otras consecuencias también estrechamente relacionadas con el cenobio
facundino fueron las tocantes a la lengua y a la letra. Es unánimemente reconocido
el papel de los cluniacenses a la hora de asentar la nueva liturgia en los reinos de
León y Castilla, y el cambio exigía la renovación de ciertos hábitos, como los
relacionados con las litterae latinas o los métodos de pronunciación419 • Ello ha
llevado a R. Wright a suponer que "el latín medieval no existió en España hasta
que fue necesitado para la celebración de la liturgia romana" 420 , lo cual
relacionaría en su opinión la llegada de franceses a Sahagún con la necesidad
práctica de clérigos instruidos en la celebración de aquella liturgia en latín
medieval. Estas nuevas necesidades serían igualmente causantes de la adopción
de la letra carolina en los reinos de León y Castilla, volviendo el monasterio de
San Facundo y Primitivo a jugar un rol preponderante en virtud de su capitalidad
regia e hispano-cluniacense. Wright intenta demostrar que la relación entre
liturgia y escritura era muy estrecha en lo tocante a la leendas, pues la correcta
pronunciación de las nuevas litterae dependía de que las letras fueran fácilmente
reconocibles, lo que permitiría que a cada una le correspondiese un sonido421 •
Algunas crónicas, como las de Lucas de Túy o Jiménez de Rada dan cuenta de un
concilio celebrado en León en 1090 que supuestamente habría decretado la
abolición de la escritura visigótica en favor de la carolina, aunque lo cierto es que
ésta no se impuso definitivamente hasta la segunda mitad del siglo XII422 •
"'Ya hemos dicho que Alfonso VI se vio obligado a solicitar el auxilio de alguna legación papal "ut ea quae
sunt emendanda emendet, et ea quae sunt corrigenda corrigat". Asimismo hizo saber al abad Hugo la
decepción que el nuevo rito había provocado: De romano autem officio, quod tua iussione recepimus,
sciatis nostram terram admodum desolatam es se".
400
R. WRIGHT, Latín tardío y romance temprano en España y la Francia carolingia, pp. 315-316. Madrid,
1989 (1' edición inglesa de 1982), y "!..aLista de Quesos de Ardón del Esta", Argutorio, 3 (1999), pp. 24-27.
"'R. WRIGHT, op. cit., pp. 346-351.
422
J. A. FERNÁNDEZ FLÓREZ, Colección diplomática del Monasterio de Sahagún (857-1230). Tomo N
(1110-1199), León, 1991, pp. XXX-XXXIV (=CDS).
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
109
En Sahagún, si bien "el escritorio de la abadía fue por delante de otros
centros semejantes y próximos a la hora de recibir y aceptar influencias
escriturarías carolinas" 423 , es difícil establecer con seguridad el modo en que el
cambio se produjo. Curiosamente, el primer documento original en letra carolina
es relativamente tardío, de 1104, si tenemos en cuenta que en Oña se conoce
alguno de 1096, y en la Catedral leonesa de 1100424 • Ahora bien, pese a adivinarse
una cierta reacción "nacionalista" en el scriptorium facundino a finales del siglo
XI425 , que quizá debiéramos relacionar con otros indicios cronísticos, hay que
recordar que la letra carolina pudo usarse en él desde época más temprana. De
cualquier forma, el más antiguo documento facundino con evidencias carolinas es
tempranísimo, del año 1029, aunque se trata, lógicamente, de una influencia
todavía leve, como también se advierte en otros de 1036, 1039 y 1040. La
verdadera influencia comienza, de todos modos, muy tempranamente, a partir de
1062426 • Ello es anterior, por tanto, a lo registrado en los archivos catedralicios
leoneses, donde las primeras y débiles influencias carolinas datan de 1042, y el
influjo realmente significativo de 1078 427 •
Cuanto acabamos de señalar enlaza directamente con otro complejísimo
proceso desarrollado durante esta etapa, la reforma de la organización secular de
la Iglesia, que supuso sin duda una de las transformaciones de mayor calado en la
historia española. La Iglesia pasa a concebirse como un cuerpo autónomo del
poder civil, con una jerarquía administrativa propia y bien definida, que dota de
un contenido mayor a la estructura interna tradicional, fundamentada en las
archidiócesis y sus diócesis sufragáneas. La ausencia de una estructura similar en
la iglesia altomedievalleonesa hizo que los reformadores volvieran la vista hacia
sus precedentes romano-visigodos, pero éstos, lógicamente, resultaron
inaplicables en buena medida, ya que muchas de las sedes españolas, como las de
León, Oviedo, Zamora o Burgos, no existían entonces, y varias de las metrópolis
antiguas permanecían en manos musulmanas. Si a ello se suman la restauración
plenomedieval de la sede de Palencia, la configuración de España en un mosaico
de reinos diferentes, y las pretensiones hegemónicas de Compostela y la recién
reconquistada Toledo, es fácilmente comprensible la dimensión del problema.
423
M. HERRERO, op. cit., II, p. XXVIII.
'"J. M.' RUIZ ASENCIO, op. cit., IV, pp. XIII-XIV.
425
M. HERRERO, op. cit., II, p. XXVIII.
'" M. HERRERO, op. cit., II, p. XXX.
427
J. M.' RUIZ ASENCIO, op. cit., IV, pp. XIII-XL
110
JAVIER l'ÉREZ GIL - JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
En principio, la mayor parte del territorio leonés quedaba dentro de la
antigua jurisdicción de Braga, como parte de la diócesis asturicense. Pero ¿cómo
encajar en este esquema nuevas sedes como Oviedo o León? Ambas, por otra
parte, se van a oponer tajantemente a cualquier intento de adscripción
metropolitana, desarrollando toda una amplia labor de falsificación e
interpolación documental, hasta el punto de que los primeros documentos
referentes a la delimitación diocesana en nuestro territorio son imposturas
elaboradas por entonces. Una labor que, no obstante, se demostró eficaz, pues, si
bien papas como Urbano 11, Calixto II y Honorio II ordenaron la sujeción de las
sedes citadas al arzobispo de Toledo428 , la exención terminó imponiéndose.
La reforma implicó, por un lado, la reorganización de la red episcopal y
las jerarquías eclesiásticas y, por otro, la mejor definición de la figura de la
parroquia. El concepto de parroquia, en el sentido de colación o conjunto de fieles
que concurren a un templo determinado, no sólo existe ya en la Alta Edad Media,
sino que es fundamental en la configuración del poblamiento. A estas iglesiasmonasterios, que son generalmente iglesias propias, a veces de los concejos, otras
de presbíteros locales, se vinculan unas comunidades aldeanas concretas, hasta el
punto de que constituyen los centros de sus reuniones concejiles y judiciales y, por
ello, su elemento más representativo. Esta relación, sin embargo, quedaba
limitada a las obligaciones mutuas establecidas entre el templo y sus patronos y
clero, que no implicaba a la organización eclesiástica, salvo que la parroquia o
monasterio fuese donado a alguna sede. A partir de ahora, en cambio, el fuerte
contenido fiscal-decimal de la parroquia, su propia concepción como célula
fundamental de las estructuras administrativas de la Iglesia, hace que aquélla se
consolide como unidad tributaria y, consecuentemente, se acentúe la vinculación
a un distrito parroquial de unos determinados vecinos y, sobre todo, de un término
físico bien delimitado429 , ya que eran las heredades, a fín de cuentas, las que
generaban los diezmos.
Pero la percepción de las rentas decimales correspondientes al obispo
chocaba con el derecho de presentación de los párrocos, que en las iglesias propias
correspondía al patrono, fuera éste individual o colectivo. El reparto en tercias
dejaba una para la fábrica, otra para el clero que atendía el templo, y una tercera
para el obispo, el ius episcopale o pontificale, que era el que normalmente
percibía el patrono. La implantación del diezmo, por tanto, resultó enormemente
"' CDS, n• 1208-1209 y 1222.
'"BENITO, La formación de la ciudad medieval, p. 243.
セᆳ
o/
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA
EDAD
MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
111
problemática, fundamentalmente por la escasez de templos diocesanos, y partió,
más que de la aplicación del Derecho canónico, de la cesión de rentas en favor de
las sedes por parte de la Corona, la nobleza y los concejos. La presión
institucional debió de ser lo bastante fuerte como para lograr que buena parte de
los colectivos cediesen en favor de las sedes, aunque no faltaron particulares ni
concejos que prefirieran entregar sus derechos a alguno de los grandes
monasterios que ahora se consolidan en toda la región, y hay que destacar la
importancia que tuvo para ellos el patrotonato total o parcial sobre las iglesias
parroquiales, afectando a más de la cuarta parte de las mismas, siendo
precisamente la abadía facundina la que mayor número de ellas poseyó.
La reaparición de las diócesis como distritos eclesiásticos organizados y
bien delimitados supuso también una creciente complejidad de las estructuras
administrativas internas, hasta entonces bastante rudimentarias. La cuantía de las
nuevas rentas, unidas a las procedentes de señoríos, propiedades directas y
monasterios dependientes, hace que las sedes extremen el cuidado de esta
organización. Así, la distancia entre el clero parroquial y sus beneficios y la sede
se reduce con la aparición de arcedianos y arciprestes, que, con el tiempo,
contarán con sus propios distritos, que coinciden frecuentemente con territorios
civiles o alfoces, y suelen tener también algún tipo de cillero o palacio en su
capitalidad, para recogida de las diversas rentas. Junto a ambos se mantiene la
figura del vicario, ya conocida anteriormente, encargado del gobierno de las
dependencias directas de la sede.
La figura del arcediano es conocida en la Alta Edad Media leonesa como
dignidad catedralicia, pero no será hasta finales del siglo XI cuando adquiera un
contenido territorial. Cuatro aparecen ya en León durante 1089430 , y en 1116, el
obispo Diego, decidido a recomponer la sede leonesa, tan dañada por los
desmanes habidos tras la muerte de Alfonso VI, dona al prior y los canonicis
eiusdem canonice todos los monasterios, villas e iglesias del archidiaconatu
archidiaconi Petri Garsie... quascumque ipse regit, uel regere debet, et
quascumque antecessores eius rexerunt in eodem archidiaconatu 43 \ de lo que
cabe deducir la existencia de ese distrito desde algún tiempo antes, y también que
no era conocido por ningua referencia geográfica, sino personal, si bien parece
clara su coextensión con el posteriormente encabezado por Valderas 432 • Por la
constitución diocesana del citado obispo, fechada en 1120, se reformaba
4
"
43
Son don Bonello. Gutier, Baldovino y Citi Quirámiz (CDS, no 855).
'
432
CCL, n" 1351.
MARTÍNEZ SOPENA, La Tierra de Campos, pp. 441-442.
112
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
definitivamente el sistema beneficial anterior, sustituyendo las prebendas
concedidas tradicionalmente a discreción de los prelados por canonjías perpetuas,
como se hacía en otras diócesis, incluyéndose entre las dignidades catedralicias a
los arcedianos, sin alusión a sus distritos territoriales 433 • En cuanto a los
arciprestes, la primera mención conocida data de 1126, tratándose de una copia
moderna de un documento papal que cita precisamente al de Cea, en la diócesis
de León434 • En 1182 aparece el archipresbiter Gonzalo como uno de los vicarios
de Cea43S, y durante 1248 el de Castroañe436 •
Como parece desprenderse de estas referencias, los arciprestazgos que
vamos a conocer a lo largo de la Baja Edad Media estaban ya definidos durante la
primera mitad del siglo XII, limitándose las modificaciones al título o capitalidad
de algunos de ellos, que quedan fijados a mediados del siglo XIII437 • En el
esquema administrativo de las diócesis parece primar el interés por las grandes
villas urbanas situadas a lo largo del Cea, elegidas como cabezas de sus
respectivos arcedianatos. La zona en tomo al coto de Sahagún quedaba integrada
en el diócesis de León, y se distribuía entre los arciprestazgos de las Matas de
Cea438 y Cea439 , ambas dentro del arcedianato de esta villa; y los de Boadilla440 y
Valdemeriel441 , arcedianato de este nombre.
'" CCL, no 1367.
'" CDS, no 1228.
"'T. BURÓN CASTRO, Colección diplomática del monasterio de Gradefes, I (1054-1299), León, 1998, no
163 (=CDG).
"' DMT, no 129.
"' Vid. FERNÁNDEZ FLÓREZ, "Becerro ..."
"' Parroquias de Villarnondrin, La Aldea del Puente, Villalquite, Villamoros, La Cenia, Villomar, Maganes,
Villafierro, Saelices del Payuelo, Villarnuñío, Calzadilla de Jos Hermanillos, Villarriviel, Villegas,
Bercianos del Real Camino, El Burgo Ranero, Las Grañeras, Valdeasneros, Valdefresno, Escarbayosa,
Reliegos, Santas Martas, Villarnarco, Villamoratiel, Pobriellos, Grajalejo, Ablinos, Matallana de
Valmadrigal, Santa Cristina, Gallegos, Castrotierra, Vallecillo, Juvara, Villeza, San Miguel de Montañán,
Joarilla, Botiello, Valdespino de Vaca, Valfartiel, Gordaliza del Pino
"' Parroquias de Cea, Villamudarra, Castroañe, Villarnartín de Don Sancho, Santa María del Río, Bustillo de
Cea, Villacalabuey, Villarnol, Foques, Villarnizar, Santa María del Monte, Banecidas, Castellanos,
Villacintor, Arcayos, Villaverde de Arcayos, Villaselán, Villacerán, Barriales, Saelices del Río, Valdescapa,
Mozos, San Vicente de Lambapasa, Rioseco. Otero, Carbajal, Villazanzo, Villavelasco, Valdavida, San
Pedro de Valderaduey, Sotillo, Joara, Villazán, Villalmán, Bovadiella, Celada, San Martin de la Cueza,
Villambrán, Villarratel, Santa Cruz, Valdevaniego, Villadiego.
"'En el entorno de Sahagún: S. Nicolás del Real Camino, Ríosequillo, Graja!, Melgar de Suso, Melgar de
Yuso, Santervás, Villella de Araduey, Villavellaco, Arenillas, Escobar, Galleguillos, Mahudes.
"' Con las parroquias, en la zona de Sahagún, de S. Martin de la Fuente, Moratinos, S. Juan del Camino,
Terradillos.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
113
La situación del coto facundino era un tanto peculiar, ya que, si bien la
abadía estaba exenta de la jurisdicción diocesana, en sus iglesias, como en las de
la villa, el obispo leonés mantenía su derecho a bendecir y entregar el óleo y el
crisma, como parte que eran de su diócesis, bien que sólo a través del abad, como
dispone Pascual II en 1116, quien prohfbe, además, la erección de nuevas iglesias
en la villa de Sahagún contra la voluntad abacial, y reconocer a éste el poder de
ejercer el perdón y absolución dentro del coto442 • En las restantes iglesias
facundinas, la pretensión de los obispos leoneses de percibir sus rentas decimales
queda de manifiesto desde bien temprano, como se comprueba por la disputa
habida en 1091 entre el obispo de León, Pedro, y el abad de Sahagún. El primero
reclamaba las tercias del diezmo en diversas iglesias, procedentes del iure
episcopale, argumentando que asf se habfa hecho siempre, y que, si el cobro no se
venfa efectuando en los últimos tiempos, ello se debía a los desmanes causados
por las acciones de Almanzor443• Los propósitos del obispo chocan con los
privilegios que dicen tener los monjes facundinos, y, gracias a la mediación del
arzobispo Bernardo de Toledo, se reconoce la exención del pago de tercias a un
elevado número de beneficios propios de la abadía.
'" CDS, n• 1193-1194. En caso de que el obispo de León pusiera alguna objeción, el abad podría acudir a
cualquier otro obispo, tal como disponía en 1148 Eugenio III (CDS, n• 1296), privilegio que extiende
Alejandro III en 1161, a todo el coto, entendiendo que la consagración de altares y basílicas y la ordenación
de monjes y capellanes podía realizarla cualquier obispo, e incluso concede dos años más tarde al abad el
uso de mitra (CDS, n• 1338, 1347, 1354). Celestino III, en 1194, vuelve a ratificar los privilegios
facundinos, y dispone que, en las iglesias fuera del coto, si el obispo correspondiente no entrega el
beneficio a los presbíteros presentados por el abad en sus templos, éste pueda permitirles oficiar en virtud
de la autoridad apostólica, e incluso que, si no dieron tercia al obispo en cuarenta años, queden eximidas
de ella, como lo están las del burgo y el coto, que la dan sólo al abad, cuya autoridad es única dentro de los
mismos. Asimismo, nadie, salvo el propio Papa o sus legados, podrían excomulgar a ningún monje
facundino por ninguna causa (CDS, n• 1487-1492). La única modificación se produce ya bajo lnocencio
III, al decretar en 1216 que el burgo de Sabagún quedaría en lo sucesivo exento de toda jurisdicción del
obispo de León, como lo estaba el propio monasterio, mientras que en el coto, el prelado leonés recuperaba
sus prerrogativas en cuanto a bendecir y entregar el óleo y el crisma en las parroquias, consagrar altares y
basílicas y ordenar monjes y capellanes (CDS, n• 1604). Es bastante llamativo el hecho de que, a partir de
Inocencio III en 1216 (CDS, n• 1604), los papas se refieran siempre a la villa de Sabagún y al propio
monasterio como Legionensis Diocesís, aun reconociendo que el último tui Romanam Ecclesiam nullo
medio pertienentis.
'""CCL, n• 1260.
t
114
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JosÉ
SANcHEZ BADIOLA
Un segundo paso: la constitución del coto
Cuanto hasta aquí llevamos visto parece demostrar que Sahagún se había
convertido en el principal centro monástico del Imperium de Alfonso VI y el gran
difusor de los planteamientos renovadores de Cluny en todo el occidente de
España. El favor regio y papal continuará en lo sucesivo con los privilegios
concedidos por Pascual II y la concesión de mitra al abad por Alejandro III,
confirmada por Celestino III444 • Por otro lado, este apoyo va a ser imitado por
nobles y elites locales, incluso por muchos abades y presbíteros rurales,
amplificando notablemente un proceso de concentración ya iniciado durante la
etapa altomedieval, que pondrá bajo autoridad facundina no sólo una destacada
cantidad de propiedades diversas, sino un elevado número de centros monásticos
dentro y fuera de la región, de forma muy similar a la de los centros diocesanos445 •
Con el fin de reforzar su autonomía, Alfonso VI concede en 1068 completa
inmunidad a un territorio amplio en tomo a la abadía, que acota con precisión,
fijando sus límites: por oriente en la calzada a Moratinos, Valdesevero, Otero de
Pastores, Santa Elena y Grajal; al sur, la carrera a Grajal y Valderratario, bajo
Santa Engracia; por el oeste, Valderratario hasta Villa Ambrim, Perales, el Hito,
Ferreolos, Santa Colomba, Trianos y San Esteban, en el Araduey446 • En 1078
"""CDS. n• 1347 y 1490.
"
5
Yepes cita 62 monasterios o prioratos dependientes de Sahagún, aunque en el área leonesa serían unos 52
(ÁLVAREZ PALENZUELA, "El monacato benedictino", p. 79 y n. 8). En el oriente leonés cabe citar, entre
otros, S. Vicente de Barniedo (CDS, n• 1019, año 1097, donado por Annaya Cítiz); Barriales (CDS, n• 743,
año 1075, por Oria y sus hijos), S. Salvador de Boñar (confirmado en 1116 por el papa, vid. CDS, n• 1194);
S. Pelayo de Cabrera (CDS, n• 736, año 1074, por el presbítero Justo), S. Pedro de Cansoles y Fuentes del
Payuelo (conflnnados también por el papa en 1116), S. Miguel de Galleguillos (CDS, n• 850, año 1089,
por Gotina Gutiérrez), S. Martín de Requexolo, en León (CDS, n• 1128, año 1105, por García Pérez y su
mujer), S. Andrés de Mondreganes (CDS, n• 730, año 1074, por Exón Cítiz y su mujer), S. Román de N amo
(CDS, n• 746, año 1076, por el presbítero Fernando), S. Esteban y Santa Engracia de Riaño (CDS, n• 972,
año 1096, por Romano Pérez y otros), S. Salvador de Quintanella, en la zona de Melgar (CDS, n• 625, año
1063, por Justa), Saelices de Mayorga (CDS, n• 531, año 1049, por Osorio Osórez y otros), S. Pedro de
Villa Olezar (CDS, n• 800, año, 1082, por Ordoño y Diego Falcóniz), S. Cipriano de Valfartiel y S.
Bartolomé de Villa Escusa (CDS, n• 488, año 1045, por Presidio), S. Facundo de Calaveras (CDS, n• 539,
año 1050, por Fernando), S. Facundo de Villa Abduz (CDS, n• 890, año 1092, Vela Verrnúdez y su hijo),
S. Martín de la Fuente (CDS, n• 1075, año 1101, por la abadesa Urraca y sus hermanos), S. Pedro de las
Dueñas, que el monasterio de Sahagún dona en 1080, junton Alfonso VI, a Urraca y sus monjas para que
formen allí su comunidad bajo autordad del abad facundino (CDS, n• 777); S. Pelayo de Graja! (CDS, n•
442, año 1035, por Florencio y su hennano), S. Vicente de Valdetuéjar (CDS, n• 466, año 1042, por el
presbítero Froilán), Santa María de Oseja (CDS, n• 423, año 1028, por el conde Fernando Flaíniz), S.
Adrián de León (CDS, n• 1148, año 1106, por Martín Cítiz), Santa Eugenia de Calaveras y Saelices del Río
(CDS, n• 8, posiblemente del siglo XI, por el rey), Santervás (CDS, n• 1239, año 1130, por la infanta doña
S ancha).
"' CDS, n• 680.
MONARQUÍA YMONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
115
exime al coto de fonsadera, prohibiendo que nadie osase exigir allí hombres para
el ejército447 , y dos años después ratifica las exenciones del coto448 • De esta forma,
si hasta entonces el término monástico se incluía en el suburbio de Cea, lo que
encontramos en la documentación todavía en 1076449 , en adelante la situación será
totalmente distinta, ya que se unen los privilegios propio de los cluniacienses a la
inmunidad civil, convirtiéndose en un territorio prácticamente autónomo. Una
autonomía que hubo de afirmarse también frente a los señoríos y cotos vecinos:
en 1095, los homines de las infantas en Villamol, Trianos y Villa Noua se
enfrentaban a los del coto de Sahagún, llegándose finalmente al acuerdo de
convivir en buena armonía y auxiliarse mutuamente. El documento menciona a
los vicarios de las infantas, Martín Femández y Vermudo Vellítiz450 •
Sin embargo, el territorio facundino no se limitaba al coto, sino que se
extendía a villas externas al mismo, pero dependientes de la abadía, siquiera
parcialmente: Villátima, en 1074451 ; Villa Abduz, en 1111 452 ; Villa Vellaco, en
1117453 ; Bercianos, en 1124454 ; Cabañas, en 1171 455 • No es extraño tampoco que
algunas villas de Sahagún aparezcan como territorios, y así, en 1066, se cite el
"territorio de San Andrés", al que pertenecía la villa de Escobar456 ; y en 1130 el
territorio de Santervás, en el que se halla Villa Abduze451 • Posiblemente tengan el
mismo sentido la mención del territorio de Villa Eizai, en un documento
facundino de 1065, villa situada en las inmediaciones de Grajal458 , y quizá el
desconocido territorio Trobanello, en el que se dona a Sahagún en 1040 una
propiedad cercana a la carrera que iba a Cea459 • Por el contrario, conocemos el caso
de Villacerame, en territorio de Sahagún, que Alfonso VII dona en 1127 a su
notario, Martín Peláez, eximiéndola de sayones, roso, homicidio y fonsadera, tal
44
'
CDS, no 764.
"'CDS, no 781 y 782.
'" CDS, no 746.
450
RODRÍGUEZ, Los fueros del reino de León, II, n° 8.
45
'
CDS, no 728.7
452
CDS, no 1184.
453
CDS. no 1198.
454
CDS, no 1218.
45
SMA, no 75.
'
'" CDS, n° 657.
457
" ...
in Uilla Abduce... in territorio Sancti Geruasii... " (CDS, no 1242).
'" CDS, no 650.
459
CDS, no 461.
116
JAVIER l'ÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
como la tenía el rey"60 ; la cual pasa finalmente a Santiago de Compostela en
1145461.
La organización interna del señorío facundino funcionó de forma similar al
realengo, y la tendencia será también a imitar la política repobladora de la Corona,
concediendo buenos fueros para estimular así la afluencia de pobladores a sus
señoríos462 • Fueros y pueblas, que, en cualquier caso, son consentidos por el rey o,
incluso, es el propio rey quien las acomete, ya que es quien tiene la facultad de
concederlas463 , y que a veces van destinadas a compensar a los monasterios por los
perjuicios creados por las pueblas regias. Aun así, la reorganización señorial
tiende casi siempre a una mayor simplicidad en las formas y los cargos y a una
menor participación de los concejos en la administración local. Las menciones de
merinos son muy frecuentes en los fueros, y también en la documentación
referente al coto y los bienes monásticos. A veces se trata de merinos menores,
vinculados a una villa o dependencia concreta: en 1186, Villa Mezrol,
pertenenciente al coto de Sahagún, contaba con merino y sayón propios,
respectivamente García Martínez y Miguel de Cabrera464 • Lo mismo sucedía en
Mahudes, donde el fuero señalaba que se elegirían merinos por el concejo y el
prior, al modo de Sahagún465 • La absorción de monasterios puso en manos de
Sahagún abadías como San Pedro de las Dueñas, antiguo cenobio citado ya en
1048, cuando recibe el monasterio de Santa María de Valdetolo de manos de
Gutier Alfonso y esposa466 , y que fue donado en 1080 por el abad y el propio
Alfonso VI a Urraca y sus monjas benedictinas, para que formasen allí su
comunidad bajo autoridad de la abadía facundina467 , dando origen a una peculiar
jerarquía: la villa era señorío de las abadesas de San Pedro, pero éstas se hallaban
bajo autoridad del abad facundino, como se advierte en los dos fueros que
conceden las monjas a sus vasallos, en 1124 y 1162, en los que se menciona la
conformidad del abad y el prior de Sahagún468 • En otros casos, se trata de decanías
4<iO
CDS, n• 1231.
'" DTAS, n• 108.
462
PASTOR, Resistencias y luchas campesinas, pp. 230-235.
463
J. I. RUIZ DE LA PEÑA, Las "palas" asturianas en la Edad Media. Estudio y diplomatario, Oviedo,
1981, p. 67.
464
CDS, n• 1430.
"'RODRÍGUEZ, Los fueros del reino de León, II, n• 56, § 15.
'"J. M.' FERNÁNDEZ CATÓN, "Documentos leoneses en escritura visigótica. Archivo de San Pedro de las
Dueñas", AL, 54 (1973), pp. 208-225, n• 2-3.
"' CDS, n• 777.
''"RODRÍGUEZ, Los fueros del reino de León, II, n• 11, 27.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
117
que funcionan a modo de tenencias, cedidas por el abad a diversos priores o
presbíteros, que permanecen como subordinados suyos. Es lo que sucede en
Saelices, donde figuran como tenentes del abad el presbítero Nuño, en 1065; el
regente o senior Juan, en 1097 y 1100; y Domingo Juliániz, tambien senior, en
1108469 • En 1055 se menciona la Casa de Santa María, de la que era tenente el
presbítero Miguel470 •
Pero las posiones monásticas también pueden ser cedidas a laicos, como
hace el abad de Sahagún con Vela Ovéquiz, al que entrega VillaAntoníano 471 • Por
un documento de 1110 sabemos que Gonzalo Núñez tenía todas las villas de
Sahagún sub dicione sua, y que por ello decidió edificar un palacio entre Villa
Mezerol y Villapeceñil, al que se llamó luego Supratello. El conjunto conforma lo
que el documento denomina más adelante hereditate de Sopratello, que el abad
dona a la cocina monástica para su sostenimiento472 •
... ut esset bona villa in circuitu de Monasterio
La política reorganizadora de Alfonso VI alcanzó su culmen con el
ambicioso proyecto de la puebla facundina, que pronto se convertiría en modelo
y referente para lo que luego había de venir. Su originalidad, no obstante, era
deudora del que puede considerarse más antiguo intento de intervención de los
poderes nacionales en la planificación del poblamiento urbano, el fuero leonés de
1O17, que por vez primera se ocupa de regular, junto a las tradicionales funciones
políticas, militares y eclesiásticas, "otras de carácter económico que la hacen
aparecer como un centro de producción y consumo, una ciudad mercado, incluso
con una morfología de rasgos urbanos claramente definidos"473 • Aunque la
actividad de las ciudades altomedievales distaba mucho de lo que se puede
entender por economía urbana, no cabe negarles un destacado papel como centros
redistribuidores de un excedente al que tanto la Corona como los sectores más
poderosos necesitaban dar salida. Era el fruto de una expansión agraria y
demográfica sin precedentes, ligada al afianzamiento de las aldeas, la
concentración de la propiedad y el perfeccionamiento de los medios de exacción
"' CDS, no 644, 1004, 1052, 1165.
°CDS, no 569.
47
471
CDS, no 514.
412
CDS, no 1180.
473
J. l. RUIZ DE LA PEÑA, "Repoblación y sociedades urbanas en el Camino de Santiago", El Camino de
Santiago y la articulación del espacio hispánico", XX Semana de Estudios Medievales, Estella-Pamplona,
1994, pp. 271-314, p. 272.
118
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
señorial. Igualmente estaban detrás la mayor demanda de una población en
aumento y las nuevas necesidades de los grupos dominantes, y todo contribuyó al
impulso de unos centros comerciales mejor organizados y la especialización de
mercaderes, artesanos y transportistas. Los nuevos burgos, por su parte, van a
generar sus propias necesidades urbanísticas y legales, al mismo tiempo que una
población diferente con su demanda específica.
Es muy cierto que los señores, y especialmente la Iglesia, dieron origen al
gran comercio medieval, y que en cierto modo, el feudalismo fue el primer modo
de producción que necesitó de una actividad urbana autónoma y un capital
mercantil47\ y también que la dependencia de los artesanos respecto de reyes y
señores estuvo muy condicionada por las necesidades de transformación de los
dominios señoriales. Las grandes obras plenomedievales, tanto de ingeniería civil
y militar como destinadas al culto o la residencia noble, impulsaron la actividad
minera y artesanal. Pero esta producción "para el uso", típica del feudalismo 475 ,
había ido derivando desde finales del siglo X o principios del XI hacia un
creciente interés por el mercado, y las fuentes nos hablan de una tan progresiva
como clara especialización del artesanado y el comercio de más larga distancia,
que se menciona en la exención del portazgo de Autares, o, cuando menos, de que
esa actividad tenía preferencia sobre la agropecuaria en el quehacer de una serie
de familias 476 • La Corona y los señores, además, sabían que la utilidad que para
ellos tenía el comercio local o regional no se limitaba a la puesta en el mercado
de sus propios excedentes, sino que se extendía a los considerables beneficios
aportados por las rentas fiscales derivadas de él, como expresan claramente los
fueros de León y Sahagún.
El primero, concedido por Alfonso V en 1017, venía a considerar por
primera vez la ciudad como colectivo social complejo y dinámico, lejos del
antiguo concepto de la urbe como expresión del poder o realidad física. Y lo hacía
mediante su unificación jurídica a través del propio fuero, común para todas sus
gentes intra muros et extra predicte urbis, así como el reconocimiento de un
órgano colectivo que regía sus destinos, llamado en el texto capitulum, pero cuyo
contenido es el de un concejo urbano integrado por todos sus vecinos, tanto laicos
como clérigos, tanto habitantes intramuros como de los suburbios, y así lo expresa
"'J. MERRJNGTON, "Ciudad y campo en la transición al capitalismo", en R. HILTON (Ed.), La transición
del feudalismo al capitalismo, Barcelona, 1978, pp. 238-276, p. 250.
'"P. SWEEZY, "Crítica", en R. HILTON (Ed.), op. cit., pp. 43-77, p. 56.
'"Éste sería, seguramente, el caso de los artesanos del Valle de Penar (La Robla) citados en 1168 y 1177 junto
a sus heredades (CSIL, no 90. CCL, n° 1603).
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
119
la reina doña Urraca en 1109477 • Igualmente, se señala con cierta precisión el
ámbito del alfoz urbano, aunque todavía limitado a funciones de tipo militar y a
favorecer a los habitantes de la ciudad en los pleitos que tuvieren con las gentes
de ese territorio. Pero lo más interesante es el elevado número de normas
dedicadas a garantizar las ventajas jurídicas y fiscales de los ciudadanos, con el
objeto de atraer población a la maltrecha ciudad de los inicios del siglo XI, y sobre
todo, estimular y facilitar la buena marcha de la economía, con alusiones
constantes al comercio, los artesanos, los productos que llegan a la ciudad, la
fecha del mercado semanal, las exenciones e impuestos, las multas por alterar
pesos y medidas, la "paz de mercado" y la seguridad de los mercaderes478 •
Con este precedente, tan valorado, e incluso sacralizado por la posteridad,
como modelo, y teniendo en cuenta el destacado papel de la abadía facundina en
la vida y actividades de Alfonso VI, nada tiene de extraño que fuese en Sahagún
donde el monarca, en colaboración con los cluniacienses, abordase su primer y
más destacado proyecto poblador en tierras leonesas. El proceso se abrió en 1085,
con la concesión de un fuero por el rey a lo que dos años después denomina burgo
qui est in circuitu et termino de monasterio479 • El texto se centra
fundamentalmente en dos aspectos que, aunque en principio parecían ir de la
mano, a la larga se demostrarían claramente contradictorios. Por una parte,
afirmar el señorío del abad sobre la puebla, que se pone expresa y firmemente de
manifiesto en el capítulo segundo y en el último. De ello se derivan las diferentes
normas que aluden a los censos a pagar al abad por el suelo, el monopolio abacial
del fomaje y el control jurisdiccional, con nula participación concejil, y su
preferencia en la venta del vino propio. Por la otra, se explicita el interés regio y
monacal de dar a la nueva villa un claro sesgo mercantil, con medidas
encaminadas a proteger la artesanía y el comercio, "quoniam quidem oportet de
vestris artibus et mercaturis vivere ... " Lo restante son disposiciones destinadas a
regular la convivencia y organización de la puebla, y algunas exenciones, como la
de hueste, que pretenden favorecer el asentamiento de pobladores.
477
CCL, n• 1328.
"'RODRÍGUEZ, Los fUeros del reino de León, II, n• 2. En definitiva, el fuero de 1017 recoge, siquiera de
forma embrionaria, algunas de las características propias de las cartas de población posteriores: exposición
de las motivaciones de la concesión de la carta, aunque sin mención expresa de los representantes del
territorio beneficiado; la fijación de un marco urbano intra y extramuros; la concesión de mercado semanal;
la utilización de un texto foral como marco jurídico único; la delintitación del alfoz; y la concesión de
deterntinadas franquicias y ventajas a los pobladores (J. l. RUIZ DE LA PEÑA, "Los procesos tardíos de
repoblación urbana", p. 770).
"' RODRÍGUEZ, Los fUeros del reino de León, II, n• 6. CDS, n• 830. El documento, que conocemos por un
traslado de principios del siglo XV, presenta algunas irregularidades que hacen pensar en algún tipo de
interpolación.
120
JAVIER i'ÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SANCHEZ BADIOLA
La intención de crear un centro económico puede verse en otra decisión
regia no muy posterior, el traslado a Sahagún del mercado semanal de Grajal, en
1093, que habría de celebrarse en adelante cada lunes, pudiendo el abad cobrar sus
caloñas y derechos, como el rey hacía en León480 • La trascendencia de esta
decisión, que desplazaba el centro económico comarcal al entorno del monasterio
y la calzada, puede seguirse en los siglos sucesivos, incluso hasta nuestros días.
Los sucesores de don Alfonso mantuvieron esta política de apoyo decidido a
Sahagún, convertido en un verdadero burgo itinerario: la abadía se hará con el
privilegio de acuñar moneda, otorgado por doña Urraca en 1116 y ratificado,
mediante nuevo acuerdo, por Alfonso VII en 1119481 • En 1136, el Emperador le
entrega el mercado de Villalil482 , y sólo cuatro años más tarde suprime el de
Bustillo del Oro, traspasándolo al monasterio de Villaceith, filial de Sahagún483 •
Por último, en 1155 concede una feria anual al monasterio, que duraría tres
semanas a partir de Pentecostés 484 , y que es confirmada por Alfonso VIII en 1197,
a instancias del abad, con una duración de quince días desde la citada festividad 485 •
La concesión del fuero y las demás medidas parecen haber dado pie en
seguida a la formación de un burgo in circuitu de monasterio, como afirma el
propio texto, dando idea del vacío anterior, acaso sin más edificios laicos que
"algunas raras casas e pocas moradas de algunos nobles varones e matronas, los
quales en el tienpo de los ayunos, así de la quaresma como del aviento del Señor,
venían aquí para oír los ofis;ios divinales ... "486 • En adelante, encontramos alrededor
del cenobio lo que ciertamente puede considerarse un próspero burgo poblado de
toda suerte de activas gentes a las que las fuentes, desde, al menos, 1096,
denominan burgenses<87, y de cuya prosperidad da cuenta el Codex Calixtinus, al
'" CDS, no 911.
