El sector turístico se está convirtiendo en muchas comunidades autónomas tradicionalmente no turísticas en una de las principales apuestas de futuro para el desarrollo regional. Ante los previsibles problemas de la oferta turística litoral, las administraciones autonómicas han concedido una gran importancia en sus políticas de gobierno a la promoción turística. Una de las líneas de actuación ha sido el apoyo a la creación de campamentos públicos de turismo. Además de analizar el sector en su conjunto, uno de los objetivos de este artículo es mostrar en qué situación se halla Castilla y León a este respecto. El campismo ha crecido notablemente en los últimos diez años, aunque al parecer sin el apoyo de una clara política de fomento de la calidad frente a la cantidad. Por otra parte, es notorio el papel subsidiario que ejercen los distintos niveles de la administración en una comunidad donde las inversiones privadas en campings pueden no ser suficientemente rentables.