En ocasiones se ha atribuído a Unamuno un iberismo absorbente políticamente con relación a Portugal. Nada más lejos de la realidad: nunca abogó Unamuno por la anexión de Portugal; es más, criticó duramente a los que la propugnaban. Defendió, eso sí, un iberismo cultural y espiritual, un iberismo de acción común. Para demostrarlo, bastan los textos de este artículo.
Ejemplar dedicado a Salamanca y su provincia en Miguel de Unamuno.