'" CDS, no 1195 y 1201. Recordarnos que el privilegio de crear ceca era uno de los más codiciados. En el
reino de León la acuñación de moneda se había iniciado por Alfonso VI tras la toma de Toledo (1 085). Éste
introdujo el dinero, de influencia franca, y el marco, que era la unidad de medida (REILLY, op. cit., p. 400.
M. GARCÍA FIGUEROLA, Maneta legionis, p. 60. León, 1998).
'"' CDS, no 1256. Discrepamos de Gónzález Gallego cuando afirma que la alusión al mercado de Villalil que
hace la donación sea un mero formulismo diplomático y notarial (l. GONZÁLEZ GALLEGO, Mansilla de
las Mulas. Origen y desarrollo de una villa leonesa bajo medieval, Valladolid, 1996, p. 182), e incluso
habria que tener presente la mención del topónimo Mercatello como lugar limítrofe de Villalil en 1110
(CSIL, no 15).
483
CDS, no 1269.
4
"
CDS, no 1320.
485
CDS, no 1497.
480
I' CAS, p. 19.
4
CDS, no 974, 1193, 1219, 1335.
"'
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
121
describirlo como "omnibus felicitatibus affluens"488 • En 1224 se citan entre los
confirmantes de una carta facundina varios alfayates de los monjes, así como
horneros, pelliteros y carpinteros489 • Pese a lo que tiene ya de tópico, resulta
inevitable la referencia al famoso pasaje del Anónimo:
"Pues agora como el sobredicho rei ordenase e ・ウエ。「ャセゥ@
que ai se ヲゥセ・ウ@
villa, ayuntáronse de todas las partes del uniberso burgueses de muchos e diversos
ッヲゥセウL@
conbiene a saver: herreros, carpinteros, xastres, pelliteros, セ。ーエ・イッウL@
escutarios e omes enseñados en muchas e dibersas artes e ッヲゥセウN@
E otrosí
personas de diversas e estrañas ーイッカゥョセ。ウ@
e reinos, conbiene a saver: gascones,
bretones, alemanes, yngleses, borgoñones, normandos, tolosanos, ーイッカゥョセ。ャ・ウL@
lonbardos, e muchos otros ョ・ァッセゥ。、イウ@
de diversas naciones e estrannas lenguas.
la villa non pequenna"490 •
E así pobló e ヲゥセッ@
He aquí, inmejorablemente descrito, el activo universo urbano
plenomedieval, que de nuevo se pone de manifiesto en el texto:
"E por quanto los burg[u]eses de San Fagum usavan ー。セ■ヲゥ」ュ・ョエ@
de sus
en gran tranquilidad, por eso benían e traían de todas
mercadurías e ョ・ァッセゥ。カ@
las partes mercadurías, así de oro como de plata, y aún de muchas bestiduras de
en manera que los dichos burg[u]eses e moradores eran mucho
diversas ヲ。セゥッョ・ウL@
ricos e de muchos deleites abastados" 491 •
Aunque el preámbulo del fuero atribuye la inciativa pobladora al abad de
Sahagún y a sus intereses, no nos cabe ninguna duda de que Alfonso VI tenía muy
clara la necesidad de formar o apoyar nuevos centros económicos que fueran
centralizando la actividad mercantil en sustitución de los viejos y desfasados
castros. Esta política, que implicaba una abundante implantación franca, pretendía
acelerar el proceso modernizador de las estructuras socioeconórnicas de una
España tradicional, que ya se ofrecía a los ojos de los observadores galos
coetáneos, no del todo limpios de prejuicios, como "de atrasadas costumbres" 492 •
Y Sahagún, sin lugar a dudas, cumplió inmejorablemente estas funciones, situado
como estaba a la entrada de León y en plena área de contacto e intercambio entre
las montañas y páramos leoneses y la Tierra de Campos. El fuerte desarrollo del
comercio durante la plenitud medieval tuvo desde bien temprano especial
'"Líber Sanctí Iacobí. Codex Calixtínus, Ed. de Walter M. Whitehill, Santiago de Compostela, 1944, p. 352.
"' CDS, no 1631.
"' I' CAS, pp. 19-21.
"
1
I' CAS, cap. 15.
'"Líber Sancti Iacobí, cap. VIL
122
JAVIER PÉREZ GIL - JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
incidencia en Sahagún, enlazándolo con las redes mercantiles nacionales y
europeas, en una etapa en la que se aprecia una tenue especialización regional de
producciones para el mercado. El conocido arancel del portazgo facundino,
redactado durante la segunda mitad del siglo XIII, es el mejor ejemplo de cuanto
venimos señalando. Al mercado de la villa acudían ganados de todo tipo y origen,
madera, carros y otras piezas de carpintería traídas por los somozanos o
montañeses, que a menudo se volvían para su tierra cargados con grano y vino,
tráfico estimulado, además, por la exención de tasas. Los campesinos llegaban
con sus cereales, y también aprovechaban para llevarse esos mismos útiles de
madera a Campos. Igualmente se mencionan frutos de procedencia seguramente
montañesa, como nueces, castañas, avellanas, manzanas ... y productos variados
de hierro, mimbre, esparto, arcilla o madera: sogas, canastas, hoces, podaderas,
azadas, palas, yugos, ejes, cambas o camas, armas, calderas, sartenes, ollas,
cuencos ... Y sal de la Lampreana o las costas asturianas, leña, yerba, cueros,
tejidos de lino y paño, artículos de buhonería, muelas de moler y de pulir,
rodeznos, ropas, calzado, cal, truchas y salmones, lino y linaza, ajos, cebollas,
legumbres, pez, aceite, manteca, miel, queso, pimienta, comino, orugas, y otros
muchos poductos de la región, de las regiones vecinas y de otras partes lejanas493 •
Algunas de las consecuencias más importantes de este proceso fueron la
consolidación de la burguesía como clase social, y la heterogeneidad étnica de los
burgos. Así lo expresa un documento facundino de 1125, que se refiere a cuantos
"in predicta uilla morantibus, clericis uidelicet et laycis, mauris et christianis "494,
gentes todas cuya personalidad como colectivo viene definida por su carácter
urbano, que les distingue del entorno rural, y no por razones de tipo racial o
religioso. Muy abundante fue en Sahagún, como hemos podido comprobar, la
presencia de francos, que se puede rastrear con mayor seguridad debido a su
carácter de minoría a menudo privilegiada, y a menudo también ligada de especial
modo a la actividad artesanal y mercantil. La existencia de un vico Francorum en
León durante 1092, citado junto a su iglesia de Santa María del Camino,
demuestra tanto la temprana presencia de estas gentes en la ciudad como su
relativa abundancia495 • Y de igual modo su configuración como comunidad
diferenciada, que explica las menciones en 1122 a un consilio Francorum en este
barrio, contrapuesto en cierto modo al vecino consilio Sancti Martini, cuyos
"' CDS, no 1902.
"'CDS, no 1219.
495
CCL, n° 1265.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
123
vecinos ostentan nombres claramente indígenas496 • En Sabagún, los francos
formaban también una agrupación similar, separada de los que el fuero denomina
"castellanos", los cuales residían junto a la puerta de la villa que miraba hacia
Cea497 • El fuero de 1152 reconoce la existencia de la comunidad franca al disponer
la existencia de dos jueces, castellano el uno, franco el otro 498 , aunque esta realidad
se daba ya desde época bastante anterior, puesto que la presencia de oficiales
francos está documentada en 1133 499 •
También los judíos de Sabagún debieron ser numerosos, a tenor de las
menciones a la concesión regia en favor del abad, dándole el señorío sobre ellos
en 1152")(), y a su cementerio, cercano al camino de Cea y el mercado, y situado,
además, en terra de apoteca del monasterio 501 • Los aranceles del portazgo los
mencionan de forma expresa, en relación con la compra y venta de ganado 502 • La
autonomía jurisdiccional de esta judería queda definida con claridad en el texto
foral dado a Sabagún por Alfonso X, que manda a los judíos facundinos someterse
al fuero de sus correligionarios de Carrión, reconociéndoles sus propios
adelantados, por designación de los rabinos de Burgos, pero a los que tomaría
juramento el abad. Estos adelantados juzgarían los pleitos de los hebreos
conforme a su ley, aunque repetando las atribuciones señoriales del abad, y se
reconocía el derecho de alzada a los rabinos. Los pleitos con cristianos, en
cambio, se verían ante los alcaldes de Sabagún, pudiendo alzarse al abad y al rey.
Por último, el abad podía nombrar un alvedí o juez judío y vecino de la villa. La
existencia de alcaldes y oficiales propios se constata en el siglo Xlll, aunque la
tendencia será a prohibirlos en favor de las autoridades ordinarias503 •
En cuanto a la población musulmana, la mención que hemos visto en el
documento de 1125 es bastante elocuente, al ser incluidos entre los burgueses de
la villa, en relación con la confirmación que hace el abad Bernardo de la donación
'" CCL, n• 1374.
'" "En el tienpo que primeramente la villa de Sant Fagum fue セ・ゥ、。@
de cerca, una puerta fue ordenada e
fecha que acata a aquella parte del castillo llamado <;ea, e en aquella parte los nuestros, que en aquella villa
moravan, e ellos llamavan castellanos ... " (I' CAS, p. 74).
""J. RODRÍGUEZ, Los fueros del reino de León, II, n• 19.
"' CDS, n• 1265. J. L RUIZ DE LA PEÑA, "Repoblación y sociedades urbanas", p. 287. Las aportaciones
francas, empero, no deben hacemos caer "en el fácil espejismo de atribuir a las inmigraciones de población
ultrapirenaica una importancia exclusiva y excluyente en los fenómenos de poblamiento que se desarrollan
pujantes desde finales del siglo XI" (Id., ibíd., p. 293).
500
CDS, n• 1312, 1330, 1371.
501
CDS. n• 1651.
''" CDS, n• 1902.
503
C. ESTEPA, Estructura social, p. 172.
124
JAVIER PÉREZ GIL
JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
a todos ellos de los huertos monásticos, a cambio de un foro 504 • A principios del
siglo XIII se menciona su cementerio, sito al noroeste de la villa, a la vera del
Cea505 , y allí cerca, junto a la Puerta de Codomillos, estuvo la morería, a la que se
refiere, aunque de forma escueta, el fuero de 1255506 • Los aranceles del portazgo
facundino dedican un apartado al moro o la mora que acudieren a vender a la villa,
y aunque pudiera tratarse de comerciantes venidos de al-Andalus, a juzgar por las
mercancías que se citan, no cabe dedesdeñar el papel de intercambio comercial
que los musulmanes locales pudieron desempeñar con el sur españoP 07 •
Y, por supuesto, la población autóctona, los que el fuero de 1152 y el
Anónimo denominan "castellanos", en contraposición a los francos. Ahora bien, el
sentido que este término tiene en ambos textos es difícil de precisar. No parece
que pueda hablarse de un contenido étnico, ya que considerar castellanos a los
habitantes de la comarca a principios o mediados del siglo XII parece hilar en
exceso delgado, y tampoco cabe hablar de una repoblación a partir de gentes
llegadas desde Castilla. Por otro lado, atribuir la mención de francos y castellanos
en este fuero y en el de Oviedo de 1145 al efecto de una copia irreflexiva de textos
castellanos resulta, a nuestro juicio, inverosímil. En cuanto a la oposición que
refiere el Anónimo entre castellanos y burgueses, sabemos que éstos contaban con
elementos indígenas, como el cabecilla Pedro de Zorita508 •
¿Qué se entendía, pues, por castellano en el Sahagún del siglo XII?
Probablemente lo que el Anónimo dice al referirse a la puerta septentrional de la
villa, donde "los nuestros, que en aquella villa moravan, e ellos llamavan
castellanos, e toda la familia del monesterio moravan, e por esta puerta se ヲ。セ■@
discurso a la era, a los güertos, a los piados, a las vinnas del monesterio, e todas
a nuestros usos por ella entravan e salían del
las cosas que eran ョ・セウ。イゥ@
provocados,
monasterio ... Los burgeses pero, no sé por qué espíritu de セ・ャッウ■。@
・ウエ。「ャセゥイッョ@
de la セ・ァ。イL@
lo qual después ヲゥセ・イッョ@
... " 509 • El pasaje, que se refiere
"" CDS, no 1219.
"' CDS, no 1627.
"""Et mandamos ... que se iuzguen todos los de S. Fagund christianos et judios et moros por a siempre por el
otro fuero que les damos en un libro escrito et sellado de nuestro seello de plomo" (RODRÍGUEZ, Los
fueros del reino de León, II, n° 80, § 43).
"' CDS, no 1902.
'
08
GAUTIER-DALCHÉ, "Les mouvements urbains", p. 57.
"' l" CAS, p. 74.
MONARQUíA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
125
a la expulsión de los castellanos por los burgueses, dice de aquéllos: "salieron los
mezquinos desnudos e despojados de todas sus cosas ... " 510 • Es decir, una población
dedicada fundamentalmente a la actividad agropecuaria en dependencia del
monasterio511 •
El florecimiento económico de la villa se tradujo desde bien temprano en el
desarrollo de un modelo urbanístico diferenciado del entorno rural, que culminó
en la creación de un burgo también en este sentido modélico. La preocupación por
la ordenación urbana se advierte de forma expresa en el fuero facundino de 1255,
que dedica algunos capítulos a la necesidad de desembarazar las calles de
tenderetes y puestos de venta, de modo que sean más amplias y la villa más
desembargada. Por otro lado, monasterio y concejo son responsabilizados del
mantenimiento y cuidado de los ejidos y carreras de la villa512 •
La organización interna de Sahagún estuvo muy condicionada por una serie
de accidentes físicos, que le dieron su característica forma casi triangular. Las
aguas del Cea y su vega limitaban la expansión por el oeste, mientras que, por el
noreste y el sur lo hacían los desniveles de los rebordes del Páramo, con cima en
el Alto de la Peregrina, de 843 metros de altitud, treinta por arriba del caserío513 •
Estos límites naturales estaban remarcados por las dos vías de comunicación más
importantes: el Camino Francés, al sur, y la Carrera Ceana, al oeste, a lo largo de
las que se prolongaba el caserío. El monasterio, que junto a la calzada, es el
elemento aglutinador originario, ocupa un lugar marginal, prácticamente el ángulo
suroccidental de la villa. Su espacio primitivo fue ampliado en 1093 por Alfonso
VI, que le donó los palacios que su mujer, la reina doña Constanza, había hecho
edificar junto a sus muros, con los baños, un molino y la iglesia dedicada a Santa
María Magdalena514 • El resto del casco aparece organizado en diversas colaciones
en tomo a sus correspondientes iglesias y plazuelas, como se ve ya durante 1117,
510
511
512
I' CAS, p. 100.
Un caso hasta cierto punto similar fue el de los "serranos" de Extremadura en los siglos XI y XII. En
origen, parece referirse a pobladores procedentes de las Cinco Villas, en la Extremadura oriental y Sierra
de la Demanda, generalmente caballeros villanos o incluso infanzones. Sin embargo, al mezclarse con otros
de semejante condición, el término "serrano" se extendió a los caballeros en general, no sólo de la zona
señalada, sino de toda la frontera y sus serranías, y que se contraponen en cierto modo a los burgueses (A.
BARRIOS GARCÍA, "Repoblación de la zona meridional del Duero. Fases de ocupación, procedencias y
distribución espacial de los grupos repobladores", Studia Historica. Historia Medieval, III/2 (1985), pp. 3282. J. M.' MÍNGUEZ, Alfonso VI, pp. 188-189).
RODRÍGUEZ, Los fueros del reino de León, ll, n° 80, § 26 y 27.
513
J. PÉREZ GIL, "Incidencia de las peregrinaciones en el urbanismo del monasterio y villa de Sabagún", pp.
145-152.
51
CDS, no 914.
'
126
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
junto a otros elementos del tejido urbano: Barrio de Sancto Iacobo, calle Maiore,
Barrio de Sancto Petro, Barrio de Ceia515 •
Al lado del monasterio, a la vera casi del Camino, está la iglesia de San
Tirso, que se cita en 1123 516 • Cerca de ella, e inmediata al muro y el foso, la de San
Pedro, mencionada en 1176517 , y algo más al este, también cerca del Camino, la de
Santiago, citada en 1113 518 • No lejos de ella debió de encontrarse, extramuros, la
de San Cristóbal, que figura en cartas de 1111 y 1189519 • Al norte parece que se
asentó en origen la población autóctona, quizás en relación con la parroquia de
San Lorenzo, citada en 1133 520 , y su puerta521 • Más allá, extramuros, se hallaban la
judería y la morería, junto al mercado y el camino a Cea522• Vecina de San Lorenzo
era la iglesia de la Santísima Trinidad, al sureste, que aparece en 1221 523 • En 1140
se menciona el aula de San Martín, cerca del camino de Sahagún a Requejuelo,
que estaría en el área de la Plaza de San Martín, al sureste del caserío524 • Las
afueras de la villa contaron con un oratorio franciscano desde mediados del siglo
XIII, situado en el alto de San Bartolomé, e intitulado de San Juan de la
Penitencia, previo a la definitiva instalación de los frailes en la Peregrina525 • La
iglesia de Santa María Magdalena, donada a Sahagún por Alfonso VI, también se
cita como paroquia, con su cementerio526 •
m CDS, n" 1199.
"' CDS, n" 1215.
"'Año 1176: "ecclesiam Sancti Petri et atrium infantisse... " (CDS, n" 1387); año 1177: "terra que uicina
uille meniis adiacet, in aream Sancti Petri" (CDS, n• 1392); año 1185: "in uilla Sancti
Facundi ... cimiterium Sancti Petri...ex una parte, uiam que uadit a Graliare; et ex alía, uiam que uadit ad
Sancti Petri de illas Dominas; et ex tercia, terra de carbon; et de quarta parte, carcabam et murus istius
uille... " (CDS, n" 1421); año 1189: "terra quam habemus circa cimiterium Sancti Petri...de secunda iacet
uia que discurrit contra molinos de La Uarga; de tercia est la carcaua del muro Sancti Petri... " (CDS, n"
1448); año 1202: "corrales et casas quas habemus in Barrio Sancti Petri ... Symon de Barrio Sancti
Petri... " (J. A. FERNÁNDEZ FLÓREZ, Colección diplomdtica del Monasterio de Sahagún (857-1230),
vol. V (1200-1300), León, 1994, n" 1553 (=CDS).
"" CDS, n" 1190.
"' CDS, n" 1183 y 1451. Se sitúa junto al Cea, la presa de los molinos de la Varga y el camino a San Pedro
de las Dueñas. El segundo documento se refiere a la Puerta de San Cristóbal y el foso que rodea la villa, y
los caminos a la iglesia citada, San Pedro y los molinos de la Varga.
"" CDS, n" 1252.
"' 1' CAS, p. 74.
"' CDS, n" 1651. J. RODRÍGUEZ, Las juderías, pp. 222-265. E. MARTÍNEZ LIÉBANA, Los judíos de
Sahagún en la transición del siglo XIV al XV, León, 1993, p. 30.
"'CDS, n" 1626.
"' CDS, n" 1273.
525
J. M. CUENCACOLOMA, Sahagún, monasterio y villa (1085-1985), Valladolid, 1993, p. 92.
"' CDS, n" 1887 y 1890.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SA!!AGÚN
127
Pero es probablemente la muralla el elemento más característico del mundo
urbano medieval, casi definitorio, como se recoge en las Partidas: "doquier que
sea fallado este nome ciudad que se entiende todo aquel lugar que es cercado de
los muros" 527 • Su valor, por encima de la utilidad defensiva y de orden público, es
ideológico: la muralla se convierte en símbolo de la superioridad urbana sobre el
campo, en elemento delimitador de una realidad diferenciada del entorno que,
precisamente por ello, roza la sacralidad: "Santas cosas son llamados los muros e
las puertas de las cibdades e de las villas ... " 528 • La villa de Sahagún estuvo rodeada
desde época temprana por un muro de tapial, abundando las menciones a sus
almenas, murallas, fosos y puertas desde 1177529 • La obra del muro se debió de
acometer a principios del siglo XII, a juzgar por las noticias que ofrece el
Anónimo, que afirma que en tiempo de Alfonso VI "ninguna villa o lugar avía
con セ・イ」。L@
por quanto cada uno avía paz e se ァッセ。カ@
de
menester se ・ョヲッイエ。ャセ@
gran seguridad"530 • Según este texto, los burgueses, apoyados por Alfonso I, se
habrían dirigido al abad hacia 1110 para pedirle la construcción de una cerca con
sus cabas, torres y puertas de madera, a lo que éste habría accedido. El muro
estaba ya concluido en 1111, cuando los burgueses cierran sus puertas al abad, que
buscaba refugio en la villa, perseguido por los campesinos, aunque sus sistemas
de fortificación y sus fosos no se terminaron hasta poco tiempo después 531 • El
mantenimiento y mejora de las murallas, sin embargo, fue continuo, permitiendo
el fuero de 1255 a los vecinos edificar casas sobre ellas, pero a condición de que
quienes las alzasen se reponsabilizaran de mantener el tramo de lienzo
correspondiente. Además, los vecinos debían contribuir al sostenimiento de sus
cercas mediante el pago del mortuorum532 •
La muralla debió de tener un grosor de en tomo a los cuatro metros y una
altura de siete, y se amoldaba a la forma trapezoidal, casi triangular del caserío,
enmarcando un recinto que pudo alcanzar las 18 Ha. de superficie, cifra nada
desdeñable533 • De las puertas, sólo conocemos la descripción de una de ellas,
"' Las Siete Partidas del sabio rey don Alfonso el nono, nuevamente glosadas por el Licenciado Gregario
L6pez del Consejo Real de Indias de su Magestad, Salamanca, 1555 (Ed. Facsímil del BOE, Madrid, 1985),
Séptima Partida, tít. XXXIII, ley VI.
"' Tercera Partida, tít. XXVIII, ley XV.
'" CDS, n• 1392, 1421, 1448, 1451, 1509.
530
I CAS, p. 77.
531
HS, pp. 305-308, 310, 320-321. J. A. GUTIÉRREZ, Fortificaciones y feudalismo, pp. 285-288.
532
J. RODRÍGUEZ, Las fueros del reino de León, II, n• 80, § 26 y 37.
533
W. FERNÁNDEZ LUNA, Monografía histórica de Sahagún y breve noticia de sus hijos ilustres, León,
1921, p. 35. BENITO, La formación de la ciudad medieval, p. 110-112.
128
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
53
llamada de la Trinidad, luego de Nuestra Señora, que se menciona ya en 1221 \
y que estaba situada al este, y formada por un arco ojival535 • Otras puertas fueron
las de San Cristóbal, citada en 1189536 , junto a la iglesia de Santiago; la de
Codomillos, al norte, probablemente el posteriormente llamado Portón de San
Sebastián; la de la Barra o de San Pedro, al suroeste; la del Mercado o Postigo de
San Lorenzo, junto a la iglesia de este nombre; y el Postigo de las Huertas, al este,
hacia la vega del Cea537 •
SAHAGÚN
N
A.
1 San Martín
2 Santísima Trinidad
3 Santa María Magdalena
4 San Tirso
5 Santa María la Nueva
7 San Pedro
8 Santiago
9 San Cristóbal
1OSanta Cruz
Convento de
San Francisco
34
CDS, no 1626.
"' L. V ÁZQUEZ DE PARGA, J. M.' LACARRA, J. URÍA RIU, Las peregrinaciones a Santiago de
'
Compostela, Madrid, 1940, II, p. 230.
"' CDS, no 1451.
"'J. RODRÍGUEZ, Las juderías, pp. 222-265. J. A. GUTIÉRREZ, Fortificaciones y feudalismo, p. 286.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SA!IAGÚN
129
Monasterio y villa: una relación dificil
La presencia de elementos tan heterogéneos en la población facundina
contribuyó decidamente a acelerar los cambios políticos y sociales que
caracterizaron este período. Sin embargo, el panorama social y político de la
época era un tanto más complejo y conflictivo, en buena parte por la, según R.
Pastor, coexistencia de formas propiamente feudales junto a pervivencias de un
régimen de comunidades de pequeños productores propietarios ligados entre sí
por parentesco y vinculados a sus concejos538 • Pero sobre todo, por el descontento
burgués ante las limitaciones impuestas por el régimen foral, pues dinamismo
comercial y rigidez señorial son incompatibles, hasta el punto de que la propia
abadía acabará lamentándose de la inciativa pobladora emprendida por don
Alfonso VI: "En mala ora e por mal agüero allegastes estos burgueses en esta
villa, ca por ellos este monesterio será destruido" 539 • El contrasentido estaba en
cierto modo implícito en la propia concepción del burgo señorial, pues "uno de los
núcleos de repoblación más importantes del Camino de Santiago y ... de
asentamiento de la burguesía se constituyó en paradigma del sometimiento
feudal ... " 540 • Tal es el marco en que surgen y se multiplican las revueltas que van
a sacudir un buen número de villas y ciudades entre la facundina de 1087 y la
lucense de 1184, siempre con el trasfondo de las guerras, la inestabilidad y la
estrechez de las estructuras señoriales.
Ahora bien, si compleja era la sociedad del momento, complejo fue
igualmente el desarrollo de las propias revueltas, ya que no cabe limitar su
protagonismo a los burgueses. Las revueltas del siglo XII eran, ciertamente,
antiseñoriales, y ello en León equivalía en buena medida a antieclesiásticas. Las
instituciones religiosas controlaban de diversa forma la jurisdicción y la economía
538
R. PASTOR DE TOGNERI, Resistencias y luchas campesinas en la época del crecimiento y consolidación
de la formación feudal en Castilla y León, siglos X-XII, Madrid, 1980.
539
r CAS, cap. 30, p. 55. Una tensión que se iría acumulando con el tiempo, como, desde la óptica monacal,
describe el autor del Anónimo, "E ansí como la serpiente tiene consigo las armas mortíferas ... bien que en
tiempo del ynviemo yaga 。、ッイュ・セゥL@
semejantemente los burgueses ascondían e セ・ャ。カョ@
la ュ。ャゥセ@
e
venino de su 」ッイ。セョB@
(l' CAS, p. 24).
"'J. M.' MÍNGUEZ, Alfonso VI, p. 207. Puyo! ya advertía sobre este tenso estado de cosas: "Lo complejo
de los elementos reunidos en la villa y la diversidad de procedencias de sus pobladores no eran ciertamente
los mejores presagios de tranquilidad; únanse a estas circunstancias las condiciones con las que se intentó
fundar el Señorío, y quedarán explicados los continuos levantamientos que hicieron famoso el nombre de
Sabagún, hasta el punto de que sea difícil encontrar en los Reinos leoneses y castellanos un pueblo que,
como aquél, tenga historia tan accidentada y turbulenta, ni que haya luchado con tesón más firme y con
mayor denuedo contra el poder feudal" (J. PUYOLALONSO, El abadengo de Sahagún, Madrid, 1915, pp.
43-44).
130
JAVIER l'ÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SANCHEZ BADIOLA
de amplias regiones leonesas, hasta el punto de ser las únicas de carácter
verdaderamente señorial. Las limitaciones que ello imponía al desenvolvimiento
de las actividades mercantiles y artesanales afectaban de forma directa a los
intereses de la incipiente burguesía regional, cuyo dinamismo expansivo se veía
frenado por la rigidez de los esquemas señoriales541 , al igual que su capacidad de
reinversión y capitalización de los beneficios obtenidos conforme a los criterios
de la época -y de épocas posteriores-, esto es, en tierra y medios de producción
agrícola, campesinos incluidos. Por ello, estos burgueses de los arrabales y villas
nuevas intentarán sacar partido de las coyunturas para rebelarse contra el poder
señorial y debilitar su capacidad de control sobre sus actividades.
La maraña de elementos e intereses que se entremezclan en las revueltas de
la etapa de doña Urraca hace difícil establecer una secuencia ordenada de los
acontecimientos. Como característica fundamental, cabe señalar que se centran en
señoríos eclesiásticos o en relación con ellos, por lo que no parece que en ciudades
como León se diera por entonces ningún tipo de movimiento semejante542 •
Diferentes autores atribuyen la organización de estos movimientos a los
elementos ultrapirenaicos presentes en los burgos, mientras que otros insisten en
su autoctonía, con el argumento de que, siendo el feudalismo cluniaciense
sobradamente familiar a los burgueses francos, habrían sido los españoles del
Noroeste, procedentes de las comunidades de aldea libres y poco acostumbrados
a las normas feudales, los que terminarían alzándose contra una situación artificial
e incomprensible para ellos 543 • A nuestro juicio, lo fundamental es que se trata de
un conflicto entre burgueses y señores, y que el papel de la burguesía es esencial
para entender estos procesos, tras de los que se adivinan lo que podríamos
denominar "intereses de clase", y en este sentido, tiene un carácter muy
secundario el origen étnico de los revoltosos facundinos, franco o hispano. Los
principales protagonistas son casi en todo momento burgueses y no, como se ha
pretendido, las capas ínfimas hispano-mozárabes, campesinos, colonos y
541
"La finalidad de los burgueses es controlar a sus señores a fin de obtener un mayor beneficio económico.
Más que el logro de una autonomía de carácter jurídico, se trata de conseguir unos derechos que denoten
la protección e independencia en estas actividades" (C. ESTEPA DÍEZ, "Sobre las revueltas burguesas en
el siglo XIl en el reino de León", AL, 55-56 (1974), pp. 291-307, p. 297).
542
C. ESTEPA, op. cit, p. 294, siguiendo la interpretación que hace M. RISCO, Historia de la ciudad y corte
de León y de sus reyes, Madrid, 1792, p. 45, de un pasaje del Anónimo facundino, piensa que los burgueses
de León se habían puesto de parte de Alfonso el Batallador, entregándole las torres, pero que luego
cambiaron de actitud, favoreciendo a la reina, cuando ésta se lo pidió encarecidamente. Sin embargo, del
texto parece desprenderse que la torres de León fueron tomadas por el Batallador, sin que se mencione
colaboración alguna de los ciudadanos, y nada indica que los burgueses que se vuelven favorables a la reina
fuesen leoneses, sino, más bien, facundinos (1' CAS, pp. 53, 63 y 64).
"'H. SALVADOR MARTÍNEZ, La rebelión de los burgos, Madrid,
1992, pp. 333-334.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
131
pequeños propietarios544 • No es precisamente la burguesía más humilde la
promotora de estos movimientos.
Una reivindicación característica es la supresión de los monopolios
señoriales, que incluían el comercio del vino y el uso del horno, éste ya para
entonces sus tui do por un censo anual de un sueldo 545 • Pero seguramente lo más
importante para los burgueses era el control sobre la tierra, que tenían
expresamente prohibido, salvo que el abad se la concediera en préstamo. No es de
extrañar que, como el Anónimo recuerda, los burgueses facundinos y los
caballeros aragoneses se apropiaran de las villas del coto, desposeyendo a los
monjes y haciendo prestimonio de ellas 546 • En una de sus operaciones, saquean la
"muy abastada" villa de Bercianos, reduciendo a la servidumbre a sus habitantes,
aunque las acciones de este tipo sobre las aldeas del coto fueron continuas,
buscando no solamente la rapiña, sino yermadas para hacerse con las
explotaciones de los campesinos547 • Esta táctica alcanza también a los llamados
"castellanos" de Sahagún, a los que expulsan de la villa, quedándose con sus
bienes 548 • En definitiva, la hostilidad burguesa se dirige tanto "a los nobles de la
tierra, como a los medianos, como a los menores e rústicos moradores de la
tierra" 549 , todos los cuales aparecen finalmente coaligados explícita o tácitamente
contra los burgueses, de forma que "todos los moradores 9ircunstantes, nobles e
medianos e menores, acordaron e prometieron entre sí que ninguno beniese al
mercado de Sant Fagum e ninguno llevase mantenimiento a los burgueses de pan
e de vino. De aquí nas9ió gran mengua de pan e de las cosas ne9esarias a los
burgueses, e por tanto ellos desmanpararon a Giraldo e allegáronse al abbad,
obedes9iendo a sus consejos" 550 •
544
545
546
H. SALVADOR, La rebelión de los burgos, p. 334.
CDS, U 0 974. C. C. ESTEPA, "Sobre las revueltas burguesas", p. 297. El Anónimo refiere cómo las gentes
e permiso de 」ッセ・イ@
de la villa, hartas del monopolio señorial " ... rogaron al abbad que a ellos fuesse ャ■セゥエッ@
adonde mejor les viniese, e que de cada uuo d'ellos el イ・セゥカウ@
eu cada uu año uu sueldo, lo qualles fue
otorgado por escriptura firmado, conbiene a saver, que por todos los anuos, cada uuo de los burgueses e
moradores pagase al monasterio dos sueldos, uno en pascua por respeto del forno, e otro por la fiesta de
e señorío ... " (l' CAS, pp. 22-23).
todos los santos, en nonbre de セ・ョウッ@
I' CAS, p. 60.
"' I' CAS, p. 48.
'" l' CAS, p. 100. J. GAUTIER-DALCHÉ, "Les mouvements urbains dans le nord-ouest de l'Espagne au
Xlleme. siecle. Influences etraugeres ou phenomenes originaux?", Cuadernos de Historia. Anexos de la
revista Hispania, 2 (1968), pp. 51-64, p. 57.
549
I' CAS, p. 77.
550
I' CAS, p. 101.
132
JAVIER PÉREZ GIL· JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
Como vemos, la intrincada y versátil red de alianzas demuestra lo complejo
de este tipo de procesos en la etapa plenomedieval, así como la difícil
interpretación de los mismos en términos de lucha de clases: hay, evidentemente,
una coincidencia de intereses, pero no una voluntad real de modificar el statu quo.
Lo que queda claro, no obstante, es que las revueltas responden al descontento
burgués frente a las presiones señoriales, y son una manifestación más de la crisis
provocada en la sociedad leonesa de la época por los cambios que se están
produciendo. Aprovecha para extenderse los difíciles años del reinado de doña
Urraca, uniéndose al partido de su esposo aragonés, aunque no sin ambigüedades
ni vacilaciones551 • Los frentes abiertos por los rebeldes les atraen las simpatías del
bajo clero, a lo que parece bastante dolido con la reina y la alta nobleza,
probablemente enfrentado también a los monjes benedictinos por el patronato
sobre sus templos, ya que, incluso los párrocos de la villa "revelávanse contra
ellos [los monjes] e negaban la parte a que eran obligados" 552 ; y encarnizados
enemigos del campesinado, por causa de los saqueos y el impago de rentas con
que éstos castigarían a la Iglesia durante las revueltas campesinas553 •
Puede decirse que el enemigo a batir, tanto en el caso del campesinado
como en el de la burguesía es, ciertamente, el estamento señorial554 • Los burgueses
de Sahagún apoyan inicialmente la revuelta campesina o, más bien, la aprovechan
para sus propósitos, llegando incluso a cerrarle al abad las puertas de la villa
cuando era perseguido por una partida de rústicos555 • Pero de estos hechos no se
sigue necesariamente una verdadera colusión ni coincidencia de ambos grupos en
sus fines, y ello por una razón de peso, cual es la inexistencia real de intereses
comunes. De hecho, como vimos antes, tales intereses eran, más bien,
contrapuestos, pues ni burgueses ni otros sectores cercanos pretenden suprimir las
estructuras señoriales556 , sino tan sólo y tener acceso a su control, esto es,
integrarse en el sistema, pero como señores, y no como vasallos.
El resultado de las revueltas fue, en principio, un fracaso para las
reivindicaciones burguesas y un triunfo señorial, siendo especialmente notable en
la época de Alfonso VII el reforzamiento de la nobleza y las instituciones
551
I' CAS, pp. 63-66.
552
I' CAS, p. 55.
553
"Los clérigos... encendíanlos [a los burgueses] a peor obrar, diciéndoles: 'Tanta ー・ョゥエセ。@
vos daremos por
rústicos, quanta daríamos por un can muerto'. Por ende, en sus iglesias continuamente
muerte de セゥ・ョ@
escomulgavan a la reina e nobles de la tierra ..." (l' CAS, p. 81 ).
"' C. ESTEPA, "Sobre las revueltas burguesas", p. 297.
555
I' CAS, p. 37.
556
R. PASTOR DE TOGNER!, Conflictos sociales y estancamiento económico en la España medieval,
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA
EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
133
religiosas merced al apoyo regio 557 • Los burgueses, a lo que parece, no
consiguieron potenciar el papel de los concejos, no sólo porque la derrota de los
insurgentes devolvió a la villa el viejo fuero de Alfonso VI, sino porque las
características propias de la ciudad, esto es, la independencia económica y un
gobierno autónomo, no se habían desarrollado todavía lo suficiente, sin que pueda
deslíndarse la vida de los burgos de la época del mundo rural feudalizado en el
que se desenvuelven. Las pretensiones de los burgueses, por otro lado, no iban
más allá de la consecución de un pacto ventajoso con el señor, que reconociese
sus intereses comunes, sin que existiese un verdadero planteamiento
antiseñoriaP58 •
Ahora bien, si se observa el proceso con una cierta perspectiva temporal,
vemos que, como han señalado algunos autores, las revueltas burguesas
significaron un primer paso hacia la consecución de un régimen más cercano al
concejil y hacia la desaparición de las cargas señoriales, como puede verse en el
fuero de 1152559 • Aunque el "com;ejo de los burgueses" que reúne el abad para
leerles las disposiciones papales560, o el "consistorio" de ellos al que éste es
conducido forzadamente no constituían un concejo propiamente dicho, sí
demuestran que la burguesía urbana era capaz de actuar como colectivo en
defensa de sus intereses, y que, para la Corona y los señores, representaba un
nuevo elemento a tener en cuenta.
En cuanto a los campesinos, las razones de su rebeldía eran, hasta cierto
punto, similares. Estamos ante un campesinado constituido, en general, por
familias que explotan unas heredades de las que depende su supervivencia, las
cuales pueden transmitir o aumentar, y por las que cotizan unas determinadas
cantidades en concepto de tributo o renta, variables según la condición fiscal de
la tierra que explotan, y pagaderas a quien o quienes tienen reconocida la
propiedad eminente o gozan de derechos fiscales sobre ellas. En este sentido, se
había ido produciendo una cierta equiparación entre campesinos que "servían" o
entregaban sus tributos a un señor determinado, fundamentalmente eclesiástico,
por cesión regia, y los que llevaban en tenencia propiedades de otros,
satisfaciendo a cambio un censo. El progresivo aumento de la presión señorial
sobre el campesinado y un endurecimiento de las condiciones de éste por la
Barcelona, 1980, pp. 15-131.
557
558
559
560
C. ESTEPA, "Sobre las revueltas burguesas", pp. 302-303.
C. ESTEPA, "Sobre las revueltas burguesas", pp. 301-302.
H. SALVADOR, La rebelión de los burgos, pp. 335-336. C. ÁLVAREZ (coord.), La Historia de León, JI.
Edad Media, León, 1999, p. 183.
¡a CAS, p. 109.
134
JAVIER PÉREZ ÜIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
competencia señoriaP 61 , hacen comprensibles los innumerables intentos de
cambiar de territorio o señorío en busca una más cómoda situación562 • Pero es
posible que también estuviese detrás de los conflictos, en una etapa de
crecimiento económico y demográfico, el intento campesino por recuperar tanto
el control sobre sus explotaciones y rentabilizarlas en su favor, como igualmente
su inciativa económica y su capacidad de aumentar el capital productivo. El
momento adecuado fue también el convulso reinado de doña Urraca, y las
revueltas que entonces se producen tuvieron una marcada virulencia en sus
inicios, como respuesta violenta a los efectos de la mayor presión señorial y un no
menos significativo aumento de los intermediarios fiscales, a veces más opresivos
que los propios señores.
Los labradores se agrupan en lo que denominan "hermandad" y pregonan
por mercados y villas su negativa a prestar servicio alguno a sus señores y a pagar
tributos, así como el levantamiento contra los representantes de éstos, saqueando
los cilleros y palacios, y atacando y matando a los judíos, seguramente por su
intervención como prestamistas y recaudadores 563 • Por un documento de 1127,
inspirador en parte del pasaje cronístico citado, conocemos la participación en
estos sucesos de los habitantes de las comarcas de Moratinos, Añoza, Cisneros,
Saldaña, Cea y Carrión 564 , y sabemos que dichas acciones de saqueo se dirigieron
también contra los intereses regios, y no sólo eclesiásticos. Otras fuentes informan
de una mayor extensión, tanto en lo geográfico como en lo social, de las
revueltas565 , y el Anónimo facundino se refiere también a Grajal, donde el efecto
negativo de la presencia en sus inmediaciones de una potencia señorial como
Sahagún, que se había hecho con su mercado, exigiéndoles el pago de portazgos,
y con el control de las presas de Villasaliti, aumentaron la tensión hasta estallar en
nuevos conflictos, que se prolongarán hasta mediados del siglo XII566 •
Todo ello demuestra cierta capacidad organizativa, la conciencia de unos
intereses comunes y el carácter claramente antiseñorial de estos movimientos. El
balance de las revueltas fue también, en principio, un fracaso para las
reivindicaciones campesinas y, como hemos ya señalado, un reforzamiento
evidente del grupo señorial en la época de Alfonso VII567 • Los campesinos, pese a
561
AYALA, "Relaciones de propiedad", pp. 296-299.
562
PASTOR, Resistencias y luchas campesinas, p. 120.
563
I' CAS, pp. 36-37.
'" CDS, no 1231.
565
C. ESTEPA, "Sobre las revueltas burguesas", pp. 294-295.
566
MARTÍNEZ SOPEN A, La Tierra de Campos, pp. 552-556.
56
'
C. ESTEPA, "Sobre las revueltas burguesas", pp. 302-303.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA
EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
135
su inicial organización en hermandades juradas y su aparente efectividad, dan la
impresión de carecer de un verdadero liderazgo y un propósito claro, lo que les
lleva a ponerse en manos de nobles y caballeros568 , y en cualquier caso, y esto
puede extenderse a todos los grupos sociales implicados en las revueltas de estos
años, no tienen la intención de modificar seriamente las estructuras
socioeconómicas del León plenomedieval. Pero hablar de fracaso campesino,
máxime en los parámetros en que nos movemos, resulta a todas luces exagerado.
La represión inicial debió de ser dura, pero, a fin de cuentas, el sistema no podía
funcionar sin el campesinado, y éste habría de mostrarse más productivo si se
recurría al estímulo que a la imposición onerosa. Por el mencionado documento
de 1127, Alfonso VII perdonaba todos sus delitos a los habitantes de las comarcas
del oriente leonés 569, y en adelante asistimos a un lento pero evidente progreso de
la institución concejil, y el talante del campesinado se adivina nuevamente en
sucesos como los de Toldanos, en 1165 570 • A la larga, además, el endurecimiento
de las relaciones entre señores y campesinos se invirtió en buena medida,
extendiéndose una serie de medidas adoptadas por la Corona y los diversos
señores en sus fueros y contratos agrarios, como la sustitución de los pagos en
especie por rentas dinerarias, el aligeramiento general de la renta señorial y una
cierta homogeneización de ésta mediante la supresión de los llamados "malos
fueros" 571 , que servían también de aliciente para el mantenimiento de pobladores.
En cuanto a la participación de caballeros y baja nobleza en estos procesos,
es posible que se relacionase con una vertiente distinta de la compleja situación
que venimos analizando. Estaríamos frente a la respuesta de otros sectores
sociales en ascenso, como los infanzones, ante las limitaciones del sistema'72 • No
constituían una realidad nueva, salvo por la denominación, importada quizá de
Castilla573 , sino que eran el resultado de la evolución de una "clase media" rural,
sucesora de los colectivos de heredes altomedievales más afortunados, con
frecuencia fundadores y propietarios de iglesias y monasterios, integrantes de los
"' I' CAS, p. 37.
"' CDS, n" 1231.
570
El obispo Juan de León había decidido entregar esta aldea suya de la Sobarriba al miles Rodrigo Pérez en
prestimonio, a lo que los campesinos respondieron abandonándola y defendiendo su condición realenga,
obligando así al obispo a concederles un nuevo fuero y a comprometerse a no entregarla en lo sucesivo en
prestimonio (J. RODRÍGUEZ, Los fueros del reino de León, II, 29).
571
CLEMENTE, Estructuras señoriales castellano-leonesas, p. 177. AYALA, "Relaciones de propiedad", pp.
301-303.
"'PASTOR, Resistencias y luchas campesinas, p. 120.
"'C. ESTEPA, Estructura social, p. 257.
136
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCI!EZ BADIOLA
grupos de boni homines de los que surgen presbíteros y religiosos, pero también
milites o caualleiros como los que cita doña Urraca en 1109574 •
Su actitud se manifiesta a las claras en 1092-93, cuando los infanzones de
Val de Frexeno, seguramente parientes de los grupos de propietarios que donaron
allí a Sahagún cuantiosas heredades, se enfrentan al monasterio e invaden sus
bienes en Villa Domnamatre. Por entonces, Citi Díaz, Nepzano Vermúdez y la
suegra de ambos, doña Jimena, todos ellos infanzones, hacen lo mismo con ciertos
bienes en la ribera del Porma575 , mientras, no lejos de allí, la sede legionense se
enfrentaba a los infanzones de Bemesga, que habían usurpado en buena medida
los derechos episcopales en la comarca, debiendo intervenir Alfonso VI para
poner las cosas en orden 576•
Parece claro que los conflictos protagonizados por estos sectores se
orientan, necesariamente, y por las razones antes aducidas, contra los señoríos
eclesiásticos, en especial a lo largo de la fase más aguda de concentración de
villas, heredades y monasterios rurales en manos de muy pocas y muy poderosas
instituciones. Los infanzones van a pretender hacerse con el control de la tierra y
los vasallos de la Iglesia mediante la usurpación más o menos violenta de sus
derechos o la adquisición de sus heredades, comprándoselas a los vasallos, con lo
que las sustraen del control eclesiástico. Los propios pleitos iniciados por las
sedes y las abadías contra estas apropiaciones, pese a la aparente derrota que
supusieron para los infanzones, pudieron muy bien haber constituido para éstos un
medio más seguro de conseguir su participación en los derechos señoriales, algo
que frecuentemente logran, ya que, a cambio de su renuncia al total de lo
reclamado, obtienen alguna compensación577 • Es una respuesta lógica ante las
limitaciones que los señores eclesiásticos ponían al ascenso social de dichos
grupos, restringiendo notablemente su capacidad de acumular riqueza y mantener
el prestigio y la influencia en sus comunidades.
El relativo fracaso de la puebla señorial de Sahagún coincide con la
extensión del largo y complejo proceso de repoblación realenga, que va a suponer
el reforzarniento de la autoridad concejil y el traslado de la centralidad económica,
y a la larga política, desde los antiguos castros hasta las nuevas villas itinerarias y
burgos comerciales que han ido surgiendo a la vera de las calzadas desde
mediados del siglo XI, como prolongaciones de los primitivos emplazamientos
'" CCL, no 1329.
"'CDS, no 900-901.
"' CCL, no 1278 1307-1309 y 2296. M. RISCO, España Sagrada, tomo XXXV, Madrid, 1784, p. 138.
577
ALFONSO, "Litigios por la tierra", pp. 917-955.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
137
hacia las vías de comunicación y las vegas, mejor situadas y más atractivas para
el mercado y la población, en lo que se ha denominado "desnuclearización" de las
villas 578 • Es posible, como sugiere Martínez Sopena, que muchos de estos castros
hubieran sido destruidos durante las guerras de la época de doña Urraca,
obligando al traslado de su emplazamiento57\ aunque más creemos que todo ello
se debió a los profundos cambios sociales y económicos experimentados en la
región durante estos años. La nómina es suficientemente explícita: Mayorga,
citada en 1119, termina orillando al antiguo Castro Froila, y es considerada urbe
ya durante 1130580 ; Valderas sustituye a Castro Mazarefe, citándose en 1129 como
tenencia581 ; Malgrad era tenencia de Pedro Ovéquez en 1120582 ; Valencia sustituye
a Coyanza; Villalil, luego Mansilla, a Sollanzo ... Otros son simples burgos
comerciales que nunca llegarán a constituir cabeceras comarcales, como El Burgo
Ranero, citado por vez primera hacia 1130583 , y que parece fruto de la atracción del
Camino Francés en una zona poco desarrollada del Páramo oriental.
La política de reorganización del realengo iniciada por Alfonso VII
aprovechará estos nuevos emplazamientos, consolidando la divergencia que desde
hacía tiempo venía dándose entre una y otra margen del Cea, o lo que es lo mismo,
entre parameras y campiñas. En Tierra de Campos, cada vez más atomizada
políticamente, son multitud las villas en proceso de urbanización que surgen ahora
como consecuencia de un desarrollo económico y demográfico sin precedentes,
sentando las bases de un modelo urbánistico y de ocupación territorial de larga
vida. En el Páramo, por el contrario, las novedades en este sentido son escasas,
afianzándose un poblamiento basado en pequeñas aldeas y una organización
territorial a partir de grandes alfoces urbanos. En el ensayo más ambicioso de la
política repobladora del Emperador en la comarca paramesa, el alfoz de Villalil,
que venía a sustituir al desfasado castro de Sollanzo, están ya presentes algunas
de las características propias de las pueblas regias, como son la sujeción de un
amplio término o alfoz, integrado por diversos lugares, a una villa instituida en
capital del mismo; la cesión del realengo en su favor, con la amplitud que éste
tenga en unos u otros lugares 584 ; y la existencia de mercado y derechos fiscales,
578
AYALA, "Relaciones de propiedad", p. 238.
579
MARTÍNEZ SOPENA, La Tierra de Campos occidental, p. 140.
58
°CCL, n• 1365. CMV, n• 36.
"' MARTÍN, Orden de Santiago, n• 6.
582
C. CABERO DOMÍNGUEZ, Astorga y su territorio en la Edad Media, León, 1995, p. 34.
583
CDG, n• 28.
'" La donación del alfoz a Sahagún en 1136 cita algunas de sus cincuenta villas donde los derechos del alfoz
eran sólo parciales (CDS, n• 1256).
138
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
como portazgos y caloñas. Aun así, los criterios que debían guiar la repoblación
no estaban todavía maduros, y en estos primeros intentos es común el escaso
desarrollo urbano previo de los núcleos escogidos como capitales, que motivará
su rápido desfase. Igualmente, el carácter tenencial o beneficia! de la mayoría de
las villas, ligadas a señoríos eclesiásticos y laicos, especialmente al Infantado, de
forma que es usual la enajenación en su favor de los nuevos alfoces regios, lo que
para Martínez Sopena indicarían una actuación más indirecta que directa en el
proceso repoblador por parte de la Corona, que la encomendaría a nobles y
eclesiásticos585 • La razón de estas actuaciones tiene que ver, seguramente, con una
todavía escasa capacidad -y mentalidad- organizativa de la Corona.
La madurez del sistema de pueblas regias llegará tras la muerte del
Emperador en 1157 y la divisón entre los reinos de Castilla y León, que dejaba en
plena frontera, aunque dentro de los dominios castellanos, el coto facundino.
También a Castilla pasaba el amplio territorio de Cea, mientras que se mantenían
en manos leonesas Melgar, Mayorga y Mansilla. De todos modos, la iniciativa
pobladora de Fernando II no debe interpretarse simplemente como fruto de un
interés militar y de frontera586 , pues, aun siendo cierto que el rey continuó en parte
la trayectoria de su predecesor, manteniendo las cesiones de alfoces a los
monasterios y sedes, y apoyándose en ellos para acometer las tareas pobladoras,
no lo es menos que fue el primer monarca leonés que buscó de forma efectiva la
participación de los concejos en la creación de las pueblas, fijando en buena
medida el modelo posterior, y concibiéndolas como parte de un proyecto mayor y
ad incrementum tocius regni"'.
La creación de una nueva puebla va a suponer en cada caso un proceso
complejo y no exento de conflictos y dificultades. Su organización directa será
acometida por los delegados regios y tenentes locales, al frente de un colectivo de
pobladores que, formados como concejo o comunidad, llevarán adelante la tarea
de distribución de las tierras cedidas por la Corona, que se reparten en lotes,
respondiendo a una distribución ordenada y planificada de antemano, tanto en lo
tocante al proyecto urbanístico, que sigue un modelo predeterminado, como a la
población prevista para la puebla588 • Estos concejos están integrados por un
reducido grupo de boni homines y herederos, beneficiado sin duda en la
585
MARTÍNEZ SOPEN A, La Tierra de Campos occidental, p. 141.
586
CLEMENTE, Estructuras señoriales, p. 40.
'" RODRÍGUEZ, Los fueros del reino de León, II, n• 41.
5
"
J. l. RUIZ DE LA PEÑA, Las "polas" asturianas, pp. 110-112. B. ARÍZAGA BOLUMBURU, "El paisaje
urbano en la Europa medieval", Actas de la l1/ Semana de Estudios Medievales, Logroño, 1993, pp. 11-26,
p. 24.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
139
distribución de bienes y cargos, como igualmente los propios tenentes 589 • Las
cesiones regias a favor del concejo, reconocida ya su personalidad jurídica
colectiva, e incluso su ennoblecimiento, incluirán no sólo bienes directos o rentas,
sino también los derechos jurisdiccionales y fiscales del realengo, con lo que el
concejo ejercerá funciones similares a las de los merinos mayores y tenentes,
aunque a menudo iure hereditario.
La centralidad de la puebla se va a manifestar desde un principio en todos
los aspectos: en lo judicial, es a ella donde deben acudir para sus juicios todos los
vecinos del alfoz, tal como señalan los fueros, convirtiéndose de paso en
residencia de notarios y escribanos; en lo militar y fiscal, la puebla concentra las
principales instalaciones defensivas y los cilleros; en lo económico, centraliza la
actividad mercantil y artesanal, como lugar que es de celebración de mercados y
transacciones comerciales. Y esta centralidad se extiende con frecuencia al campo
eclesiástico, ya que la mayoría de las pueblas se constituyeron en cabezas de sus
respectivos arcedianatos o, cuando menos, arciprestazgos 590 •
Pese a lo dicho, hay que reconocer que el peso de los condicionantes de tipo
estratégico debió de ser notable en las comarcas cercanas a Sahagún, hallándose
como se hallaba en plena frontera con Castilla. En torno a ella, los reyes leoneses
acometieron las pueblas de Mansilla, Almanza, Melgar de Arriba, Melgar de
Abajo, Mayorga y Villalogán, hoy despoblado cercano a Urones de Castroponce.
Los castellanos se centraron en su principal plaza, Cea, cuya organización se
entremezcla con la de Cantabria, lugar que aparece en 1182 y 1184, como
tenencia de don Tello, gobernador de Cea591 , y este último año tenemos referencias
al concilium populatorum Cantabrie como donante de unos bienes en la comarca
al monasterio de Trianos 592 • En 1191, sin embargo, es el concilium populatorum de
Ceia el que se cita como donante a dicha institución de una iglesia sita en
VillamoP 93 , aunque de nuevo aparece el concejo de pobladores de Cantabria en
1193, haciendo entrega a Sahagún, junto con Alfonso VIII, de los lugares de Santa
Colomba, Serna y Semella, situados dentro del coto, a cambio de los que el
"'P. MARTÍNEZ SOPENA, La Tierra de Campos occidental, p. 145.
590
Aunque el arcipreste pudiese ser, en realidad, párroco de cualquiera de las aldeas del arciprestazgo y residir
en ella.
591
"Tellus Petriz in Ceia et in Cantabria." (CDG, n• 160). "Tello Petri [tenente] Cantabriam." (CDS, n•
1412). Desde luego, hay que rechazar toda identificación de este lugar con la supuesta Cantabria del Esla,
defendida por la alambicada explicación repoblacionista de J. RODRÍGUEZ, "La Cantabria leonesa", AL,
45-46 (1969), pp. 109-132, y, por tanto, con la aldea de Villacelama (GONZÁLEZ GALLEGO, Mansilla,
p. 163).
592
DMT, n• 19.
"'DMT, n• 37.
140
JAVIER l'ÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BAD!OLA
monasterio poseía en Banecidas y el condado de Valle594 • Quizá Cantabria era la
denominación de la nueva puebla de Cea, si bien, en cualquier caso, los intentos
castellanos de poblarla terminan en fracaso, sin que tengamos otras referencias
posteriores, confirmándose Cea como centro territorial. Es posible que se
pretendiese acometer algunas otras poblaciones, como Villamizar, cuyos alcaldes
se citan en 1211 y 1215 595 , y Bercianos, con alcaldes propios en 1188 para su
núcleo y el llamado Barrio de Yuso596 , aunque pudo tratarse de oficiales
subordinados a los de Cea.
¿Cuál era la situación de la abadía de Sahagún, su coto y villa durante esta
etapa? En principio, la política de los reyes, tanto leoneses como castellanos,
siguió siendo muy favorable al monasterio, no sólo concediéndole nuevos bienes,
sino reconociéndole la exención de impuestos en sus reinos respectivos y
acogiéndolo bajo su protección. La influencia del proceso poblador regio, de todas
formas, debió de influir en una cierta liberalización, eso sí muy matizada, de las
normas forales facundinas, ya que el atractivo de las cartas pueblas realengas
amenazaba la permanencia del campesinado dependiente en abadengos y otros
señoríos, habida cuenta de las ventajas que suponía. El fuero que en 1152 otorgaba
a la villa Alfonso VII, de común acuerdo con el abad Domingo, relajaba algo la
"' CDS, n• 1478. Nuestra impresión de que Cantabria es una puebla sustitutoria de Cea se basa en numerosos
indicios. Su único tenente conocido es don Tello Pérez, quien sabemos que tenía también por entonces el
alfoz de Cea, y que pertenecía a la familia condal de este lugar. Se le menciona, además, en relación a una
permuta de fincas en Villelga y San Martín de la Fuente, y junto a los tenentes de Moralinas y Graja!, lo que
indica la cercanía de todos estos territorios entre sí. En la carta de permuta de 1193, por otro lado, vemos
actuar de común acuerdo al concejo de Cantabria y al rey Alfonso VIII, que también aparece en la data del
documento anteriormente citado, lo cual nos acerca a los dominios del monarca castellano. Algunos autores
han situado esta villa en términos del coto de Sahagún, concretamente junto al arroyo y despoblado de
Parazuelo, identificando Cantabria con con el pago "Las Cabras", en Sahagún, cerca del Plantío
(FERNÁNDEZ LUNA, Monografía histórica de Sahagún, p. 60). En 1490, la abadía arrienda a Juan Tejero,
vecino de la granja de Valdelaguna, las tierras que tenía Fernando de Villasalón en la Tierra de Cantabria (V.
A. ÁLVAREZ PALENZUELA, M. SÁNCHEZ MARTÍN, F. SUÁREZ BILBAO, P. ROMERO PORTILLA,
Colección diplomática del monasterio de Sahagún. VII (1300-1500), León, 1997, n• 3973), y más tarde se
cita "Cantabria" entre los términos facundinos que el concejo de la villa reclama a la abadía en el pleito de
1560, al igual que el campo llamado "El Castillo del Rey"; los pagos de "Cantabria" y "El Charco de
Cantabria" se citan también a principios del XIX (J. M. CUENCA COLOMA, op. cit., pp. 395-400), sin
duda alusivos a las propiedades de ese concejo, o bien a su cercanía con sus términos. Pero nos parece
ilustrativa la noticia que nos ofrece un documento de 1471, por el que Toribio de Bustillo, vecino de
Cantabria, "que es Cea", dona a Trianos un tierra sita "a las Honamillas", identificando prácticamente
ambos términos. Al año siguiente, Cantabria, "en Cea", es el lugar en que se firma otra donación a Trianos
(J. DE LA FUENTE CRESPO, Colección documental del monasterio de Trianos (1111-1520), León, 2000,
n• 368-369). Por otro lado, las tierras que obtiene su concejo se hallan yn Banecidas, mientras que el término
condado de Valle, que se ha interpretado como topónimo, e incluso vinculado a la tenencia de Valle de
Mansilla (J. RODRÍGUEZ, Los fueros del reino de León, I, p. 221), parece hablarnos de los derechos
condales en Valle, quizá por Valderratario, donde se halla, por cierto, el topónimo "Condado" (MTN, p. 196).
'" CDG, n• 318 y 348.
"' CDS, n• 1444.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
141
situación previa, reconociendo la diversidad social del burgo y los derechos de los
burgueses al admitir el nombramiento de dos jueces, castellano el uno y el otro
franco, en el que participarían tanto el abad como el concejo 597 • Por otro lado,
desaparecían los monopolios señoriales, aunque tanto éstos como la elección de
jueces eran ya costumbre asentada desde mucho antes, como hemos tenido
ocasión de señalar. La reforma de 1255 parece confirmar la intención de limitar
un tanto el sistema de elección de oficiales previsto por el de 1152,
denominándoles ahora alcaldes, y elimina la alusión a los francos, quizás ya
anacrónica, al disponer que de cada colación de la villa acudan al abad sus
hombres buenos y con patrimonio, y éste escoja de entre ellos a los alcaldes y al
merino, pudiendo removerlos si quisiere598 • Su función principal era la de juzgar
los pleitos confirme al texto foral y ante el concejo, el cual debía reunirse en los
solares de unas casas que habían sido de Pedro Elías, cerca de San Tirso, donde
debían juzgarse los delitos de sangre, y los demás juicios en los portales de la
cámara del abad. El cargo, que, como en otros lugares era de elección anual en
principio, se prolonga aquí por tiempo indefinido: "mientre ... bien usaren su
oficio, finquen en ello".
De todos modos, el estrecho margen que el fuero de Sahagún, como los de
las otras pueblas señoriales, reconocían al concejo, hizo inevitable que, en una
villa tan próspera y dinámica como la facundina, fuese continuo el enfrentamiento
entre concejo y abadía. Hacia 1182, durante el abadiato de Juan, la chispa salta
cuando éste edifica unas casas en la era antigua, junto a la salida de la villa, que
el concejo considera ilegales. El abad eleva la cuestión al rey, que le da la razón599 •
RODRÍGUEZ, Los fueros del reino de León, TI, n• 19. En 1133 Anaya Rodríguez actúa como merino et
dominante in Sancto facundo sub abbate, mientras que durante 1138 son dos los merinos: Martín Favíviz y
Guillermo Berengel, éste de procedencia seguramente franca, y los sayones: Domingo Díaz y Miguel
Dominguez. Aparecen, además, tres "sapitores": Velasco Rodríguez, Esteban Calvo y Gutierre Anáyaz
(RODRÍGUEZ, Los fueros del reino de León, TI, n• 56. CDS, n• 1252 y 1265). Algo similar sucede en 1140,
cuando aparecen como merinos el citado Martín Favíviz y el franco Rubert Alfamar, con los sayones Domingo
Galíndez y Juan Víviz (CDS, n• 1273); y 1162, cuando los merinos son don Perro! y don Gervasio, y los sayones
Pedro Gaza y Pedro Manga (CDS, n• 1340. En 1169 son merinos Sancho Moro y don Nicolás, y sayones Pedro
Gaza y Privado (CDS, n• 1364). Nueve años después se cita a los merinos sobre las villas Gutier Pérez y Manuel
Cítiz (DMT, n• 11); en 1180 a los merinos de la villa de Sahagún, don Romio y don Nicolás; y a los sayones
Domingo Femández y Pascual (CDS, n• 1396). En 1181 son merinos de la villa don Romio y Pedro Peláez "el
Astilero", y sayones (CDS, n• 1403); y en 1184 Egidio Cabeza y Pedro Peláez, con los sayones Domingo Manga
y pascual (CDS, n• 1411 ). En 1197 sólo se menciona un merino Fernando Matamoros, con los sayones Domingo
Manga y Guillermo (CDS, n• 1515). En 1200 tenemos como merinos, junto a los citados sayones, a Dominico!
y Buen Barón (CDG, n• 259); siéndolo en 1205 Rodrigo Cabeza y Facundo Ballestero (CDG, n• 286); en 1210
Facundo Pescador y Pedro Caballero Abbi, con los sayones Juan Figulo y Pedro Sutor (G. CASTÁN
LANASPA, Documentos del monasterio de Villaverde de Sandoval (siglos XII-XV), Salamanca, 1981, n• 48
(=DMS); y en 1225 Juan Terrín y García Pérez, con los sayones Domingo lbáñez y García (CDG, n• 418).
597
"' RODRÍGUEZ, Los fueros del reino de León, II, n• 80.
599
Il' CAS, p. 134.
142
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
Durante el reinado de Fernando III, el concejo termina por rechazar la autoridad del
abad, afirmando que la villa era realenga, y nombrando oficiales a su medida600 •
Nuevamente, reinando ya Alfonso X, intentan los burgueses sacudirse de encima el
señorío abacial y pasarse al realengo, y no son menores los enfrentamientos con los
judíos, e incluso con la priora de San Pedro de las Dueñas, que se queja ante el rey
de la política del abad don Nicolás601 • La astuta maniobra burguesa terminó en
fracaso, y el propio monarca se acercó hasta la villa para dirimir el conflicto,
confirmando al abad en el señorío y dando orden de ejecutar al cabecilla de los
rebeldes602 • Los "Nuevos Fueros", exigidos por "las grandes desavenencias, et
enemizades entre los ommes de la Villa, et por toller estas desavenencias que eran
entrel Abad et el Convento de la una parte, et el Conceio de la otra, et las
enemizades, que los ommes dessa Villa avien entre sf' 603 , se centraron especialmente
en la regulación de las relaciones entre el monasterio y los burgueses, y
fundamentalmente supuso un refuerzo de la autoridad señorial del primero, sin dejar
lugar a dudas acerca de sus derechos solariegos ni eclesiásticos604 •
Lo que, en definitiva, pretendía el concejo facundino pasándose al realengo
-lo que no conseguirá hasta bastante tiempo después- era no sólo liberarse del
control señorial, sino, seguramente, obrar como los demás concejos urbanos,
definiendo su propio ámbito de actuación señorial e, incluso, extenderlo al coto a
modo de alfoz. Pero, pese a su tenacidad y al poder económico de sus integrantes,
la oligarquía burguesa, el desarrollo del concejo se vio siempre limitado por el
señorío abacial, lo que no hizo para que la tensión continuase y se reavivara cada
vez que los intereses abaciales chocasen con los concejiles. De este modo, en
1274, el concejo se enfrenta al abad de nuevo, para que no introduzca vino de sus
posesiones foráneas en la villa durante seis meses, con el fin de no dañar a los
productores y comerciantes locales. El pleito llega a la corte, que, por cierto, falla
en esta ocasión en favor del concejo605 •
600
Il' CAS, pp. 136-148.
601
Ir Crónica Anónima, edición de A. UBIETO ARTETA, Zaragoza, 1987, pp. 148 y ss.
602
II' CAS, p. 148-159.
603
R. ESCALONA, op. cit., apéndice Ill, escr. CCL, pp. 601-606.
604
605
R. ESCALONA, op. cit., apéndice Ill, escr. CCL, pp. 601-606: "Si algunos ommes que non sean vecinos
compraron o ganaron fasta aquí, o daquí adelantre, heredades de vecino, sean vasallos del Abad ... ; ... que si
los ommes de S. Fagund compraron heredades de las aldeas del Abad, et de sus vasallos del coto, o si las
compraren daquí adelantre, que fagan el fuero al Abad ... ; ... que las Órdenes que ganaron casas en S. Fagund
que las vendan a quien faga el fuero al rey y al Abat...; ... et daquí adelant non aian poder Órdenes nin rico
omme de aver casas en S. Fagund ... ; ... que todas las heredades que fueron dadas a las alberguerías et a las
confraderías... véndanlo todo a ommes que fagan fuero ... ; ... et daquí adelantre ninguno non haya poder de
dar sus heredades a ninguna orden, nin a hospital, nin a alberguería, nin a rico homme, mas de su mueble
que dé por su alma lo que quisiere ... "
CDS, no 1812.
MoNARQUÍA Y MoNACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGúN
143
EL POBLAMIENTO DEL ENTORNO FACUNDINO (SS. XI-XIII)
LUGAR
l. Arcayos
2. Arenillas
3. Banecidas
4. Bardancas606
5. Barriales
6. Barrio607
7. Bercianos
8. Bovatella (Sahagún) 608
9. Bustillo de Cea
10. Cabañas609
11. Caitos610
12. Calvellos611
13. Calzada del Coto
14. Calzadilla
15. Calzadilla
16. Cantabria612
17. Carbajal de Valderaduey
18. Cascarella613
19. Castellanos
20. Castrillo de Valderaduey
21. Castroañe
22. Castromudarra
23. Cea
24. Celada de Cea
25. Celia o Siella Nueva614
AÑO DE LA 1" CITA
1075
985
1001
1095
1020
1205
950
1007
922
1047
946
1067
904
S. X
S. X
1184
1187
1206
960
1241
947
1062
919
1066
1127
REFERENCIA
CDS, no 742
CDS, no 328
CCL, no 606
CDS, no 947
CDS, n°407
CDS, no 1563
CDS, no 123
CDS, no 391
CDS, no 29-30
CDS, no 505
CDS, no 364
CMV, n°7
CDS, n°6
CCL, no 301
CCL, no 301
CDS, no 1412
DMT, n°24
CDG, n°295
CDS, no 172
DMT, no 123
CDO, n°3
CDS, no 618
CDS, no 18
CCL, no 1143
CDS, no 1232
"'' En la zona situada entre Valdespino de Vaca y Mahudes.
""Tuvo que hallarse en la zona de Velilla de Valderaduey. Reaparece en 1219 (CDS, no 1619).
"''Se registra de nuevo en 1145 y 1187 (TAS, no 108. DMT, no 25), y también en el Becerro, con su iglesia de
San Pedro, en el arciprestazgo de Cea (FERNÁNDEZ FLÓREZ, "Becerro", p. 496). En 1059 se citan bienes
inter ambas Bobatellas, lo que parece dar a entender la existencia de más de un núcleo (CDS, no 604).
609
Entre Sahagún, Mahudes y Valfartiel. Un documento de 1171lo sitúa en territorio de Sahagún (SMA, no 75).
610
Reaparece en documentos de 1002 y 1067 (CDS, no 377. CMV, no 7).
'"Parece cercana a Galleguillos. Se cita nuevamente en 1206 (DMT, no 69).
"' Vid. lo que decimos acerca de este lugar en el apartado correspondiente a su puebla.
613
"Cascarilla", entre Quintana del Monte, Castroañe y Villamartín de don Sancho (MTN, 163).
'"De la segunda forma se cita en 1288 (DMT, no 153). Un documento de 1290 lo sitúa junto al Araduey, entre
Boadilla de las Viñas y Villalebrín (DMT, no 154). Nueve años más tarde se cita un Siella Yermo (DMT, no 160).
144
JAVlliR PÉREZ ÜJL - JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
LUGAR
26.
27.
28.
29.
30.
31.
32.
33.
34.
35.
36.
37.
38.
39.
40.
41.
42.
43.
44.
45.
615
616
617
615
Cespedosa
Codomillos
Cordovella616
Devesa617
Faravellos618
Ferrerolos o Ferreolos619
Follosa620
Follosuela621
Fontanares622
Fonte Amiam623
Foques624
Galleguillos
Godos 625
Graja!
Joara de Cea
La Cueza626
La Fuente (San Martín de la).
Lacuna o Lacunella627
Mahudes (Calzada)
Moratinos
AÑO DE LA 1" CITA
REFERENCIA
1094
1001
S. X
1186
1072-1073
987
1216
1216
1181
1173
1055
950
1047
s. IX
1096
1229
1076
966
979
955
CDS, n°924
CDS, no 374
CCL, n° 301
DMT, n°22
CDS, rt0 711 722
CDS, no 337
CDG, no 350
CDG, no 350
CDG, no 147
CDG, no 120
CME, no XXXVI
CDS, no 126
CDS, no 505
CDS, n°978
DMT, n°93
CCL, no 1200
CDS, no 245
CCL, no 463-464
CDS, no 147
El documento la sitúa en el río Cueza, y se refiere a una donación de bienes en ese lugar y en Celada de
Cea, con lo que podría pensarse, como localización, en la zona de San Martín de la Cueza.
Se cita de nuevo en 1094 (DCP, n" 16).
Estaba entre Villaverde deArcayos, Yecla y Fresno. En 1188 se cita su concejo (DMT, n• 31).
619
Junto a Otero Morisco y Cea.
Reaparece en 1068 (CDS, n• 680). Seguramente sea el Ferreros que aparece como límite del coto de
Sahagún en 1193 (CDS, n• 1478).
620
En el área comprendida entre Villamizar, Saelices del Río, Villamartín de Don Sancho y Quintana del Monte.
" 1
En el área comprendida entre Villamizar, Saelices del Río, Villamartín de Don Sancho y Quintana del Monte.
622
En el Arroyo de Hontanares, al sureste de Villamizar. Se cita en 1182 y 1186 (CDG, n• 170, 190. DMS, n"24).
618
"'En territorio de Cea. Un documento de 1177 lo sitúajutno al Araduey (DMT, n• 11), y otro de 1258 lo cito
junto a Vilalvelasco (DMT, n• 138). Posiblemente deba buscarse en el área de fontanares que existe entre
esta localidas y las de Valdescapa y Saelices.
"'Se cita de nuevo en 1183 (DMT, n• 17). En el valle del Arroyo de Hoques, entre Villacalabuey y Villamizar.
625
Se cita en 1057, 1091 y 1148 (CDS, n• 587 y 1296. CCL, n• 1260).
626
Probablemente en el pago de La Cueza, al norte de Celada Se cita otra vez en 1236 (DMT, n• 154). En
1238 parece ser ya un pago (DMT, n• 114).
6
"
De la segunda forma aparece en una donación de 1094, junto a Bercianos (CDS, n• 920).
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
LUGAR
46.
47.
48.
49.
50.
51.
52.
53.
54.
55.
56.
57.
58.
59.
VI Y SAHAGÚN
AÑO DE LA t• CITA
REFERENCIA
922
1205
c. 1161
1180
1229
1242
985
955
985
1025
971
1133
943
985
CDS, no 29-30
CDS, No 1563
CDG, n°93
DMS, no 11
DMT, no93
DMT, no 125
CDS, no 328
CDS, no 145
CCL, no 508
CDS, no 415
CDS, n°262
CDG, no 34
CDS, no 89
CCL, no 508
Mozos
Murera628
Otero (Morisco) 629
Otero de Alvarath630
Otero del Concejd31
Oteruelo632
Palazuelo (Sahagún) 633
Panninos634
Perales (Calzada) 635
Pradelione (Moratinos)636
Quintanella de Páramo637
Renedo de Valderaduet38
Riba Rubia (Calzada) 639
Ribella (Calzada)MO
145
"'Tuvo que hallarse en la zona de Velilla de Valderaduey. Reaparece en 1210 (CASTÁN, "San Nicolás del
Real Camino". no 7).
629
630
Identificarnos el antiguo Otero Maurisco, citado todavía en esta forma en 1072 (CDS, 711), y que cabe
reducir al actual "Tomorisco", con el Otero cercano a Velilla de Valderaduey, que se cita en 1161, 1186,
1200, 1201, 1214 y otros años (CDS, n° 1425, 1538, 1547, 1595, 1563-1564, 1579, 1619). Ambos
conformaban un mismo concilio y colación en 1205 (CDS, no 1564). El Becerro de presentaciones lo
recoge, junto con su parroquia dedicada a San Martín (FERNÁNDEZ FLÓREZ, "Becerro", p. 494), y
asimismo el Libro Becerro de las Behetrías, como Otero de Velilla (MARTÍNEZ DÍEZ, Libro Becerro de
las behetrías, II, p. 84. CARRERA, Toponimia, pp. 175-176).
Citado de nuevo en 1183 (DMS, no 15). Seguramente se trate de "Torralba", al norte de Villamol.
631
Debió de hallarse entre Joara y La Cueza. Se cita otra vez en 1236 (DMT, no 154).
632
Se trata de un villar o asentamiento agrícola secundario, en el pago homónimo de Banecidas.
633
6
"
Continúan las citas en 1003; 1134, 1149, 1182, 1192 (CDS, no 382. CCL, no 1411. DMS, n° 16. DMT, no
7, 15, 41).
Se cita en 1059, 1083 y 1097 (CDS, no 607, 808, 999).
635
Se cita en 1068, 1092 y 1098 (CDS, no 680, 894 y 1033).
636
Reaparece en 1!74 (CDS, no 1377).
637
Sus menciones son frecuentes hasta finales del siglo XII (CDG, no 8, 28, 114-116, 224-225, 243, 250-251,
257-258. RODRÍGUEZ, Los fueros del reino de León, II, n° 41).
638
Aparece como Raneyro.
639
Se cita en 1182 (DMS, no 16).
"" Se cita en 1078 (CCL, n° 1209).
146
JAVIER PÉREZ GIL - JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
LUGAR
60.
61.
62.
63.
64.
65.
66.
67.
68.
69.
70.
71.
72.
73.
74.
75.
76.
77.
78.
41
Rioseco"
Riosequillo
Saelices del Río
San Alejandro642
San Andrés (Sahagún) 643
San Cipriano de Valfartiel644
San Claudio (Arenillas)M'
San Esteban de Araduey646
San Martín de la Cueza
San Martín de la Fuente
San Nicolás del Real Camino
San Pedro de las Dueñas
San Pedro de Valderaduey
San Vicente647
Santa Colomba (Sahagún) 648
Santa Cruz649
Santa Elena650
Santa María del Monte651
Santa María del Río"52
AÑO DE LA 1" CITA
REFERENCIA
1205
1038
922
923
946
1024
960
1068
1100
986
1223
1047
1030
1076-1077
985
1213
1051
1123
922
CDS, No 1563
CDS, n°452
CDS, no 29-30
CME, n°III
CDS, no 364
CDS, n°413
CCL, no 333
CDS, no 680
CDS, no 1063
CDS, no 334
CASTÁN, "S. Nicolás", no 11
CDS, no 505
CDS, n°427
CCL, no 1200 y 1207
CDS, no 328
DMZ, no 80
CDS, no 544
CDS, No 1216
CDS, no 29-30
'"Se cita en relación con otros lugares del alto Valderaduey ese año y en 1210 (CASTÁN, "San Nicolás del
Real Camino", no 7), por lo que pensaroos que se trata de algún lugar en la zona de Velilla de Valderaduey.
De hecho, en 1219 se le denomina Riuulosicco de super Otero, en alusión a Otero de Velilla,
mencionándose tarobién su parroquia de San Esteban (CDS, n° 1619). Rioseco y su iglesia aparecen
tarobién en el Becerro (FERNÁNDEZ FLÓREZ, "Becerro", p. 494).
En 1188 aparece ya como pago de Becianos (CDS, N° 1444).
642
643
Citado en 1110, 1137, 1146, 1139 y 1226 (CDS, no 1176, 1260, 1267, 1288. CASTÁN, "S. Nicolás", no
13).
""Aparece ese año como iglesia-monasterio y colación, y en 1071 como villa (CDS, no 697).
Citada en 1051 y hacia 1100 (CDS, no 551. CCL, no 1307).
645
646
Aparece tarobién en documentos de 1071, 1076, 1175 y 1224 (CDS, no 696, 749, 1383 y 1629). Debió de
hallarse en el extremo nororiental del coto de Sahagún (CARRERA, Toponimia, p. 192).
647
Estos documentos lo sitúan donde nace el río Valderaduey, por lo que debe de tratarse del San Vicente de
Lombapasa que cita el Becerro (FERNÁNDEZ FLÓREZ, "Becerro", p. 494).
"'Reaparece frecuentemente entre esa fecha y 1193 (CDS, no 680, 1229, 1338 y 1478).
"' Existió un Santa Cruz en la comarca, no localizado, pero que podría haber estado en el área del arroyo de
la Cueza, entre Villadiego y Villarobrán (FERNÁNDEZ FLÓREZ, "Becerro", p. 545).
"" El documento lo califica de monasterio con su villa, situándolo en el Valle de Céspedes (Santa María del
Monte de Cea).
'" Suele aparecer como Sancta María de Valdecéspedes.
652
Tarobién aparece como Sancta María de Canraso (CDS, no 1069, 1403, 1437).
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA
EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGúN
147
e-
LUGAR
79.
80.
81.
82.
83.
84.
85.
86.
87.
88.
89.
90.
91.
92.
93.
94.
95.
96.
97.
AÑO DE LA t• CITA
1046
Sedano (Villamizar)
653
1168
Senadres
654
1193
Sema
1193
Semella655
1188
Sotillo de Cea
Talaveruela o Talavera (Galleguillos) 1041
1242
Tordevillar del Rey656
1133
Torre657
658
1128
Torre
659
1186
Torrecilla
984
Trianos
1049
Val de Céspedes660
1192
Val de Junco661
1192
Val de Junquello662
943
Valdavida
974
Valdescapa
950
Valdevaniego (Villazanzo)
988
Va1fartiel (Gorda1iza del Pino)
956
Valle Andrino (Castellanos)663
653
Se cita junto a Valfartid
654
Junto a Semelh
REFERENCIA
CDS, n°497
CDS, no 1362
CDS, no 1478
CDS, no 1478
DMT, n°27
CDS, n°462
DMT, no 125
CDG, no 8
DMT, no 5
DMS, n°24
CDS, no 327
CDS, no 531
CDS, no 1464
CDS, no 1464
CDS, no 84
CDS, no 275
CDS, no 129
CDS, no 339
CCL, no 298
655
Algunos autores han situado esta villa en términos del coto de Sahagún, concretatuente junto al arroyo y
despoblado de Parazuelo, identificando Semella con la llamada "Fuente Serranilla" (FERNÁNDEZ
LUNA, W", Monografla histórica de Sahagún y breve noticia de sus hijos ilustres, León 1921, p. 60).
Parece verosímil, habida cuenta de la delimitación que hace el texto y su ubicación junto a Santa Colomba.
656
Parece ser un "villar" en el área de Banecidas, Oteruelos y Villacalbuey, lo qne hace posible su reducción
a "Torralba", al norte de Villamol, quizá surgido a partir del antiguo locum de Villar.
657
Aparece como loco el citado año, dentro del término de Barriales, territorio de Cea. Creemos que se trata
de la villa de este nombre que aparece citada junto a Barriales, Villamartín y otras en documentos de 1142,
1150, 1190 (CDS, no 1270 y 1307. CDG, no 211).
658
Debió de hallarse en término de Castellanos. Se cita nuevamente en 1149, 1192, 1193 y 1200 (DMT, no 7
y 64. CDS no 1470 y 1473).
659
660
Vuelve a citarse en 1210, 1211, 1215 y 1216 (CDG, n° 310, 314, 318, 342 y 356), siempre en relación con
Ferradiella, Fontanares, Villamizar y algunos lugares de Valmatado, lo que hace pensar que se trataría del
lugar denominado Torre en documentos de 1046 y 1091 (CDS, no 497 y 871).
También se cita como villa en 1093 y 1098 (CDS, no 907 y 1028).
661
Aparece de nuevo en documentos de 1200 y 1201, cuando estaba ya yerma (CDS, no 1538 y 1547). Se sitúa
en tierra de Cea, junto con otras villas del Valderaduey.
662
Aparece de nuevo en documentos de 1200 y 1201, con su iglesia de Santa María (CDS, no 1538 y 1547).
Se sitúa en tierra de Cea, junto con otras villas del Valderaduey.
663
Citado en 1182, 1208-1210, 1269 y otros años (DMS, no 16, 43-45, 48, 79).
148
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SANCHEZ BADIOLA
LUGAR
98. Valparaíso664
99. Velilla de Valderaduey
100. Villa Abolfeta (Cea)665
10 l. Villa Adalia666
102. Villa Alafio (Calzada)66"
103. Villa Ambrim668
104. Villa Cerame (Villalebrín)669
105. Villa de Esau (Villalebrín) 670
106. Villa Eiza671
107. Villa Elez672
108. Villa lゥコ・セ
109. Villa Mezero1 (Villapeceñil)674
110. Villa Nannin (Sahagún) 675
111. Villa Nona676
112. Villa Revelle677
113. Villa Vellaco (Arenillas)
114. Villa Xaan678
115. Villacalabuey
WS@
AÑO DE LA 1" CITA
REFERENCIA
1208
c. 1161
949
1068
955
1068
955
1046
1064
1180
1180
946
916
1077
985
954
1091
1166
DMS, n°44
CDG, n°93
CDS, no 119
CDS, n°666
CDS, no 149
CDS, no 680
CDS, no 147
CDS, n°494
CDS, n°639
DMS, no 11
DMS, no 11
CDS, no 364
CDS, no 14
CDS, n°758
CCL, no 508
CDS, n°94
CDS, no 871
DMS, n°3
"" En Castellanos.
665 Citada de nuevo en 1094, 1096, 1182 y 1234 (CDS, no 923, 970, 1405, 1678).
666
En las inmediaciones de Galleguillos.
667
Citado en 1059 (CDS, no 603).
668
En "Entambrín", al oeste de Calzada del Coto (MTN, 196. CARRERA, Toponimia, p. 78).
"'Se le cita también en 1059, 1110, 1127, 1145, 1182 y 1214 (CDS, n° 607, 1180, 1232, 1596. TAS, n° 108.
CDG, no 160).
°Citada en 1088 y 1218 como Villa Sau (CDS, no 844. CDG, n° 372).
67
Un documento de 1123 sitúa al sur de San Pedro de las Dueñas, sobre la margen izquierda del Cea (CDS,
6"
U0
1214).
672
Debió de hallarse esta villa en las inmediaciones de Villamizar.
673
Debió de hallarse en las inmediaciones de Villamizar. Se cita de nuevo en 1183 (DMS, no 15).
'" Se cita nuevamente en 1092, 1095 y 1186 (CDS, n° 892, 949 y 1430).
675
Probablemente sea el mismo lugar citado en una venta de 1077 (CDS, no 758).
676
Entre Castellanos y Calzadilla.
677
Citada en la falsa donación de Ordoño II a la sede legionense (CCL, no 39).
678
Creemos que el Villa Flaian del texto es el mismo Villa Xaan que aparece en documentos de 1180 y 1183
(DMS, n° 11 y 15), y probablemente el Valle Xaan de otros de 1210 y 1230 (ASZ, no 77. DMS, no 59).
Igualmente, sería el lugar denominado Xan de Echavida en 1216 y 1217 (CDG, no 350 y 359). Acaso se
trate de la "Dehesa de Valdellán", al este de Villaruizar (CARRERA, Toponimia, p. 71).
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
LUGAR
149
AÑO DE LA t• CITA
REFERENCIA
1205
1073
950
s. XIII
1236
946
1140
1054
1220
1046
946
913
1136
1118
1172
1095
1109
950
1064
961
1077
CDS, No 1563
CDS, n°724
CCL, n°223
F. FLÓREZ, "Becerro", 496
DMT, no 105
CDS, no 364
CDG, n°47
CDG, no 1
DMT, no 80
CDS, n°497
CDS, n° 364
CME, n°III
CDS, no 1256
DMT, n°2
CDG, no 114
CDS, n°949
CDS, no 1169
CDS, no 128
CDS, no 640
CDS, no 188
CDS, no 758
679
116. Villacarit
117. Villacerán
118. Villacintor
119. Villadiego.
120. Villagómez680
121. Villalebrín
122. Villalmán
123. Villamartín de don Sancho
124. Villambrán
125. Villamizar
126. Villamol
127. Villamudarra (Bercíanos) 681
128. Villamuñío
129. Villamuza682
130. Villanueva683
131. Villanueva684
132. Villapeceñil
133. Villar (Villamol)"85
134. Villarrater<B6
135. Villasalítí 687
136. Villaseca688
679
VI y SAHAGÚN
Tuvo que hallarse en la zona de Velilla de Valderaduey. Reaparece en 1210 (CASTÁN, "San Nicolás del
Real Camino", n• 7).
"" Seguramente en el área de Celada y Joara.
681
Creemos que se refiere a este lugar un documento facundino de 1183 (CDS, n• 1407).
682
Sita, dice el texto, junto al Araduey, citándose con Vi llar y Villazán. Documentos de 1236 y 1245 parecen
situarla entre esos lugares y Celada (DMT, n• 105 y 126). El último, además, menciona Uillamuza la
poblada y Uillamuza la yerma.
683
684
685
Debió de hallarse entre Castellanos y Villacintor. Suponemos que se trata del mismo lugar mencionado en
cartas de 1181 y 1208 (CME, n" CII. DMS, n" 43).
La documentación parece situar esta villa entre Trianos, Villapeceñil y Cea. Se cita en 1143, 1181, 1184,
1187, 1208 y 1250 (RODRÍGUEZ VEGA, "Otero", n• 229. CDS, n" 1401. DMT, n• 13, 19, 23, 130. DMS,
n• 43-44).
Citado en 1110 y 1245 (CDS, n• 1180. DMT, n• 126).
686
Cercana a Celada y Villambrán, por donde se conerva un "camino de la ermita de Villarratel"
(FERNÁNDEZ FLÓREZ, "Becerro", p. 496). Citada de nuevo en 1236 y 1245 (DMT, n• 105 y 126).
687
Citada en 1091, 1127, 1139, 1148, 1152, 1194 y otros años (CCL, n• 1260. CDS, n• 1235, 1266, 1296,
1313, 1489).
6
"
Entre Calzadilla, Castellanos y Villacintor. Se cita en 1172 y 1209 (CDG, n• 114. DMS, n" 45).
150
JAVIER PÉREZ GIL - JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
LUGAR
137.
138.
139.
140.
141.
142.
143.
144.
Villaselán
Villavelasco
Villavelasco (Calzada) 689
Villaverde de Arcayos
Villazán (Joara)
Villazanzo
Villella690
Yecla (Villaverde de Arcayos)
AÑO DE LA 1" CITA
REFERENCIA
954
1077
956
1192
1047
977
1128
s. XIII
CDS, no 142
CCL, no 1207
CCL, no 301
DMT, n°42
CDS, no 506
CDS, n°291
DMT, no 5
F. FLÓREZ, "Becerro", 493
Pero, aparte del propio concejo facundino, los intereses abaciales chocaron
con los de los concejos de las pueblas realengas vecinas, tanto por la condición
exenta de sus vasallos en los correspondientes alfoces, como también por otros
motivos diversos. A menudo se ha hecho hincapié en lo tenso de estas relaciones,
debido a la competencia que suponía para los abadengos y otros señoríos un
realengo especialmente actractivo para el campesinado. Sin embargo, esta
afirmación es veraz sólo hasta cierto punto. En principio, hay que tener en cuenta
que la competencia no venía solamente del realengo, sino también de otros
señoríos, especialmente monásticos. La respuesta señorial va encaminada, por un
lado, a la mejora de las condiciones forales, pero también, por otro, a la
consecución de acuerdos como el suscrito entre la comunidad de Monasterio de
Vega y la de Sahagún para regular los pleitos entre ambos cenobios, el uso común
de deterninados pastos y la prohibición de recibir en el coto propio a los collazos
procedentes del otro"91 • En cuanto a la Corona, ciertamente se incautó de bienes
diversos de la abadía facundina para dárselos a los concejos de pobladores,
aunque normalmente compensándole con otros o bien mediante permutas, como
vimos en el caso de Cantabria. También es cierto que Fernando II le privó del
'"Aparece en la falsa donación de Ordoño II a la sede legionense (CCL, n• 39), y en la nómina de villas de
la catedral, redactada hacia 1100 (CCL, n• 1307).
"" Situada entre Castellanos, Va/andrino, Parazuelo y Villamol. Reaparece en numerosos documentos entre
la citada fecha y 1290 (DMT, n• 7, 15, 41, 58-59, 64 y 154. DMS, n• 16. CDS, n• 1470, 1473 y 1626).
"' CMV, n• 37 y 38.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
151
extenso alfoz de Villalil para dárselo a Mansilla692, y que, por las urgencias de la
defensa fronteriza, Santervás aparece ocasionalmente como tenencia regia693 , y
posiblemente también Saelices, donde era tenente Rodrigo Pérez en 1207 y
1211 694 •
Pero la iniciativa pobladora de la Corona, ligada a la reorganización del
realengo, se inscribe en un proyecto mucho más ambicioso de estructuración
interna del propio reino, que irá vinculado desde sus inicios, inevitablemente, a un
decidido apoyo a las pueblas de monasterios y catedrales, y la concesión de
inmunidades y exenciones a los mismos. Ya Alfonso VI prohibía en 1089 que las
heredades de realengo, infantado, behetría, obispado o cualquier otra institución
religiosa, condes, infanzones o herederos, pasasen de unas jurisdicciones a
otras 69S, en lo que insiste Alfonso IX, en 1206, en parecidos términos696 • Detrás de
esta política de concesiones estaría, sin duda, la necesidad de la Corona de delegar
parte de la tarea repobladora en otras manos, acuciada como se hallaba por las
urgencias colonizadoras en las fronteras con Castilla y Portugal y las nuevas
tierras extremeñas, así como por los continuos conflictos con los musulmanes y
los reinos vecinos697 • Por ello, precisamente, se sumarán más tarde a los señoríos
eclesiásticos los concejos urbanos. Se trata de un medio relativamente cómodo y
seguro para la propia Corona, interesante desde diversos puntos de vista, ya que,
si bien priva al rey, en principio, de determinadas rentas e impuestos, le permite,
por otro lado, contar con unos instrumentos poco gravosos de control y
explotación del territorio que, de otra forma, hubieran resultado costosos y
"' La pérdida del señorío abacial sobre las villas de este alfoz se produjo, según el Anónimo, por la corrupta
acmación del abad Domingo, quien "dio a una su sobrina a un cavallero de tierra de León. El nuestro
monasterio que tenía dO<¡e aldeyuelas 。セ・イ」@
de la villa que agora se llama Mansilla, vien que ・ョエッセウ@
se
aldeyuelas a su sobrina e al dicho cavallero, su
llamase Villalil, e nuestra era; e dio todas las dichas 、ッセ・@
cuñado, por una carga de rábanos; lo qua!, como oyese don Fernando, rei de León, movido a gran saña por
tal fecho, tan feo e tan desigual, tomó todas las dichas nuestras aldeyuelas e diolas a los pobladores de
Mansilla" (l" CAS, p. 134).
693
694
Se cita en el tratado de Fresno-Lavandera, fmnado en 1183, aunque poco más, tarde, hacia 1188, Alfonso
Vlll invade la comarca y toma su fortaleza, que será devuelta por el Tratado de Tordehumos, en 1194
(GONZÁLEZ, Regesta de Fernando Il, n• 46, y Alfonso IX, n• 79.). En virtud de la tregua firmada en 1217
entre Alfonso IX de León y su hijo, Fernando III, la fortaleza de Santervás queda en manos del primero
(CCL, n• 1867).
CMV, n• 76 y 77.
'" CCL, n• 1244.
'" CCI., n• 1785.
697
DURANY, La region del Bierzo, p. 197.
152
JAVIER PÉREZ GIL· JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
difíciles de sostener por medio de la adminsitración regia. Al dejar la tarea en
manos de instituciones razonablemente bien organizadas y sólidas, como las
eclesiásticas, la Corona facilitaba la estimulación del poblamiento y la
producción, y se evitaba la responsabilidad de una intervención directa y, además,
la concentración de poder en manos de la nobleza, siempre mucho más peligrosa.
Las reformas fiscales de la época permitían el mantenimiento en manos reales de
ciertos impuestos que procedían tanto de los realengos como de los señoríos, y
afirmaban la supremacía de la jurisdicción regia sobre todo el ámbito del regnum,
en especial las alzadas y los cuatro casos de Corte -violación de mujer, alevosía,
salteador de caminos o latrocinio evidente-, en una etapa en la que la capacidad
de los señoríos eclesiásticos para ejercer jurisdicción e imponer el orden en sus
dominios era escasa, dada su debilidad de medios, lo que facilita la imposición de
la justicia regia sobre la propiamente señorial698 •
La tendencia durante la segunda mitad del siglo XIII, sin embargo, será a
que las propias instituciones religiosas terminen solicitando la incorporación de
sus vasallos a los alfoces de las pueblas, aunque con determinadas ventajas. La
abadía de Sahagún reconoce la obligación de sus hombres al pago de la castellería
de León y Mansilla, consistente en cinco maravedís anuales en cada caso699 • Al año
siguiente, se dirige al concejo mayorgano para entregarle como alfoceros sus
vasallos en Villalba, aunque reduciendo a la mitad los servicios de hueste y el
pago de fonsadera y castellería, desviando esta última al muro de la propia villa,
y no a las defensas de la capital. Además, la actuación judicial de los alcaldes
mayorganos quedaba restringida a los cuatro casos citados700 • La ventaja
fundamental era la seguridad y protección que los concejos les ofrecían, en una
época en la que el amparo regio se veía cada vez como algo más difuso y lejano,
y no eran infrecuentes los excesos de los oficiales del rey, o así, al menos, era
interpretado por el propio abad y otros señores, como el obispo leonés o el prior
de Escalada701 • Pero también suponía una mayor seguridad para los vasallos de
estas instituciones y para la estabilidad del poblamiento de sus villas, no sólo
porque la protección del concejo se extendía a todo tipo de posibles amenazas,
sino por la mayor efectividad de la justicia concejil, superior, sin duda, a la
monástica o episcopal. Tampoco hay que descartar los beneficios derivados de la
vecindad que adquirían como parte del alfoz, especialmente en relación con los
mercados, y la introducción en ellos de sus producciones702 •
'" DURANY. La region del Bierzo, p. 207.
'"' CDS, n" 1719.
700
CDS, n" 1726.
7
"
CCL, n" 2294. RODRÍGUEZ, Los fueros del reino de León, n" 90.
セM@
セM
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA
EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
15 3
IV. UNA IGLESIA
PARA EL REY:
ALFONSO VI Y EL
"
ROMANICO
FACUNDINO
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
155
IV. UNA IGLESIA PARA EL REY:
ALFONSO VI Y EL ROMÁNICO FACUNDINO
La amplitud del programa político de Alfonso VI, que habría de transformar
de manera tan decisiva el devenir histórico de sus reinos, no podría describirse en
su plenitud sin la presencia de un discurso artístico dedicado a publicitar la
trascendencia del gobierno del imperator Hispaniae. "Los monarcas perpetúan el
recuerdo de su reinado mediante el lenguaje de bellas construcciones y un edificio
monumental refleja la majestad del que lo mandó construir" 703 • En este sentido, es
comprensible que el rey don Alfonso se mostrase favorable al desarrollo cultural
y arquitectónico en sus territorios y que, con el mayor ahínco, fomentase esa
majestad en aquellos centros especialmente ligados a la institución monárquica.
De todos ellos, como estamos viendo, era el monasterio de Sahagún uno de los
más significativos.
El cenobio benedictino de Sahagún adquirió con Alfonso VI una importancia
y simbolismo similares a los que pudo representar para su padre San Isidoro de
León. Sahagún sirvió a la Monarquía de banco de pruebas a la hora de ensayar
ciertas innovaciones políticas y religiosas, y al monarca como sede regia y panteón.
La primera de estas dos últimas funciones evidencia la simpatía de Alfonso VI
hacia el monasterio; la segunda, inequívocamente, su predilección. Con
anterioridad nos hemos referido a la voluntad de Alfonso VI de ser sepultado en
Sahagún, decisión que tomó en la temprana fecha de 1080 y que, como tendremos
ocasión de analizar más adelante, habría de tener trascendentales consecuencias
para la imagen del monasterio hasta sus últimos días. En el capítulo arquitectónico,
que es el que ahora abordamos, la designación de su enterramiento en un cenobio
concreto explica, junto con sus recurrentes estancias en el mismo y su interés por
desarrollar desde allí algunas de las iniciativas señaladas, la promoción que el rey
pudo ejercer de cara a la modernización de la iglesia abacial, esto es, de su
mausoleo. Con vistas a este objetivo se concederían las magníficas donaciones y
privilegios regios otorgados a Sahagún, pero conviene que aludamos además a
otros condicionantes, relacionados igualmente con la labor del monarca, que
también pudieron intervenir en la génesis y evolución de la fábrica románica.
703
ABD AL-RAHMAN AL NASIR, según MAQQARÍ, Anacteles, I; Cf R. MENÉNDEZ PIDAL, Historia
de España, V, Madrid, 1973, p. 342.
156
JAVIER I'ÉREZ GIL • JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
Uno de estos condicionantes, cuya mención se ha convertido en todo un
tópico historiográfico a la hora de referirse al arte románico, es el Camino de
Santiago. Junto al trasiego de peregrinos, comerciantes y otros grupos diversos
que aprovecharon los beneficios del renovado auge de esta ruta, viajaron otro tipo
de mercancías, menos materiales pero más poderosas, de carácter ideológico, así
como todas aquellas novedades que pudieron ser difundidas a partir del contacto
entre gentes venidas de remotos lugares y culturas diferentes. Gracias a la ruta
jacobea, Alfonso VI facilitará la labor de europeización iniciada en León por la
dinastía navarra, siendo recurrente aludir a la manifestación de esta
internacionalización a través del Románico.
Junto al Camino, tradicionalmente se ha venido dando un especial
protagonismo al monasterio de Cluny, en tanto que impulsor de las
peregrinaciones a la tumba del apóstoF04 • Se le ha considerado como auténtico
motor y promotor de las mismas, merced a su multitud de casas dependientes y a
su labor en la creación de una amplia infraestructura hospitalaria705 • Sin embargo,
en el campo de lo artístico, su influencia ha sido muy discutida desde que Violletle-Duc hablase de una école clunisiene, afirmación duramente rebatida en las
décadas siguientes. Con ello, el largo periodo de tiempo que duraron sus
campañas constructivas medievales, según Conant, "ha oscurecido el hecho de
que, en efecto, sí existen grupos uniformes entre los edificios construidos por los
cluniacenses"706 • En el contexto hispano, sin embargo, se hace muy complicado el
estudio de estos caracteres cluniacenses, pues las principales iglesias abaciales
dependientes o relacionadas con Cluny -Oña (1033), Nájera (1056), Carrión de
los Condes (1076, 1095) o la propia de Sahagún- han sido total o parcialmente
destruidas. Hemos de tener en cuenta, en todo caso, la existencia de una corriente
peregrinatoria en ambos sentidos, es decir, un flujo y un reflujo de influencias que
pudo contribuir a la unidad y difusión del arte románico, vetándole todo posible
inmovilismo. En este sentido no parece correcto identificar "arte románico" con
"arte cluniacense" o tan siquiera "benedictino", pues no es fruto exclusivo de una
"" "Cluny organizó las peregrinaciones. Por ello, Cluny es el alma de esta Edad Media móvil, que se desplaza
y propaga por ondas continuas a través de los cantinos, hacia Santiago de Compostela y hacia al oratorio
de San Miguel del Monte Gargano" (H. FOCILLON, Arte de Occidente, Madrid, 1988, p. 63).
"' C. SÁNCHEZ ALBORNOZ, op. cit., pp. 36-37, se muestra contrario a la idea de que los monjes
cluniacenses fuesen llamados por los monarcas hispanos con el objetivo de avivar las peregrinaciones a
Santiago y B. F. REILLY, Cristianos y musulmanes (1031-1157), Madrid, 1992, p. 80, ha señalado que, en
la apertura a Europa, Cluny "fue de los últimos en llegar".
""K. J. CONANT, Arquitectura carolingia y románica, Madrid, 1991, p. 200.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
157
influencia parciaF07 • Así pues, conceptos como el de Arte de la Peregrinación, o
el de las denominadas iglesias de peregrinación, han de ser revisados atendiendo
a su realidad mucho más compleja de lo que se ha venido admitiendo,
consecuencia de ese intercambio en el que Sahagún, de nuevo, aparece como
protagonista destacado, vinculado como estaba tanto al Camino como a la reforma
cluniacense.
No obstante, es preciso atender al proceso específico que tuvo lugar en el
monasterio-corte si pretendemos alcanzar una visión global que explique la
construcción de su iglesia, y del resto de parroquias del naciente burgo, bajo los
nuevos parámetros arquitectónicos. El espíritu renovador de Alfonso VI parece
que se hizo extensivo al campo de la Arquitectura al llegar al monasterio de los
Santos Facundo y Primitivo. Aquel templo de mirífica grandeza, tan ligado al
tradicionalismo de la monarquía astur-leonesa, aparecía ahora empequeñecido y
obsoleto ante la especial relevancia que iba cobrando Sahagún, la modernidad y
amplitud de la política del monarca y el nuevo contexto arquitectónico que estaba
dando lugar a fábricas como las de San Isidoro de León, la catedral de Braga o los
proyectos arquitectónicos de Cluny y sus filiales francesas. En relación a este
último cenobio, ya tuvimos ocasión de señalar cómo fue el propio Alfonso VI uno
de los más notables benefactores del monasterio de Cluny, llegando a sufragar
parte de la tercera fábrica de su iglesia.
Esta fluida relación entre Alfonso VI y Cluny parece haber tenido prontos
efectos en el arte facundino, donde los monjes llegados con don Roberto y don
Bernardo de Sedirac llevan consigo no sólo el reformismo regular y monástico,
sino también artístico. De entre todos ellos, quisiéramos llamar la atención sobre
un tal Giraldus ma9ionarius, a quien encontramos confirmando la carta de
concesión del Fuero a la nueva villa de Sahagún, y que bien pudiera identificarse
'"' S. MORALEJO, "Cluny y los orígenes del Románico palentino", Jornadas sobre el arte de las órdenes
religiosas en Palencia... , pp. 9-27. Palencia, 1990. J. M.' AZCÁRATE RISTORI, "Arquitectura Románica
española en el Camino de Santiago", Ciclo de Conferencias sobre el Románico y el Camino de Santiago,
Palencia, 1983, pp. 25-37. Este último autor ha propuesto la siguiente definición de arte Románico: "El
románico es un arte internacional que con cierta simultaneidad surge en diversos lugares de Europa, como
fruto o resultado del período de ensayos que suponen los estilos prerrománicos, a los que se unen bien
claras influencias orientales que se reciben a través de Bizancio, o bien por los árabes del Mediodía español
o, ya más tardíamente, por el contacto de los cruzados con las viejas culturas del Oriente medio".
158
JAVIER PÉREZ GIL - JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
con un maestro de obras 708 • ¿Hemos de pensar que se trata de un monje
especialmente designado para desarrollar el proyecto románico de la iglesia
abacial, o quizás su presencia es simplemente casual?
A juzgar por su nombre, cabe suponerle a este Giraldus un origen francés,
por lo que su llegada a Domnos Sanctas debiera situarse hacia 1079-1080, con
motivo del mencionado envío de monjes de Cluny a Sahagún. Su mención en el
escatocolo foral hemos de considerarla como excepcional, en relación, quizá, con
la propia excepcionalidad del texto, pues no se le vuelve a ver aparecer en ningún
otro documento facundino, con la posible salvedad de una escueta referencia a
otro Giraldus en el año 1096709 • El término m(lfionarius lo podemos interpretar
como el cargo o tarea que desempeñaba el monje, y ésta no es otra que la de
albañil o "mazonero"710, denominación ajena a la organización tradicional de las
comunidades monásticas hispanas, por lo que hemos de insertarla dentro del
"" J. PÉREZ GIL, "El monasterio románico de los Santos Facundo y Primitivo de Sahagún", pp. 237-245.
Archivo Histórico Nacional (=AHN), BGS, ff. 238v-239v, escr. 91; Becerro Il, ff. 27r-28r; Clero, 885-16;
Clero, 885-15. Las diferentes ediciones del documento coinciden a la hora de transcribir el nombre de ese
Giraldus mar;ionarius (COSB, IV, 488r-v. HS, apénd. III, escr. CXVIII, pp. 482-484. T. MUÑOZ Y
ROMERO, Colección de .fueros municipales y cartas puebla, Madrid, 1847, t. I, 301-306. CDS, n• 823). J.
RODRÍGUEZ, Los fueros del Reino de León, León, 1986, t. Il, n• 6, pp. 35-40, deja entrever que el término
al que se refiere el documento es rar;ionarius, sí bien transcribió igualmente mar;ionarius. A. UBIETO
ARTETA, op. cit., pp. 19-22, nota 1, transcribe Mancionarius, pues se guió por una copia de finales de
1401 (AHN, Clero, 885-15). Por su parte A. M.' BARRERO GARCÍA, op. cit., pp. 385-597, cree que la
carta de 1085 podría ser el resultado de dos concesiones refundidas, una anterior a 1080 o de 1082 a lo
sumo, y otra de 1085 o posterior. No obstante, ésa no es razón suficiente como para poner en tela de juicio
la veracidad de las suscriptiones. más en el caso de Giraldo, que va incluido dentro de un mismo grupo que
suponemos estaba ya en Sahagún entre 1080 y 1085: "Ego Bernardus abba una cum consenssu
monachorum cenobii Sancti Facundi que hic sunt scripta conf signum aponoque. Robertus prior conf
Fulcos scriba conf Sennor Didacus Albariz conf Didacus Gunr;aluiz conf Roderico Didaz conf Didacus
Guncaluiz conf Tel Guterriz conf Albar Saluatoriz conf Poncius magister conf Marcellinus conf Hugo
scriba conf Giraldus mat;ionarius conf Icilinus conf Ibert conf Facundus conf Armentarius conf
Michael conf Et totus conuentus conf'.
709
CDS, n• 974. En 1117 se recoge otra mención a un Girardus esposo de Alit (CDS, n• 1199), pero es
evidente que no puede tratarse de la misma persona. En este último documento firma también Giralda
Lagosta, que reaparecerá en otras escrituras hasta 1126 (CDS, n• 1214, 1215, 1217, 1219 y 1226).
nuestro contexto se podría entender como maestro constructor. El término proviene del francés ma¡;on
y éste del latín tardío machio. En cuanto a esta raíz, S. ISIDORO dice: "Maciones dicti a machinis in
quibus insistunt propter altitudinem parietum" (Etimolog{as, ed. de la BAC, Madrid, 1983, II, p. 444), y
su derivación hacia mar;ionarius es perfectamente explicable. "A principios del siglo XII, canteros y
albañiles no habían dejado de ser obreros, pero habían conquistado la libertad y se hallaban relativamente
organizados ... Obtuvieron el derecho de disponer de su logia propia. Hoy estamos familiarizados con esta
palabra, logia, como lugar donde los francmasones celebran sus asambleas; pero no debemos olvidar que
la secta de dicho nombre tuvo su origen, precisamente, en aquella primitiva organización de los albañiles
y canteros, denominados masons en inglés y mar;ons en francés" (D. JACOBS, Los constructores de
catedrales de la Edad Media, Barcelona, 1974, p. 57).
no En
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MONARQuíA Y MONACATO EN LA
EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
159
contexto de renovación que supuso la adopción de la reforma cluniacense, que
establecía una jerarquía más especializada para sus monasterios711 • Su presencia en
Sahagún ha de verse, pues, --con independencia de que fuese quien realmente
dirigió las obras de la iglesia románica- como un hecho de gran interés, dada la
magrura de noticias que adviertan la identidad de un artista en fechas tan
tempranas712 •
Creemos, asimismo, que la presencia del maestro Giraldo en Sahagún
podría corresponderse, si no con el inicio de las obras del nuevo templo, sí con el
origen de la planificación del mismo. Tal hecho obligaría a adelantar el inicio de
la fábrica al abadiato de don Bernardo (1080-1086), y no al de Diego 1 (10881111), tal y como se ha venido considerando en virtud del epitafio de este último,
desaparecido en la actualidad, en el cual parecía identificársele con el iniciador de
las obras de la iglesia: Inter caetera pietatis opera ecclesiae fundamentum primus
posuit" 13 ; esta noticia constructiva, no obstante, parece que pertenecía a una
inscripción del siglo XIV, si bien nada impide que se tratase de una renovación 714 •
En todo caso, el hecho de que fuese el abad Diego 1 quien pusiese la primera
piedra de la edificación no empaña la posibilidad de que relevase a don Bernardo
en los planes de construcción. Fue en el año 1099 cuando Diego 1 consagró la
cabecera del nuevo templo715 , por lo que, de haber partido de él la iniciativa
constructiva, ésta tendría que haberse iniciado con posterioridad al año 1088, que
711
712
ESCALONA, HS, lib. III, cap. VII, p. 114, reflexiona sobre los oficios monacales diciendo: "y advierto,
que antes de venir a éste monasterio los abades D. Roberto y D. Bernardo no se ve en las escrituras que los
monjes que ejercían estos oficios (prior mayor, prior segundo, armario o bibliotecario, sacristdn mayor,
cillerero, apotecario o granero, limosnero mayor, camarero mayor) se titulasen de ellos cuando las
firtuaban o confirmaban". Por su parte G. GARCÍA MUÑOZ, La Biblioteca del Monasterio de San Benito
el Real de Sahagún, Moratalla, 1920, p. 12, comenta: "[ ... ) a partir de la estancia de Don Bernardo en
Sabagún, la biblioteca adquiere una organización idéntica a la que tenían las francesas, apareciendo los
diferentes cargos que tantos y tan variados nombres toman al correr de la Edad Media". Mencionará como
ejemplos los cargos de armarius (maior, secundas ... ), praecentor y sacrista.
Cometido diferente, pues, al de los priores o tenentes de la obra, como el don Franfisco, prior de la obra,
que aparece confmnando el traslado bajomedieval del fuero, por cuanto representan un concepto amplio
que abarca funciones, sobre todo, económicas y de gestión.
"'HS, lib. Ill, cap. Ill, p. 94. J. M.' QUADRADO, op. cit., p. 395, n. l. COSB, III, pp. 192-194. J. D. RADA
Y DELGADO, "La VIrgen con el Niño ... ", El Mensajero Leonés, n• 552-568, 4-24 de marzo de 1905.
7
"
715
HS, lib. I, cap. Ill, pp. 21-22 e Ibídem, lib. Ill, cap. III, p. 94.
H. S., lib. Ill, cap. III, p. 94. J. M.' QUADRADO, op. cit., p. 155, nota l. COSB, t. Ill, pp. 192-194. J. D.
RADA Y DELGADO, op. cit., En el primer cuarto del siglo XII el Monje Anónimo, contemporáneo del abad
Diego I, dejará constancia también de la consagración de la iglesia de los mártires Facundo y Primitivo (I'
CAS, cap. IX. HS, lib. U, cap. IV, p. 68. C. ESTEPA DÍEZ et alii, Reyes de León, León, 1996, p. 127).
160
JAVIER PÉREZ GIL - JuAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
es cuando aparece documentado por vez primera como abad de Sahagún716 • Más
lógico parece, sin embargo, que el proyecto se gestase en los primeros años de la
década de 1080, pues se explicaría así el desarrollo de una obra excesivamente
acelerada y la presencia de un taller escultórico en activo en tomo al año 1094 que
realizaría obras como la tapa del sepulcro de Alfonso Ansúrez, actualmente en el
Museo Arqueológico Nacional. Diego I pudo proseguir los planes trazados por
don Bernardo e incluso tener el privilegio de poner la primera piedra, pero no fue
más que el continuador de un proyecto iniciado por el gran reformador: don
Bemardo717 • Sahagún se sumaría así al conjunto de monasterios que, como los de
San Pedro de Arlanza, Santo Domingo de Silos o San Zoilo de Carrión, habían
comenzado en tomo al año 1080 las obras de adecuación de sus respectivas
iglesias al nuevo rito litúrgico, impulsado precisamente por Alfonso VI y don
Bernardo.
El monasterio y su iglesia
La planta de la nueva iglesia monástica facundina evidenciaba la aplicación
de los modelos tradicionales románicos, realzados por sus proporciones718 , y las
consecuencias lógicas de una fábrica que se prolongó durante un extenso periodo
de tiempo. A juzgar por los restos existentes y las referencias documentales y
bibliográficas719 , ésta debía ser de cruz latina, con tres naves de siete tramos, que
716
CDS, no 842.
"' No hemos de olvidar que Don Bernardo jugó un papel decisivo a la hora de ejecutar buena parte del
programa religioso, político y cultural de Alfonso VI. Esta labor bien pudo extenderse al plano artístico
incorporando los nuevos modelos románicos franceses. "Incluso donde los monjes cluniacenses
reformaban un monasterio que conservaba o recuperaba su independencia, era frecuente que se hicieran
nuevas construcciones al principio del nuevo régimen, cuando la influencia de Cluny era más fuerte" (K.
J. CONANT, Arquitectura carolingia y románica 800-1200, Madrid, 1991, p. 202).
""Esta nueva iglesia románica fue descrita, al igual que la de Alfonso ID, como mirae magnitudinís, alabanza
que por otra parte puede ubicarse dentro del tópico. La iglesia fue admirada incluso siglos más tardeCOSB, ID, p. 267- diciendo de ella Escalona "que sólo se encuentra, aún entre las catedrales, una de su
antigüedad que la compita en magnificencia, que es la mezquita de Córdoba, que pasó de mezquita a ser
iglesia, y era en aquellos tiempos el Templo de Salomón para España" (HS, lib. VID, cap. I, p. 231 ).
"'Los estudios más representativos acerca del Románico del monasterio de Sabagún serán citados a lo largo
de este epígrafe. No obstante, queremos apuntar otro tipo de documentación histórica -planos
concretamente--, que pueden resultar de interés para aquellas personas interesadas en el estudio de la
arquitectura de la iglesia abacial de Sabagún. El primero y más antiguo es el plano del arquitecto Miguel
Echano, referido al proyecto de nueva iglesia del siglo XIX (E. ZARAGOZA PASCUAL, "Planos y
reedificación de la iglesia del monasterio de San Benito de Sabagún (1824-1831)", AL 83-84 (1988), pp.
363-385). Su información es escasa, pues no cuenta con la representación de las estructuras existentes y su
MONARQUÍA Y MoNACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
V! Y SAHAGÚN
161
remataban en sus correspondientes ábsides, éstos con tramo recto poco
desarrollado. El crucero era de cinco tramos y sobresaliente; sobre él descansaba
una torre-cimborrio. Cabría, asimismo, sumar la existencia de una estructura
funeraria a los pies, reminiscencia de aquella primitiva iglesia mozárabe de
Alfonso III que describiéramos en su momento720 • La nave central, de doble
anchura que las laterales, excedía en casi la mitad de su altura a estas últimas,
habiendo calculado Gómez Moreno una longitud total de 66 m para el interior,
38' 16 para el ancho del crucero, 24'3 para las naves y entre 1 '5 y 2 m para el
grueso de muros. Por su parte, Romualdo Escalona, que pudo ver la obra en pie,
midió una altura de 25m para la nave central, y de la mitad para las colaterales721 •
Respecto a la cubierta, ésta debió sufrir una falta de homogeneidad a causa de lo
dilatado del proceso arquitectónico, que alcanzó sobradamente el siglo Xlll722 •
Contaba con bóvedas de horno en las capillas absidales, de cañón en los tramos
rectos de éstas y en el crucero, de crucería con variaciones en el cuerpo de la
iglesia y una torre-cimborrio sobre el crucero 723 •
deducción se complica al haberse invertido el sentido de la iglesia. El segundo plano es el realizado por
Elías GAGO y Juan Eloy DÍAZ-JIMÉNEZ para la Comisión de Monumentos de León a partir de los restos
conservados en 1883 (Eidem, "Autenticidad de los restos mortales de Alfonso VI y de sus cuatro
mujeres ...", BRAH, LVIII (1911), cuaderno!, p. 48). A pesar de recoger gran parte de los rasgos de lo que
debió ser la iglesia románica, debe consultarse con cautela, pues presenta numerosas irregularidades.
SÁNCHEZ PÉREZ, op. cit., pp. 12-13, n. 52, ha apuntado la presencia de restos aún presentes y no
señalados en el plano, como es el caso de parte del ábside meridional. Del mismo modo se podria
recriminar la presentación de un ábside curvo a pesar de que éste estaba amputado por la Torre del Reloj
antes de mediar el siglo. El tercer conjunto de planos lo realizaron a finales de la década de 1870 los señores
José Solar, Inocencia Redondo y Ramón Medina para la Comisión de Monumentos de León (Biblioteca
Pública de León, Comisión de Monumentos, leg. 614, pp. 103-104 y 116). Desparecidos buena parte de
ellos, la Biblioteca Pública de León, Comisión de Monumentos, conserva algunas copias con alzados. Un
último plano, conservado en el Archivo Histórico Municipal de León (=AHML), fondo Torbado, "Planos
del monasterio de Sahagún" y titulado "Sahagún. Planta del Monasterio. Iglesia", no debe llevar a
equívocos, pues representa la planta de la iglesia de San Tirso de Sahagún.
no
J. L. SENRA, op. cit., pp. 122-144.
m M. GÓMEZ MORENO, Catálogo monumental de la provincia de León, Madrid, 1925, p. 344. HS, lib.
VIII, cap.!, pp. 231-232. La nave central, que medía 90 pies de altura, fue rebajada a 82 con motivo de las
obras de restauración que ejecutó en 1766 el P. Pontones. Las naves laterales conservaron sus bóvedas
originales de piedra.
722
El13 de mayo de 1255 Alfonso X donó 300 maravedís para ayudar a "facer la eglesia para meter hy el rey
Don Alfonso que ganó Toledo, que yace enterrado en el monasterio de San Fagundo" (CDS, n' 1753).
Asimismo en 1284 el monasterio cedió su filial de San Salvador de Nogal (Palencia) a Doña Juana Gómez
a cambio de 35.000 maravedís "de la moneda de la primera guerra para acavar vuestra iglesia et vuestra
caustra et para offecina de vestro monasterio" (CDS, n' 1831).
M. GÓMEZ MORENO, op. cit., p. 346, cree este cimborrio pudo sostener una cúpula del tipo de las de
las catedrales de Zamora y Salamanca o la Colegiata de Toro.
162
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SANCHEZ BADIOLA
Ese proceso arquitectónico al que hacíamos referencia no siguió una
evolución uniforme, corriendo ésta de forma paralela a la coyuntura económica y
a la estabilidad del monasterio. Es por ello que se ha establecido una primera fase
constructiva que, prolongándose desde un momento cercano a la fecha de 1080en que se gestaría el proyecto--, alcanzaría hasta las postrimerías de la primera
década del siglo XII. Fue entonces cuando se produjo un evidente parón
constructivo a causa de las revueltas burguesas surgidas en la nueva villa. Durante
este periodo se concluyeron la cabecera -consagrada en 1099- y algunas
dependencias anejas724 • Escalona, describiendo la capilla mayor del templo,
aseguraba que ésta "tiene manifiestas señales de ser obra distinta de lo demás de
la iglesia, pues no corresponde su altura a la de la nave mayor, ni a la del crucero,
por ser mucho más baja la capilla"725 • Desgraciadamente, hoy no podemos
corroborar estas informaciones, ya que la cabecera fue demolida con motivo de
las reformas del siglo XIX; tan sólo nos resta el arranque de su tramo recto, una
columna que se encuentra inserta en la portada neoclásica del P. Miguel Echano,
y parte de su ventana septentrional, cegada por el lienzo meridional de la
denominada Torre del Reloj.
Algo más conservamos de las capillas laterales. De la meridional queda la
parte derecha del arco de triunfo, con su columna adosada que sobrepone a un
deteriorado capitel con algunos restos vegetales un cimacio de motivos
vagamente reconocibles. La capilla se desarrolla en profundidad a través de un
tramo recto de 1' 8 metros que conserva imposta corrida ajedrezada. A
continuación el muro realiza un estrechamiento para cerrar la estructura con una
bóveda de horno, aunque de ésta no se aprecia más que el inicio iumediato al
tramo recto, pues una torre inacabada del siglo XIX -gemela de la del Relojla corta de cuajo. En cuanto a la la capilla norte, su interior presenta un tramo recto
cubierto con bóveda de cañón y decorado con imposta taqueada, la cual se debió
prolongar por el ábside, que quedaba cerrado por una bóveda de horno. Respecto
a los capiteles que sustentan el arco de triunfo de la capilla, se acompañan de
cimacios con palmetas. El capitel derecho presenta una decoración de palmas y
hojas carnosas que emergen y se entremezclan con volutas; el izquierdo exhibe
una serie de hojas que envuelven bolas. En ambos es patente la tradición
12
'
En el análisis de la basílica de Alfonso III ya tuvimos la oportunidad de señalar la opinión de otros autores
que añaden a esta labor desarrollada bajo el reinado de Alfonso VI el panteón que se encontraba a los pies
del templo. No es el caso, empero, de M.' P. SÁNCHEZ PÉREZ, El monasterio de los Santos Facundo y
Primitivo, Sahagún, 1993, p. 19.
ns HS, lib. l, cap. III, p. 21.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
163
borgoñona, pudiéndose relacionar con los de San Isidoro de León o Frómista726 •
En cuanto a los fustes, las recientes intervenciones de desescombro en la Torre del
Reloj han evidenciado que éstos se embutieron posteriormente en una fábrica de
ladrillo. Se trató sin duda de una modernización de la capilla, y aún puede
apreciarse la policromía con que se revistieron, imitando pilastras.
El buen ritmo de la actividad constructiva, que llevó a celebrar una primera
consagración en 1099, se vio sin embargo bruscamente detenido poco después de
morir Alfonso VI. Fue entonces cuando se iniciaron las violentas revueltas
burguesas que salpicaron la comarca entre 1109 y 1117, a raíz de los titubeos
políticos de la reina Urraca y de los anhelos autonomistas del Concejo de
Sahagún727 • Se libraron en aquella década cruentas disputas cuya gravedad forzó
la paralización de las obras, pues las tropelías de aragoneses y burgueses
facundinos provocaron incluso la huida del abad al monasterio de Nogal de las
Huertas (Palencia). Además, la muerte del gran patrocinador -Alfonso VI- y la
consolidación de lo que Bishko llamó praeparatio cluniacensis, parecen
argumentos sólidos para confirmar el fin del citado primer impulso constructivo,
el cual se hizo extensivo también a la obra de San Zoilo de Carrión de los Condes,
otro monasterio situado en tomo a la frontera entre los territorios de Urraca y
Alfonso 1'28 •
La paralización o lento avance de las obra debió prorrogarse hasta el año
1127729 • Ya desde 1116 Iglesia y Monarquía habían impulsado una serie de
medidas encaminadas a la normalización social del monasterio y la villa de
'" Otras obras escultóricas de finales del siglo XI también se han puesto en relación con el taller de San
Isidoro de León (J. PÉREZ GIL, "Escultura románica del siglo XI en el Reino de León y Castilla: el taller
de Sahagún", XIX Ruta c. del románico internacional, Pontevedra, 2001, pp. 153-160).
727
M.' P. SÁNCHEZ PÉREZ, op. cit., p. 19, hablará también de un incendio acaecido en 1104 como causa
de la paralización de las obras.
728
J. L. SENRA GABRJEL Y GALÁN, "La portada occidental recientemente descubierta en el monasterio
San Zoilo de Carrión de los Condes", AEA, 67 (1994), pp. 57-72.
729
Tradicionalmente ha venido fijándose en el año 1127 el inicio de la segunda etapa constructiva, pues
YEPES, COSB, t. Ili, p. 266, menciona una carta fechada en ese momento en la que se dona al monasterio
toda la renta de Villavellaco, Arenillas y la iglesia de Santa Columba para continuar la fábrica de su iglesia.
Ya han advertido algunos autores (J. PÉREZ GIL, "El monasterio románico ... ") que aunque el benedictino
cita "la villa de Velasco", actual Villavelasco, en el municipio de Víllazanzo de Valderaduey, parece evidente
que el documento que consultó se refería a Víllavellaco, sito a orillas del Valderaduey y cerca de Santa
Columba y Arenillas. Otros investigadores que citan a Yepes han confundido esta fecha de 1127 con 1121
(M. GÓMEZ MORENO, Iglesias mozárabes, Madrid, 1919, pp. 203-204. MARQUÉS DE LOZOYA,
Historia del arte hispánico, Barcelona, 1931, I, p. 383. L. TORRES BALBÁS, Arquitectura gótica, Madrid,
1952, p. 18. E. LAMBERT, El arte gótico en España en los siglos XII y XIII, Madrid, 1982, pp. 71-72. J.
GUDIOL RJCART y J. A. GAYA NUÑO, Arquitectura y Escultura románicas, Madrid, 1948, p. 262). En
nuestra opinión, este documento ha de ser tomado con cautela por cuanto hay indicios de que el historiador
benedictino lo transcribió mal, confundiendo al abad Domingo III (1150-1164) con Bernardo II (1119-1131).
164
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
Sahagún730 , pero parece que fue Alfonso VII el encargado de poner fin a los decem
et septem annos de graves conflictos en el reino. Este monarca decidió en 1126
reintegrar al monasterio todos sus privilegios, violados por él mismo durante los
años anteriores, y aquellas posesiones que, como Cofiñal o el monasterio de
Nogal, habían sido detraídas de su jurisdicción731 • Cabría hablar, pues, de una
recuperación económica del monasterio en los primeros años del segundo cuarto
del siglo XII, la cual podría repercutir en la continuación de las obras 732 •
Las noticias documentales sobre estas últimas son, sin embargo, muy pocas
y pertenecen a la segunda mitad de siglo. En 1157 el abad Domingo III cede la
iglesia de Santa Colomba y las rentas de Arenillas y Villavelasco "para la fábrica
de la iglesia de este su monasterio" 733 • Ese mismo año encontramos a un Petrus
Stefani, regens operam Domnis Sanctis, en una donación realizada por Marina
Pérez al monasterio, corroborándose su presencia en los años siguientes 734 •
Asimismo, en la década de 1170 vuelven a aparecer referencias indirectas a la
obra, concretamente bajo la firma de un tal Petrus Michaeli de opera735 ; sin
embargo, no tenemos constancia documental de la existencia del Guillelmus
mar;onerius que citara Gómez Moreno y que debiera haber trabajado en Sahagún
a lo largo del segundo cuarto del siglo XII736 • Con el inicio del siglo XIII la nómina
""M. RECUERO ASTRAY, "El Reino de León durante la primera mitad del siglo XII", El reino de León en
la Alta Edad Media. La Monarquía (1109-1230), León, 1993, pp. 26-27.
731
Alfonso VII se refiere extensamente a los disturbios acaecidos entre la muerte de Alfonso VI y su subida
al trono. Se compromete a quitar al prefecto de la villa, devolviendo así todo el poder jurisdiccional al abad
y asegurando su autonomía. La escritura fue entregada con sus propias manos super alta re Sancti F acundi
(CDS, no 1226, 1227 y 1230). Véase al respecto M. RECUERO ASTRAY, op. cit., p. 39 y ss. e IDEM,
A(fonso VII, Emperador. El imperio hispánico en el siglo XII, León, 1979, p. 71.
En 1134 Elvira Sánchez donará ad illa opera de Sancto Facundo las heredades que ésta tenía en Villa
Abduz y Villalán (CDS, n• 1253).
m AHN, Códice 225B, ff. 143r, 162v y 24lr, Cf M.' V. HERRÁEZ ORTEGA, op. cit., p. 85.
"' CDS, n• 1326 y 1336-1337. M. GÓMEZ MORENO, El arte románico español. Esquema de un libro,
Madrid, 1934, p. 157.
735
730
CDS, no 1371 y 1387.
" ... vaya el dato de haber sido su arquitecto (el de la iglesia románica del monasterio de Sahagún) un
"Guillelmus ma9onerius", antes de mediar el siglo XII" (M. GÓMEZ MORENO, Catálogo monumental de
la provincia de León, I, p. 346). Otros autores, como el MARQUÉS DE LOZOYA, Historia del arte
hispánico, vol. I, Barcelona, 1931, p. 383, o Vicente LAMPÉREZ Y ROMEA, Historia de la Arquitectura
cristiana española en la Edad Media, 3 t., Madrid, 1908, p. 711, se harán eco también de esta noticia:
"como dato interesantísimo debe citarse que, según yo he oído de labios del Sr. Velázquez, éste vio (y copió
en un dibujo, desgraciadamente perdido), una lápida en que constaba que el arquitecto autor de la obra fue
un William, inglés". E. LAMBERT, El arte gótico en España en los siglos XII y XIII, Madrid, 1983, p. 71,
rechaza sin embargo la posibilidad de un origen inglés y de su posible identificación con el arquitecto de
Jaca que sospechase el Marqués de Lozoya.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
165
de posibles artistas se incrementará con la presencia de Mainello opera tenens, o
algunos pintores como Iohannes, Petrus Stephani, Facundus o Pelagius, a los que
se ha relacionado con la decoración mural que habría de dar por concluida buena
parte de la obra, si no de toda la construcción737 •
A lo largo de esta segunda etapa constructiva, que se desarrolla hasta el
momento del traslado de las reliquias de la antigua iglesia a la nueva en 1213, se
culminará el resto de la obra románica738 • Esta noticia del traspaso "veteri ecclesia
ad novam" ha tenido diferentes interpretaciones, como expusimos al hablar de la
capilla de San Mancio y su relación con la iglesia antigua de Sahagún. El equipo
de la profesora Herráez Ortega la ha identificado con el panteón creado a los pies
de la iglesia de Alfonso III, el cual se habría concluido bajo el reinado de Alfonso
VI. En virtud de esta interpretación, justifica la presencia allí de las reliquias en
un posible traslado, durante las primeras revueltas burguesas, desde la cabecera
consagrada en 1099. El panteón habría cumplido entonces la función de iglesia,
motivada por su mayor seguridad en un periodo tan inestable, y a causa también
de las obras que se estarían desarrollando en las inmediaciones del crucero. Por
todo ello, ante el traslado de 1213 habría recibido el calificativo de "iglesia
antigua"739 • Sin embargo, como ya hemos expuesto, es posible que esa iglesia
antigua --el panteón o capilla de San Mancio- fuese denominada así porque
realmente lo era: el antiguo templo de Alfonso III. El desarrollo hacia los pies del
nuevo templo románico habría absorbido parte del antiguo, y sería entonces
cuando las reliquias pasarían a la capilla mayor de la noua ecclesia, y los pies de
la vieja fuesen objeto de las transformaciones tardorrománicas que dieron a
conocer los arqueólogos de principios del siglo XX.
Los segundos tramos del crucero y el cuerpo de la iglesia se cubrirán, a
diferencia de los extremos del primero, con bóvedas de crucería740 • Respecto al
tramo central del transepto, las descripciones históricas nos refieren la existencia
de un cimborrio sobre el mismo. De él nos dice Fr. Antonio de Yepes a principios
del siglo XVII:
"' M." V. HERRÁEZ ORTEGA, op. cit.. p. 88.
m Don Justiniano RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ. "Nuevas inscripciones sepulcrales", AL. 12 (1958), pp. 309-
316, corrige a Escalona en la fecha de traslado de las reliquias, datando el acuerdo capitular para llevarlo
a cabo en 1212, bajo el abadiato de Don Guillermo l.
739
"
0
M." V. HERRÁEZ ORTEGA, op. cit.. pp. 89-90.
Estas bóvedas debieron apear sobre pilares compuestos de unos 3 metros de diámetro, tal y como ha
apuntado M." V. HERRÁEZ ORTEGA, op. cit.. p. 93, al referirse a un informe elaborado en 1824 por el P.
Miguel Echano, encargado de la restauración de la iglesia, para la Comisión de Arquitectura de la Real
Academia de Bellas Artes (A.R.A.BB.AA., 32-2/2).
166
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
"En la capilla mayor de esta iglesia, encima del cimborrio, se atrevieron a
hacer una torre tan notable que aún para imaginada es demasiado grande; y dudo
yo que los censores de ahora, aunque se desvelen, la sepan trazar y ejecutar
conforme la vemos. Es de inmensa grandeza, y de las más altas que hay en el
reino, y está hecha con tal artificio que aunque se levanta en la capilla mayor y
parece que está sentada sobre el mismo cimborrio, estriba en los cuatro pilares del
crucero, que ellos sólos pudieron sustentar tan gran máquina a cuestas, y con
apearse y alcanzarse este secreto, aún siempre queda admiración a todos los que
la ven, así a los doctos en la arquitectura como a los ignorantes de ella"741 •
Yepes estaba describiendo lo que se conocía como Torre de la Aguja, esto
es, el primitivo cimborrio románico con la aguja que se añadió en el segundo
tercio del siglo XV742 • En 1766, a consecuencia de los desperfectos ocasionados
por el terremoto de Lisboa, el P. Pontones sustituyó la citada aguja por una cúpula
de media naranja743 • Así pues, muy poco es lo que podemos decir sobre el
primitivo cimborrio, ya que no disponemos de ningún dato sobre su aspecto con
anterioridad al siglo XV. Gómez Moreno cree que pudiera tratarse de un cimborrio
como los de las catedrales de Zamora y Salamanca, y la colegiata de Toro,
llegando a apuntar, incluso, la posibilidad de que fuese Sahagún el foco difusor de
este modelo744 •
A partir de la reanudación de las obras, los trabajos debieron proseguirse
con cierta agilidad, ya que en 1184 se consagró la capilla de San Benito, ubicada
entre el brazo septentrional del crucero y el exterior del muro de la nave norte, y
confundida invariablemente, como ya expusimos, con la capilla de San Mancio 745 •
Esta dependencia cobra un especial interés para el estudio de la iglesia abacial, en
'" COSB, III, p. 267.
'" "También aseguró (Don Pedro de Medina, abad) la famosa Aguja o Torre, que se derribó en el año 1767,
haciéndole quatro estribos fuertísimos a los quatro ángulos" (HS, lib. VI, cap. Ill, p. 191).
"'HS, lib. VIII, cap. I, p. 232. J. M.' QUADRADO, op. cit., pp. 392-393. Paralelamente se aligeró la
plementería de las bóvedas de la nave central, pasando de piedra a ladrillo, y se rebajó su altura en algo
más de dos metros. Las naves laterales conservaron su fábrica en piedra.
'" M. GÓMEZ MORENO, Catálogo ... , p. 346. E. LAMBERT, "La peregrinación a Compostela y la
arquitectura románica", AEA, 16 (1943), pp. 273-309. M.' P. SÁNCHEZ PÉREZ (op. cit., p. 23) aprecia
unas relaciones más estrechas con la catedral vieja de Salamanca.
'" "Hvivs altaris consecratio facta esta donno Fernando bone memorie astoricense episcopo in honore Sancti
Benedicti presentibus episcopis Petro civitatensi et Adefonso auriensi infra quod sunt reliquie de sepulcro
Sancte Marie et sanctorum martirum Caudii et Victorici et Sancti Prudentii Adefonso rege catholico
regnante in Toleto et Ioanne abbate eclesiam Sanctorum Facundi et Primitivi gubemante anno ab
incamatione domini MCLXXXIIII idibus aprilis" (J. M' QUADRADO, op. cit., p. 156, n. 2. M. VALDÉS
FERNÁNDEZ, "La capilla de San Mancio", p. 94, n. 17).
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PEl'.1NSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
167
virtud del testimonio de la fecha de su consagración, dada la escasez de restos que
nos han llegado. Su existencia no debía estar proyectada en el plan inicial de la
obra, ya que su ubicación rompe el modelo de iglesia basilical románico. En el
muro occidental del brazo norte del crucero se operó una puerta de arco apuntado
que permitía el acceso a la nueva capilla, mientras que los contrafuertes del lienzo
septentrional de la nave colateral de la iglesia fueron aprovechados como pilares
para sostener los nervios de las bóvedas de crucería que cubren los tramos de la
capilla. Allí mismo se abrió una puerta con chambrana e imposta ajedrezadas,
arquivoltas de boceles lisos y columnas acodilladas de las que sólo nos han
quedado los capiteles. Su presencia se ha relacionado con el servicio a la capilla
de San Benito, por lo que se ha datado en los años finales del siglo XII 746 ; nosotros
no podemos mostrarnos tan tajantes en este sentido, pues sus similitudes con la
ventana del lienzo occidental del brazo norte del crucero y la posibilidad de que
esa puerta diese acceso al cuerpo de la iglesia a otra dependencia anterior, podrían
validar una cronología algo anterior. Respecto al muro septentrional de ésta nos
encontramos conque su aparejo trueca la piedra por el material típico del país: el
ladrillo. Este hecho se explica si consideramos este lienzo de ladrillo como
anterior a la capilla, que se habría servido del mismo en la segunda mitad del siglo
XII para cerrar su lado septentrional. Su decoración se nutre del rico repertorio de
formas geométricas factibles a partir de un módulo dado, esto es, el ladrillo. Arcos
ciegos de medio punto, recuadros y bandas en vertical son los motivos más
recurridos, muy en la línea de las tendencias "mudéjares" leonesas y castellanas
de los siglos XII y XIII'47 •
Es posible que, a partir de la reanudación de las obras -y en todo caso con
bastante anterioridad a la capilla de San Benit()----, se ejecutase el crucero de la
iglesia. De éste conservamos hoy el brazo septentrional, cubierto con bóveda de
cañón. Su arco toral, con dobladura decorada hacia el centro con dientes de sierra
-motivo éste que lo relaciona con un siglo XII avanzado-, quedó cegado por un
muro de ladrillo y por la Torre del Reloj en el siglo XIX. Apea en su extremo
occidental sobre un capitel de carnosos motivos vegetales y, en el oriental, sobre
otro bello capitel, con cimacio de lacería, que muestra una elegante garza inserta
en un tupido marco vegetal relacionable con el de la Sirena y el Ángel del Museo
Arqueológico Nacional de Madrid. Esta última pieza se encuentra aprisionada en
la Torre del Reloj, que embute, además de la capilla del Evangelio, otros
"' M.' V. HERRÁEZ ORTEGA, op. cit., p. 93.
747
M. VALDÉS FERNÁNDEZ, op. cit., p. 95 y Arquitectura mudéjar en León y Castilla, León, 1984, pp.
115-121.
168
JAVIER PÉREZ GIL
JuAN JosÉ SÁNCHEZ BADIOLA
importantes restos del transepto. Tal es el caso del lienzo que se desarrolla sobre
el arco triunfal de la misma, que conserva una imposta ajedrezada y una ventana
de medio punto destinada a la iluminación del crucero, así como restos de un
nervio de la crucería del segundo tramo del transepto, el cual se apoya sobre un
capitel cefalomorfo. El vano se compone de dos fustes con capiteles de lacerías
vegetales y arco circunscrito en tres boceles. El capitel del nervio representa una
cabeza humana -identificada con la de un rey; el propio Alfonso VI, en opinión
de Porter748- de rasgos similares a los de otro capitel con la cabeza de un león
conservado en la capilla de la Epístola, del tipo de los de la Catedral Vieja de
Salamanca. Ambos, cabeza y león, tienen grandes similitudes con otras esculturas
de la iglesia de San Gervasio y Protasio de Santervás de Campos (Valladolid), la
cual había formado parte del priorato de Sahagún desde que, en 1130, le fuera
donada por la infanta Doña Sancha, hermana de Alfonso VII749 •
Volviendo al brazo norte del crucero, en su lienzo oriental existe una gran
ventana de medio punto, abocinada y enmarcada con una chambrana taqueada y
dos molduras, abocelada una y con bolas otra. Sus dos columnas acodilladas
poseen basas sogueadas y sostienen dos capiteles; el de la izquierda con motivos
vegetales y el de la derecha figurado aunque muy maltrecho. Más abajo el muro
se encuentra parcialmente destruido, abriéndose un gran vano del que
desconocemos su función. Su datación es claramente posterior, apreciándose en la
base lo que podría ser el inicio de una hornacina y un par de basas incrustadas que
quizás provengan de otro lugar.
En el muro septentrional de este brazo del crucero, que conserva su línea de
imposta ajedrezada y un zócalo-basamento de un metro de altura, existe un óculo
con derrame interno enmarcado por tres molduras lisas, la superior de las cuales
se presenta pegando a la plementería de la bóveda de cañón del crucero. Este
conflicto ha sido aclarado a partir de las reformas realizadas en el siglo XVIII en
las cubiertas 750 , pero ello no explica ni que el óculo se encuentre ligeramente
descentrado en relación al muro, ni el inconveniente de un arco toral decorado
cuyas dovelas parecen certificar que la bóveda no fue rebajada; se podría tratar,
pues, de una apertura realizada con posterioridad al resto del muro. Más abajo hay
748
A. K. PORTER, La escultura románica en España, I, Barcelona, 1928, p. 90. Sinceramente, pocas
analogías encontramos en este modillón para afirmar que se trata de un rey, y menos aún para identificarlo
con Alfonso VI. El capitel representa una enorme cabeza diademada y de rasgos negroides, de la misma
tipología que otros modillones como los de Valdediós (Asturias) o San Nicolás de Soria.
740
HS, apénd. III, escr. CLVI, pp. 522-523 y lib. VIII, cap. XVI. L. FERNÁNDEZ MARTÍN, "Colección
diplomática del monasterio de Santervás de Campos", AL, 64 (1970), p. 204. CDS, no 1239.
7
'"
M.' V. HERRÁEZ ORTEGA, op. cit., p. 100.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO V! Y SAHAGÚN
169
cuatro matacanes trilobulados, también posteriores a la obra románica, que se
ubican al pie de un vano que alcanza el óculo y que dificultan pronunciar
cualquier opinión sobre su funcionalidad. Por debajo de la imposta ajedrezada que
circunda el brazo del crucero se conserva, además, una puerta que, como ha
señalado Sánchez Pérez, pudiera corresponder a las obras del siglo XV751 •
El extremo del crucero se completa con su lienzo occidental, que en un
principio sólo prevería la hermosa ventana de medio punto que aún se mantiene
en la parte superior del mismo. Se trata de un vano con fuerte abocinamiento,
hermano del otro ya comentado del muro de oriente, que se enmarca con molduras
diversas y chambrana ajedrezada. Sólo conserva la columnilla y capitel del lado
izquierdo. Su imposta es vegetal, siendo el capitel figurado, con un caballo como
tema. Este muro que ahora tratamos se verá notablemente modificado cuando se
abra una puerta de arco apuntado para acceder a la capilla de San Benito, hecho
que no tendrá lugar antes del último cuarto del siglo XII, pues la puerta se
encuentra descentrada en relación al lienzo y a la ventana románica superior.
Además, esta última perderá su funcionalidad cuando las propias bóvedas de la
capilla de San Benito la cieguen por su cara externa. Más a la izquierda se
encuentra una moderna puerta adintelada con arco de descarga que conduce a una
escalera de caracol, la cual se iluminaba mediante una estrecha ventana en
aspillera abierta a la izquierda del vano superior que describimos anteriormente.
A continuación del crucero se conserva parte del muro exterior de la nave
septentrional, convertido luego en medianero de la capilla de San Benito, muro
cuya antigüedad queda patente nada más ponerlo en relación con la dicha capilla.
Casi todo el interior de este lienzo septentrional se halla oculto al día de hoy por
las dependencias del cuartel de la Guardia Civil. El exterior se encuentra
parcialmente reformado, pues se le adosaron los pilares de la capilla de San Benito
y la hermosa puerta románica que tuvimos ocasión de citar al describir aquélla.
Conservamos, asimismo, restos del muro de la nave meridional de la iglesia
en la cara interior de la portada barroca que daba acceso al templo, convertida hoy
en monumental arco de triunfo sobre la carretera752 • Aquí se aprecia el arranque de
formaletes con cascos de ladrillo, siguiendo el esquema angevino. En el tramo
más occidental se conserva un modillón que representa un ave con un pequeño
roedor entre sus garras. Esta pieza se sitúa a su vez sobre columna acodillada con
"' M.' P. SÁNCHEZ PÉREZ, op. cit., p. 16.
AHML. Sociedad de Crédito Leonés, Obras Públicas (1866-1868), cajas 765-767. En 1875 aún se
conservaba buena parte de este muro meridional, como se ve en una fotografía de 1875 de J. LAURENT.
170
JAVIER l'ÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
capitel de hojas carnosas y cimacio de rosetas. Este lienzo meridional conserva
además una imposta decorada con todo un repertorio de motivos ornamentales,
verdadero expositor escultórico, que hace pensar en una reubicación tardía753 •
en molduras, la interior
También se han mantenido un par de óculos ・ョュセ」。、ッウ@
con motivos vegetales esculpidos en altorrelieve, que circundan un ojo de buey
central rodeado por otros ocho de menor tamaño. Estos vanos están hoy cegados,
seguramente a raíz del revestimiento realizado en el exterior del muro para
levantar la portada de Berrojo. Extraña, empero, el hecho de que los óculos no
estén centrados con respecto a los tímpanos que formaban los arcos, al. menos en
el correspondiente al tercer tramo. La razón quizás radique en una ejecución más
tardía para las bóvedas, pues si las claraboyas hubiesen sido practicadas con
posterioridad, como vanos de luz o como simples elementos decorativos, parece
lógico que lo hubieran hecho subordinándose a los marcos impuestos por las
líneas estructurales754 •
Otras muestras escultóricas presentes en lo que queda de este muro
meridional son dos modillones que representan aves a ambos extremos de la
portada, uno a la altura de la línea de imposta y otro rozando el suelo. Se conserva
igualmente un sillar con un fino grabado de una elegante garza, similar a aquella
otra del capitel del brazo septentrional del crucero. En este caso parece tratarse de
una silueta perteneciente a un patrón escultórico, sumándose así al nutrido elenco
de marcas de cantero.
También podemos dedicar unas palabras a las ventanas románicas de esta
nave lateral. Gracias a una fotografía realizada en 1875 podemos deducir que cada
uno de sus tramos contaba con un vano de medio punto, quizás con un ligero
abocinamiento755 • Es posible que estas ventanas se correspondiesen con alguna de
las dibujadas por los miembros de la Comisión de Monumentos de la Provincia de
León, más aún teniendo en cuenta que tanto los esquemas estructurales como
formales de los alzados, e incluso algunas marcas de cantero, coinciden con los
que se ven en la cara interior de la portada barroca756 •
753
754
755
75
'
Se conservan impostas de rosetas, palmetas y billetes, algunas de las cuales no llegan a los 50 cm.,
colocadas de una forma anárquica y con escaso sentido de continuidad.
SÁNCHEZ PÉREZ, op. cit., p. 23.
Se trata de una fotografía de J. Laurent en la que se aprecia también otra puerta cegada, de arranque
neoclásico. Se trata de la puerta meridional de la iglesia del siglo XIX, obra del arquitecto P. Echano (E.
ZARAGOZA PASCUAL, "Planos y reedificación de la iglesia del monasterio de Sabagún (1824-1831)",
AL, 83-84 (1988), pp. 363-385).
AHML, fondo Torbado, "Planos del Monasterio de Sabagún". BPL, CM, Planos.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y
SAHAGÚN
171
Plano del Monasterio de Sahagún (según Sánchez Pérez). La capilla de San Mancio,
a los pies de la iglesia, debiera aparecer a la izquierda de los mismos.
Sección de los restos de la Iglesia del Monasterio
(Comisión Provincial de Monumentos de León).
172
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JosÉ SÁNCHEZ BADIOLA
Ventana abierta al este del brazo septentrional del crucero de la Iglesia.
Nave abovedada al norte del brazo septentrional del crucero y de la capilla de San Benito.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
Lienzo interior del muro de la nave septentrional de la Iglesia.
Ábside de la nave meridional de la Iglesia del Monasterio
173
174
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
Torre del Reloj. Pinturas del ábside de la nave septentrional de la Iglesia Románica.
Lienzo meridional de la Iglesia, con la Torre del Reloj al fondo . (Foto Laurent).
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGúN
Portada jónica al este de la Iglesia, fruto del inconcluso proyecto del siglo XIX.
17 5
176
JAViER PÉREZ GlL
JuAN JosÉ SÁNCHEZ BADIOLA
Tras la conclusión del templo románico, el siglo XIII nos descubre nuevas
obras, debidas a diversas labores como las que debieron exigir los daños
ocasionados por el incendio de 1236757 • Hoy, de la iglesia románica no nos queda
más que parte de la cabecera, los muros de las naves colaterales, el brazo
septentrional del crucero y la capilla de San Benito, así como diversas piezas
escultóricas expuestas en distintos museos que nos advierten de la existencia de un
magnífico taller desde fechas muy tempranas. Más modernas son otras estructuras
como la portada meridional de la iglesia, del siglo XVII, que ya hemos advertido
que hace las veces de arco de triunfo, la sacristía barroca inacabada, o la Torre del
Reloj y la contigua portada decimonónica. El resto del monasterio, incluidos sus
cuatro claustros, perecieron tras las turbulencias del siglo XIX: los incendios, la
francesada, las desamortizaciones y, muy especialmente, las obras de reforma del
primer cuarto de siglo. Fue entonces cuando se proyectó sustituir la iglesia
medieval por una nueva clasicista proyectada por el Padre Echano, invirtiendo para
ello el sentido de la primera758 • Debido a ello lo que fuera cabecera tripartita pasaria
a convertirse en los pies del templo, enmarcándose con una gran portada
academicista flanqueada de dos torres, de la que se nos ha conservado la del Reloj,
denominada así por contener el reloj de la villa. Este proyecto no llegó, sin
embargo, a concluirse debido a la falta de presupuesto y a la desamortización de
los bienes eclesiásticos. Posteriormente nos referiremos a él.
Otras manifestaciones artísticas
Durante los años del reinado de Alfonso VI, en tomo al monasterio de
Sahagún y a su iglesia abacial se desarrollaron también otras labores artísticas,
tanto de carácter arquitectónico como relativas a diversos ámbitos de las Letras y
las Artes. Aunque la mayoría de estas obras han desaparecido -perecido u
ocultado-, dudándose de la autoría de otras que pudieron haber salido de
Sahagún y hoy en paraderos diferentes, lo que nos queda, y las noticias de lo
demás, son más que suficientes para confirmar el esplendor cultural de Sahagún
en la Edad Media y, por lo que a esta obra toca, bajo el reinado de Alfonso VI.
En el campo escultórico, además de los restos aplicados a la Arquitectura
que hemos descrito, el taller de Sahagún se presentó desde fechas muy tempranas
como garante de una excepcional calidad técnica y un avanzado criterio formal,
"'AHN, Códice 1356-B, fol. 23r. Cf M." V. HERRÁEZ ORTEGA, op. cit., p. 139.
"
8
E. ZARAGOZA PASCUAL, "Planos y reedificación de la iglesia del monasterio de Sahagún (18241831)", AL, 83-84 (1988), pp. 363-385.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
177
produciendo piezas como el relieve de la Virgen con el Niño o la tapa del sepulcro
de Alfonso Ansúrez, ambas en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid759• La
fábrica de la iglesia románica, desarrollada hasta más allá del siglo XII, exigió la
presencia de talleres escultóricos en activo, por lo que pudo continuarse una
interesante producción que realzará la importancia del monasterio y lo definirá
como centro de referencia760 •
El auge experimentado por Sahagún durante los siglos del Románico se hizo
extensivo al plano cultural, convirtiéndose así Domnos Sanctas en un foco
intelectual de primer orden del que también nació una fecunda producción
literaria. La progresiva desaparición de los fondos de la biblioteca facundina,
hecho que ya motivó el amargo lamento de Ambrosio de Morales en el siglo
XVI' 61 y que, como es sabido, terminó de consumarse en el XIX, nos impide
calibrar con exactitud cuál debió ser la producción de su scriptorium, del cual nos
resta toda la actividad cancilleresca que dio lugar a una "verdadera escuela del
arte de escribir", preocupada no sólo por la correcta fidelidad del contenido de sus
textos, sino también "por conseguir formas características capaces de dar un
peculiar y distintivo sello a la escritura del cenobio dentro de los reinos hispánicos
occidentales"762• Sin embargo, referencias indirectas, como la del epitafio del abad
don Gutierre (1164-1182), que reconoce en el libro una eficaz categoría
panegírica763 , nos empujan a valorarla de manera muy positiva, aun cuando haya
posiciones que califiquen el scriptorium de "poco prolífico" 764 • La primera parece
ser la conclusión que se deduce de los estudios publicados por algunos
759
7
7
"'
"
J. PÉREZ GIL, "Escultura románica del siglo XI", pp. 153-160.
Según M.' A. FRANCO MATA, Escultura gótica en León y provincia (1230-1530), León, 1998, p. 21, "la
escultura del gótico pleno en León no hace su aparición en la capital, sino en el extremo oriental de la
provincia, en el monasterio benedictino de Sahagún".
A. DE MORALES, op. cit., p. 38, nos dice en el siglo XVI que "de la Librería se han perdido muchos
libros, que alli hubo, muy antiguos". Aún así, de ésta nos dice ESCALONA en el siglo XVIII que era "muy
grande y hermosa y muy surtida de los mejores libros" (HS, lib. VIII, cap. l, p. 230).
762
M. HERRERO DE LA FUENTE, op. cit., Il, p. XXXI. Esta conclusión ha sido secundada por A.
GAMBRA, Alfonso VI. Chancillería, curia e Imperio, León, 1997, I, pp. 126 y 162-167.
763
"In era MCCXX idibus marcii obiit Guterrius abbas, qui piures libros et multa bona in hoc monasterio
fecit. Orate pro eo, ut regnetis cum Deo" (HS, lib. III, cap. VIII, p. 121. J. M.' QUADRADO, op. cit., p.
395, nota 1).
7
"
M.' V. HERRÁEZ ORTEGA, op. cit., p. 74.
178
JAVIER PÉREZ GIL
JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
especialistas que, en los últimos años, han atribuido una procedencia o encargo
facundino a algunas obras de primera talla localizadas hoy en muy distintos
paraderos. Tal podría ser el caso del conocido Libro de Oraciones de Fernando y
Sancha, al que Williams sitúa en el monasterio de Sahagún hacia 1055"65 • Escrito
por Pedro y pintado por Fructuoso, sus ilustraciones se han relacionado con las del
Beato del Burgo de Osma (1086), el cual ha sido también atribuido por Williams
al monasterio facundino. Su traslado a Osma pudo haber tenido lugar en tiempos
de don Bernardo de Sahagún, con motivo de las fluidas relaciones que éste
mantuvo con el obispo Pedro, y -en opinión del investigador americano-,
"delata al scriptorium facundino como un hito para la introducción del arte
románico en la pintura de la Península Ibérica, papel que también jugó en el
campo escultórico" 766 • También se ha especulado con la probable relación con
Domnos Sanctas de obras como el Misal o Sacramentario de Sahagún767 , el Libro
de los Testamentos de la Catedral de Oviedo 76 ' o el Comentario de Pedro
Lombardo a las epístolas de Pablo de la Pierpont Morgan Library, que fue
realizado en 1181 para don Guterio, abad de Sahagún entre los años 1164 y
765
760
J. W. WILLIAMS, The art of Medieval Spain (a.d. 500-1200), New York, 1993, cat. 144, pp. 290-291.
J. W. WILLIAMS, op. cit., cat. 82, pp. 159-160. En el archivo del monasterio de San Pedro de las Dueñas
(León), cenobio de monjas benedictinas cercano a Sabagún, se conserva el fragmento más antiguo de un
Beato, datándose a principios del siglo X. Este hecho, que es de por sí significativo, lo es más si tenemos
en cuenta que San Pedro de las Dueñas fue fundado como dependencia de Sabagún dos siglos más tarde
(M. C. DÍAZ Y DÍAZ, "Un nuevo fragmento de Beato", León y su Historia, vol. IV, León, 1977, pp. 9-18.
J. A. FERNÁNDEZ FLÓREZ, "Fragmentos de un Beato del monasterio de Sahagún", Hispania Sacra, vol.
XXXV (1983), pp. 395-447). La influencia de la miniatura sobre la escultura es reconocible en el relieve
de la Virgen con el Niño del Museo Arqueológico Nacional de Madrid (n• Inv. 50194, Exp. 1871/25): J.
PÉREZ GIL, "Escultura románica del siglo XI en el Reino de León y Castilla: el taller de Sabagún", pp.
153-160.
767
G. GARCÍA MUÑOZ, La Biblioteca del Monasterio de San Benito el Real de Sahagún, Moratalla, 1920,
p. 46. J. DOMÍNGUEZ BORDONA, La miniatura española, t. II, Barcelona, 1930, p. 12 y lám. 47. I. G.
BANGO TORVISO, Historia del Arte en Castilla y León. Arte Románico, Valladolid, 1994, p. 266. Se trata
de una obra ejecutada por manos francesas, pero realizada para Sabagún, como parece indicar la inserción
de los nombres de Facundo y Primitivo en la letanía, que incluye una carta del abad Hugo de Cluny a
Bernardo de Sabagún felicitándole por su nombramiento como nuevo arzobispo de Toledo. Las
ilustraciones se ceban en la decoración de iniciales, mientras que la carta de Hugo de Cluny supone una
evidencia más de la estrecha relación existente entre el monasterio borgoñón y el leonés.
768
G. GARCÍA MUÑOZ, op. cit., p. 15. J. W. WILLIAMS, op. cit., pp. 295-297. La excelente calidad de sus
mirúaturas ha llevado a considerar el Líber Testamentorum como un encargo, Óarajándose el nombre de
Sahagún por sus propias características formales y por la relación de amistad entre el comitente --el obispo
Pelayo de Ov¡edo- y Alfonso VI.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
179
1182769 • El estudio de esta última obra y sus concomitancias con otras leonesas ha
llevado a John W. Williams a considerar que la Catedral de León, San Isidoro y
Sahagún debieron contar con escribas e iluminadores dependientes de un
scriptorium común770 •
Mención especial, siquiera por su trascendencia, requieren las diversas
obras de carácter historiográfico que, de un modo u otro, se hallan entroncadas
con el cenobio facundino. Contaba ya el monasterio con un ilustre precedente, la
obra de Sampiro, historiador, notario regio y obispo en él formado
presumiblemente, y que marca el ocaso del tradicional estilo cronístico
asturleonés, sirviendo, no obstante, como modelo o fuente para muchas de las
crónicas posteriores771 • Sin entrar en especulaciones, hasta cierto punto inevitables
a la hora de hablar de la producción literaria facundina, dada la carestía de restos
documentales, ni abundar tampoco en hipótesis como las que apuntan a una
posible autoría del Cantar de Mfo Cid por don Jerónimo, obispo de Valencia y
antes monje de Sahagún772 , la historiografía plenomedievalleonesa debe abrirse
con la insólita redacción del llamado Anónimo de Sahagún, cuya primera parte,
pese a conocerse por una tardía versión en romance, debió de efectuarse poco
después de finalizados los hechos que relata, esto es, hacia 1117. La obra, cuya
importancia huelga destacar aquí, fue redactada sin duda por un monje facundino,
y es un instrumento fundamental para conocer los reinados de Alfonso VI y doña
Urraca. Con ella ha de mencionarse el Anónimo Segundo, que se refiere ya al
Sahagún del siglo XIII, y que es obra también de autoría monacal y facundina, de
no menor interés histórico.
769
110
G. GARCÍA MUÑOZ, op. cit., pp. 29 y 50. La obra ya fue citada por A. DE MORALES, op. cit., p. 38,
en el siglo XVI: "Petrus Lombardus in Psalterium, de mano, pergamino grande, tablas envesado: al cabo
dice cómo se escribió el año l.CLXXVII para el abad Guterio: creo no está impreso. Las obras de Santo
Agustín en siete tomos de pergamino grande: también se dice allí cómo se escribieron para el abad Guterio,
y así son del mismo tiempo que el pasado".
J. W. WILLIAMS, op. cit., p. 306.
771
CASARIEGO, Crónicas, pp. 81-83. F. MARTÍNEZ GARCÍA, Historia de la literatura leonesa, León,
1982, pp. 27-34.
772
El cual es descrito en el propio poema, v. 1290, como "bien entendido de letras e mucho acordado",
afimándose en el v. 1292 que "las provezas de mio <;id andavalas demandando", esto es, qúe se preocupaba
de recoger las hazañas del héroe castellano (Cantar de Mío Cid, Ed. de Enrique Rull, Barcelona, OrbisOrigen, 1983, p. 176). La versión moderna en prosa de A. Reyes, sin embargo, interpreta el verso de manera
muy distinta: " ... andaba buscándole nuevos provechos al Cid ... " (Cantar del Cid, Madrid, Espasa-Calpe,
V' ed., Madrid, 1980, p. 153). Nosostros estamos más de acuerdo con la primera interpretación.
180
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN }OSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
Prácticamente coetánea es la conocida como Crónica del Silense, cuya
redacción se ha situado en 1115 por unos, y algo después de 1118 por otros, a
partir del parecer de Sánchez-Albornoz773 • Pese a su denominación, debida al error
de interpretar la expresión Domus Seminis con que el autor se refiere al
monasterio en que se profesó como una alusión a Silos, parece hoy seguro que fue
redactada en la región leonesa y por un autor leonés, siendo posible que se
formase precisamente en Sahagún774 • Fray J. Pérez de Urbel ha propuesto la
autoría del obispo astorgano Alón, apodado "el Gramático" 775 , y en cualquier caso
no parece caber duda de su relación estrecha con la Corte leonesa de Alfonso VI,
lo que, de nuevo, podría acercarlo a Sahagún. El texto, si bien rezuma un
patrotismo hispánico marcadamente antifracés y recoge de algún modo la nueva
idea imperial, lo que se ha entendido como una respuesta autóctona a la invasión
cultural ultrapirenaica y la literatura franca de la época, tan empeñada en resaltar
el protagonismo de Carlomagno en la lucha contra los musulmanes776, evidencia
una clara influencia europea y cluniaciense en su concepción y su estilo. Se
abandonan aquí definitivamente el laconismo y la asepsia anteriores para dar paso
a un género mucho más rico y personal, intercalando en el relato histórico, aunque
de forma un tanto anárquica, la biografía y antecedentes navarros de Alfonso VI,
e incluso fragmentos mutilados de la crónica de Sampiro, y lo hace con un nuevo
latín mucho más depurado y florido 777 •
Otro de los hitos de la cronística plenomedieval hispánica, la Chronica
Adefonsi Imperatoris, que se ha atribuido al también obispo astorgano Arnaldo 778 ,
para algunos se debió a la pluma de un autor que "fue un leonés, o acaso mejor,
un avecindado en la región leonesa y, en particular, del monasterio cluniacense de
Sahagún". Allí habría conocido el texto del Anónimo, componiendo poco después
parte de su Crónica y del Poema de Almería779 •
B. SÁNCHEZ ALONSO, Historia de la historiografía española, Madrid, 1947, I, p. 113.
"'CASARIEGO, Crónicas, p. 107. También reconoce este autor la posibilidad de que se tratase de S. Isidoro.
"' Cf MARTÍNEZ GARCÍA. Historia de la literatura leonesa, pp. 35-37.
"' HERBERS, op. cit., p. 41. Hay autores, no obstante, que han planteado lo contrario, esto es, que el mito
jacobeo, algual que otras tradiciones hispanas medievales, como la batalla de Covadonga, podrían tener un
origen áulico y carolingio (G. GARCÍA PÉREZ, "Covadonga, un mito nacionalista católico de origen
griego", El Basilisco, 17 (1994), pp. 81-94).
m CASARIEGO, Crónicas, pp. 105-107.
"'MARTÍNEZ GARCÍA, Historia de la literatura leonesa, p. 38.
H. SALVADOR MARTÍNEZ, El "Poema de Almería" y la épica románica, Madrid, 1975, pp. 110 y 120.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
181
El poder e influencia que adquirió Sahagún de los siglos XI al XIII
permitieron también la adquisición o donación de otras obras de carácter
mobiliario que sirvieron para decorar el templo o para permitir la celebración de
los actos litúrgicos en el mismo. Se trata de piezas que, quizás por su preciosismo
y suntuosidad, representan mejor una faceta íntimamente ligada a la estética de
cada momento: el lujo. En este sentido, podemos suponer que el volumen del
patrimonio suntuario del monasterio de Sahagún, si no nos engañan su antigüedad
y riqueza, sería considerable. Esta afirmación no es en absoluto gratuita y se
plantea como consecuencia de diversos condicionantes que sin duda la facultaron,
como la boyante economía del cenobio, las peregrinaciones o el patrocinio regio.
Ya hemos comentado cómo los monarcas leoneses demostraron desde siempre un
trato de favor hacia el mismo, convirtiéndolo en "el monasterio más favorecido
por los reyes de León". Ello conlleva repercusiones de vital importancia en el
campo de la Historia del Arte, tales como el impulso de la obra románica por parte
de Alfonso VI o su decisión de ser enterrado en su iglesia. Pero además,
centrándonos ya en el mundo de las artes suntuarias, no debernos olvidar la
donación regia de muy diversas piezas litúrgicas que van desde cruces o códices
hasta cálices o píxides. A esta tipología de útiles cristianos hemos de sumar
igualmente otros de factura musulmana, pues, además del comercio existente
entre la Hispania cristiana y la islámica, el cobro de parias por parte de los
monarcas cristianos se constituía como otra notabilísima vía de importación de
obras de arte. Corno ejemplo relativo a Alfonso VI podemos citar las
descripciones de algunas fuentes musulmanas como las Memorias de 'Abd Alláh
de Granada780 o la Crónica Anónima de los Reyes de Taifas, en la que se recuerda
que cuando el rey cristiano tomó las Marcas "obró como dueño y señor de ellas y
cada uno de los reyes de taifas le hizo regalos rnagníficos" 781 •
Desgraciadamente son siempre las piezas muebles las primeras que
desaparecen en tiempos de inestabilidad, y el siglo XIX fue, sin lugar a dudas,
1
w " .. .le pagaría (dice 'Abd Allilh) veinticincomil meticales, o sea, la mitad de la primera cifra. Además, para
alejar de mí su maldad, le preparé muchos tapices, telas y vasos, y lo reuní todo en una gran tienda en la
que le invité a entrar, si bien, al ver las telas, las miró con desprecio ... " (El siglo XI en 1" persona. Las
"memorias" de 'Abd Alláh, último rey zirí de Granada, destronado por los almordvides (1090), trad. de E.
LÉVI-PROVEN(,;:AL y E. GARCÍA GÓMEZ, Madrid, 1993, p. 60).
'"' Cf J. L. MARTÍN, "Reconquista y cruzada", Studia Zamorensía, III (1996), pp. 215-242.
182
JAVIER PÉREZ GIL- JuAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
especialmente propenso a estas situaciones782 • No debe extrañar, pues, que frente
a los extraordinarios tesoros de centros como San Isidoro de León o la catedral de
Oviedo, el monasterio de San Facundo no pueda presentar ninguna pieza de los
siglos que estamos abordando783 • Sabemos, empero, que en tiempos de Alfonso VI
el comercio de este tipo de obras no era ajeno al entorno de Sahagún, tal y como
relató el monje Anónimo autor de las Primeras Crónicas facundinas 784 • A lo largo
de los siglos del Románico, el monasterio de Sahagún recibió su mayor volumen
de donaciones. Éstas provenían tanto de magnates como de particulares peor
acomodados y, aunque solían primar las concesiones de fincas, también son
numerosas las transferencias de bienes muebles. Son así numerosas las piezas del
ajuar litúrgico que aparecen en la documentación administrativa, como copas,
La ley desamortizadora de 1835 determinará la casi completa desaparición y dispersión del patrimonio
artístico de San Facundo, tanto por la subasta de sus bienes, la cual no tendrá lugar hasta el año 1844
(Boletín Oficial de la Venta de Bienes Nacionales, no 1735; AHPL, Expedientes de Desamortización, caja
11640, leg. 995), como por el expolio realizado por los propios monjes incluso antes de ser expulsados (J.
BELLO, Frailes, intendentes y políticos. Los bienes nacionales 1835-1850, Madrid, 1997, p. 396).
Asimismo, sabemos que con posterioridad a la expulsión de los monjes éstos se llevaron consigo todos
aquellos bienes que pudieron (E. ZARAGOZA PASCUAL, "Exclaustrados y monjas en las diócesis de
León y Astorga en 1854", AL, 87-88 (1990), pp. 349-370). En los años que siguieron a la venta del
monasterio la rapiña de material constroctivo continuó siendo algo bastante común. Valgan como muestra
los pleitos entre el Ayuntamiento de Sahagún y la Comisión de Monumentos de León por el
aprovechamiento de la piedra del monasterio para restaurar el Puente Canto o el informe que la
Subcomisión de Sahagún realizó sobre el estado del monasterio en 1880, cuyos principales puntos
transcribimos a continuación: Primero, "que arrancadas las piedras de los paramentos exteriores de los
muros de la nave y capilla románicas que restan, en manera alguna podian sustentarse éstas sin desplomarse
inmediatamente, como acababa de sucederle a la capilla contigua". Segundo, "que a no tener certidumbre
de posible y pronta recuperación, era ya excusado todo el celo en la conservación de tan venerables
vestigios". Tercero, "que deberían reclamarse multitud de capiteles, trozos de impostas y hasta ventanas
enteras ricamente ornamentadas" (BPL, Comisión de Monumentos, !eg. 614). Es más, Sahagún se convirtió
en uno de los focos predilectos del tráfico de arte, atrayendo con su fama a numerosos compradores que
continuaron con sus negocios durante todo el siglo XIX (J. BELLO, op. cit., p. 347).
782
783
78
"
Tras la muerte de Alfonso VI, con motivo de la adversa coyuntura social, el monasterio de Sahagún perdió
parte del tesoro acumulado durante los reinados anteriores. El Monje Anónimo, I' CAS, pp. 56-57, nos dice
que Alfonso I de Aragón y su hermano Ramiro llevaron a cabo un espectacular expolio: " ... ansí como entró
en el monesterio, mandó que le presentasen toda la sustan9ia del monesterio, al qua!, como le fuese
antepuesto e presentado todo, conbiene a saber, tapetes, almohadas, co9edras, coberturas, sábanas, basos de
oro e de plata, custodias llenas de reliquias de santos, e ornamentos de la iglesia de muchas e dibersas
maneras; e de todas estas cosas escogió e tomó lo que mejor le pare9ió ... de las cru9es de oro llevó piedras
muí pre9iosas e en su lugar metió yeso e huesos de perros e dientes ... e basos de plata, e cáli9e de oro, e
muchas otras cosas, que al presente no me ocurren a la memoria, por manos de los (que los) servían tomó
e non sabemos adonde lo trespasó".
I' CAS, cap. 15.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
183
cruces votivas, sillas, lujosas telas, alhajas ...785 Tras la muerte de su esposa Doña
Constanza, Alfonso VI donó al monasterio una "cruz de oro, de maravillosa
grande9a, 9ercada e guarnida de piedras preciosas", y en 1100 volvió a regalar otra
de semejantes características por el alma de su mujer Berta, fallecida también786 •
En el siglo XVI Ambrosio de Morales recogió en su Viage por el Noroeste
peninsular la existencia de tres obras singulares en Sahagún; las tres pudieron
llegar al monasterio en tiempos de Alfonso VI, pero no tenemos constancia del
paradero de ninguna de ellas. La primera es una cruz de ligno Domini citada ya
en la primera de las crónicas anónimas de Sahagún. Supuestamente se trataba de
un regalo que en 1101 Alejo Comneno, emperador de Constantinopla, hizo a
Alfonso VI. El Monje Anónimo nos narra la historia del hallazgo de la Cruz de
Cristo por Santa Elena, su envío al monarca leonés y su posterior hurto por
Alfonso I de Aragón durante los desórdenes burgueses del siglo XIF'7• De
Morales, por su parte, nos la describe de la siguiente manera:
" ... una cruz de oro de quatro dedos de ancho, y más de tres quartas de alto,
labor antigua y muy menuda con muchos engastes de piedras menudas, todas a mi
juicio finas, aunque poco preciosas, como nicles, comerinas, turquesas y así otras.
Tiene en medio una Cruz de ligno Domini, tan larga como un dedo, y gruesa como
medio. Su testimonio es grave con su antigüedad y riqueza, y con que por
memorias fidelignas de la Casa de tiempo del rey D. Alfonso el VI, se sabe como
la dio él, y que se la había enviado a él el emperador Alegio de Constantinopla"788
Si nos fiamos de estos testimonios, y no hay razón para desconfiar de ellos,
habremos de suponer que se trataba de una obra de importación, realizada en los
especializados talleres bizantinos. Debía llevar engastes y labor de filigrana,
según la factura característica de esa escuela de orfebres (labrada de lavor griega
V. VIGNAU, Glosario y diccionario geográfico de voces sacadas de los documentos del monasterio de
Sahagún, Madrid, 1874, así como otras fuentes históricas, testimonian la existencia de algunas de estas
obras: copa intus et foris mirabiliter sculptum en 1052 (n° 219) y 1080 (n° 267); cathedras en ll05 (n°
1484); grecisca en 1025 (n° 188); corona obtima (n° 271); cruces de oro con muchas piedras preciosas
guarnidas a finales del siglo XI (!" CAS, cap. IX y X). En 1255 Alfonso X visita Sahagún y se le recibió
"omando el suelo de las calles con tapetes e cobierto por en9ima con cortinas de lino e de seda pre9iosas",
con oro e con plata, e aún echantes
vistiendo clérigos y seglares "mui nobles vestimentas, イ・ウーャ。ョ、セゥエ@
gran resplandor por las piedras prec9iosas, con cru9es doradas e en<(ensarios, e con candeleros cristalinos,
e con custodias de reliquias, cobiertas de oro e gemas mui pre9iosas, e con otros ornamentos de altar" (II'
CAS, p. 156).
785
786
l' CAS, pp. 16-17.
787
I' CAS, pp. 17-19.
788
A. DE MORALES, op. cit., p. 35.
184
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SANCHEZ BADIOLA
mui sotil789 ). La Chronica Adefonsi Imperatoris, redactada a mediados del siglo
XII, menciona también este lignum crucis, añadiendo que Alfonso I de Aragón
siempre la llevaba consigo en campaña790 • La conservaba en un "cofre hecho de
oro puro adornado con piedras preciosas por dentro y por fuera", poseyendo
igualmente "otras arquetas de marfil cubiertas de oro, plata y piedras preciosas".
Estas últimas, sin embargo, no tenemos certeza de que procediesen de Sahagún.
La segunda pieza es el altar mayor, que parece que estuvo cubierto "de
planchas de plata de antiquísima labor, que con encasamentos y figuras de santos
de medio relieve, hacen un rico frontal" 791 • De Morales afirma que se trata del
mayor altar de España y que fue mandado hacer por Alfonso VP92 •
Lamentablemente, carecemos de más datos que nos puedan aportar algo más
sobre sus características, pero podemos suponer que pudo tratarse de un frontal o
antependíum repujado como el que hubo en San Isidoro de León y otras iglesias
como las del monasterio de Ripoll, Santa María la Real de Nájera, Santiago de
Compostela o Zamora.
Por último, queremos llamar la atención sobre una fugaz descripción del
historiador cordobés acerca de una virgen de plata. De ella nos dice: "También en
el altar está una imagen de Nuestra Señora de plata de tres quartas en alto:
parecióme de planchas algo gruesas con madera dentro"793 • La descripción cobra
mayor interés si tenemos en cuenta la espectacular serie de Majestades románicas
que todavía hoy conservamos, como la Virgen de la Vega de Salamanca o la de la
Majestad de Astorga; imágenes éstas que poseen alma de madera y revestimiento
de metales nobles 794 •
'"' I" CAS, cap. XI.
'"'M. PÉREZ GONZÁLEZ (e), Crónica del Emperador Alfonso VII, León, 1997, p. 79.
"'A. DE MORALES, Víage ... , p. 36.
"' G. M. JOVELLANOS, Diarios, p. 210, Cf J. E. DÍAZ-JIMÉNEZ Y MOLLEDA, Jovellanos en León,
Madrid, 1925, también tnvo oportunidad de contemplar el altar a finales del siglo XVIII. Para entonces la
iglesia ya contaba con el retablo principal de Gregorio Hernández, pero le sorprendió igualmente "por su
riqueza, el altar, con sus gradas, frontal y tabernáculo de plata sobredorada".
'" A. DE MORALES, Íbidem.
794
J. PÉREZ GIL, "!mago maiestatis Marie: Vírgenes románicas de metal y repujadas en las diócesis de
Astorga y León", XX Ruta c. del románico internacional, Pontevedra, 2002, pp. 107-111. R. GUDIOL
RICART, J. A. GAYA NUÑO, Arquitectura y Escultura románicas, Ars Hispaniae, V, Madrid, 1948, p. 197,
llegaron a intnir ciertas relaciones entre el relieve de la Virgen con el Niño de Sahagún (Museo
Arqueológico Nacional) y todo un ciclo de imaginería mariana.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
185
El otro románico de Sahagún
Una de las consecuencias que tuvo la desaparición del monasterio de
Sahagún, del que tan sólo nos restan los vestigios que hemos descrito, ha sido la
mengua, cuando no el olvido de la importancia de su fábrica en el contexto de los
estudios sobre el Románico hispánico, la cual, afortunadamente, ha comenzado a
rescatarse en los últimos años gracias a diversas monografías e investigaciones
sobre la misma. Privada de aquel impresionante conjunto -compuesto también
de diversos planteamientos arquitectónicos realizados en épocas más recientes, la
atención de los investigadores contemporáneos del arte medieval de Sahagún se
ha centrado principalmente en otras obras mejor conservadas, concretamente sus
·
iglesias "mudéjares"795 •
El vertiginoso crecimiento experimentado por la nueva Villa de Sahagún a
partir de la concesión del Fuero en 1085, motivó la demanda de nuevas iglesias
que atendieran las necesidades religiosas de una población cada vez más
numerosa. Se levantaron así durante los siglos XII y XIII un grupo de templos
erigidos según modelos románicos interpretados en ladrillo796 , que, merced a sus
novedosos caracteres y a la difusión de éstos en los ámbitos comarcales más
inmediatos, permitieron agrupar el conjunto bajo la denominación de "foco
mudéjar sahagunino" o "facundino".
El principal rasgo definitorio de estas iglesias mudéjares será el empleo de
un material, el ladrillo, a partir del cual se interpretarán algunos de los esquemas
típicamente románicos, ornamentados con otros patrones condicionados por las
propias posibilidades del opus latericium. A este respecto, se ha señalado como un
795
7
%
Aunque la denominación de "mudéjares" engloba tanto obras de albañilería románica, como otras de factura
hispano-musulmana y propiamente mudéjar, en el caso de Sahagún sólo cabe hablar del primer tipo. M.
VALDÉS FERNÁNDEZ, Arquitectura mudéjar en León y Castilla, León, 1981, y "Arte bispanomusulmán,
albañilería románica y arquitectura románica en los reinos de León y Castilla", Actas del Congreso
Internacional de restauración del ladrillo, Valladolid, 1999, pp. 25-36. M.' T. PÉREZ HIGUERA,
Arquitectura mudéjar en Castilla y León, Valladolid, 1993. M. VALDÉS FERNÁNDEZ, M.' T. PÉREZ
IDGUERA y P. J. LAVADO PARADINAS, Historia del arte de Castilla y León, t. IV, Valladolid, 1996.
Sobre la desaparecida iglesia de Santiago de Sahagún: J. M.' QUADRADO, Recuerdos y Bellezas de
España. León y Asturias, Madrid, 1855, edición facsímil de Valladolid, 1989, pp. 398-399. V. LAMPÉREZ
Y ROMEA, Historia de la Arquitectura Cristiana Española en la Edad Media, Madrid, 1908, pp. 708-711.
M. GÓMEZ MORENO, Catálogo, pp. 350-355. J. M.' LUENGO, "La iglesia de Santiago de Sahagún",
León (1978), pp. 7-10. M. VALDÉS FERNÁNDEZ, Arquitectura, pp. 121-126. J. RIVERA y C.
RODICIO, "Reaparición de los restos de la antigua iglesia mudéjar de Santiago, de Sahagún de Campos",
BSAA, XLIX (1983), pp. 460-464. l. G. BANGO TORVISO, El arte románico en Castilla y León, Madrid,
1997, p. 131. R DOMÍNGUEZ CASAS, "Dos fotografías inéditas de la iglesia de Santiago de Sahagún:
consideraciones en tomo al mudéjar facundino", Iacobus, 5-6 (1998), pp. 117-138.
186
JAVIER PÉREZ GIL· JUAN JoSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
hecho determinante la magrura litológica de la zona, la cual habría abocado las
fábricas que ahora tratamos al empleo casi exclusivo de una materia prima
abundante a pie de obra y cuyo tratamiento permite un significativo ahorro
económico y de tiempo respecto a la piedra. Esta afirmación, sin embargo, debe
matizarse, ya que el uso de un material u otro depende sobre todo, creemos, de la
disponibilidad económica del patrocinador, tal y como evidencia el abundante
recurso al sillar en obras coetáneas ubicadas en el mismo marco geográfico o en
sus cercanías. Tal es el caso de iglesias monásticas como las de Sahagún, San
Zoilo de Carrión o Santa María la Real de Trianos; o de parroquiales como las de
Santa María de Carrión, Santa Eulalia de Paredes de Nava o San Pedro de Beceiril
de Campos. A la hora de explicar el empleo de ladrillo, cuestiones como la
logística han de considerarse, pues, como importantes condicionantes, pero en
absoluto como factores determinantes.
El empleo de ladrillo no será, en todo caso, exclusivo en estas iglesias
facundinas. En algunas de ellas se practicó una peculiar fábrica mixta en la que se
reserva la piedra para algunas partes señaladas. El ejemplo más significativo por considerarse la obra paradigmática del foco- es la iglesia de San Tirso de
Sahagún. Su ábside central arranca de un basamento de sillería al que se adosan
sus correspondientes columnas, pero desarrolla el resto de la altura en ladrillo. Esa
combinación ha sido explicada a través de un proceso constructivo que se iniciaría
en piedra según los modelos románicos. Después, por algún motivo como el
elevado coste del material o la competencia entre canteros y albañiles, la
construcción se paralizaría, continuándose posteriormente en ladrillo797 •
Existen, sin embargo, algunos aspectos que no pueden recibir una
explicación satisfactoria a partir del proceso constructivo expuesto. El hecho de
que no sea San Tirso el único ejemplo en alternar piedra y ladrillo de esta manera
nos hace pensar que, quizás, haya que volver a plantearse la cuestión del cambio
de aparejo. Los dos ábsides laterales de la iglesia del monasterio de San Pedro de
las Dueñas (León) son de piedra, así como el central hasta la misma altura de los
menores; en la iglesia de Santervás de Campos (Valladolid), el ábside central es
por entero de piedra, presentando este material también en el basamento de los
laterales; la iglesia de San Juan Bautista de Fresno el Viejo (Valladolid) muestra
piedra en el exterior de sus tres capillas hasta la altura de los vanos; la del antiguo
monasterio de Santa María de La Lugareja (Ávila) cuenta con basamento de
piedra en sus tres ábsides, lo mismo que la de San Pedro de Alcazarén (Valladolid)
797
M. GÓMEZ MORENO, Catálogo, p. 350. M. VALDÉS FERNÁNDEZ, Arquitectura, pp. 46-47 y 121126. J. M. CUENCA COLOMA, op. cit., p. 69.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
187
en su ábside único ... Es decir, se trate de sillar o mampostería, lo cierto es que la
alternancia de piedra y ladrillo en las cabeceras de las iglesias mudéjares de los
siglos XII-XIII puede considerarse algo relativamente frecuente. Cabría suponer,
pues, que el cambio de material no derivó, al menos en todos los casos, de una
coyuntura excepcional que obligara a cambiar el proyecto inicial en unas obras,
como son las citadas, en las que son completamente diferentes las preferencias en
la aplicación del material, el emplazamiento, la cronología y las instituciones de
las que dependen.
Quizás sea conveniente tener en cuenta otros factores que podrían justificar
el traspaso de material y que no derivan exclusivamente de los contratiempos
logístico-económicos que, por otra parte, debieran estar previstos en la
planificación presupuestaria previa. En primer lugar, hemos de tener en cuenta
que la combinación de piedra y ladrillo ha sido una constante en nuestra
Arquitectura, desarrollándose ya en época romana, merced a sus excelencias
constructivas y estéticas. Asimismo, el empleo de mampostería en los basamentos
de las construcciones populares de la zona, realizadas en ladrillo o tapial, así como
en otras edificaciones que no entrarían en esa categoría, puede considerarse
habitual. Es muy probable, por tanto, que su aplicación en las iglesias tenga la
misma finalidad: fundamentarlas y prevenir los frecuentes problemas de
humedades. Pero, además, servirían para realzar la preeminencia simbólica de la
cabecera, que en este caso recibiría una mejor impermeabilización y un aparejo
más noble.
Nos hemos referido ya a cómo en el origen y difusión de los caracteres de
este foco facundino, la iglesia de San Tirso ha sido considerada la de mayor
antigüedad y, como tal, uno de sus modelos de referencia. El profesor Valdés
Femández ha establecido la fecha de su construcción en tomo a 1126, apoyándose
en una escritura de donación de San Pedro de las Dueñas en la que se afirma que
fue realizada por Alfonso, presbítero de la iglesia de San Tirso 798 , fecha que, según
él, confirmaría otra ofrecida por Gómez Moreno, en la que la iglesia aparecía
citada tres años antes 799 • Ciertamente, la iglesia de San Tirso se menciona en una
donación de 1123, por la cual el presbítero citado, Alfonso Pérez, daba al
monasterio de Sahagún "... et uobis domino meo, abbati domno Bernardo... ",
entre otros bienes, una casa junto a dicho templo, que había comprado de otro
""M. VALDÉS FERNÁNDEZ, Arquitectura, pp. 121-126, e Historia del arte de Castilla y León, t. IV,
Valladolid, 1996.
799
M. GÓMEZ MORENO, Catálogo, p. 350.
188
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
presbítero llamado Gualterio'00 • No se dice expresamente, sin embargo, que dicho
presbítero ejerciera en San Tirso, pero ello es presumible, como también que lo
hiciera en su día el presbítero Gualterio que se cita. La donación a San Pedro de
las Dueñas se encuentra fragmentada y en condiciones que imposibilitan su
correcta lectura, habiéndose logrado transcribir: "Facta ... huius... per manum
adefonsi ecclesie sancti tyrsi... " 80 ', que alude a dicho personaje como rogatario del
documento, y el genitivo "ecclesie sancti tyrsi" seguramente a su cargo
parroquial802 • Podría tratarse de una fórmula similar a las que el mismo presbítero
emplea como escribano en otros dos documentos del cartulario de Sahagún,
fechados ese mismo año de 1126, donde se aclara finalmente su dignidad: "Facta
karta deliberationis huius atque confirmationis apud Dompnos Sanctas, per
manum Adefonsi... " y "Facta karta istius cauti per manum Adefonsi, regie do mus
et ecclesie Sancti Tyrsi capellani... " 803 •
Todos los datos apuntados parecen avalar al antigüedad de la parroquia de
San Tirso, posiblemente organizada a partir del fuero de 1085. El problema está,
sin embargo, en que la existencia por entonces de la institución parroquial y de un
edificio dedicado a San Tirso no justifican su identificación con la fábrica
románica actual. La datación de ésta, pues, ha de realizarse por otros medios. Se
hace necesario ampliar el contexto de la génesis de estas iglesias de Sahagún,
contexto que no pudo ser ajeno a la influencia del poderoso monasterio de los
Santos Facundo y Primitivo, el cual ejerció un férreo control sobre la villa, el coto
y los centros religiosos agregados a su autoridad. Su abad controlaba totalmente
las nuevas parroquias, tal y como sentenció un privilegio de 1116 otorgado por
Pascual 11'04 • A este respecto, y dado que desde los Fueros de 1085 toda la
autoridad de la villa recaía en el abad de Sahagún, cabe suponer que, en la
práctica, estas disposiciones pudieron ser quebrantadas por los vecinos en los
tiempos de las revueltas burguesas; la concesión de este privilegio testimoniaría
la existencia de intentos de erigir o controlar iglesias en la villa al margen de la
jurisdicción abacial.
800
CDS, no 1215.
8
"'
J. M.' FERNÁNDEZ CATÓN, Catálogo del archivo del Monasterio de San Pedro de las Dueñas, León,
1977, n° 11, pp. 20-21.
802
J. M. CUENCA COLOMA, op. cit., p. 70, ha identificado con acierto este Adefonsus con el capellán de la
parroquia, que actuaría como escribano en algunos documentos entre 1123 y 1126.
8
"'
CDS, no 1226 y 1227.
"" CDS, no 1193. ¡a CAS, pp. 106-107.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
189
El férreo control del cenobio sobre las iglesias de monasterios, prioratos y
parroquias dependientes, debe ser tenido muy en cuenta, por cuanto buena parte
de las obras que se han descrito a partir de los caracteres del citado foco
arquitectónico se encuentran en esa relación. Tales son los casos, además de la
Capilla de San Benito, integrada en la propia iglesia del monasterio de Sahagún,
de las iglesias de San Tirso de Sahagún, San Pedro de las Dueñas, Santos Gervasio
y Protasio de Santervás, San Lorenzo de Sahagún, Santiago de Sahagún, San Félix
de Saelices del Río, entre otras805 • Teniendo en cuenta, pues, la presencia del
poderoso monasterio de Sahagún, liberados de la parcialidad con que a veces ha
sido tratado, hemos de valorar la posibilidad de que su figura, tanto jurídica como
arquitectónica, jugase un papel determinante en todo este juego de influencias
artísticas y su difusión.
Llegados a este punto, habremos de afirmar que la escasez de restos
artísticos del monasterio de Sahagún supone, además de un lamentable hecho que
dificulta el estudio de su Arquitectura, un inconveniente a la hora de analizar las
posibles influencias ejercidas sobre otras obras. Los pocos vestigios conservados
nos dan cuenta de la influencia efectiva y directa que sus modelos y talleres
ejercieron sobre algunas construcciones dependientes del monasterio o ubicadas
en su entorno comarcal, como sucede con la decoración escultórica de la iglesia
de Santervás de Campos806 • Sin embargo, imposibilitan la elaboración de un
análisis comparativo suficientemente amplio, por lo que no podemos asegurar si
existió, y de ser así, en qué grado, una interpretación en ladrillo de la iglesia
abacial de Sahagún.
Esa influencia pudo quizás manifestarse en una de las aportaciones más
singulares del foco facundino: las torres levantadas sobre el tramo recto de la
capilla mayor. Esta solución, presente en algunas iglesias, como las de San Pedro
de las Dueñas, San Lorenzo de Sahagún o la propia de San Tirso, difiere del
cimborrio de Sahagún en cuanto a su ubicación, que era en el crucero. Sin
embargo, cabría pensar en una inspiración a partir del modelo de la torrecimborrio del monasterio, hipótesis ésta ya apuntada por el profesor Bango
Torviso, y que justificaría la presencia de unos modelos muy originales y bien
resueltos aunque carentes de un paradigma de excepción807 •
805
CDS, no 1296 y 1348.
806
M. VALDÉS, Arquitectura, pp. 131-135. M." P. SÁNCHEZ PÉREZ, op. cit., pp. 21-22.
'"l. G. BANGO TORVISO, Historia del arte en Castilla y León, Valladolid, 1994, II, p. 72. J. PÉREZ GIL,
"El monasterio románico de los Santos Facundo y Primitivo de Sahagún", pp. 237-245.
190
JAVIER I'ÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SANCHEZ BADIOLA
Iglesia de San Tirso antes de su restauración. (Foto Laurent).
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
Iglesia de San Tirso en la actualidad.
VI Y SAHAGÚN
191
192
JAVIER PÉREZ GIL- JuAN
JosÉ SANcHEz BADIOLA
Iglesia de San Lorenzo de Sahagún.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
セ@
193
EPILOGO.
EN LOS ALBORES DE LA
EDAD MODERNA:
DECLIVE YANORANZA
-
MONARQUÍA y MONACATO EN LA
EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI
y SAHAGÚN
195
EPÍLOGO.
EN LOS ALBORES DE LA EDAD MODERNA:
DECLIVE Y AÑORANZA
Mientras la Edad Media avanzaba hacia su ocaso, el monasterio de Sahagún
iba experimentando un lento declinar que habría de acelerarse a medida que las
circunstancias que habían permitido forjar su esplendor iban siendo sustituidas
por otras nuevas y menos adecuadas. Atrás quedaban los tiempos de don Alfonso
VI, cuando "llegó esta Casa a la mayor altura, honor y riquezas que jamás tuvo" 808 •
La evolución política del reino alejó progresivamente a Sahagún de los centros de
decisión y poder, perdiendo así buena parte de la influencia que había ostentado
hasta entonces. Este proceso se constata ya desde el siglo XIII y se manifiesta en
la aparición de una serie de complicaciones de índole eclesiástica, jurídica, social
y económica que comenzaban a inquietar la tranquila hegemonía del cenobio
benedictino'09 •
La primera campaña progandística seria emprendida por la abadía
facundina se desarrollará a partir de las últimas décadas del siglo XIV,
fundamentalmente tras la elección como abad de Antonio de Ceinos. Son
momentos de crisis en toda la Iglesia bajomedieval, como consecuencia del Cisma
y la intervención regia en los asuntos eclesiásticos, pero especialmente para
Sahagún, que ve seriamente amenazados sus privilegios señoriales por la
iniciativa burguesa, aliada a los intereses de los judíos de la villa, que también
querían sacudirse el señorío abacial, y a la propia Corona. El monasterio, además,
aparecía entonces marcadamente dividido, y era acusado desde fuera de
corrupción y abandono de sus obligaciones religiosas. Nuevamente el concejo,
integrado por la elite burguesa, retoma el viejo argumento de la jurisdicción
realenga sobre la villa, salvo muy reducidas competencias que reconoce a la
abadía. No es de extrañar, por tanto, que los abades echen mano de la autoridad
sobrenatural de sus patronos y que, entre 1043 y 1411 se registren en las fuentes
808
809
HS, lib. Il, cap. VII, p. 80.
H. S., lib. IV, cap. I, p. 133. J. J. GARCÍA GONZÁLEZ, Vida económica de los monasterios benedictinos
en el siglo XN, Valladolid, 1972, pp. 25 y ss. P. GARCÍA MARTÍN, El monasterio de San Benito el Real
de Sahagún en la Época Moderna, Salamanca, 1985, 52-56.
196
JAVIER I'ÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
facundinas nada menos que cuatro sucesos milagrosos en relación con los citados
conflictos, en los que vienen a servir como argumento en la defensa de los
derechos señoriales de la abadía810 •
En todo este proceso, el recurso a la figura de Alfonso VI es secundario,
prefiriéndose la intervención de los patronos para poner freno a las pretensiones
concejiles y regias. A la larga, esta política se demostrará ineficaz ante la
inevitable recesión del monasterio, que pondrá en entredicho su capacidad para
mantener los antiguos y extraordinarios privilegios de que venía gozando, y que
desembocará en los traumáticos cambios promovidos por la Corona a partir del
último cuarto del siglo XV, con la definitiva incorporación de la villa a la
jurisdicción real y la disolución del propio abadengo, que hacen a los monjes
volver la vista atrás en el tiempo, hacia los felices días del reinado de Alfonso VI.
La Congregación de Valladolid:
Com¡Jetencia y legitimación histórica.
Pero en los inicios de la modernidad, la actitud de los monarcas era muy
otra. Con el fin de restar independencia a los poderosos reductos monásticos que,
como Sahagún, habían alcanzado una privilegiada posición a lo largo del
Medioevo, los Reyes Católicos fomentaron la integración de las comunidades
regulares en una congregación que les resultase más controlable y menos
problemática. En el caso de la Orden benedictina, la cabeza de la misma recayó
en el monasterio de San Benito de Valladolid, el cual había sido fundado por
monjes del de Sahagún en 1390, permaneciendo sometido a su abadengo desde
esa fecha hasta la de 1425. Valladolid se constituyó en motor de una renovación
religiosa que buscaba exterminar la relajación que se había instalado en la vida de
algunos sectores clericales, proponiendo la clausura perpetua como eje de la
práctica monacal, esto es, una vida "a la manera e forma del encerramiento de las
mongas de los monesterios de Santa Clara"811 • Sus estatutos conllevaban, además,
la supresión de encomiendas en las casas afiliadas y la implantación de un sistema
electivo de abades, de carácter trienal, en las mismas 812 • Queda claro que estas
últimas medidas servían fielmente a la pretensión regia de control sobre el clero,
"''E. MARTÍNEZ LIÉBANA, "Milagros y propaganda en el Sahagún medieval", TL, 95-96 (1994), pp. 29-47.
"'AHN, Clero, 3445; Cf. L. RODRÍGUEZ MARTÍNEZ, Historia del monasterio de San Benito el Real de
Valladolid, Valladolid, 1981, p. 45. P. SANDOVAL, Las Fundaciones de los Monasterios de la Orden de
San Benito que los Reyes de España fundaron desde el año DXL hasta el de DCXIII, Madrid, 1601, p. 77.
"'L. RODRÍGUEZ MARTÍNEZ, op. cit., pp. 45, 56-65 y 137-146. P. GARCÍA MARTÍN, op. cit., pp. 56-59.
MONARQUíA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
197
por lo que la Observancia encontró en la Monarquía un excelente aliado a la hora
de atraer el mayor número de monasterios a sus filas. Si tenemos en cuenta el
extraordinario prestigio con que contaba el de Sahagún en estos momentos, no ha
de extrañar que fueran varios los intentos de los benedictinos vallisoletanos por
incorporarlo a su reforma, como tampoco que los monjes facundinos hiciesen lo
posible por mantener su independencia.
El primero de estos intentos data de 1425, repitiéndose en 1442, cuando la
Observancia de San Benito de Valladolid consigue la intercesión de Juan U para
convencer al papa Eugenio IV de la necesidad de un profundo cambio en el
ejercicio religioso de sus hermanos leoneses; la intervención del abad de Sahagún,
Pedro de Medina, evitó, sin embargo, la culminación del proceso de absorción813 •
La unión habría de alcanzarse en 1494, bajo el abadiato de Rodrigo de los Ríos,
último perpetuo del monasterio de Sahagún, que queda definitivamente adscrito a
la Observancia de Valladolid, futura Congregación. Dos años más tarde,
Alejandro VI suprimirá el título abacial de Sahagún y le sustraerá, hasta la
revocación de Julio II en 1503, ciertos prioratos en beneficio de San Benito de
Valladolid814 • En 1500 los miembros de la nueva congregación aprueban las
constituciones por las que habría de regirse, acordando a su vez proclamar al
monasterio de San Benito de Valladolid como cabeza de la misma. Su abad pasa
a ser el General de la Congregación, siendo sus poderes muy amplios y decisorios,
a saber: "canónica obediencia, sujeción, reverencia, confirmación de los prelados,
visitación y procuración, interponer decreto en la alienación de los bienes de los
monasterios de la Congregación, mudar libremente los monjes, hacer defender
cualquier monasterio, dar licencia para pasar a otra religión, convocar a Capítulo
General antes del trienio -ocurriendo alguna causa necesaria-, revocar a los
monasterios a los monjes fugitivos, poder de recibir las resinaciones de los
prelados, mas por estas que aquí especialmente son inseridos (los poderes) no se
entiende derogar a los otros derechos y preeminencias, honras e insignias que así
de derecho como de costumbre le pertenezcan"815 •
Resulta evidente que el monasterio de Sahagún perdió en el umbral de la
Edad Moderna buena parte del poder y prestigio que hasta entonces había
""HS, lib. VI, cap. II, pp. 187-193. E. ZARAGOZA PASCUAL, Los Generales de la Congregación de San
Benito de Valladolid, l, Silos, 1973, pp. 105-106. L. M. BAJO DE CASTRO, El Monasterio y la Villa de
Sahagún en el Antiguo Régimen, León, 1984, pp. 25 y ss. J. M.' CUENCA COLOMA, Sahagún:
Monasterio y Villa, Valladolid, 1993, p. 121-125.
"" H.S., lib. VI, cap. VI, pp. 202-203.
""Constituciones de 1500, cap. IV; Cf E. ZARAGOZA PASCUAL, Los generales de la Congregación de
San Benito de Valladolid, II, Silos, 197.6, p. 376.
198
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
disfrutado. La adopción de la reforma religiosa, así como las profundas
transformaciones políticas, sociales y económicas coetáneas, incidieron
seriamente en la administración política y económica de Sahagún. El señorío de
Abadengo, con su jurisdicción civil y eclesiástica, esta última sujeta únicamente
a la Santa Sede, languidecerá hasta ser sustituido el primero por la autoridad regia
y el segundo por la figura de un abad electivo y trienal menos decisivo 816 • Así pues,
en el ámbito interno de la Orden, la situación de Sahagún había variado
notablemente: del ejercicio de una temible e influyente proyección, se había
pasado a depender de una Congregación dirigida por otra Casa que, en estos
momentos, evidenciaba ya un mayor peso religioso y político. Ante esta pérdida
de protagonismo, motivada por una decadencia económica y religiosa real, los
monjes de Sahagún activarán una serie de mecanismos encaminados a legitimar
su status de relevancia en el contexto de la Orden. Acudirán para ello a la
tradición, publicando a través de diversos cauces un mensaje destinado a justificar
con los hechos pretéritos una influencia que, al presente, eran incapaces de
conquistar por sus propios medios. Esta campaña de imagen tuvo un objetivo
principal, proclamar la preeminencia del Cluny hispano sobre el resto de
comunidades, y se materializó tanto en el ataque soslayado a San Benito de
Valladolid, que dirigió los designios de la Congregación siguiendo una política
claramente centralista817 , como en la exaltación de las virtudes propias. Es por ello
el dedicar este último capítulo de una obra, como es la nuestra, enfocada al estudio
de Sahagún en el Medievo, a esbozar siquiera el análisis de la persistencia que lo
medieval parece haber tenido tras la conclusión de ese periodo histórico.
Estudiaremos así cómo el recuerdo de las glorias pasadas alimentó un último
intento por conservar el esplendor marchito. Se procederá entonces a un
utilitarismo de la Historia que dejará constancia de la incapacidad de una
institución por mantener su peso específico en el ámbito de unas estructuras
diferentes a las que propiciaron su ascenso.
Uno de los ejemplos más palmarios del sentir de la comunidad facundina
hacia la Congregación de San Benito lo encontramos en la Historia del Real
Monasterio de Sahagún (Madrid, 1782), obra escrita por Romualdo Escalona y
para la que se debió servir de trabajos anteriores e inéditos de otros monjes, como
816
J. PUYOL Y ALONSO. El Abadengo de Sahagún (Contribución al estudio del Feudalismo en España),
Madrid, 1915, edición facsímil de León, 1985, pp. 140-142. P. GARCÍAMARTÍN, Íbidem.
"'La reacción contra este centralismo parece que fue un hecho generalizado entre las Casas más importantes
eu los primeros momentos de vida de la Congregación (E. ZARAGOZA PASCUAL, Los generales de la
Congregación de San Benito de Valladolid, I, p. 190. L. RODRÍGUEZ MARTÍNEZ, op. cit., p.142).
j
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA
EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGúN
199
Juan Benito Guardiola, que compondría su Historia en la segunda mitad del siglo
XVI, José Pérez de Rozas, que haría lo propio a finales del XVII, o Manuel de
Lombraña, ya en el primer cuarto del XVIII818 • Es significativo que en ella se
recoja la historia del cenobio desde sus orígenes hasta su unión a la Congregación
de San Benito, no retomándose la diacronía hasta la época del autor. Es decir, la
Historia se reduce al periodo medieval, eludiendo cualquier referencia a los siglos
XVI y XVII, que son, por otra parte, los que consolidaron la decadencia del
monasterio. La entrada en la Congregación se consolida así como un claro punto
de inflexión en la trayectoria de Sahagún, "porque con la unión del Monasterio de
Sahagún a la Congregación varió enteramente el gobierno político, y económico
que había habido en él desde su fundación" 819 • En este sentido, Escalona no duda
en referirse a ella con una evidente acepción negativa y no exenta de cierto rencor
hacia los benedictinos vallisoletanos, impulsores y directores de la reforma:
"Los Reyes Católicos promovían por estos años la unión de los
Monasterios de la Orden de S. Benito en un cuerpo de Congregación, en que se
observase el modo de vivir que D. Antonio de Ceynos, y sus Monges de Nogal,
hijos de esta Casa de Sahagún, habían comenzado a establecer el año de 1390 en
Valladolid. Ya estaban unidos muchos Monasterios; y su modo de vivir les había
adquirido mucha estimación, y buena fama; pero no habían conseguido la unión
de éste a la Congregación que había nacido de él, acaso por no haberlo solicitado
con el modo correspondiente a sus circunstancias ... Habiendo renunciado D.
Rodrigo (abad de Sahagún), como queda dicho, el título de abad de este
monasterio, los monjes de Valladolid, con un celo poco discreto, solicitaron y
lograron que el Papa Alejandro VI suprimiera en Sahagún el título de abadía, tan
célebre en España y fuera de ella; y no contentos con despojar a esta casa de tan
singular honor, lograron también desnudarla de una muy considerable parte de
sus bienes"820 •
'"Aunque J. PUYOL Y ALONSO, op. cit., p. 287 afirma que el P. Pérez no conoció el manuscrito de J. B.
Guardiola, creemos que sí pudo ser así o que pudo llegar a conocer sus aportaciones de manera indirecta;
al menos, conocía el Tratado de nobleza y de los títulos y ditados que oy día tienen los varones claros y
grandes de España, que Guardiola publicó en Madrid en 1591. En efecto, el ejemplar conservado en la
Biblioteca Pública de León, Fondo Antiguo, no 2880, se acompaña de una anotación en la portada que dice:
"Ad usum Fr. Josephi Perezii Monachi S. Facundi quam eius destinat Biblio-theca". Asimismo, existen
anotaciones en los márgenes que señalan con un expresivo "Ojo" las citas a hechos relacionados con el
monasterio de Sahagún.
'" HS, lib. VTI, cap. I, p. 204.
"' HS, lib. VI, cap. VI, pp. 202-203.
200
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
Como se puede apreciar, son constantes las alusiones a la mayor antigüedad
de Sahagún y a la fundación y primitiva dependencia facundina de Valladolid,
hechos que serán recordados reiteradamente con el propósito de rememorar no ya
la vieja subordinación, sino de reivindicar cierta deuda moral que los
vallisoletanos tenían contraída con la Casa madre:
"Tan célebre llegó a ser la observancia de este Monasterio (Sahagún) ... que
deseando el Rey D. Juan, que era muy piadoso, tener cerca de sí algunos varones
espirituales, que con sus obras, y sus palabras, le incitasen a la virtud, y con sus
oraciones le ayudasen; pensó en fundar en su corte, que entonces estaba en
Valladolid, un Monasterio de la mayor observancia; y echando los ojos de su
consideración por todos sus Reynos, juzgó, que los sugetos más a propósito para
lograr sus deseos eran los Monges de Sahagún"821 •
Con estas palabras, Escalona está dejando entrever que el origen de la
mayor virtud de la comunidad vallisoleta, y, en última instancia, la causa que
motivó la creación de la Congregación -esto es, la cuidada observancia
religiosa- derivan de Sahagún. La misma voluntad de restar importancia a
Valladolid y subordinarla a la antigua Casa-madre latía también en los escritos de
algún historiador facundino anterior. Escalona transcribe algunas impresiones al
respecto del P. Pérez, recogidas en su manuscrito. Así, al referirse a Fr. Juan
Acevedo (1423-1436), abad de Valladolid, dice que "del intento que tenía de
agregar, como había hecho con otros Monasterios, el grande de Sahagún (cuya
grandeza, y la dependencia, que de él tenía el de S. Benito de Valladolid, no le
debía hacer buen estómago) al suyo ... " 822 • A pesar de que Escalona reconoció el
empleo que para la composición de su Historia hizo de la de Fr. José Pérez,
citándolo incluso en la portada (" ... sacada de la que dexó escrita el Padre maestro
Fr. Joseph Pérez ... "), lo cierto es que en contadas ocasiones introduce
transcripciones literales de su texto, siendo más corriente el comentario de su
opinión. Creemos, pues, que la anterior cita adquiere un sentido de principio de
autoridad, auxiliando los argumentos de Fr. Romualdo, a la vez que introduce una
discreta pincelada peyorativa para con el abad vallisoletano.
Este amparo en los principios de autoridad reaparece con otros autores de
reconocido prestigio, como Prudencio de Sandoval, al que el autor de la Historia
de Sahagún cita del siguiente modo: "Tuvo siempre Sahagún (dice el Señor
Sandoval) superioridad sobre el Monasterio de Valladolid, como sobre filiación
821
HS, lib. V, cap. V, p. 179.
HS, lib. VI, cap. II, p. 189.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
20 1
suya, y confirmaba la elección de Prior: socorríalos con lo necesario, quando les
faltaba sustento, y vestido" 823 • En este caso la cita del autor de las Fundaciones de
los monasterios de la Orden de San Benito (Madrid, 1601) trasciende la mera
referencia ilustrativa para atraer a su punto de vista el parecer de un estudioso
objetivo y desligado de la comunidad facundina. Así lo evidencia la aclaración
que Escalona introduce tras la misma, y que parece responder a una lucha
dialéctica abierta entre Sahagún y Valladolid: "Alguno menos instruido ha querido
negar esta subordinación del Monasterio de Valladolid a este de Sahagún; pero el
Señor Sandovallo tenía bien mirado quando lo escribió asf' 824 • Incluso en aquellas
ocasiones en que Escalona ensalza la importancia de San Benito de Valladolid
como cabeza de la Congregación, no desaparecen las tendenciosas connotaciones
encaminadas a dejar en evidencia la deuda de los vallisoletanos con la Casa que
les dio la vida: " ... Mantuvo Sahagún este derecho muchos años, y consta, que lo
tenía aún en el año de 1425. Pero habiéndose hecho cada día más famoso con su
observancia el Monasterio de Valladolid, y llegado a ser con la protección de los
Reyes cabeza de la Congregación, tuvo Sahagún el honor, y el gran gusto de ver
a su hijuela elevada a la dignidad de grande madre" 825 •
Como botón de muestra, la Historia del monasterio de Sahagún evidencia,
pues, una clara animadversión hacia la Congregación de San Benito y, más
concretamente, hacia la cabeza de la misma. En este sentido, no hemos de olvidar
que el objetivo de la propia obra es elaborar una relación de los acontecimientos
más significativos del cenobio del Cea, proyecto al que no escapa una voluntad de
ensalzar y publicitar su importancia. Por esta razón, la sucesión de los hechos
históricos se acompañará de una relación de los hijos más destacados del
monasterio, incluso tras la adopción de la nueva observancia. El peso de la
Historia, las gestae y los vires illustres adquieren entonces un valor que legitima
y consolida la autoridad de la institución. Esta pretensión, la justa dialéctica por
el máximo prestigio en el seno de la familia benedictina, trascenderá incluso el
marco de lo literario para reflejarse en lo artístico. Y de nuevo aparece aquí,
inevitablemente, la figura iconológica más representativa del esplendor de
Sahagún: Alfonso VI.
"" H.S., lib. VI, cap. V, p. 179.
824
Íbidem.
"' HS, lib. VI, cap. V, p. 180.
202
JAVIER PÉREZ ÜIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
Alfonso VI: ¿enterramiento regio o reliquia?
"En el tiempo por セゥ・イエッ@
del rei don Alfonso (VI), cuya ánima ァッセ・@
de los
con セ・イ」。L@
bienes de paraíso, ninguna villa o lugar avía menester de se ・ョヲッイエ。ャセ@
por quanto cada uno avía paz e se ァッセ。カ@
de gran seguridad. E a los viejos se
de la paz, la
asentavan alegremente so su bid e figuera, tratando con gran ーャ。セ・イ@
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e bírgines traían grandes 、。ョセウ@
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e alegres bailes en las ・ョ」イオセゥェ。、ウ@
de los caminos, aviendo gran placer e tomando
」ッョウャ。セゥ@
de la flor de la jubenil hedad... " 826 •
Tan sólo una década después de la muerte del monarca, aunque bajo la
convulsa coyuntura generada por las recién sofocadas revueltas burguesas, el
Anónimo de Sahagún pintaba con gran lirismo este sentido paisaje de la vida
facundina en tiempos del monarca. Con una clara carga idealista, condicionada
por la crítica situación por que atravesaba la comunidad, el autor invoca por vez
primera el recuerdo de un personaje que habría de permanecer vivo a lo largo de
toda la existencia del monasterio de los Santos Facundo y Primitivo: Alfonso VI.
Este nombre irá en adelante indisolublemente asociado al periodo de mayor
apogeo de Domnos Sanctas, y sus restos mortales se convertirán en fedatarios de
esa gloria pasada y dignificarán el monasterio con su presencia. En señal de
respeto y agradecimiento, los monjes facundinos se preocuparán por honrar la
memoria de su benefactor, y, conscientes del valor del "Alfonso político", no
dudarán en recurrir a su imagen para reclamar su autoridad e, incluso, de poner
todos los medios a su alcance para custodiar con el mayor celo la integridad de
dichos restos, los cuales van a adquirir la categoría de "tesoro".
En anteriores capítulos hemos tenido la oportunidad de aproximamos a la
trascendencia que la figura de Alfonso VI tuvo para el monasterio de Sahagún. El
contacto del monarca con Domnos Sanctas fue constante. Tras sus muros proyectó
algunas de las empresas más destacados de su reinado, en ocasiones sirviéndose
de la propia comunidad benedictina para llevarlas a efecto. A cambio, compensó
a esta última con la honra de su estancia, el beneficio de sus privilegios y
donaciones, y la gloria de su enterramiento. La decisión de recibir sepultura en
Sahagún había sido hecha pública por el propio rey ya en el año 1080, casi tres
82
'
l" CAS, p. 77.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAO MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
203
décadas antes de su muerte 827 • Esta premura, que la hace coincidir en un breve
intervalo temporal con la llegada de los primeros monjes cluniacenses y los
inicios de la fábrica de la nueva iglesia monasterial, se relaciona con la propia
estrategia política del monarca, que parece estar previendo el importante papel
que tenía reservado a Sahagún y sus monjes en un futuro inmediato. De ser así, su
apoyo a la construcción de la obra románica del monasterio estaría incentivado
por la confianza en que, más allá de una iglesia y sus dependencias monásticas, lo
que estaba patrocinando era su propio panteón. Es más, ubicaciones que, a priori,
se podían presentar como serias candidatas a recibir los restos reales, perdieron
todas su posibilidades ante la íntima relación establecida entre el monarca y su
monasterio. En especial Toledo, ciudad que, junto a todo el simbolismo que
encerraba para la ideología neogoticista de la monarquía astur-leonesa, había sido
escenario de algunos hechos decisivos en la biografía del rey Alfonso: su
destierro, motivado por la usurpación de su hermano Sancho II (1072), la
conquista de la plaza (1085) o el fallecimiento del propio monarca en 1109828 •
El 9 de julio del último año citado, ocho días después de su muerte, y tras
unas sentidas exequias celebradas en Toledo, en las que "se podría decir que toda
la ciudad no era otra cosa sino un sonido de lloradores", el regio cadáver era
recibido en la villa de Sahagún, donde "con muy gran honra fue traído" 829 ,
recibiendo sepultura en el panteón existente a los pies de la iglesia -en la capilla
de San Mancio-, donde reposarían hasta su traslado a la capilla mayor de la
iglesia, ya en pleno siglo XIII. Éste fue uno de los motivos que llevó a los
monarcas castellanos a colaborar en la conclusión de la fábrica de la iglesia
abacial, como evidencia la donación realizada por Alfonso X el 13 de mayo de
1255, destinada a "facer la eglesia para meter hy el rey Don Alfonso que ganó
Toledo, que yace enterrado en el monasterio de San Fagundo"830 • Fue Sancho IV
(1284-1295) quien consideró que "estos enterramientos (los de Alfonso VI y sus
esposas Isabel y Zaida) que non eran convenibles ... e puso al rey D. Alfonso en
aquella capilla mayor" 831 • Con el traslado, se procedió también a sustituir el
827
82
"
"Cumque talia cogitandi miseratio divina fuisset, piamque mei cordis voluntatem compleri vidissem, elegi
ut post mortem meam ibi (locum uenerabilem Sanctorum Facundi et Primitiui) tumulatus requiescerem:
quatinus quem invita nimio amore dilexi, etiam defunctus foverem" (CDS, no 786. I' CAS, cap. 7 y 16.
Crónica del obispo Don Pelayo, edición de SÁNCHEZ ALONSO, p. 88. HS, lib. Il, cap. V, pp. 73 y 76.
A. M.' BARRERO GARCÍA, op. cit., pp. 385-597, especialmente pp. 399-401. B. F. REILLY, The
Kingdom of Lean-Castilla under Queen Urraca: 1109-1126, Princeton, 1982, pp. 55-57.
J. MIRANDA CALVO, La Reconquista de Toledo por Alfonso VI, Toledo, 1980.
"' I' CAS, pp. 25-26.
8
"
CDS, no 1753. HS, apénd. Ill, escr. CCXLVI, p. 598.
"' Crónicas de los Reyes de Castilla. Sancho IV, BAE, t. LXVI, Madrid, 1953, pp. 73-74.
204
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
primitivo sepulcro de mármol por otro "monumento verde que fizo facer muy
bueno, e puso a la reina doña Isabel a la una parte, e a la reina Zaida a la otra en
sus monumentos muy buenos" 832 • En la segunda mitad del siglo XVI, Ambrosio
de Morales visitó el monasterio de Sahagún, describiendo la sepultura de la
siguiente manera:
"En medio de la Capilla mayor está enterrado el Rey D. Alonso el VI con
harta magestad de sepoltura: sobre Leones grandes de alabastro está una arca
grande de mármol blanco de ocho pies en largo, quatro en ancho, y alto, y el
cobertor es llano y liso de una pizarra negra; sobre éste tienen con madera hecha
representación de gran tumba, que de ordinario está cubierta con un tapiz tegido
en Flandes aposta para aquello, de harto buena estofa, y debujo con mucha seda.
En lo que cubre lo llano más alto de la tumba está el Rey armado y coronado: y
en los lados, en buenos festones, armas de Castilla, y León: y en el testero de la
cabecera está un Crucifijo, y así en lo demás otras imágenes. En fechas principales
le echan encima un Dosel de Brocado"833 •
Posteriormente, a principios del siglo XVII, Fray Antonio de Yepes
describirá la ubicación del enterramiento frente al altar, "con toda la decencia y el
adorno posible"834 • Ya en 1782, Romualdo Escalona nos dice que el sepulcro goza
de una "magnificencia que tiene pocos exemplares en toda España"'35 , y pocos
años después, Ponz corrobora que "efectivamente, el sepulcro es magnífico" 836 •
Dado que no apetece a nuestro objetivo el realizar un estudio sobre la materialidad
artística del sepulcro, no extenderemos más los comentarios al respecto. Sirvan,
sin embargo, estas descripciones para atestiguar la preeminencia de su ubicación
y el decoro con que dicho monumento era mantenido, apreciación en la que
coinciden de manera unánime todos los autores arriba citados. El ornato y especial
celo con que los monjes de Sahagún conservaron del sepulcro de su benefactor
respondía a una doble necesidad: en primer lugar, realzar y publicitar la presencia
""Jbíd. y ¡a CAS, p. 26. COSB. I, pp. 293-294.
833
A. DE MORALES, op. cit., p. 36. En tomo a las fechas de la redacción del Viaje de Morales, J. B.
GUARDIOLA, Tratado de nobleza y de los títulos y ditados que oy día tienen los varones claros y grandes
de España, Madrid, 1591, cap. XVIII, pp. 46-47, describía también el sepulcro del monarca: "Y también
en el altar mayor de la iglesia del dicho monasterio encima de las gradas junto al sepulcro del ínclito Rey
don Alonso el Sexto, está colgado un escudo suyo propio, en el qua! están pintadas sus insignias, que son
un castillo y un león con la corona real".
'" COSB, Íbidem.
'" HS, lib. II, cap. V, p. 73.
""A. PONZ, Viage de España, en que se da noticia de las cosas más apreciables, y dignas de saberse, que
hay en ella, Madrid, 1787, edición facsímil de Madrid, 1972, t. IX, carta VI, p. 208.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA
EDAD
MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI
Y SAHAGÚN
205
de los restos regios en el monasterio, como testimonio de su antiguo esplendor; en
segundo lugar, precaverse ante un peligro derivado paradójicamente del éxito de
esa política publicitaria: la traslación de los restos fuera de Sahagún.
Respecto al primer aspecto, podemos afirmar que el tratamiento que los
benitos de Sahagún dispensaron al regio enterramiento cumplió con creces el
respeto y atención que cabría exigirles. Cinco siglos después de la muerte de
Alfonso VI, Yepes nos informa de los ritos litúrgicos que, en su memoria, aún
celebraban los monjes facundinos. Entre éstos, destaca el oficio de una misa diaria
por su alma, el canto de un responso por parte de toda la comunidad los jueves en
vísperas, el cual habría de repetirse los viernes tras la misa, o la iluminación
perpetua del altar mayor con la denominada "candela del rey" 837 • Sin embargo,
estos actos ordinarios no tenían comparación con los celebrados el primero de
julio, fecha del fallecimiento del monarca. Ese día "hácese el oficio de vigilia y
misa mayor con tanta solenmidad y grandeza como si fuera día de Pascua, con
música de canto de órgano, y los monjes todos dicen misas rezadas por su
bienhechor, y después de acabado el oficio, cuando se van los monjes a comer,
llevan consigo a un pobre al refectorio, que representa al rey muerto" 838 • A tenor
de todo lo expuesto, el historiador benedictino comenta que "parece no se
contentan los monjes de estampar en el alma su memoria (la de Alfonso VI), sino
que quieren tener este despertador delante de sus ojos perpetuamente"839 •
En efecto, el recuerdo del benefactor, la conmemoración de los hechos
pasados, va a fundirse con el presente del cenobio, alcanzando un grado de
cotidianeidad insospechado. La iconografía de la figura alfonsina adquiere en
Sahagún una dimensión tan profunda que no pudo pasar desapercibida al
historiador benedictino, pero tampoco a otros personajes desligados del
monasterio de Sahagún, e incluso de la propia Congregación de Valladolid. Tal es
el caso de Ambrosio de Morales, quien, refiriéndose al sepulcro, indica que "en
fiestas principales le echan encima un dosel de brocado"840 , y termina por relatar
-no sin cierta estupefacción- que "otra cosa les ví hacer a los Monges, que
aunque tiene respecto de acatamiento, mas parece demasiado, y que excede. En
unas Vísperas solenmes incensó el Preste el Altar mayor, y luego los Santos, y
luego la tumba del Rey: porque aunque estando vivo se había de hacer así;
después de muerto si no en obsequias, no se incensa nadie, si no es Santo. Otra
"'' COSE, I, p. 294.
838
Íbidem.
'" Íbidem.
""'A. DE MORALES, op. cit., p. 36.
206
JAVIER I'ÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
cosa hacen de harto acatamiento con los Santos y con el Rey, que no consienten a
nadie, si no es Persona Real, estar a oír Misa dentro de la Capilla mayor" 841 •
Teniendo en cuenta que Morales era cronista real y que estaba realizando un
encargo de Felipe II, personaje profundamente interesado por la imago regis, es
lógico que su reacción de sorpresa ante las "excesivas" honras dedicadas al
antiguo rey resulte todavía más sintomática a la hora de evaluar esta preocupación
de los monjes facundinos por la custodia de los restos; da la impresión de que para
ellos el respeto se había convertido en fervorosa devoción, y el cuerpo real en
preciada reliquia.
Así pues, no cabe duda de que la imagen de Alfonso VI, en tanto que
baluarte de ese esplendor medieval, tendrá una presencia activa en Sahagún con
posterioridad a la entrada de la Edad Moderna. A través de ella se pretenderá
vivificar parte de ese prestigio y autoridad que un día ostentase el monasterio. Sin
embargo, ya hemos dicho que, como consecuencia del éxito de esa misma
estrategia publicitaria, se avivará el interés de algunas personas e instituciones por
hacerse con tan importante enterramiento. Ante estos intentos, que se repitieron a
lo largo de la Historia, hemos de señalar que el monasterio de Sahagún primero,
y su filial femenina de la Santa Cruz de Sahagún después, tras la desaparición del
cenobio masculino, reaccionaron siempre y ante cualquier instancia con una
decisión y firmeza que ponen de manifiesto el valor y aprecio que siempre
profesaron, y aún hoy demuestran, por los restos de su antiguo rey842 • En este
sentido, pocos son los ejemplos en nuestra Historia en que se haga así de evidente
una identificación tan férrea y constante entre un pueblo y su soberano.
La primera ocasión en que los monjes de Sahagún se verían obligados a
hacer valer la voluntad de Alfonso VI de ser enterrado en su monasterio acaecería
inmediatamente después del fallecimiento del mismo en Toledo, con anterioridad
incluso al traslado de su cuerpo a Domnos Sanctas. El Monje Anónimo autor de
841
842
84
'
lbidem, y p. 37.
Cuando, en 1920, se pretende el traslado de los restos del monarca desde el monasterio de las benedictinas
de Sabagún al panteón regio de S. Isidoro de León, promovida por el alcalde de León, D. Mariano Andrés,
y por "la Comisión de Monumentos, la R. Academia de la Historia, el Gobierno y el propio Rey de España",
compensando a las monjas con una cantidad en metálico, como habían solicitado, la abadesa de Santa Cruz
responde que su comunidad " ... no se cree con atribuciones suficientes para entregar un tan preciado tesoro
confiado a su custodia y que seguiría custodiando de buen grado aun a costa de las mayores privaciones ... "
Ante la amenaza de un decreto del Gobierno en ese sentido, la abadesa puntualiza que " ... dando por hecho
que el Gobierno lo autorizaría, formulamos la petición de la recompensa, pero no significa esto que
pongamos a precio ni mucho menos el tesoro que conservaremos mientras no se nos ordene entregarlo ... el
Gobierno es el que debe disponer... y entonces nos faltará tiempo para hacer entrega de los restos, aunque
de ello tengamos que dolernos ... " (AHPL, M. Bravo, 11599, leg. 103).
¡a CAS, pp. 16-17.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
207
las Primeras Crónicas nos relata cómo el rey Alfonso "conjuró a sus hermanas,
conbiene a saver, a doña Hurraca e a doña Elvira, e aún a todos los de su parentela
e mayores de su casa, que a doquiera que el postrimero día le fallase el su cuerpo,
fuese traído e enterrado as.:erca de San Fagún" 843 • Un acto que parece encaminado
a reforzar la validez de la decisión tomada años antes por el monarca frente a
cualquier posible alteración de su última voluntad.
Ya asentados los restos de don Alfonso en el monasterio de Sahagún,
destacan las tentativas de Felipe II (1556-1598) y Felipe III (1598-1621) por
trasladar a El Escorial el cuerpo de tan insigne predecesor. El primero de estos dos
monarcas encargó a Ambrosio de Morales la elaboración de un informe que atañía
a "las reliquias de santos, sepulcros reales y libros manuscritos de las catedrales y
monasterios de los reinos de León y Galicia, y Principado de Asturias". En el
ámbito de los sepulcros reales, el rey le encomendó averiguar "en qué manera y
forma están, qué dotaciones y fundaciones han dejado, y las Memorias, Vigilias,
Sacrificios y Oraciones que por ellos se hacen" 844 • Quizás por esta razón los
monjes facundinos pusiesen un especial énfasis en sus atenciones al
enterramiento, ahorrándose así cualquier crítica del supervisor real, si bien ello no
perjudica la naturalidad de las prácticas antes referidas. Gracias a esta eficacia, o
quizás, más bien, a la diplomacia de Fray Mauro de Otel (1589-1592 y16011604), a la sazón abad de Sahagún, el monasterio pudo mantener sin
complicaciones el cuerpo real en la capilla mayor de su iglesia845 •
Fue precisamente bajo la segunda prelatura de don Mauro de Otel en
Sahagún, en 1602, cuando tuvo lugar la visita de Felipe III y la reina doña
Margarita de Austria al monasterio, con la intención de trasladar al panteón de El
Escorial los restos de Alfonso VI. Afortunadamente, el monarca desistió de su
propósito inicial al quedar satisfecho "de la regia y suntuosa magnificencia con
que le tiene este Monasterio, colocado en un regio túmulo" 846• No obstante, el
atractivo reclamo de los restos reales habría de generar nuevos intentos para lograr
su adquisición y traslado fuera de Sahagún. Los acaecidos tras la desamortización
"'A. DE MORALES, op. cit., pp. 2-3.
"'En 1591 Felipe II escribió al abad de Sahagún recomendándole atender la petición del arzobispo de Évora
solicitando una reliquia de San Mancio, cuyo cuerpo estaba en el monasterio de Villanueva de San Mancio,
el cual dependía de Sahagún. Fray Mauro de Otel no sólo envió una reliquia al arzobispo de Évora, sino
que además regaló otra a Felipe II "por haber nacido el día en que sufrió martirio el Santo". El monarca le
contestó agradecido pocos días después, y en 1592 recompensaba al abad eximiendo al monasterio de
aposentar soldados y gente de guerra (AHN, Clero, Sahagún, carp. n• 946, leg. n• 2-3 (Cf J. M. CUENCA
COLOMA, op. cit., pp. 6-7 y 160-161).
"'"E. ZARAGOZA PASCUAL, "Un siglo y medio de tomas de hábito en el Monasterio de Sahagún, AL, 5960 (1976), pp. 38-47.
208
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JosÉ
SANcHEZ BADIOLA
del monasterio constituyen un último e interesante capítulo en lo que se refiere a
la pervivencia de la simbología alfonsina en el contexto de la villa de Sahagún. En
1835, extinguida la comunidad de benitos e iniciado un terrible proceso de
dispersión del Patrimonio monástico, el último abad de Sahagún -Fr. Bemabé
Álvarez Balsinde- recogió los restos del monarca y los de sus cuatro esposas y
los entregó para su custodia al monasterio de las Madres Benedictinas de Santa
Cruz de Sahagún847 • Su redescubrimiento a finales de la primera década del siglo
XX provocó la irrefrenable apetencia de algunas instituciones por hacerse con los
restos de un soberano tan significativo y que se creían perdidos tras la
desaparición del monasterio de Sahagún. Es por ello que, poco después, la Real
Academia de la Historia delegará en la Comisión de Monumentos de la Provincia
de León el encargo de estudiarlos y realizar las gestiones pertinentes para su
traslado al Panteón de los Reyes de la Real Colegiata de San Isidoro de León848 •
Los problemas derivados de la clausura del monasterio de Santa Cruz, donde
permanecían entonces los despojos, así como del necesario permiso de las monjas
y de las autoridades municipales de Sahagún, que no parecían favorablemente
predispuestas, complicaron los trámites y frenaron el proceso. En 1920 la
Comisión de Monumentos leonesa instaba a la Real Academia para que
promoviese el traslado849 , pero ese mismo año Alfonso XIII intervenía en favor de
las religiosas facundinas, reconociendo la necesidad de hacer cumplir la voluntad
del testador850 • Años más tarde, sin embargo, resurgirán los intentos, que a
mediados de siglo apuntaban a León, El Escorial y Toledo como posibles destinos.
Nuevamente, la oposición religiosa, institucional y social consiguió evitar la
salida de los restos reales, acordándose en 1954 trasladarlos, junto a los de las
esposas del monarca, de la clausura a la iglesia de Santa Cruz, donde permanecen
hasta el día de hoy 851 •
"" R. FERNÁNDEZ NÚÑEZ, "Noticias sobre los restos mortales del monarca don Alonso VI'', BRAH, t. LV
(1909), cuaderno V, pp. 497-502 y "Más noticias sobre los restos de d. Alonso el VI", BRAH, t. LVI (1910),
cuaderno VI, pp. 442-444. J. M. CUENCA COLOMA, op. cit., p. 40.
"'"Biblioteca Pública de León, Comisión de Monumentos, 616, Actas de la Comisión de Monumentos de la
Provincia de León (1898-1921), 15 de julio de 1911, pp. 74-76.
"'' B.P.L., Comisión de Monumentos, 616, Actas de la Comisión de Monumentos de la Provincia de León
(1898-1921), 5 de diciembre de 1920, p. 107.
'" J. M. CUENCA COLOMA, op. cit., p. 40.
"" Idem, Íbidem, pp. 40-41 y 463-465.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO VI Y SAHAGÚN
209
Imago regis
Otra vertiente del mismo fenómeno, y no menos interesante, es la
utilización que la abadía facundina hizo de la figura del rey-emperador Alfonso
VI, en cierto modo antonomástica, cuando se demostró irremediable su ingreso en
la Congregación de San Benito de Valladolid. Los monjes de Sahagún parecen
comprender que, en lo futuro, restringida su autoridad y menguados sus
privilegios y posesiones, la única batalla posible tendrá que desarrollarse en el
ámbito de la propia Congregación y será en defensa de una cierta preeminencia de
su monasterio dentro de la misma.
La hegemonía de San Benito de Valladolid se manifiesta en todos los
aspectos, y poco pueden hacer al respecto los demás monasterios de la
Congregación, cuyo control se ejerce a través de los Capítulos Generales trienales.
Estas asambleas constituirán el escenario en el que se tomen las decisiones que
habrán de marcar el rumbo a seguir por la Congregación y, como tal escenario, se
prestará a la práctica y representación de recursos encaminados a legitimar y
enfatizar la autoridad de cada compromisario. En este sentido, la sillería del coro
bajo del monasterio de San Benito el Real de Valladolid, donde se celebraban los
Capítulos Generales, representa --en palabras de Rodríguez Martínez- "un
auténtico poema y el mejor documento gráfico de la Congregación" a finales del
primer tercio del siglo XVP52 • Sahagún, especialmente sensibilizado con la
necesidad de poder, no escapará a este juego político, implicando para ello al
baluarte de su argumentación medievalista: su protector, Alfonso Vl'53 •
La sillería, actualmente recogida en la sala XII del Museo Nacional de
Escultura, debió comenzarse en 1525, concluyéndose cuatro años más tarde, aun
cuando hoy presenta añadidos del siglo XVIIJ854 • Se trata de una obra en madera
de nogal compuesta de dos órdenes: el alto formado por cuarenta sitiales
destinados, en su gran mayoría, a cada una de las casas integrantes de la
852
853
L. RODRÍGUEZ MARTÍNEZ, op. cit., pp. 302-303.
J. PÉREZ GIL, "Alfonso VI y Sahagún: aproximación a la iconografía alfonsí en la Edad Moderna",
Argutorio, 3 (1999), pp. 36-40.
'" J. MARTÍ Y MONSÓ, Estudios Histórico-Artísticos relativos principalmente a Valladolid, Valladolid,
1901, edición facsímil de Valladolid, 1992, p. 81. J. AGAPITO Y REVILLA, De la sillería del convento
de San Benito, Boletín del Museo Provincial de Bellas Artes de Valladolid, n° 2, 4 y 6 (1925-1926), pp. 2543, 69-82 y 101-121, respectivamente. F. WATTENBERG, Museo Nacional de Escultura de Valladolid,
Madrid, 1972, pp. 217-218. L. RODRÍGUEZ MARTÍNEZ, op. cit., pp. 295-314. Fue bajo la prelatura del
abad D. Alonso de Toro (1524-1542) cuando se mandó hacer esta "célebre sillería del coro bajo; tiene
sesenta y seis sillas, concertadas, alta y baja, por doscientos reales" (Archivo de la Congregación de San
Benito de Valladolid (Silos), Primer libro de Actas de los Capítulos Generales, ff. 75-77; Cf.: L.
RODRÍGUEZ MARTÍNEZ, op. cit., pp. 156-157).
210
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
Congregación, tal y como reflejan las escenas de sus tableros y los escudos de los
remates; el bajo cuenta con veintiséis sitiales cedidos a otros interventores de
menor categoría, decorándose sus tableros con episodios de las vidas de la Virgen
y Cristo. La sillería se encuentra sin policromar, con la salvedad del sitial de San
Benito de Valladolid, que demuestra así la distinción del asiento de su abad en
tanto que cabeza de la Congregación. En relación a la autoría, existen importantes
desacuerdos entre los historiadores que han estudiado la obra, no pudiéndose
establecer una conclusión definitiva debido a la escasez de fuentes documentales.
En todo caso, nosotros cerraremos aquí la descripción artística de la sillería del
coro para no perder el hilo argumental que nos ha llevado a citarla.
El sitial correspondiente al monasterio de Sahagún se situó en el lado de la
Epístola y a continuación del de San Benito de Valladolid. Esta ubicación
evidencia cierta preferencia del abad facundino con respecto a los del resto de
cenobios de la Congregación, pues su asiento se encuentra a la diestra del
reservado al General de la misma. La distribución de los sitiales responde, pues,
a una precisa jerarquía que fue establecida ya en las Constituciones de 1500,
aquéllas que aprobaron los estatutos de la Congregación: "Las casas y perlados de
la Congrega(_(ión tengan sus órdenes y asentamientos por la forma siguiente:
primeramente encorporamos en la dicha Congrega(_(ión el monasterio de San
Benito de Valladolid... después del, a la mano derecha, el monasterio de Safagún;
a la izquierda Oña. Y después, por su orden, según se siguen, un monasterio a la
mano derecha y otro a la izquierda... " 855 • Como todos los demás sitiales, el de
Sahagún está coronado por su escudo, en este caso cuartelado de castillos y
leones, las armas reales, nuevamente destacando la especial vinculación del
cenobio con la Corona. Sobre él, dos aves picando una hoja y, por debajo, el
guardapolvo curvo con decoración de motivos agrutescados. Le sigue un
entablamento, también de madera, presidido por un bucráneo. Éste remata el
tablero en sí, que se encuentra flanqueado por dos pilastras corintias y un
mediorrelieve alegórico comprendido entre los brazales. Bajo este último hay una
cartela en la que se lee Sanctus Facundus; más abajo, el respaldo y el asiento con
misericordia completan la altura del sitial.
Debido a que se trata de una sillería destinada a acoger a todos los
representantes de la Congregación, la obra fue sufragada por todas las casas
representadas. Las actas capitulares de la sesión del 21 de marzo de 1525 nos
refieren que "todos los Perlados y Procuradores de la Congregación determinaron
""Constituciones de 1500, Cf E. ZARAGOZA PASCUAL, Los generales de la Congregación de San Benito
de Valladolid, II, p. 375.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
211
de pagar cada uno por su monasterio una silla alta y baja para el choro de San
Benito, y en cada silla se pongan las insignias de su monasterio, y nuestro
Reverendo Padre tome cargo de las mandar luego hacer" 856 • Este acuerdo result11
muy interesante a la hora de valorar la decoración de los sitiales, pues está
autorizando a cada comitente a diseñar los atributos que habrían de identificarle
en los Capítulos. En este sentido, si entramos a valorar el grado de
representatividad de los diferentes elementos que componen cada sitial, se
convendrá que son el escudo y el tablero los que ofrecen una mayor expresividad.
El primero identifica, desde el remate del sitial, la Casa a la que éste corresponde.
Es, sin embargo, un emblema sobre el que los monasterios no pueden intervenir,
pues debe corresponderse con sus escudos tradicionales. El tablero, por el
contrario, presenta un personaje que ha de identificar a cada centro monástico. En
el caso de Sahagún, esa figura ha sido interpretada como la de San Facundo, es
decir, uno de los Santos Patronos del monasterio. Creemos, no obstante, que
existen ciertos elementos que nos empujan a desaconsejar esta lectura, elementos
de índole iconográfica, pero también iconológica, en relación con este complejo
panorama de competencia y legitimación a través de la Historia en el que Sahagún
se encontraba inmerso.
Analizando la iconografía de San Facundo y contrastándola con la
representación del tablero de Sahagún, se concluye la escasa similitud entre
ambas. En primer lugar, debemos recordar que no son uno, sino dos, los santos
patronos del monasterio de Sahagún: Facundo y Primitivo857 • Ambos eran
hermanos y fueron representados siempre juntos, bien a través de su imagen,
como se hizo en la barroca portada occidental de la iglesia del monasterio o en la
pendoneta sacramental de Santiago del Museo de Sahagún, bien mediante algunos
de sus atributos, como las palmas martiriales cruzadas, presentes en numerosas
publicaciones de monjes de la Casa o en algunos escudos de piedra procedentes
del monasterio. Lo cierto es que ambos mártires son prácticamente indisolubles:
no hay primacía de uno sobre otro.
856
857
Actas de la Congregación de San Benito de Valladolid. Primer libro de Actas de los Capítulos Generales,
f. 60-v; Cf L. RODRÍGUEZ MARTÍNEZ, op. cit., pp. 297-298. Los índices del archivo de San Benito de
Valladolid, actualmente en el Archivo de los Padres Agustinos de Filipinas de Valladolid, (672/1, fol. 233v),
señalan la existencia de varias cartas fechadas en 1522, por las que algunos abades se comprometen a
realizar a una silla del coro.
A mediados del siglo XVII la comunidad facundina reconocía el patronazgo de los dos santos mártires:
"Por el Papa Pío 5" está dispensado en estos reynos de España que en la confesión que se dice al principio
de la Misa, y en la oración Acunetis (sic), se pueda nombrar el patrón, interpretamos, y mandamos, que por
Patrono principal de esta Abadía de Sahagún, lo son los santos mártires San Facundo y San Primitivo, cuios
cuerpos están en esta iglesia matriz ... " (Archivo de la Diputación de León, fondo antiguo, ms. Sin catalogar,
Sinodales de la Real Abbadía de Sahagún, hechos por el Rmo. Padre Maestro Fr. Gregario de Quintanilla,
cathedrático de Sagradas Lenguas de la universidad de Salamanca, y abbad que fue de el Iltmo.
Monasterio de San Benito el Real de la Villa de Sahagún, título VII, n" 9, p. 28).
212
JAVIER PÉREZ GJL- JUAN JosÉ SÁNCHEZ BADJOLA
En segundo lugar, atendiendo a la vestimenta, San Facundo debiera
representarse con atuendo clásico, ya que vivió y padeció en época romana;
parece lógico, por tanto, que el valor de este detalle no escapase a los monjes
facundinos, pues el prestigio de un monasterio siempre se ha considerado
proporcional a la antigüedad de su fundación. Así, con vestimenta romana y
portando una palma, es como se le representó en un leccionario del siglo XII o en
una talla del XVII actualmente conservada en la iglesia de San Juan de Sahagún,
la cual parece hacerse eco de la posible relación del mártir ceano con san Marcelo,
lo que explicaría su atuendo de legionario. El personaje del sitial, empero, aparece
vestido con traje moderno, bastón, sombrero y espada. Estos últimos detalles
resultan aún más desconcertantes si tenemos en cuenta que esos tres atributos los
llevan también otros personajes representados en los sitiales del coro bajo de
Valladolid, todos ellos de carácter civil.
Por último, cabe recordar que las actas martiriales nos describen a San
Facundo y a su hermano como dos mancebos, lo cual ha motivado su
representación como jóvenes imberbes; no tenemos constancia, con la posible
excepción que estamos estudiando, de ninguna imagen de San Facundo barbado.
Asimismo, en virtud de su martirio, el personaje del coro debiera ir provisto de
nimbo o, en su caso, la palma martirial. Sin embargo, estos elementos vuelven a
brillar por su ausencia. En su lugar, sombrero, espada y bastón o cetro incomodan
aún más la identificación. Todo ello nos lleva a sugerir la posibilidad de que el
monasterio de Sahagún no ordenase la colocación de un tablero con la imagen de
su titular, sino con la del más sobresaliente de sus benefactores: Alfonso VI.
Entendida así, la descriptio iconographica gozaría de una correspondencia mayor
con el modelo, pues se estaría representando a un monarca, barbado, con atuendo
real y los regalia correspondientes, definiendo una escena que tiene muchos
paralelos en otros sitiales de la propia sillería de San Benito de Valladolid 858 •
El hecho de que Sahagún optase por la representación de una distinguida
personalidad civil, y no religiosa -como cabría esperar del sitial de la sillería de
una congregación cristiana- ni supone una incoherencia ni es un hecho aislado.
El propio monasterio de Valladolid, a pesar de introducir un relieve de San Benito
858
L. RODRÍGUEZ MARTÍNEZ, op. cit., pp. 310-313, cita la existencia en el Archivo Histórico Nacional de
trazas de una gran sillería para la celebración de Capítulos Generales y Conventuales. De llevarse a cabo
su construcción, ésta habría tenido lugar en los dos últimos tercios del siglo XVI. Aunque no tenemos
ninguna constancia de ella, pues la Sala Capitular fue completamente reformada tras la desamortización del
monasterio, el proyecto nos informa de que el sitial de Sahagún debía estar representado por un "Aifonsus
rex Castelle", sin duda Alfonso VI. Destaca también que la inmensa mayoría de advocaciones del resto de
monasterios se refieran a monarcas y Papas, estos últimos con unas connotaciones políticas acusadas en
relación a la Casa beneficiada.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
213
en su sitial, se preocupó de disponer otros en los laterales de la sillería -como los
de los Reyes Católicos y Carlos 1 e Isabel de Portugal- y en la totalidad de
tableros privativos de San Benito de Valladolid, dedicados a diversos benefactores
del monasterio y, en cualquier caso, pertenecientes a la monarquía o a la alta
nobleza: Enrique II y Juan I en el lado de la Epístola, y Alonso de Valdivieso,
Sancho de Rojas, Juan II y los Reyes Católicos en el del Evangelio.
Por otra parte, resulta un hecho bastante generalizado entre el resto de
monasterios de la Congregación el representarse a través de la figura de un
personaje civil, como hace San Salvador de Oña con el conde Sancho García,
Santa María la Real de Nájera con el rey García Sánchez III, San Pedro de
Cardeña con el Cid Campeador, San Salvador de Lorenzana con el conde Osorio
Gutiérrez, o San Pedro de Arlanza con Femán González. Todo ello nos hace
pensar que el contenido simbólico de las representaciones de los tableros reviste
una especial importancia en el campo de lo político. Existe una clara preferencia
por identificarse con personajes históricos civiles antes que con otros revestidos
de un mayor contenido sacro, definiéndose así una vía de reivindicación o
consolidación de cierto status dentro de la Congregación, más volcada hacia lo
político, por tanto, que hacia lo religioso 859 •
En el caso de Sahagún, las apreciaciones iconográficas nos han llevado a
identificar el personaje del tablero con un monarca y, más concretamente, con
Alfonso VI. Sahagún recibió también la protección de otros importantes reyes
leoneses, como Alfonso III, que es considerado restaurador del mismo, y Alfonso
IV el Monje, quien recibe su apelativo de Domnos Sanctos'60 • Sin embargo, y
aunque desconozcamos la existencia de una iconografía alfonsina característica
que pudiese certificar la atribución861 , ésta parece apoyarse en la magnánima obra
desarrollada por Alfonso VI en Sahagún y su enterramiento en su iglesia. En un
ámbito cargado de simbolismo, donde cada delegado busca consolidar su
autoridad en el seno de la Congregación, el monasterio de Sahagún recurre a la
imagen del más generoso de sus patrocinadores, fundador de la Villa y otorgante
859
"No hay monasterio benedictino importante que no se reclame hijo de algún fundador o restaurador ilustre
y, como es consiguiente, los más encumbrados son aquellos que tienen algún rey o reyes en su genealogía"
(F. CHUECA GOITIA, Casas reales en monasterios y conventos españoles, Bilbao, 1982, p. 58).
""' En este sentido, resulta interesante la apreciación de F. WATTENBERG, op. cit., pp. 226-228, que
identifica a nuestro personaje con Alfonso III.
'" A. K. PORTER, op. cit., p. 90, identificó un modillón románico de la iglesia abacial de Sahagún,
probablemente una cabeza existente en el ábside septentrional, con una representación de Alfonso VI. Otros
autores, como Galliard o Conant, han intuido influencias formales facundínas, e incluso de iconografía
regia, en el propio monasterio de Cluny. Conviene recordar a este respecto que Alfonso VI fue su principal
promotor (J. WILLIAMS, "Ciuny and Spaín", Gesta, XXVII/1-2 (1988), pp. 93-101).
214
JAVIER PÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
de sus fueros, así como organizador de la reforma cluniacense a partir de sus
monjes. Este último hecho es parangonable con la "reforma vallisoletana": si la
cabeza de la Congregación buscaba atraerse el prestigio de sus benefactores,
como los Reyes Católicos o Carlos I, es comprensible que Sahagún contrapusiese
a todos ellos la efigie de Alfonso VI, un monarca bajo cuyo reinado el monasterio
había experimentado una pujanza similar, si no mayor, a la que estaban
disfrutando en esos momentos los benitos de Valladolid.
No fue ésta la última vez que el monasterio de Sahagún se valió de la
imagen alfonsina. Durante los siglos siguientes volvió a hacerse uso de ella en
circunstancias especialmente representativas, como la magnífica portada de
Felipe Berrojo, donde, junto con la de Alfonso III y el escudo real, insistía
nuevamente en la memoria de aquel rey que tan favorable se mostrara siempre con
el monasterio. Incluso el proyecto inacabado de reforma de iglesia monacal,
acometido hacia 1830, contemplaba incluir en la nueva fachada de los pies, de la
que nos queda tan sólo parte de una portada jónica y la pintoresca Torre del
Reloj- una escultura de don Alfonso, de nuevo emparejado con Alfonso III, y
bajo un escudo real tenido por leones rampantes 862 • La imago regis reaparecía así
revestida de una modernidad sólo accesible a la legitimidad de la tradición. Sin
embargo la obra nunca llegó a concluirse. La exclaustración de sus monjes
determinó la definitiva destrucción del monasterio, cuyos restos descansan hoy a
escasos metros de la tumba de su principal protector. Tan sólo los separa una
estrecha calle -titulada, precisamente, de Alfonso VI- que mantiene con su
denominación viva la memoria de quien no dudó en afirmar que "super omnes
Escclesiam Sanctorum Facundi et Primitivi ... amavi" 863 •
""E. ZARAGOZA PASCUAL, "Planos y reedificación de la iglesia del monasterio de San Benito de Sahagún
(1824-1831)", AL, 83-84 (1988), pp. 363-385.
863
J. RODRÍGUEZ, Los fueros del Reino de León, II, n• 6.
MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
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Monasterio de San Benito de Valladolid.
Coro bajo del monasterio de San Benito de Valladolid (Museo Nacional de Escultura).
En el centro, tablero del sitial del Monasterio de Sahagún.
216
JAVIER PÉREZ GIL - JUAN JOSÉ SÁNCHEZ BADIOLA
Portada barroca de la Iglesia del Monasterio de Sahagún. (Foto Laurent).
Estatua de Alfonso VI en la portada meridional de la Iglesia.
MoNARQuíA Y MoNACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
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VI Y SAHAGúN
217
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Alzado de la inconclusa portada oriental de la Iglesia, según Echano.
Alfonso VI, Rex Pater Patrie (Tumbo A de la S.!. C. de Santiago de Compostela) .
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MONARQUÍA Y MONACATO EN LA EDAD MEDIA PENINSULAR: ALFONSO
VI Y SAHAGÚN
237
ÍNDICE
A MODO DE INTRODUCCIÓN:
l.
EL LOCUM
CALZATA Y
CASTRA, VILLAE, MARTYRIA
LA BASÍLICA MIRAE
MAGNITUDINIS
LA REORGANIZACIÓN DE LOS PÁRAMOS LEONESES (SS.
ll.
IX Y X)
7
19
21
EL ENTORNO PRIMITIVO DEL MONASTERIO
25
LA ECONOMÍA ALTOMEDIEVAL Y LA ORGANIZACIÓN SOCIAL Y ESPACIAL
33
EL PRIMER MONASTERIO
41
LA CORONA Y LOS MONJES CORDOBESES
43
EL DESARROLLO DEL MONASTERIO
47
lli Y LA CAPILLA DE SAN MANCIO
LA BASíLICA DE ALFONSO
50
LA BASíLICA MIRAE MAGNITUDINIS
57
EL MONASTERIO DISPERSO
67
lll. EL MONASTERIO CLUNIACIENSE Y LA BONA UILLA
77
ALFONSO VI Y LA SEDE REGIA DE SAHAGÚN
85
EL CAMINO DE SANTIAGO
91
EL PRIMER PASO: SAHAGÚN Y LAS REFORMAS ECLESIÁSTICAS
98
UN SEGUNDO PASO: LA CONSTITUCIÓN DEL COTO
114
••• UT ESSET BONA VILLA IN CIRCUITU DE MONASTERIO
117
MONASTERIO Y VILLA: UNA RELACIÓN DIFÍCIL
129
IV. UNA IGLESIA PARA EL
ALFONSO VI
REY:
Y EL ROMÁNICO FACUNDINO
153
EL MONASTERIO Y SU IGLESIA
160
OTRAS MANIFESTACIONES ARTÍSTICAS
176
EL OTRO ROMÁNICO DE SAHAGÚN
185
238
JAVIER l'ÉREZ GIL- JUAN JOSÉ SÁNCIIEZ BADIOLA
EPÍLOGO. EN LOS ALBORES DE LA EDAD MODERNA:
DECLIVE Y AÑORANZA
193
LA CONGREGACIÓN DE VALLADOLID:
COMPETENCIA Y LEGITIMACIÓN HISTÓRICA.
196
ALFONSO VI: ¿ENTERRAMIENTO REGIO O RELIQUIA?
202
!MAGO REGIS
209
BffiLIOGRAFÍA
219
IVJ
'\
UNIVERSIDAD DE LEON
Secretariado de Publicaciones
y Medios Audiovisuales
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